


El Rock the Sun Festival de Barcelona fue un viaje en el tiempo que nos llevó a la época dorada del hard rock. Durante dos días, la carpa de el Poble Espanyol se convirtió en el epicentro de la música con guitarras afiladas y melodías inolvidables. que hicieron temblar la ciudad condal.
El viernes arrancó con los barceloneses Big Mouthers, liderados por Nacho Ibáñez “NAXXO” en la voz, Pinotti Drummer en la batería y Sandret en las cuerdas. La banda abrió con fuerza, desplegando temas propios que encendieron al público y prepararon el terreno para una velada memorable.
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Los suecos Remedy subieron el voltaje con un electrizante concierto que confirmó su condición de promesa del rock melódico. Desde la arrolladora “Living on the Edge” hasta el cierre con “Moon Has the Night”, ofrecieron un setlist cargado de nostalgia y emoción. Con piezas enérgicas como “Bad Blood” y “Thunder in the Dark” equilibradas con la sensibilidad de “Angelina” y “Crying Heart”, la banda brilló por su ejecución impecable y la voz poderosa de su vocalista. Un show que no solo honró a los clásicos del AOR, sino que reafirmó su capacidad para crear himnos propios.
El turno de Hitten fue una auténtica descarga de heavy metal. Con Alexx Panza liderando a voz en grito, los murcianos conquistaron el escenario desde el primer acorde, evocando la esencia más pura de la era dorada del género. Su repertorio fue un torbellino: “While Passion Lasts”, “Mr. Know It All”, la épica “Blood from a Stone” y la demoledora “Ride Out the Storm”. Dani Meseguer y Johnny Lorca brillaron en guitarras, fusionando estilos melódicos y agresivos en un duelo vibrante, mientras la base rítmica de Willy Medina y Satán sostuvo con contundencia momentos como “Hard Intentions (Secret Dancer)”. Los coros del público acompañaron con fuerza en “Twist of Fate” y “Eyes Never Lie”. El clímax llegó con “Hold Up the Night” y “Unholy Games”, antes de un cierre arrollador con “Built to Rock” y “In the Heat of the Night”. Una declaración de principios que dejó a todos exhaustos, pero felices.
Con The Night Flight Orchestra, la noche se vistió de neón. Liderados por el carismático Björn Strid y respaldados por las voces de Anna y Åsa, los suecos transformaron el concierto en una fiesta ochentera sin fin. Músicos de la talla de David Andersson, Sharlee D’Angelo, Richard Larsson, Jonas Källsbäck y Sebastian Forslund elevaron cada tema a otro nivel. El setlist fue un viaje retro, desde la potente “Stratus” y el contagioso ritmo de “Divinyls” hasta la emoción de “Gemini” o la melancolía de “This Boy’s Last Summer”. El público vibró con “Paloma”, coreó con entusiasmo “Satellite” y disfrutó del despliegue de energía en “Can’t Be That Bad” y “Transatlantic Blues”. El final fue una auténtica apoteosis: “Burn for Me”, el himno “White Jeans” y la emotiva “West Ruth Ave” coronaron una actuación que se vivió como una celebración total del rock.
El broche de oro llegó con Nestor, en lo que fue mucho más que un concierto: una auténtica carta de amor al AOR. Con Tobias Gustavsson desplegando su voz cálida y poderosa, la banda sueca demostró por qué su regreso en 2021 fue tan celebrado. Arrancaron con “We Come Alive” y el himno “Kids in a Ghost Town”, pasando por joyas como “In the Name of Rock ’n’ Roll”, “Perfect 10 (Eyes Like Demi Moore)” y la emotiva “The One That Got Away”. La energía se desató con “Signed in Blood”, “Stone Cold Eyes” y “Unchain My Heart”. La conexión con el público fue total en “Victorious” y “Caroline”. El final, con “Firesign”, “On the Run” y la juvenil “Teenage Rebel”, culminó en la épica “1989”, encapsulando la esencia del grupo y dejando una huella imborrable en la memoria de los asistentes.



El Rock the Sun Festival de Barcelona fue un viaje en el tiempo que nos llevó a la época dorada del hard rock. Durante dos días, la carpa de el Poble Espanyol se convirtió en el epicentro de la música con guitarras afiladas y melodías inolvidables. que hicieron temblar la ciudad condal.
El viernes arrancó con los barceloneses Big Mouthers, liderados por Nacho Ibáñez “NAXXO” en la voz, Pinotti Drummer en la batería y Sandret en las cuerdas. La banda abrió con fuerza, desplegando temas propios que encendieron al público y prepararon el terreno para una velada memorable.
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Los suecos Remedy subieron el voltaje con un electrizante concierto que confirmó su condición de promesa del rock melódico. Desde la arrolladora “Living on the Edge” hasta el cierre con “Moon Has the Night”, ofrecieron un setlist cargado de nostalgia y emoción. Con piezas enérgicas como “Bad Blood” y “Thunder in the Dark” equilibradas con la sensibilidad de “Angelina” y “Crying Heart”, la banda brilló por su ejecución impecable y la voz poderosa de su vocalista. Un show que no solo honró a los clásicos del AOR, sino que reafirmó su capacidad para crear himnos propios.
El turno de Hitten fue una auténtica descarga de heavy metal. Con Alexx Panza liderando a voz en grito, los murcianos conquistaron el escenario desde el primer acorde, evocando la esencia más pura de la era dorada del género. Su repertorio fue un torbellino: “While Passion Lasts”, “Mr. Know It All”, la épica “Blood from a Stone” y la demoledora “Ride Out the Storm”. Dani Meseguer y Johnny Lorca brillaron en guitarras, fusionando estilos melódicos y agresivos en un duelo vibrante, mientras la base rítmica de Willy Medina y Satán sostuvo con contundencia momentos como “Hard Intentions (Secret Dancer)”. Los coros del público acompañaron con fuerza en “Twist of Fate” y “Eyes Never Lie”. El clímax llegó con “Hold Up the Night” y “Unholy Games”, antes de un cierre arrollador con “Built to Rock” y “In the Heat of the Night”. Una declaración de principios que dejó a todos exhaustos, pero felices.
Con The Night Flight Orchestra, la noche se vistió de neón. Liderados por el carismático Björn Strid y respaldados por las voces de Anna y Åsa, los suecos transformaron el concierto en una fiesta ochentera sin fin. Músicos de la talla de David Andersson, Sharlee D’Angelo, Richard Larsson, Jonas Källsbäck y Sebastian Forslund elevaron cada tema a otro nivel. El setlist fue un viaje retro, desde la potente “Stratus” y el contagioso ritmo de “Divinyls” hasta la emoción de “Gemini” o la melancolía de “This Boy’s Last Summer”. El público vibró con “Paloma”, coreó con entusiasmo “Satellite” y disfrutó del despliegue de energía en “Can’t Be That Bad” y “Transatlantic Blues”. El final fue una auténtica apoteosis: “Burn for Me”, el himno “White Jeans” y la emotiva “West Ruth Ave” coronaron una actuación que se vivió como una celebración total del rock.
El broche de oro llegó con Nestor, en lo que fue mucho más que un concierto: una auténtica carta de amor al AOR. Con Tobias Gustavsson desplegando su voz cálida y poderosa, la banda sueca demostró por qué su regreso en 2021 fue tan celebrado. Arrancaron con “We Come Alive” y el himno “Kids in a Ghost Town”, pasando por joyas como “In the Name of Rock ’n’ Roll”, “Perfect 10 (Eyes Like Demi Moore)” y la emotiva “The One That Got Away”. La energía se desató con “Signed in Blood”, “Stone Cold Eyes” y “Unchain My Heart”. La conexión con el público fue total en “Victorious” y “Caroline”. El final, con “Firesign”, “On the Run” y la juvenil “Teenage Rebel”, culminó en la épica “1989”, encapsulando la esencia del grupo y dejando una huella imborrable en la memoria de los asistentes.