

El pasado lunes 22 de septiembre tuve la oportunidad de asistir al Zenith Tour de los escoceses Bleed From Within, quienes llegaron a Copenhague acompañados por dos propuestas de peso: Great American Ghost y After the Burial. El escenario elegido fue Amager Bio, una de las salas más confiables de la ciudad en lo que respecta a sonido, y que nuevamente estuvo a la altura de las circunstancias. La acústica impecable permitió que cada riff y cada golpe de batería se sintiera con claridad, mientras la iluminación, cuidadosamente programada, y la energía del público contribuían a crear un ambiente eléctrico desde el primer momento. Desde la entrada se percibía que iba a ser una noche intensa: camisetas de las bandas, conversaciones animadas y un clima de expectación que solo crece cuando tres nombres de peso se unen en una misma gira.
La jornada comenzó con Great American Ghost, directamente desde Boston. La banda abrió la noche con un set de treinta minutos de puro metalcore acelerado: baterías afiladas, riffs intensos y una sucesión de breakdowns que mantuvo al público en movimiento constante. A pesar de ser los primeros en subir, lograron conectar de inmediato con la gente, que respondió con circle pits y un clima cargado de energía positiva. Cada tema tenía su propio impulso y el público lo acompañaba sin descanso, generando una sensación de unión y adrenalina compartida. Se notaba que no era la primera vez que tocaban en Europa: su seguridad escénica y la forma en que manejaron los tiempos entre canciones transmitía profesionalismo y experiencia. Incluso en los momentos más extremos, la banda supo intercalar pasajes más lentos que daban un respiro momentáneo antes de volver a detonar.
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El segundo turno fue para After the Burial, banda referente del metalcore progresivo que, si bien no fue pionera, sí jugó un papel clave en ayudar a moldear el sonido moderno del djent. Los de Minnesota desplegaron un show de altísimo nivel técnico, con riffs densos y polirrítmicos, breakdowns precisos y una batería que no daba respiro. Recorrieron temas de Evergreen y Dig Deep, además de presentar su más reciente sencillo, “Hum From the Hollow”, adelanto de su próximo trabajo. Cada canción estaba ejecutada con una precisión quirúrgica, pero sin perder fuerza ni intensidad, y el público respondió con entusiasmo constante, arrojándose a los circle pits y acompañando cada cambio de ritmo. Su capacidad para combinar técnica y agresividad sin perder melodía quedó claramente en evidencia: es una banda que domina tanto el groove como la complejidad de sus estructuras, y eso hizo que su presentación fuera uno de los momentos más sólidos de la noche. Aun así, algunos clásicos de sus primeros discos habrían redondeado un show perfecto, y muchos asistentes lo comentaron entre tema y tema, señal de que su base de seguidores es tan exigente como fiel.
Finalmente llegó el momento de los protagonistas de la noche. Tras una breve espera, Bleed From Within apareció en escena y dio inicio a un espectáculo contundente que abrió con “Violent Nature” y “Zenith”, dos piezas que marcaron el rumbo de la velada. La banda se apoyó fuertemente en su último trabajo, Zenith, sin dejar de lado himnos recientes como “Sovereign” e “I Am Damnation”, pertenecientes a Shrine. La sala vibraba con cada riff, cada grito y cada pasaje melódico, mientras el público no dejaba de agitarse ni un instante. Era evidente que los escoceses han alcanzado un punto de madurez artística: su setlist estaba construido para mantener la intensidad sin saturar, alternando momentos de agresión con pasajes melódicos que servían como catarsis colectiva.
La presencia escénica de Scott Kennedy es imponente: con sus gritos desgarradores logra mantener la atención del público en cada instante. A ello se suma el aporte de Steven Jones, guitarrista y responsable de las voces limpias, que equilibran con fuerza y melodía los pasajes más intensos de la banda. El resto del conjunto sostuvo una ejecución impecable, destacándose el solo de batería de Ali Richardson, que elevó aún más la intensidad de la sala y arrancó una ovación espontánea. Uno de los momentos especiales de la noche fue la participación del vocalista de Great American Ghost en “Hands of Sin”, generando un cruce de energías que se sintió auténtico y vibrante, casi como un guiño a la hermandad que se había creado entre las bandas y el público durante toda la velada.
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El cierre no pudo ser más épico. Tras un recorrido de hora y media de riffs demoledores y melodías tan intensas como emotivas, la banda se despidió con “The End of All We Know” y “In Place of Your Halo”. Este último, adornado por el sonido de las gaitas en su versión de estudio, dejó la sensación de un final grandioso, aunque la presencia del instrumento en vivo habría llevado la experiencia a otro nivel. Aun así, la combinación de luz, sonido y movimiento del público hizo que el cierre se sintiera casi tangible: una explosión de adrenalina que quedará en la memoria de todos los presentes. Incluso después de que se encendieron las luces, muchos asistentes permanecían en el lugar comentando los momentos más intensos, señal de que el concierto había dejado huella.
En conclusión, Bleed From Within confirmó por qué es una de las bandas más sólidas y prometedoras dentro del metal moderno. Su visita a Copenhague se tradujo en un espectáculo potente, equilibrado y memorable, con una conexión inquebrantable entre la banda y el público. Fue una noche que reafirmó la vigencia y la fuerza del metalcore en toda su expresión y demostró que la escena europea sigue siendo un terreno fértil para propuestas que combinan técnica, agresividad y emoción. Para quienes estuvimos allí, quedará grabada como una fecha en la que tres bandas diferentes, pero complementarias, ofrecieron un espectáculo difícil de superar.


El pasado lunes 22 de septiembre tuve la oportunidad de asistir al Zenith Tour de los escoceses Bleed From Within, quienes llegaron a Copenhague acompañados por dos propuestas de peso: Great American Ghost y After the Burial. El escenario elegido fue Amager Bio, una de las salas más confiables de la ciudad en lo que respecta a sonido, y que nuevamente estuvo a la altura de las circunstancias. La acústica impecable permitió que cada riff y cada golpe de batería se sintiera con claridad, mientras la iluminación, cuidadosamente programada, y la energía del público contribuían a crear un ambiente eléctrico desde el primer momento. Desde la entrada se percibía que iba a ser una noche intensa: camisetas de las bandas, conversaciones animadas y un clima de expectación que solo crece cuando tres nombres de peso se unen en una misma gira.
La jornada comenzó con Great American Ghost, directamente desde Boston. La banda abrió la noche con un set de treinta minutos de puro metalcore acelerado: baterías afiladas, riffs intensos y una sucesión de breakdowns que mantuvo al público en movimiento constante. A pesar de ser los primeros en subir, lograron conectar de inmediato con la gente, que respondió con circle pits y un clima cargado de energía positiva. Cada tema tenía su propio impulso y el público lo acompañaba sin descanso, generando una sensación de unión y adrenalina compartida. Se notaba que no era la primera vez que tocaban en Europa: su seguridad escénica y la forma en que manejaron los tiempos entre canciones transmitía profesionalismo y experiencia. Incluso en los momentos más extremos, la banda supo intercalar pasajes más lentos que daban un respiro momentáneo antes de volver a detonar.
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El segundo turno fue para After the Burial, banda referente del metalcore progresivo que, si bien no fue pionera, sí jugó un papel clave en ayudar a moldear el sonido moderno del djent. Los de Minnesota desplegaron un show de altísimo nivel técnico, con riffs densos y polirrítmicos, breakdowns precisos y una batería que no daba respiro. Recorrieron temas de Evergreen y Dig Deep, además de presentar su más reciente sencillo, “Hum From the Hollow”, adelanto de su próximo trabajo. Cada canción estaba ejecutada con una precisión quirúrgica, pero sin perder fuerza ni intensidad, y el público respondió con entusiasmo constante, arrojándose a los circle pits y acompañando cada cambio de ritmo. Su capacidad para combinar técnica y agresividad sin perder melodía quedó claramente en evidencia: es una banda que domina tanto el groove como la complejidad de sus estructuras, y eso hizo que su presentación fuera uno de los momentos más sólidos de la noche. Aun así, algunos clásicos de sus primeros discos habrían redondeado un show perfecto, y muchos asistentes lo comentaron entre tema y tema, señal de que su base de seguidores es tan exigente como fiel.
Finalmente llegó el momento de los protagonistas de la noche. Tras una breve espera, Bleed From Within apareció en escena y dio inicio a un espectáculo contundente que abrió con “Violent Nature” y “Zenith”, dos piezas que marcaron el rumbo de la velada. La banda se apoyó fuertemente en su último trabajo, Zenith, sin dejar de lado himnos recientes como “Sovereign” e “I Am Damnation”, pertenecientes a Shrine. La sala vibraba con cada riff, cada grito y cada pasaje melódico, mientras el público no dejaba de agitarse ni un instante. Era evidente que los escoceses han alcanzado un punto de madurez artística: su setlist estaba construido para mantener la intensidad sin saturar, alternando momentos de agresión con pasajes melódicos que servían como catarsis colectiva.
La presencia escénica de Scott Kennedy es imponente: con sus gritos desgarradores logra mantener la atención del público en cada instante. A ello se suma el aporte de Steven Jones, guitarrista y responsable de las voces limpias, que equilibran con fuerza y melodía los pasajes más intensos de la banda. El resto del conjunto sostuvo una ejecución impecable, destacándose el solo de batería de Ali Richardson, que elevó aún más la intensidad de la sala y arrancó una ovación espontánea. Uno de los momentos especiales de la noche fue la participación del vocalista de Great American Ghost en “Hands of Sin”, generando un cruce de energías que se sintió auténtico y vibrante, casi como un guiño a la hermandad que se había creado entre las bandas y el público durante toda la velada.
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El cierre no pudo ser más épico. Tras un recorrido de hora y media de riffs demoledores y melodías tan intensas como emotivas, la banda se despidió con “The End of All We Know” y “In Place of Your Halo”. Este último, adornado por el sonido de las gaitas en su versión de estudio, dejó la sensación de un final grandioso, aunque la presencia del instrumento en vivo habría llevado la experiencia a otro nivel. Aun así, la combinación de luz, sonido y movimiento del público hizo que el cierre se sintiera casi tangible: una explosión de adrenalina que quedará en la memoria de todos los presentes. Incluso después de que se encendieron las luces, muchos asistentes permanecían en el lugar comentando los momentos más intensos, señal de que el concierto había dejado huella.
En conclusión, Bleed From Within confirmó por qué es una de las bandas más sólidas y prometedoras dentro del metal moderno. Su visita a Copenhague se tradujo en un espectáculo potente, equilibrado y memorable, con una conexión inquebrantable entre la banda y el público. Fue una noche que reafirmó la vigencia y la fuerza del metalcore en toda su expresión y demostró que la escena europea sigue siendo un terreno fértil para propuestas que combinan técnica, agresividad y emoción. Para quienes estuvimos allí, quedará grabada como una fecha en la que tres bandas diferentes, pero complementarias, ofrecieron un espectáculo difícil de superar.