Nos trasladamos a la Sala Salamandra de Hospitalet, que se iba a convertir en el centro de una ceremonia de culto a un grande del black metal. O bien dicho, el referente más conocido y popular del género: El señor Olve Eikemo, más conocido como ABBATH.
Una noche helada en el invierno de Barcelona, adornaba la atmósfera para esas canciones que siempre tienen un “WINTER” en el medio. Las sombras de Abbath y su proyecto solista se iban a apoderar del escenario.
Velada que prometía ser memorable, con excelentes invitados como lo fueron Toxic Holocaust y Hellripper precalentando el ambiente para el acto principal.
La noche comenzaba temprano desde las 19.30 con Hellripper, banda británica de un solo integrante que se presentaría con sus músicos sesionistas. llevando a la audiencia a un viaje a través de riffs vertiginosos, de buena velocidad, con la fuerza de un speed metal mezclado con black muy bien logrado.
Luego nos cambiamos un poco al thrash con Toxic Holocaust y muchísimos seguidores que fueron especialmente a ver esta banda, un thrash muy clásico desde Portland, EEUU. que sirvió como catalizador para un público hambriento de energía. Con los Marshall de fondo, riffs veloces y ritmos de batería que rondaban los 180 BPM la mayoría del tiempo. Excelente sonido y recibimiento, que dejó el terreno listo para la tormenta sonora que se avecinaba.
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Con la audiencia totalmente enfocada, las luces se apagaron y el escenario se sumió en la oscuridad. El aura mística se apoderó de Salamandra cuando Abbath subió al escenario, emitiendo una presencia tan imponente como nos tiene acostumbrados.
Cuando Abbath salió, ya sabíamos que estábamos en algo grande. Con su inconfundible pintura facial, nos metió de lleno en su sonido único, empezando con “Triumph” (un clásico de Immortal). La vibra relajada, y un sonido muy muy alto y potente, al menos para los que estábamos más cerca del escenario.
Las capacidades de Abbath para crear esos riffs tan originales, en vivo se potencia muchísimo, se nota un trabajo y un talento que solo en directo se pueden apreciar.
El set continuó con algunas joyas propias como “Acid Haze” y “Dream Cull”, donde Abbath nos mostró que puede crear algo propio tan épico como sus días con Immortal. Las covers de Immortal, como “In My Kingdom Cold” y “Nebular Ravens Winter”, nos llevaron de vuelta a la nostalgia, pero con un toque fresco y renovado.
La intensidad del espectáculo se elevó aún más con “The Artifex” y “Warriors”, donde Abbath una vez más nos regaló su carisma “oscuro”.
El set culminó con “Endless”, dejando al público hambriento de más. Abbath abandonó el escenario entre aplausos y la promesa de que esta noche quedaría marcada en la memoria de todos los presentes.
Nos trasladamos a la Sala Salamandra de Hospitalet, que se iba a convertir en el centro de una ceremonia de culto a un grande del black metal. O bien dicho, el referente más conocido y popular del género: El señor Olve Eikemo, más conocido como ABBATH.
Una noche helada en el invierno de Barcelona, adornaba la atmósfera para esas canciones que siempre tienen un “WINTER” en el medio. Las sombras de Abbath y su proyecto solista se iban a apoderar del escenario.
Velada que prometía ser memorable, con excelentes invitados como lo fueron Toxic Holocaust y Hellripper precalentando el ambiente para el acto principal.
La noche comenzaba temprano desde las 19.30 con Hellripper, banda británica de un solo integrante que se presentaría con sus músicos sesionistas. llevando a la audiencia a un viaje a través de riffs vertiginosos, de buena velocidad, con la fuerza de un speed metal mezclado con black muy bien logrado.
Luego nos cambiamos un poco al thrash con Toxic Holocaust y muchísimos seguidores que fueron especialmente a ver esta banda, un thrash muy clásico desde Portland, EEUU. que sirvió como catalizador para un público hambriento de energía. Con los Marshall de fondo, riffs veloces y ritmos de batería que rondaban los 180 BPM la mayoría del tiempo. Excelente sonido y recibimiento, que dejó el terreno listo para la tormenta sonora que se avecinaba.
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Con la audiencia totalmente enfocada, las luces se apagaron y el escenario se sumió en la oscuridad. El aura mística se apoderó de Salamandra cuando Abbath subió al escenario, emitiendo una presencia tan imponente como nos tiene acostumbrados.
Cuando Abbath salió, ya sabíamos que estábamos en algo grande. Con su inconfundible pintura facial, nos metió de lleno en su sonido único, empezando con “Triumph” (un clásico de Immortal). La vibra relajada, y un sonido muy muy alto y potente, al menos para los que estábamos más cerca del escenario.
Las capacidades de Abbath para crear esos riffs tan originales, en vivo se potencia muchísimo, se nota un trabajo y un talento que solo en directo se pueden apreciar.
El set continuó con algunas joyas propias como “Acid Haze” y “Dream Cull”, donde Abbath nos mostró que puede crear algo propio tan épico como sus días con Immortal. Las covers de Immortal, como “In My Kingdom Cold” y “Nebular Ravens Winter”, nos llevaron de vuelta a la nostalgia, pero con un toque fresco y renovado.
La intensidad del espectáculo se elevó aún más con “The Artifex” y “Warriors”, donde Abbath una vez más nos regaló su carisma “oscuro”.
El set culminó con “Endless”, dejando al público hambriento de más. Abbath abandonó el escenario entre aplausos y la promesa de que esta noche quedaría marcada en la memoria de todos los presentes.