


La noche del sábado en la Sala Razzmatazz de Barcelona fue una auténtica celebración del metal nacional en todas sus vertientes. Tres bandas de distintas generaciones se dieron cita para ofrecer una velada arrolladora: la frescura y energía de Whitedemon, el thrash salvaje y combativo de Terminal Violence, y el trono indiscutible del género en manos de Angelus Apatrida, quienes celebraban su vigesimoquinto aniversario. Una combinación perfecta que dejó claro que la escena sigue viva, creciendo y con un futuro prometedor.
Los encargados de abrir fuego fueron Whitedemon, una joven formación que sigue demostrando por qué se habla tanto de ellos dentro de la nueva hornada del metal estatal. Con una puesta en escena firme y una actitud desbordante, el quinteto liderado por Elba Blanco ofreció un show intenso y variado, donde temas como “Doppelgänger” y “Hekate” mostraron su lado más oscuro y contundente, mientras que piezas como “Lucifer” o “Fairytale”, extraídas de su último trabajo Fairytale, dejaron entrever su gusto por los contrastes y la experimentación. Técnica, garra y una química sobre el escenario que confirma que Whitedemon no son una promesa, sino una realidad que pisa fuerte.
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A continuación, Terminal Violence tomaron el relevo con una descarga de thrash metal “old school” que convirtió la pista en un hervidero de pogos, empujones y headbanging. Desde el primer compás de “Instinct Suppressor”, la banda impuso su ley con riffs demoledores y coros que incitaron a la locura colectiva. Su repertorio, centrado en el álbum Moshocalypse y el EP Warhole, no dio tregua en ningún momento. Canciones como “Wild Beasts” o “Zombie Mosher” mantuvieron el pulso en lo más alto, mientras que “Fuck The System” y “All Hail Zyon” sirvieron para canalizar toda la rabia y energía del público. Sin duda, una banda destinada a escalar rápido en la escena thrash nacional.
El ambiente estaba al rojo vivo cuando Angelus Apatrida aparecieron sobre el escenario, desatando un vendaval sonoro que hizo temblar los cimientos del Razzmatazz. Con 25 años de trayectoria a sus espaldas, los de Albacete demostraron por qué siguen siendo el estandarte indiscutible del metal español. “Clockwork” fue el pistoletazo de salida de un show demoledor, seguido por joyas como “Indoctrinate”, “Snob” o “We Stand Alone”, que combinaron técnica, velocidad y una entrega absoluta. La banda se mostró cercana, disfrutando de cada segundo, mientras el público coreaba cada riff y cada estribillo con una devoción inquebrantable.
La segunda parte del concierto fue una auténtica avalancha de clásicos. Temas como “Of Men And Tyrants”, “Sharpen The Guillotine” o “Versus The World” sonaron con la misma fuerza que el primer día, reforzando la conexión entre banda y seguidores. La puesta en escena fue sobria pero efectiva, con luces, humo y una guillotina que añadió dramatismo al tramo final del espectáculo. Cerraron con una doble estocada de pura furia: “Thrash Attack” y “You’re Next”, dos himnos que levantaron al público y sellaron una actuación memorable.
En definitiva, fue una noche para recordar: Whitedemon aportaron frescura, Terminal Violence prendieron la mecha, y Angelus Apatrida demostraron que siguen reinando en lo más alto del metal nacional. Tres generaciones, un mismo espíritu y una misma pasión que hicieron vibrar a Barcelona en una velada que pasará a la historia del thrash patrio.



La noche del sábado en la Sala Razzmatazz de Barcelona fue una auténtica celebración del metal nacional en todas sus vertientes. Tres bandas de distintas generaciones se dieron cita para ofrecer una velada arrolladora: la frescura y energía de Whitedemon, el thrash salvaje y combativo de Terminal Violence, y el trono indiscutible del género en manos de Angelus Apatrida, quienes celebraban su vigesimoquinto aniversario. Una combinación perfecta que dejó claro que la escena sigue viva, creciendo y con un futuro prometedor.
Los encargados de abrir fuego fueron Whitedemon, una joven formación que sigue demostrando por qué se habla tanto de ellos dentro de la nueva hornada del metal estatal. Con una puesta en escena firme y una actitud desbordante, el quinteto liderado por Elba Blanco ofreció un show intenso y variado, donde temas como “Doppelgänger” y “Hekate” mostraron su lado más oscuro y contundente, mientras que piezas como “Lucifer” o “Fairytale”, extraídas de su último trabajo Fairytale, dejaron entrever su gusto por los contrastes y la experimentación. Técnica, garra y una química sobre el escenario que confirma que Whitedemon no son una promesa, sino una realidad que pisa fuerte.
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El ambiente estaba al rojo vivo cuando Angelus Apatrida aparecieron sobre el escenario, desatando un vendaval sonoro que hizo temblar los cimientos del Razzmatazz. Con 25 años de trayectoria a sus espaldas, los de Albacete demostraron por qué siguen siendo el estandarte indiscutible del metal español. “Clockwork” fue el pistoletazo de salida de un show demoledor, seguido por joyas como “Indoctrinate”, “Snob” o “We Stand Alone”, que combinaron técnica, velocidad y una entrega absoluta. La banda se mostró cercana, disfrutando de cada segundo, mientras el público coreaba cada riff y cada estribillo con una devoción inquebrantable.
La segunda parte del concierto fue una auténtica avalancha de clásicos. Temas como “Of Men And Tyrants”, “Sharpen The Guillotine” o “Versus The World” sonaron con la misma fuerza que el primer día, reforzando la conexión entre banda y seguidores. La puesta en escena fue sobria pero efectiva, con luces, humo y una guillotina que añadió dramatismo al tramo final del espectáculo. Cerraron con una doble estocada de pura furia: “Thrash Attack” y “You’re Next”, dos himnos que levantaron al público y sellaron una actuación memorable.
En definitiva, fue una noche para recordar: Whitedemon aportaron frescura, Terminal Violence prendieron la mecha, y Angelus Apatrida demostraron que siguen reinando en lo más alto del metal nacional. Tres generaciones, un mismo espíritu y una misma pasión que hicieron vibrar a Barcelona en una velada que pasará a la historia del thrash patrio.
















