


No han sido meses tranquilos en el mundo de los suecos de Katatonia. Primero, el fundador Anders Nystrom dejó la banda, acusando al otro fundador, el vocalista Jonas Renkse, de haberse apropiado de la banda, dado que decidió el rumbo compositivo de los últimos trabajos y hasta qué canciones tendrían lugar en los setlists de los conciertos.
Por otra parte, este año editaron su nuevo trabajo, Nightmares as Extensions of the Waking State, el cual no fue bien recibido. Se lo ha catalogado como un disco aburrido y falto de inspiración.
Tras todo esto, quedaba ver si su directo reflejaba este caos o si seguían manteniendo un vivo firme. Por lo que nos presentamos en nuestro querido Amager Bio para encontrar la respuesta a este interrogante.
Los encargados de abrir la velada fueron los italianos Klogr, quienes interpretan un metal progresivo agresivo, pero con buenas melodías. El show fue bastante entretenido, ya que todos poseían un gran carisma, sobre todo el vocalista y guitarrista Gabriele Rusticceli, quien no paró de arengar al público e invitarlo a participar del espectáculo. Estuvieron acompañados por unos televisores que pasaban videos y un juego de luces bastante entretenido. El sonido fue bueno, aunque le faltó un poco de nitidez a las guitarras. Un buen show de apertura para una noche que comenzaba a prometer.
Los invitados especiales del tour fueron los progresivos de Evergrey, quienes contaron con el uso de las pantallas que había en el escenario y con un gran grupo de fanáticos entre los presentes. Por momentos, parecía que era un show propio.
La lista dio un recorrido por sus últimos trabajos, haciendo hincapié en el editado en 2024, Theories of Emptiness. El punto más alto del show fue uno de los cortes de difusión de ese trabajo, “Cold Dreams”, que cuenta como vocalista invitado a Jonas de Katatonia, pero desafortunadamente su parte fue pasada por pista y no contamos con el dueto en directo.
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El sonido fue excelente, muy claro y nítido. Esto hizo que se pudiera apreciar a la perfección la maestría y el virtuosismo de las interpretaciones. Todos brillaron tocando cosas muy difíciles y con un carisma y buen gusto excepcionales. Desde los solos de guitarra súper técnicos y a la vez emotivos de Henrik Danhage, la poderosa batería de Simen Sandnen y, obviamente, la excelente voz de Tom Englund, quien cantó de una manera impecable mientras tocaba riffs de guitarra bastante complicados e intrincados.
La performance fue energética, haciendo al público partícipe en todo momento, desde pedirle que canten las canciones hasta que alcen sus puños en alto. El final con “OXYGEN!” tomó a los presentes por sorpresa, ya que el show fue tan bueno que se pasó rápido. Los músicos se fueron con una ovación muy fuerte y agradecieron al público por un largo rato.
Puntualmente a las 21:35, los suecos dieron inicio a su show con las potentes “Thrice” y “Soil’s Song”, marcando de entrada el nivel de intensidad que tendría el concierto.
El setlist constó de canciones de sus últimos trabajos, es decir, desde 2006 hasta ahora, dando por olvidada la época de los primeros 2000 y sus dorados años 90. Si bien el público disfrutó las canciones más recientes, los momentos más altos del show fueron los pertenecientes a sus álbumes The Great Cold Distance y Night Is the New Day, lo que da a entender que la etapa que dejan fuera de la lista es muy querida por los fans.
Sin embargo, el show estaba muy bien armado, ya que cada canción parecía conectarse con la anterior y cada una cumplía un rol dentro del concierto. El sonido fue perfecto, todo estaba en su lugar y tenía una nitidez cristalina. También dio la sensación de que la banda busca sonar más pesada en directo, mientras que en los discos buscan más el sonido atmosférico.
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La performance fue muy energética y más conectada con el público. Los músicos se movían por todo el escenario y buscaban conectar con la audiencia todo el tiempo, principalmente Jonas, quien siempre se había limitado a cantar parado fijo en el centro del escenario. Esta vez fue todo lo contrario: caminó en todo momento y hasta jugueteaba con sus músicos.
Visualmente, las pantallas pasaban imágenes que conectaban perfecto con las canciones, mientras las luces iluminaban a los músicos siguiendo todos los patrones musicales. Tras 15 canciones, los músicos se retiraron y volvieron para interpretar “Forsaker” y así terminar el concierto, siendo ovacionados por el público.
Si bien fue un show que cumplió las expectativas, dio la sensación de que podría haber dado más. La falta del clásico “My Twin”, más canciones viejas en un set de 16 canciones, notando que antes tocaban más, reforzó ese sentimiento.
Creo que esta presentación afirma las diferencias que tenían Jonas y Anders, ya que sus aportes iban más hacia el lado más rockero y atmosférico, y Jonas apunta a poner a Katatonia en el mapa del metal progresivo, pero conservando su melancolía característica. Y, más allá de gustos y preferencias personales, parece un movimiento correcto, ya que se encuentran en su momento de mayor popularidad.




No han sido meses tranquilos en el mundo de los suecos de Katatonia. Primero, el fundador Anders Nystrom dejó la banda, acusando al otro fundador, el vocalista Jonas Renkse, de haberse apropiado de la banda, dado que decidió el rumbo compositivo de los últimos trabajos y hasta qué canciones tendrían lugar en los setlists de los conciertos.
Por otra parte, este año editaron su nuevo trabajo, Nightmares as Extensions of the Waking State, el cual no fue bien recibido. Se lo ha catalogado como un disco aburrido y falto de inspiración.
Tras todo esto, quedaba ver si su directo reflejaba este caos o si seguían manteniendo un vivo firme. Por lo que nos presentamos en nuestro querido Amager Bio para encontrar la respuesta a este interrogante.
Los encargados de abrir la velada fueron los italianos Klogr, quienes interpretan un metal progresivo agresivo, pero con buenas melodías. El show fue bastante entretenido, ya que todos poseían un gran carisma, sobre todo el vocalista y guitarrista Gabriele Rusticceli, quien no paró de arengar al público e invitarlo a participar del espectáculo. Estuvieron acompañados por unos televisores que pasaban videos y un juego de luces bastante entretenido. El sonido fue bueno, aunque le faltó un poco de nitidez a las guitarras. Un buen show de apertura para una noche que comenzaba a prometer.
Los invitados especiales del tour fueron los progresivos de Evergrey, quienes contaron con el uso de las pantallas que había en el escenario y con un gran grupo de fanáticos entre los presentes. Por momentos, parecía que era un show propio.
La lista dio un recorrido por sus últimos trabajos, haciendo hincapié en el editado en 2024, Theories of Emptiness. El punto más alto del show fue uno de los cortes de difusión de ese trabajo, “Cold Dreams”, que cuenta como vocalista invitado a Jonas de Katatonia, pero desafortunadamente su parte fue pasada por pista y no contamos con el dueto en directo.
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El sonido fue excelente, muy claro y nítido. Esto hizo que se pudiera apreciar a la perfección la maestría y el virtuosismo de las interpretaciones. Todos brillaron tocando cosas muy difíciles y con un carisma y buen gusto excepcionales. Desde los solos de guitarra súper técnicos y a la vez emotivos de Henrik Danhage, la poderosa batería de Simen Sandnen y, obviamente, la excelente voz de Tom Englund, quien cantó de una manera impecable mientras tocaba riffs de guitarra bastante complicados e intrincados.
La performance fue energética, haciendo al público partícipe en todo momento, desde pedirle que canten las canciones hasta que alcen sus puños en alto. El final con “OXYGEN!” tomó a los presentes por sorpresa, ya que el show fue tan bueno que se pasó rápido. Los músicos se fueron con una ovación muy fuerte y agradecieron al público por un largo rato.
Puntualmente a las 21:35, los suecos dieron inicio a su show con las potentes “Thrice” y “Soil’s Song”, marcando de entrada el nivel de intensidad que tendría el concierto.
El setlist constó de canciones de sus últimos trabajos, es decir, desde 2006 hasta ahora, dando por olvidada la época de los primeros 2000 y sus dorados años 90. Si bien el público disfrutó las canciones más recientes, los momentos más altos del show fueron los pertenecientes a sus álbumes The Great Cold Distance y Night Is the New Day, lo que da a entender que la etapa que dejan fuera de la lista es muy querida por los fans.
Sin embargo, el show estaba muy bien armado, ya que cada canción parecía conectarse con la anterior y cada una cumplía un rol dentro del concierto. El sonido fue perfecto, todo estaba en su lugar y tenía una nitidez cristalina. También dio la sensación de que la banda busca sonar más pesada en directo, mientras que en los discos buscan más el sonido atmosférico.
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La performance fue muy energética y más conectada con el público. Los músicos se movían por todo el escenario y buscaban conectar con la audiencia todo el tiempo, principalmente Jonas, quien siempre se había limitado a cantar parado fijo en el centro del escenario. Esta vez fue todo lo contrario: caminó en todo momento y hasta jugueteaba con sus músicos.
Visualmente, las pantallas pasaban imágenes que conectaban perfecto con las canciones, mientras las luces iluminaban a los músicos siguiendo todos los patrones musicales. Tras 15 canciones, los músicos se retiraron y volvieron para interpretar “Forsaker” y así terminar el concierto, siendo ovacionados por el público.
Si bien fue un show que cumplió las expectativas, dio la sensación de que podría haber dado más. La falta del clásico “My Twin”, más canciones viejas en un set de 16 canciones, notando que antes tocaban más, reforzó ese sentimiento.
Creo que esta presentación afirma las diferencias que tenían Jonas y Anders, ya que sus aportes iban más hacia el lado más rockero y atmosférico, y Jonas apunta a poner a Katatonia en el mapa del metal progresivo, pero conservando su melancolía característica. Y, más allá de gustos y preferencias personales, parece un movimiento correcto, ya que se encuentran en su momento de mayor popularidad.

















