


La noche del 15 de marzo en Albertslund, suburbios de Copenhague, prometía una velada especial con un show a beneficio de Ucrania. Originalmente, la fecha contaba con los locales Katla y los ucranianos 1914, pero debido al conflicto bélico, estos últimos no pudieron presentarse. En un gesto de solidaridad, los también daneses Afsky se sumaron al cartel, un cambio de último momento que fue recibido con entusiasmo por el público, reflejado en un exitoso sold out.
Los asistentes fueron recibidos por los oscuros paisajes sonoros de Offermose, un artista danés que sumergió la sala en una atmósfera densa y envolvente. Su set, basado en música ambiental con samplers, narraciones y susurros de una voz profunda y potente, mantuvo la atención de la audiencia durante 40 minutos y fue ampliamente aplaudido.
El primer gran plato fuerte de la noche fue Afsky, una de las bandas más prometedoras del black metal europeo. Desde el primer acorde, su show fue una auténtica aplanadora: un sonido demoledor, claro y visceral que resonaba en el cuerpo de los presentes. La batería, impecablemente ecualizada y ejecutada con precisión quirúrgica, construía una base sólida para que los poderosos riffs de guitarra sumergieran a la audiencia en un viaje de emociones crudas y turbulentas.
Destacó especialmente Ole Pedersen Luk, mente maestra detrás de Afsky y responsable de la composición y grabación de todos los instrumentos en estudio. Sus alaridos desgarradores, de una intensidad impresionante, parecían desafiar los límites de la resistencia vocal humana. Un talento indiscutible y una presentación brillante, empañada solo por un exceso de humo en el escenario que dificultaba la visibilidad del baterista.
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Llegó el turno de Katla, quienes, con una enorme bandera blanca de fondo con su nombre y la frase en danés “kærlighed og satan” (amor y Satán), dejaron claro su mensaje desde el primer instante. Su propuesta se cimenta en un doom metal pesado y crudo, con riffs directos, un bajo sólido que seguía la base de la batería y un baterista con un golpe contundente y primitivo. Un detalle curioso fue la ausencia de hi-hat en su batería, compensada por dos crash y un crash-ride, lo que daba un matiz particular a su sonido.
Las voces fueron otro de los puntos altos de la presentación: el baterista se encargó de los gritos más agudos, rozando el black metal, mientras que el bajista aportó guturales profundos y cavernosos. Cuando ambos se unían, el resultado era demoledor.
A pesar de algunas pausas por discursos de la banda, el ambiente no decayó en ningún momento. El público respondió con energía, desatando un pogo feroz, stage diving y crowd surfing en una comunión perfecta con la música.
Parte del set de Katla incluyó adelantos de su próximo disco Scandinavian Pain, que saldrá en una semana. Temas como “Dead Lovers” y “Taurus” marcaron la velada, con esta última sirviendo como cierre y contando con la participación especial de Ole Pedersen Luk, de Afsky. Un final apoteósico para una noche inolvidable.
A pesar del contratiempo inicial, la fecha fue un éxito absoluto, demostrando que cuando el metal se une por una causa, no hay obstáculos que detengan su fuerza. Una noche de amor, caos y la energía de Satán, elementos esenciales en la esencia del género.
Foto de portada: Facebook Oficial de Katla
Etiquetas: Afsky, Albertslund, Copenhague, Dinamarca, Katla, Offermose


La noche del 15 de marzo en Albertslund, suburbios de Copenhague, prometía una velada especial con un show a beneficio de Ucrania. Originalmente, la fecha contaba con los locales Katla y los ucranianos 1914, pero debido al conflicto bélico, estos últimos no pudieron presentarse. En un gesto de solidaridad, los también daneses Afsky se sumaron al cartel, un cambio de último momento que fue recibido con entusiasmo por el público, reflejado en un exitoso sold out.
Los asistentes fueron recibidos por los oscuros paisajes sonoros de Offermose, un artista danés que sumergió la sala en una atmósfera densa y envolvente. Su set, basado en música ambiental con samplers, narraciones y susurros de una voz profunda y potente, mantuvo la atención de la audiencia durante 40 minutos y fue ampliamente aplaudido.
El primer gran plato fuerte de la noche fue Afsky, una de las bandas más prometedoras del black metal europeo. Desde el primer acorde, su show fue una auténtica aplanadora: un sonido demoledor, claro y visceral que resonaba en el cuerpo de los presentes. La batería, impecablemente ecualizada y ejecutada con precisión quirúrgica, construía una base sólida para que los poderosos riffs de guitarra sumergieran a la audiencia en un viaje de emociones crudas y turbulentas.
Destacó especialmente Ole Pedersen Luk, mente maestra detrás de Afsky y responsable de la composición y grabación de todos los instrumentos en estudio. Sus alaridos desgarradores, de una intensidad impresionante, parecían desafiar los límites de la resistencia vocal humana. Un talento indiscutible y una presentación brillante, empañada solo por un exceso de humo en el escenario que dificultaba la visibilidad del baterista.
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Llegó el turno de Katla, quienes, con una enorme bandera blanca de fondo con su nombre y la frase en danés “kærlighed og satan” (amor y Satán), dejaron claro su mensaje desde el primer instante. Su propuesta se cimenta en un doom metal pesado y crudo, con riffs directos, un bajo sólido que seguía la base de la batería y un baterista con un golpe contundente y primitivo. Un detalle curioso fue la ausencia de hi-hat en su batería, compensada por dos crash y un crash-ride, lo que daba un matiz particular a su sonido.
Las voces fueron otro de los puntos altos de la presentación: el baterista se encargó de los gritos más agudos, rozando el black metal, mientras que el bajista aportó guturales profundos y cavernosos. Cuando ambos se unían, el resultado era demoledor.
A pesar de algunas pausas por discursos de la banda, el ambiente no decayó en ningún momento. El público respondió con energía, desatando un pogo feroz, stage diving y crowd surfing en una comunión perfecta con la música.
Parte del set de Katla incluyó adelantos de su próximo disco Scandinavian Pain, que saldrá en una semana. Temas como “Dead Lovers” y “Taurus” marcaron la velada, con esta última sirviendo como cierre y contando con la participación especial de Ole Pedersen Luk, de Afsky. Un final apoteósico para una noche inolvidable.
A pesar del contratiempo inicial, la fecha fue un éxito absoluto, demostrando que cuando el metal se une por una causa, no hay obstáculos que detengan su fuerza. Una noche de amor, caos y la energía de Satán, elementos esenciales en la esencia del género.