


Foto de Portada: CuervoDeth (Gentileza Metal-Argento)
El sábado 25 de octubre el CC Bula recibió a Integrity, una de las bandas fundamentales del hardcore que lleva más de tres décadas de carrera y una reputación construida sobre shows intensos que no perdonan. Buenos Aires los esperaba con un sold out que se fue llenando de a poco, mezclando veteranos del género con pibes dispuestos a sentir en carne propia qué significa esto del “holy terror”.
La noche arrancó con Courrieres, banda marplatense que puso las cosas en su lugar desde el inicio con su hardcore directo, sin vueltas. Luego subió Knockout, banda rosarina que claramente tiene a Hatebreed como referencia. su vocalista escupía palabras a velocidad de la luz, riffs pesados y entregando esa energía contenida que explotaba en cada tema. Abrieron con la intro “Territory” de Sepultura y a los pocos minutos la cosa ya estaba tomando temperatura. Con muy buena respuesta por parte del público se iba completando su set en la cual tuvo la participación de Diego de la banda Unánime para cantar una pieza que dejó a los presentes listos para lo que venía.
Mientras la sala terminaba de llenarse y la gente aprovechaba para comprar birras, fernets y algo de merch, el crew empezó a preparar el escenario para los headliners. La bandera con la portada del disco Closure (2006) fue un tema aparte: casi diez minutos tratando de colgarla, dándola vuelta al menos cinco veces, probando todas las posiciones posibles hasta que finalmente quedó como debía y para amenizar la espera, sonaron temazos de Judas Priest, una forma perfecta de calmar a las fieras que en minutos iban a convertir el lugar en un campo de batalla.
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Las luces se apagaron. Dwid Hellion subió al escenario y arrancaron. O intentaron arrancar, porque el micrófono se murió después de la primera avalancha de gente hacía el escenario. Pausa técnica. El cantante, sin dramatizar, pidió que no le sacaran el mic. Se solucionó rápido y ahí sí: el primer riff detonó todo. Lo que vino después fue exactamente lo que Integrity hace desde el 88. Hellion no canta, escupe, su voz raspa y corta. La guitarra tejía riffs oscuros, densos, la batería martillaba sin parar, el bajo sostenía todo desde abajo con ese peso necesario. No hubo solos virtuosos ni pausas, solo violencia sonora.
El público argentino respondió como se esperaba: efervescente, participativo, entregado. El pogo se armó fuerte y no paró. La gente se empujaba, formaba círculos, gritaba, subía al escenario. Tanta participación hubo que en momentos había más personas arriba de las tablas que músicos en la banda: hasta que se sumó una persona de seguridad del lugar para bajar a la fanaticada del pequeño escenario del Bula. Algunos de los temas ejecutados fueron “Psychological Warfare”, “Taste My Sin”, “Systems Overload” con una muy buena respuesta de los presentes, “Judgement Day” y más.
Lo curioso de Integrity en vivo es cómo mantienen esa tensión durante todo el set. Esa mezcla rara que tienen entre hardcore veloz, riffs metaleros pesados y algo más oscuro, más retorcido, se siente físico cuando lo tenés enfrente. No es solo música fuerte, es otra cosa. El set duró casi una hora y sonaron canciones de distintas épocas, desde los clásicos hasta material más reciente. Antes de cerrar, Hellion agradeció el sold out y se despidieron con el clásico cover “Hybrid Moments” de Misfits dejando el Bula en ruinas. Cuando terminó, quedó esa sensación de haber presenciado algo importante. No todos los días una banda con la historia de Integrity pasa por Buenos Aires.
Son pioneros, sí. Influyeron a bandas como Converge, Hatebreed, y en todo lo que vino después. Pero más allá de la historia y el legado, lo que importa es lo que pasa cuando están arriba de un escenario. Y ahí, Integrity sigue siendo una fuerza, es por eso que el Bula fue el lugar indicado para recibir a esta banda. Un espacio sin pretensiones, donde la música y el público son lo único que importa. Integrity llegó, tocó como solo ellos saben tocar, y se fue dejando a todos un poco más destruidos.
Etiquetas: Converge, Courrieres, Hardcore, Integrity, Knockout, Misfits, Noiseground


Foto de Portada: CuervoDeth (Gentileza Metal-Argento)
El sábado 25 de octubre el CC Bula recibió a Integrity, una de las bandas fundamentales del hardcore que lleva más de tres décadas de carrera y una reputación construida sobre shows intensos que no perdonan. Buenos Aires los esperaba con un sold out que se fue llenando de a poco, mezclando veteranos del género con pibes dispuestos a sentir en carne propia qué significa esto del “holy terror”.
La noche arrancó con Courrieres, banda marplatense que puso las cosas en su lugar desde el inicio con su hardcore directo, sin vueltas. Luego subió Knockout, banda rosarina que claramente tiene a Hatebreed como referencia. su vocalista escupía palabras a velocidad de la luz, riffs pesados y entregando esa energía contenida que explotaba en cada tema. Abrieron con la intro “Territory” de Sepultura y a los pocos minutos la cosa ya estaba tomando temperatura. Con muy buena respuesta por parte del público se iba completando su set en la cual tuvo la participación de Diego de la banda Unánime para cantar una pieza que dejó a los presentes listos para lo que venía.
Mientras la sala terminaba de llenarse y la gente aprovechaba para comprar birras, fernets y algo de merch, el crew empezó a preparar el escenario para los headliners. La bandera con la portada del disco Closure (2006) fue un tema aparte: casi diez minutos tratando de colgarla, dándola vuelta al menos cinco veces, probando todas las posiciones posibles hasta que finalmente quedó como debía y para amenizar la espera, sonaron temazos de Judas Priest, una forma perfecta de calmar a las fieras que en minutos iban a convertir el lugar en un campo de batalla.
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Las luces se apagaron. Dwid Hellion subió al escenario y arrancaron. O intentaron arrancar, porque el micrófono se murió después de la primera avalancha de gente hacía el escenario. Pausa técnica. El cantante, sin dramatizar, pidió que no le sacaran el mic. Se solucionó rápido y ahí sí: el primer riff detonó todo. Lo que vino después fue exactamente lo que Integrity hace desde el 88. Hellion no canta, escupe, su voz raspa y corta. La guitarra tejía riffs oscuros, densos, la batería martillaba sin parar, el bajo sostenía todo desde abajo con ese peso necesario. No hubo solos virtuosos ni pausas, solo violencia sonora.
El público argentino respondió como se esperaba: efervescente, participativo, entregado. El pogo se armó fuerte y no paró. La gente se empujaba, formaba círculos, gritaba, subía al escenario. Tanta participación hubo que en momentos había más personas arriba de las tablas que músicos en la banda: hasta que se sumó una persona de seguridad del lugar para bajar a la fanaticada del pequeño escenario del Bula. Algunos de los temas ejecutados fueron “Psychological Warfare”, “Taste My Sin”, “Systems Overload” con una muy buena respuesta de los presentes, “Judgement Day” y más.
Lo curioso de Integrity en vivo es cómo mantienen esa tensión durante todo el set. Esa mezcla rara que tienen entre hardcore veloz, riffs metaleros pesados y algo más oscuro, más retorcido, se siente físico cuando lo tenés enfrente. No es solo música fuerte, es otra cosa. El set duró casi una hora y sonaron canciones de distintas épocas, desde los clásicos hasta material más reciente. Antes de cerrar, Hellion agradeció el sold out y se despidieron con el clásico cover “Hybrid Moments” de Misfits dejando el Bula en ruinas. Cuando terminó, quedó esa sensación de haber presenciado algo importante. No todos los días una banda con la historia de Integrity pasa por Buenos Aires.
Son pioneros, sí. Influyeron a bandas como Converge, Hatebreed, y en todo lo que vino después. Pero más allá de la historia y el legado, lo que importa es lo que pasa cuando están arriba de un escenario. Y ahí, Integrity sigue siendo una fuerza, es por eso que el Bula fue el lugar indicado para recibir a esta banda. Un espacio sin pretensiones, donde la música y el público son lo único que importa. Integrity llegó, tocó como solo ellos saben tocar, y se fue dejando a todos un poco más destruidos.
Etiquetas: Converge, Courrieres, Hardcore, Integrity, Knockout, Misfits, Noiseground




