Empezaremos con una tesis fácilmente comprobable: todo el Black Metal está atravesado, de alguna manera u otra, por el pensamiento del filósofo alemán Friedrich Nietzsche, incluso aunque los músicos nunca lo hayan leído. Lo mismo si lo leyeron, pero no explicitan la referencia.
La famosa misantropía del género, entendida como rechazo a la mediocridad humana por la sumisión a dogmas opresivos, es indisociable de muchos conceptos que este filósofo desarrolló a lo largo de su obra, con su enfoque de realizar una “genealogía” de cada uno de ellos, considerando el potencial que tuvieron para producir efectos en las personas y las sociedades a lo largo del tiempo
Algo que muchos no saben es que Nietzsche era músico, y tuvo una cierta amistad con el famoso compositor Richard Wagner. Una de las lecturas que más lo motivó para incursionar en los sinuosos caminos de la filosofía fue la obra de su compatriota Arthur Schopenhauer, que mucho había escrito sobre la música como manifestación primaria de la esencia humana. De hecho, entre las primeras publicaciones de Nietzsche se encuentran “El drama musical griego” (1870) y “El nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música” (1972). Más allá de su formación musical, la mirada artística de Nietzsche se expresaba también en comunicar su pensamiento de modo casi novelístico, a veces, o aforístico, enfoque -el de los aforismos- que luego seguirían otros filósofos como el rumano Emil Cioran, cuya obra está basada casi enteramente en Nietzsche y Schopenhauer.
Entre los trabajos más célebres de Nietzsche figuran “Humano, demasiado humano. Un libro para espíritus libres” (1878), “La Gaya Ciencia” (1882), “Así habló Zaratustra” (1883), “Más Allá del Bien y del Mal” (1886), “La Genealogía de la Moral” (1887), “El Anticristo. Maldición al Cristianismo” (1888), y “El Ocaso de los Ídolos, o Cómo Filosofar a Martillazos” (1889). A los seguidores del Black Metal ya deben sonarle familiares algunos de estos títulos.
Entre los conceptos que más resonaran en las mentes de los amantes del Black Metal están “la muerte de Dios” como metáfora de los tiempos modernos, que ante la caída de los refugios imaginarios –que muchos asocian al “nihilismo”- obliga al ser humano a la búsqueda de nuevos significados para su existencia. Allí emerge el “Übermensch” o “superhombre”, es decir, la humanidad liberada de la “moral de esclavo”. Esa moral que dicta lo que está “bien” y lo que está “mal” de una manera conveniente para “el amo”. La “moral del amo” completa el esquema de lo que hoy podríamos entender como “doble moral” o “haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago”.
El superhombre es el espíritu libre con “voluntad de poder”, ¿de poder qué? Pues de poder explorar sus deseos y capacidades, y actuar sin las cadenas de una moral impuesta para mantener un orden establecido a conveniencia de los opresores. Esta no es una misión sencilla, va en contra del “eterno retorno” de lo tradicional, pero justamente por eso, hay que transformar eso mismo en un “eterno retorno” como insistencia y autoafirmación de volver a hacer -sin remordimiento- todo aquello que, por formar parte de nuestra naturaleza, hicimos, más allá de la arbitrariedad de las normas, aceptando las consecuencias y bajo nuestros propios términos. Con esto se relaciona el “amor fati”, como aceptación del “destino”. De hecho, así se llama un tema en el disco “Kenoma”, editado este año, por la banda belga de Post Black Metal, Sons Of A Wanted Man.
La mítica banda noruega Gorgoroth es una de las que más explícitamente tomó conceptos de Nietzsche. Que el disco “Antichrist” (1996) se llamara así, podría haber sido algo casi “genérico”, pero después le siguieron, en 1998, “Destroyer (Or About How To Philosophize With The Hammer), o sea, “Destructor, o sobre cómo filosofar con el martillo”, y en 2002, “Twilight of the Idols (In Conspiracy with Satan)”, es decir, “El Ocaso de los Ídolos (en Conspiración con Satán)”: llegado este punto, no caben dudas acerca de la influencia de Nietzsche sobre Gorgoroth.
El álbum “Twilight of the Idols”, incluye un tema llamado “Proclaiming Mercy. Damaging Instinct of Man” (“Proclamar Piedad. Dañar el Instinto del Hombre?”) es una referencia a la moral de esclavo. El disco “Incipit Satan” de 2000, tiene un tema llamado “Will to Power” (“Voluntad de Poder”).
Otro clásico proyecto de Black Metal con una profunda influencia de Nietzsche fue Judas Iscariot, la “one-man-band” de Andrew Jay Harris, músico y filósofo estadounidense, que, al principio iba a llamar a su proyecto “Heidegger”. De hecho, este músico estuvo en Alemania, donde pudo nutrirse de esas fuentes de maneras más directas. Las letras de Judas Iscariot están marcadas por el rechazo a la moral cristiana y por una postura nihilista. El primer disco de Judas Iscariot, “The Cold Earth Slept Below” (1996) incluye un tema titulado “Nietzsche”.
La banda polaca Mgla también abunda en referencias a la filosofía de Nietzsche. Su serie de temas “Power and Will” (“Poder y Voluntad”) en el split “Crushing the Holy Trinity” (2005), junto a Deathspell Omega y otros grupos, así lo demuestra. De hecho, la letra de “Power and Will II” afirma: “find another use for Nietzsche’s hammer” (“encuentra otro uso para el martillo de Nietzsche”). Estos temas se incluyeron también como lado B en la edición en vinilo del EP “Presence” (2013). Aparte de este trabajo, casi todas sus letras pueden relacionarse con temas abordados por este autor, así como los nombres de algunos de sus discos. Sin ir más lejos, “Exercises in Futility” (“Ejercicios en Futilidad”) de 2015, y “The Age of Excuse” (“La Era de la Excusa”), de 2019, así lo sugieren.
No caben dudas de que, si seguimos explorando las letras dentro del Black Metal, vamos a encontrar miles de referencias -directas o indirectas- a la filosofía de este pensador fundamental en el mundo occidental. Por supuesto, no solamente dentro del Black Metal, sino en otros estilos también. Sin ir más lejos, los temas “Beyond Good and Evil” (“Más Allá del Bien y del Mal”, 1993) de At The Gates, o el tema “God is Dead?” (“¿Dios está muerto?, 2013) del último álbum de Black Sabbath, entre tantos otros, así lo evidencian. Es que el pensamiento de Nietzsche fue, y sigue siendo, una fuente de inspiración en la que el mundo contemporáneo abreva masivamente.
Empezaremos con una tesis fácilmente comprobable: todo el Black Metal está atravesado, de alguna manera u otra, por el pensamiento del filósofo alemán Friedrich Nietzsche, incluso aunque los músicos nunca lo hayan leído. Lo mismo si lo leyeron, pero no explicitan la referencia.
La famosa misantropía del género, entendida como rechazo a la mediocridad humana por la sumisión a dogmas opresivos, es indisociable de muchos conceptos que este filósofo desarrolló a lo largo de su obra, con su enfoque de realizar una “genealogía” de cada uno de ellos, considerando el potencial que tuvieron para producir efectos en las personas y las sociedades a lo largo del tiempo
Algo que muchos no saben es que Nietzsche era músico, y tuvo una cierta amistad con el famoso compositor Richard Wagner. Una de las lecturas que más lo motivó para incursionar en los sinuosos caminos de la filosofía fue la obra de su compatriota Arthur Schopenhauer, que mucho había escrito sobre la música como manifestación primaria de la esencia humana. De hecho, entre las primeras publicaciones de Nietzsche se encuentran “El drama musical griego” (1870) y “El nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música” (1972). Más allá de su formación musical, la mirada artística de Nietzsche se expresaba también en comunicar su pensamiento de modo casi novelístico, a veces, o aforístico, enfoque -el de los aforismos- que luego seguirían otros filósofos como el rumano Emil Cioran, cuya obra está basada casi enteramente en Nietzsche y Schopenhauer.
Entre los trabajos más célebres de Nietzsche figuran “Humano, demasiado humano. Un libro para espíritus libres” (1878), “La Gaya Ciencia” (1882), “Así habló Zaratustra” (1883), “Más Allá del Bien y del Mal” (1886), “La Genealogía de la Moral” (1887), “El Anticristo. Maldición al Cristianismo” (1888), y “El Ocaso de los Ídolos, o Cómo Filosofar a Martillazos” (1889). A los seguidores del Black Metal ya deben sonarle familiares algunos de estos títulos.
Entre los conceptos que más resonaran en las mentes de los amantes del Black Metal están “la muerte de Dios” como metáfora de los tiempos modernos, que ante la caída de los refugios imaginarios –que muchos asocian al “nihilismo”- obliga al ser humano a la búsqueda de nuevos significados para su existencia. Allí emerge el “Übermensch” o “superhombre”, es decir, la humanidad liberada de la “moral de esclavo”. Esa moral que dicta lo que está “bien” y lo que está “mal” de una manera conveniente para “el amo”. La “moral del amo” completa el esquema de lo que hoy podríamos entender como “doble moral” o “haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago”.
El superhombre es el espíritu libre con “voluntad de poder”, ¿de poder qué? Pues de poder explorar sus deseos y capacidades, y actuar sin las cadenas de una moral impuesta para mantener un orden establecido a conveniencia de los opresores. Esta no es una misión sencilla, va en contra del “eterno retorno” de lo tradicional, pero justamente por eso, hay que transformar eso mismo en un “eterno retorno” como insistencia y autoafirmación de volver a hacer -sin remordimiento- todo aquello que, por formar parte de nuestra naturaleza, hicimos, más allá de la arbitrariedad de las normas, aceptando las consecuencias y bajo nuestros propios términos. Con esto se relaciona el “amor fati”, como aceptación del “destino”. De hecho, así se llama un tema en el disco “Kenoma”, editado este año, por la banda belga de Post Black Metal, Sons Of A Wanted Man.
La mítica banda noruega Gorgoroth es una de las que más explícitamente tomó conceptos de Nietzsche. Que el disco “Antichrist” (1996) se llamara así, podría haber sido algo casi “genérico”, pero después le siguieron, en 1998, “Destroyer (Or About How To Philosophize With The Hammer), o sea, “Destructor, o sobre cómo filosofar con el martillo”, y en 2002, “Twilight of the Idols (In Conspiracy with Satan)”, es decir, “El Ocaso de los Ídolos (en Conspiración con Satán)”: llegado este punto, no caben dudas acerca de la influencia de Nietzsche sobre Gorgoroth.
El álbum “Twilight of the Idols”, incluye un tema llamado “Proclaiming Mercy. Damaging Instinct of Man” (“Proclamar Piedad. Dañar el Instinto del Hombre?”) es una referencia a la moral de esclavo. El disco “Incipit Satan” de 2000, tiene un tema llamado “Will to Power” (“Voluntad de Poder”).
Otro clásico proyecto de Black Metal con una profunda influencia de Nietzsche fue Judas Iscariot, la “one-man-band” de Andrew Jay Harris, músico y filósofo estadounidense, que, al principio iba a llamar a su proyecto “Heidegger”. De hecho, este músico estuvo en Alemania, donde pudo nutrirse de esas fuentes de maneras más directas. Las letras de Judas Iscariot están marcadas por el rechazo a la moral cristiana y por una postura nihilista. El primer disco de Judas Iscariot, “The Cold Earth Slept Below” (1996) incluye un tema titulado “Nietzsche”.
La banda polaca Mgla también abunda en referencias a la filosofía de Nietzsche. Su serie de temas “Power and Will” (“Poder y Voluntad”) en el split “Crushing the Holy Trinity” (2005), junto a Deathspell Omega y otros grupos, así lo demuestra. De hecho, la letra de “Power and Will II” afirma: “find another use for Nietzsche’s hammer” (“encuentra otro uso para el martillo de Nietzsche”). Estos temas se incluyeron también como lado B en la edición en vinilo del EP “Presence” (2013). Aparte de este trabajo, casi todas sus letras pueden relacionarse con temas abordados por este autor, así como los nombres de algunos de sus discos. Sin ir más lejos, “Exercises in Futility” (“Ejercicios en Futilidad”) de 2015, y “The Age of Excuse” (“La Era de la Excusa”), de 2019, así lo sugieren.
No caben dudas de que, si seguimos explorando las letras dentro del Black Metal, vamos a encontrar miles de referencias -directas o indirectas- a la filosofía de este pensador fundamental en el mundo occidental. Por supuesto, no solamente dentro del Black Metal, sino en otros estilos también. Sin ir más lejos, los temas “Beyond Good and Evil” (“Más Allá del Bien y del Mal”, 1993) de At The Gates, o el tema “God is Dead?” (“¿Dios está muerto?, 2013) del último álbum de Black Sabbath, entre tantos otros, así lo evidencian. Es que el pensamiento de Nietzsche fue, y sigue siendo, una fuente de inspiración en la que el mundo contemporáneo abreva masivamente.