


Señor@s, la noche del jueves 2 de octubre quedará marcada en la memoria de los fans del metalcore en Barcelona. Más de una década después de su última visita a España, Killswitch Engage regresaron a lo grande, encabezando una fecha con un lineup increíble en la sala Razzmatazz, dentro del ciclo Route Resurrection Fest.
Las puertas se abrieron puntualmente a las 18:00, y poco después Employed To Serve irrumpieron con su descarga de hardcore. Su energía fue el detonante perfecto para calentar a un público que ya llenaba buena parte del recinto.
Formados en 2011 por Justine Jones y Sammy Urwin, los británicos se han convertido en una de las bandas más interesantes del metal contemporáneo. Su set combinó la furia de Conquering —álbum elegido por Loudwire entre los mejores de 2021— con adelantos de su próximo trabajo Fallen Star, incluyendo el reciente sencillo Atonement junto a Will Ramos (Lorna Shore). Justine dominó el escenario con presencia y carisma, mientras los riffs de Urwin mantenían la intensidad en cada tema. Fue una actuación breve, pero suficiente para reafirmar que el futuro del metal extremo británico está en buenas manos.
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A las 19:10 fue el turno de los ya clásicos Decapitated (Formados en 1996), desplegaron su inconfundible death metal técnico. Sus riffs y la pegada de la batería hicieron vibrar la sala, levantando los primeros pogos de la noche. Fundados en Polonia a finales de los 90 por Vogg (Wacław Kiełtyka), el grupo ha sabido reinventarse sin perder identidad. En Barcelona repasaron discos clave como Nihility y Cancer Culture, combinados con temas nuevos que mantienen su sonido preciso y contundente. Fue una demostración de oficio, con un público que respondió con respeto y entusiasmo.
Con Fit For An Autopsy, la cosa cambió de inmediato. Arrancaron con “Lower Purpose” (Una verdadera patada en la cara) y “It Comes for You”, dejando a todos con las manos arriba desde el primer acorde. Los de Nueva Jersey, liderados por Joe Badolato (que este año cumple una década en la banda), ofrecieron un show tremendo, combinando deathcore moderno con atmósferas densas y carga emocional.
La oscuridad de “Red Horizon” y “Hostage” se mezcló con la melancolía épica de “Pandora” y “The Sea of Tragic Beasts”, generando momentos intensos y cargados de sentimiento. El cierre con “Savior of None / Ashes of All” y “Far From Heaven” fue de los más coreados de la noche. Fit For An Autopsy demostró por qué hoy son una de las bandas más consistentes del metal moderno, dejando la sala lista para el acto principal.
Pasadas las 21:15, se encendieron las luces más fuertes y Razzmatazz reventó: era el momento de Killswitch Engage. Con un setlist que combinó clásicos y temas de su nuevo disco This Consequence, los de Massachusetts confirmaron su vigencia y su conexión con el público. Carisma inmediato, desde el primer segundo.
Los temas nuevos, como “Forever Aligned” y “Signal Fire”, encajaron perfectamente con los clásicos. Jesse Leach, impecable en lo vocal y entregado de principio a fin, se mostró agradecido y emocionado por volver a España después de tantos años.
El tramo final fue una sucesión de himnos: “My Curse”, “End of Heartache” y el cierre con “My Last Serenade”, que desató un canto unánime.




Señor@s, la noche del jueves 2 de octubre quedará marcada en la memoria de los fans del metalcore en Barcelona. Más de una década después de su última visita a España, Killswitch Engage regresaron a lo grande, encabezando una fecha con un lineup increíble en la sala Razzmatazz, dentro del ciclo Route Resurrection Fest.
Las puertas se abrieron puntualmente a las 18:00, y poco después Employed To Serve irrumpieron con su descarga de hardcore. Su energía fue el detonante perfecto para calentar a un público que ya llenaba buena parte del recinto.
Formados en 2011 por Justine Jones y Sammy Urwin, los británicos se han convertido en una de las bandas más interesantes del metal contemporáneo. Su set combinó la furia de Conquering —álbum elegido por Loudwire entre los mejores de 2021— con adelantos de su próximo trabajo Fallen Star, incluyendo el reciente sencillo Atonement junto a Will Ramos (Lorna Shore). Justine dominó el escenario con presencia y carisma, mientras los riffs de Urwin mantenían la intensidad en cada tema. Fue una actuación breve, pero suficiente para reafirmar que el futuro del metal extremo británico está en buenas manos.
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A las 19:10 fue el turno de los ya clásicos Decapitated (Formados en 1996), desplegaron su inconfundible death metal técnico. Sus riffs y la pegada de la batería hicieron vibrar la sala, levantando los primeros pogos de la noche. Fundados en Polonia a finales de los 90 por Vogg (Wacław Kiełtyka), el grupo ha sabido reinventarse sin perder identidad. En Barcelona repasaron discos clave como Nihility y Cancer Culture, combinados con temas nuevos que mantienen su sonido preciso y contundente. Fue una demostración de oficio, con un público que respondió con respeto y entusiasmo.
Con Fit For An Autopsy, la cosa cambió de inmediato. Arrancaron con “Lower Purpose” (Una verdadera patada en la cara) y “It Comes for You”, dejando a todos con las manos arriba desde el primer acorde. Los de Nueva Jersey, liderados por Joe Badolato (que este año cumple una década en la banda), ofrecieron un show tremendo, combinando deathcore moderno con atmósferas densas y carga emocional.
La oscuridad de “Red Horizon” y “Hostage” se mezcló con la melancolía épica de “Pandora” y “The Sea of Tragic Beasts”, generando momentos intensos y cargados de sentimiento. El cierre con “Savior of None / Ashes of All” y “Far From Heaven” fue de los más coreados de la noche. Fit For An Autopsy demostró por qué hoy son una de las bandas más consistentes del metal moderno, dejando la sala lista para el acto principal.
Pasadas las 21:15, se encendieron las luces más fuertes y Razzmatazz reventó: era el momento de Killswitch Engage. Con un setlist que combinó clásicos y temas de su nuevo disco This Consequence, los de Massachusetts confirmaron su vigencia y su conexión con el público. Carisma inmediato, desde el primer segundo.
Los temas nuevos, como “Forever Aligned” y “Signal Fire”, encajaron perfectamente con los clásicos. Jesse Leach, impecable en lo vocal y entregado de principio a fin, se mostró agradecido y emocionado por volver a España después de tantos años.
El tramo final fue una sucesión de himnos: “My Curse”, “End of Heartache” y el cierre con “My Last Serenade”, que desató un canto unánime.
