New Heaven (2024)
Relapse Records
1. New Heaven
2. Violet Seizures
3. Desolation’s Harp
4. Endless Grey
5. Gardens in the Dark
6. The Children the Bombs Overlooked
7. Concrete Cliffs
8. Forest Service Road Blues
Inter Arma (expresión latina que significa “en tiempos de guerra”), es un quinteto oriundo de Richmond, Virginia, que ha vuelto para impactarnos, una vez más, con su extraordinaria mezcla de doom, sludge, death y black metal borderline con lo psicodélico en su sentido más tétrico: el de un viaje mental oscuramente revelador. El grupo está formado por Mike Paparo (voz), Steven Russell (guitarra), Trey Dalton (guitarra), Joel Moore (bajo) y T.J. Childers (batería).
En esta ocasión, se trata de su cuarto álbum, dejando de lado el EP fundacional y la excelente colección de covers “Garbers Days Revisited” (2020), en la que supieron versionar desde Neil Young hasta NIN, pasando por Venom, Hüsker Dü y Prince. El disco de estudio anterior había sido el aclamado “Sulphur English” (2019). La edición, como ya es habitual, sigue a cargo del sello Relapse Records.
Creo que puede decirse que “New Heaven” es un disco brutalista. El brutalismo es un movimiento arquitectónico con una estética muy particular, de bases éticas y políticas. Se caracteriza por la construcción de estructuras imponentes, monolíticas, de concreto “en bruto”: gris, crudo, sin ornamentación. Buscaba una forma de belleza en la simpleza, el minimalismo, la fuerza, la honestidad y la funcionalidad. Un ejemplo de este tipo de arquitectura en Argentina está dado por las obras de Francisco Salamone. Más allá de las relaciones que pueden establecerse con los títulos de los tracks “Endless Grey” y “Concrete Cliffs” (y más aún con el video de este último), la extrapolación del estilo de un lenguaje artístico a otro no parece forzada, si bien, es cierto que hay quienes hablan de expresiones brutalistas en la música contemporánea “culta”. Muchos de los rasgos referidos se perciben en la actitud musical de Inter Arma, sobre todo en este nuevo disco.
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Las letras de Paparo abordan temas como las víctimas inocentes de las guerras, las adicciones, y otras formas de sufrimiento, en medio de una apatía social generalizada ante el infierno que viven muchas personas, desde niños hasta ancianos. No hay ninguna salvación que ofrecer, quizás lo máximo que se pueda hacer sea interrogarnos sinceramente acerca de las posibilidades de cambio, de alcanzar algún tipo de refugio práctico para afrontar la cotidianeidad.
El disco comienza con la canción que le da título, un golpe directo a pura disonancia que abre un portal en el que caemos vertiginosamente. La voz de Paparo es tan profundamente cavernosa como ya sabemos que puede serlo, y mientras las cuerdas erigen esas formas contundentes, la batería tiene un despliegue fenomenal. Hay pasajes que suenan a estados alterados de conciencia expresados en forma de sonido. No obstante, no importa cuán cacofónicos puedan ser los riffs, no dejan de tener cierto groove. Inter Arma no busca aproximarse al jazz como lo hace Imperial Triumphant, ni a un death metal “gótico” e intrincado como el de Ulcerate. Si bien me recuerda un poco a lo hecho por Philip H. Anselmo & the Illegals, sobre todo en su disco “Walk Through Exits Only” (2013), las comparaciones no pueden ser numerosas, porque la propuesta pretende ser, justamente, pura y genuinamente original.
“Violet Seizures” sigue asombrando con el arsenal percusivo y da la pauta de que la música de estos estadounidenses evita toda monotonía. La composición denota mucha dedicación y talento. La voz, rabiosa, adquiere un tinte similar al típico del black metal, en un track directo, más lineal en cuanto a su forma, que se acelera conforme avanza frenéticamente. El trabajo de Childers es increíble, tan preciso como implacable. Son interesantes los sutiles aportes de electrónica.
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“Desolation’s Harp” incrementa las demostraciones de bestialidad de la que Paparo es capaz. Las líneas de guitarra merecen todos los elogios posibles. Hay una belleza en lo que hacen, desde el punto de vista armónico, melódico y contrapuntístico, que merece ser resaltada a lo largo de todo el disco. “Endless Grey” es un track instrumental que sorprende con una sonoridad que remite a los primeros discos de Metallica. Es más, la ejecución del bajo recuerda a Cliff Burton, y eso es mucho decir. Ojalá hubieran extendido esta pieza un poco más. “Gardens in the Dark” nos trae la solemne voz limpia del líder, que quizás asuste más que la gutural. La canción tiene un aura darkwave que resulta tenebrosamente seductora y demuestra la increíble versatilidad de Inter Arma, algo que, de todas maneras, ya quedó claro para siempre con las versiones de clásicos que grabaron en su álbum anterior.
“The Children the Bombs Overlooked” ya desde el título, nos hace pensar en la situación que el mundo está atravesando actualmente, sobre todo el genocidio en Gaza. Aquí se me ocurre tomar como referencia la canción “Morale” de Napalm Death, una de mis favoritas de esa banda. Le sigue “Concrete Cliffs”, que fue el single con video propio, y es una sucesión inclaudicable de mazazos que, por momentos, da lugar a la expresión más melódica de la voz. El solo de guitarra que suena hacia el final es verdaderamente épico. Todo termina con “Forest Service Road Blues”, una canción acústica que incorpora piano y violín, con Paparo demostrando que puede estar a la altura de Nick Cave. Una delicia agridulce. Ya estoy en condiciones de afirmar que será muy difícil elegir los mejores discos este año, pero “New Heaven” es un candidato gigantesco.
New Heaven (2024)
Relapse Records
1. New Heaven
2. Violet Seizures
3. Desolation’s Harp
4. Endless Grey
5. Gardens in the Dark
6. The Children the Bombs Overlooked
7. Concrete Cliffs
8. Forest Service Road Blues
Inter Arma (expresión latina que significa “en tiempos de guerra”), es un quinteto oriundo de Richmond, Virginia, que ha vuelto para impactarnos, una vez más, con su extraordinaria mezcla de doom, sludge, death y black metal borderline con lo psicodélico en su sentido más tétrico: el de un viaje mental oscuramente revelador. El grupo está formado por Mike Paparo (voz), Steven Russell (guitarra), Trey Dalton (guitarra), Joel Moore (bajo) y T.J. Childers (batería).
En esta ocasión, se trata de su cuarto álbum, dejando de lado el EP fundacional y la excelente colección de covers “Garbers Days Revisited” (2020), en la que supieron versionar desde Neil Young hasta NIN, pasando por Venom, Hüsker Dü y Prince. El disco de estudio anterior había sido el aclamado “Sulphur English” (2019). La edición, como ya es habitual, sigue a cargo del sello Relapse Records.
Creo que puede decirse que “New Heaven” es un disco brutalista. El brutalismo es un movimiento arquitectónico con una estética muy particular, de bases éticas y políticas. Se caracteriza por la construcción de estructuras imponentes, monolíticas, de concreto “en bruto”: gris, crudo, sin ornamentación. Buscaba una forma de belleza en la simpleza, el minimalismo, la fuerza, la honestidad y la funcionalidad. Un ejemplo de este tipo de arquitectura en Argentina está dado por las obras de Francisco Salamone. Más allá de las relaciones que pueden establecerse con los títulos de los tracks “Endless Grey” y “Concrete Cliffs” (y más aún con el video de este último), la extrapolación del estilo de un lenguaje artístico a otro no parece forzada, si bien, es cierto que hay quienes hablan de expresiones brutalistas en la música contemporánea “culta”. Muchos de los rasgos referidos se perciben en la actitud musical de Inter Arma, sobre todo en este nuevo disco.
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Las letras de Paparo abordan temas como las víctimas inocentes de las guerras, las adicciones, y otras formas de sufrimiento, en medio de una apatía social generalizada ante el infierno que viven muchas personas, desde niños hasta ancianos. No hay ninguna salvación que ofrecer, quizás lo máximo que se pueda hacer sea interrogarnos sinceramente acerca de las posibilidades de cambio, de alcanzar algún tipo de refugio práctico para afrontar la cotidianeidad.
El disco comienza con la canción que le da título, un golpe directo a pura disonancia que abre un portal en el que caemos vertiginosamente. La voz de Paparo es tan profundamente cavernosa como ya sabemos que puede serlo, y mientras las cuerdas erigen esas formas contundentes, la batería tiene un despliegue fenomenal. Hay pasajes que suenan a estados alterados de conciencia expresados en forma de sonido. No obstante, no importa cuán cacofónicos puedan ser los riffs, no dejan de tener cierto groove. Inter Arma no busca aproximarse al jazz como lo hace Imperial Triumphant, ni a un death metal “gótico” e intrincado como el de Ulcerate. Si bien me recuerda un poco a lo hecho por Philip H. Anselmo & the Illegals, sobre todo en su disco “Walk Through Exits Only” (2013), las comparaciones no pueden ser numerosas, porque la propuesta pretende ser, justamente, pura y genuinamente original.
“Violet Seizures” sigue asombrando con el arsenal percusivo y da la pauta de que la música de estos estadounidenses evita toda monotonía. La composición denota mucha dedicación y talento. La voz, rabiosa, adquiere un tinte similar al típico del black metal, en un track directo, más lineal en cuanto a su forma, que se acelera conforme avanza frenéticamente. El trabajo de Childers es increíble, tan preciso como implacable. Son interesantes los sutiles aportes de electrónica.
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“Desolation’s Harp” incrementa las demostraciones de bestialidad de la que Paparo es capaz. Las líneas de guitarra merecen todos los elogios posibles. Hay una belleza en lo que hacen, desde el punto de vista armónico, melódico y contrapuntístico, que merece ser resaltada a lo largo de todo el disco. “Endless Grey” es un track instrumental que sorprende con una sonoridad que remite a los primeros discos de Metallica. Es más, la ejecución del bajo recuerda a Cliff Burton, y eso es mucho decir. Ojalá hubieran extendido esta pieza un poco más. “Gardens in the Dark” nos trae la solemne voz limpia del líder, que quizás asuste más que la gutural. La canción tiene un aura darkwave que resulta tenebrosamente seductora y demuestra la increíble versatilidad de Inter Arma, algo que, de todas maneras, ya quedó claro para siempre con las versiones de clásicos que grabaron en su álbum anterior.
“The Children the Bombs Overlooked” ya desde el título, nos hace pensar en la situación que el mundo está atravesando actualmente, sobre todo el genocidio en Gaza. Aquí se me ocurre tomar como referencia la canción “Morale” de Napalm Death, una de mis favoritas de esa banda. Le sigue “Concrete Cliffs”, que fue el single con video propio, y es una sucesión inclaudicable de mazazos que, por momentos, da lugar a la expresión más melódica de la voz. El solo de guitarra que suena hacia el final es verdaderamente épico. Todo termina con “Forest Service Road Blues”, una canción acústica que incorpora piano y violín, con Paparo demostrando que puede estar a la altura de Nick Cave. Una delicia agridulce. Ya estoy en condiciones de afirmar que será muy difícil elegir los mejores discos este año, pero “New Heaven” es un candidato gigantesco.