


La noche del 15 de mayo la Sala Garaje Beat Club de Murcia fue testigo de una potente descarga de punk y hardcore que reunió a tres generaciones distintas de la escena. La velada arrancó con Fuerza de Lucha, veteranos del hardcore alicantino formados en 1999, que salieron al escenario incluso antes del horario previsto, frente a un público aún escaso pero entregado. Su vocalista, Dario, con camiseta en apoyo al pueblo palestino, lanzó un mensaje combativo y emotivo, reivindicando la escena de la Vega Baja y celebrando la unión de asistentes venidos desde rincones tan diversos como Madrid y Panamá. El broche lo puso al lanzarse al pogo vestido de luchador, cerrando así su enérgico set de media hora.
Con puntualidad suiza y la sala aún a un tercio de ocupación, Crim tomó el relevo a las 21:30 con su característico punk-rock cargado de actitud y letras combativas. Aunque el público se mostró algo frío al inicio, los de Tarragona fueron ganando terreno con cada tema. A pesar de los problemas de sonido que incluyeron molestos acoples, la banda demostró tablas y oficio, apoyándose en los coros compartidos entre guitarra y bajo. Entre riffs afilados y una actitud sobria pero sólida, regalaron una versión de “Prince of the Rodeo” de The Hellacopters que fue de lo más celebrado de su repertorio.
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La sala, ya repleta y en ebullición, recibió a Agnostic Front pasadas las 22:30 entre los acordes de la intro de El bueno, el feo y el malo. La legendaria banda neoyorquina desató el caos desde el primer riff con himnos como “The Eliminator”, “For My Family” y “Old New York”. Aunque el sonido no estuvo del todo a la altura —saturación y una voz de Roger Miret visiblemente castigada—, la entrega de la banda y la conexión con el público fueron suficientes para mantener la intensidad durante todo el show. Los moshpits no cesaron y el repertorio repasó todas las épocas del grupo, con momentos álgidos como “Victim in Pain” y la versión de “Crucified” de Iron Cross.
A pesar de las deficiencias técnicas, la energía no decayó ni un segundo. Roger se mostró agradecido con la audiencia, la organización y las bandas teloneras, destacando el espíritu comunitario que siempre ha caracterizado al hardcore. El cierre fue apoteósico, con temas como “Gotta Go” y “Police State” que terminaron de desatar la locura entre los asistentes. Una noche intensa, de hermandad, pogo y reivindicación, que confirmó que el espíritu del hardcore sigue tan vivo como siempre en cada acorde, cada salto y cada grito desde el foso.



La noche del 15 de mayo la Sala Garaje Beat Club de Murcia fue testigo de una potente descarga de punk y hardcore que reunió a tres generaciones distintas de la escena. La velada arrancó con Fuerza de Lucha, veteranos del hardcore alicantino formados en 1999, que salieron al escenario incluso antes del horario previsto, frente a un público aún escaso pero entregado. Su vocalista, Dario, con camiseta en apoyo al pueblo palestino, lanzó un mensaje combativo y emotivo, reivindicando la escena de la Vega Baja y celebrando la unión de asistentes venidos desde rincones tan diversos como Madrid y Panamá. El broche lo puso al lanzarse al pogo vestido de luchador, cerrando así su enérgico set de media hora.
Con puntualidad suiza y la sala aún a un tercio de ocupación, Crim tomó el relevo a las 21:30 con su característico punk-rock cargado de actitud y letras combativas. Aunque el público se mostró algo frío al inicio, los de Tarragona fueron ganando terreno con cada tema. A pesar de los problemas de sonido que incluyeron molestos acoples, la banda demostró tablas y oficio, apoyándose en los coros compartidos entre guitarra y bajo. Entre riffs afilados y una actitud sobria pero sólida, regalaron una versión de “Prince of the Rodeo” de The Hellacopters que fue de lo más celebrado de su repertorio.
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A pesar de las deficiencias técnicas, la energía no decayó ni un segundo. Roger se mostró agradecido con la audiencia, la organización y las bandas teloneras, destacando el espíritu comunitario que siempre ha caracterizado al hardcore. El cierre fue apoteósico, con temas como “Gotta Go” y “Police State” que terminaron de desatar la locura entre los asistentes. Una noche intensa, de hermandad, pogo y reivindicación, que confirmó que el espíritu del hardcore sigue tan vivo como siempre en cada acorde, cada salto y cada grito desde el foso.