El nuevo ciclo de los norteamericanos Bad Wolves no podía haber empezado peor y es que a la salida de su ahora ex-frontman Tommy Vext, se le ha sumado una guerra constante entre él y el guitarrista Doc Coyle que parece no tener fin.

Afortunadamente la banda ha editado su tercer disco de estudio ya con Daniel “DL” Laskiewicz como nuevo vocalista y dispuesto a demostrar que es un digno sustituto de Vext además de aportar a Bad Wolves su toque personal.

Desde la inicial y furiosa “Scared Kids”, la banda deja clara su intención de dejar el pasado atrás y encarar esta nueva etapa con las pilas recargadas y lo cierto es que este tema a medio camino entre Disturbed, BFMV y 5FDP es el pistoletazo perfecto para este nuevo trabajo.

Daniel se maneja muy bien en los registros tanto melódicos como guturales, quizás su voz no es tan profunda como la de Vext pero mantiene una muy buena línea parecida a compañeros como Adam Gontier (Saint Asonia) o Ben Burnley (Breaking Benjamin) así como a Ivan Moody (5FDP).

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Un poquito más melódica es “Never Be The Same”, que podría haber encajado en su disco anterior y en la cual destacamos el espectacular solo de guitarra a cargo de Doc que hará las delicias de los seguidores de la banda y que seguro suena aún más potente en directo y lo mismo ocurre con “Lifeline” (con un parecido más que considerable a ciertas canciones de Daughtry), la cual fue elegida como single y resume un poco lo que nos vamos a encontrar en este tercer trabajo de la banda.

Quizás en la trilogía que viene a continuación vemos el lado más “radiofónico” de la banda, el más melódico pero que enganchará a más de un curioso seguramente ya que temas como “Wildfire”,”Comatose” y “Gone” son tan pegadizas como certeras aunque por otro lado no aportan gran cosa al resultado final ya que sus trucos los hemos visto en los dos discos anteriores.

Nos quedamos con la hermosa “Wildfire” que es una suerte de medio tiempo con un precioso solo de guitarra a cargo de Doc y que podría ser su “Hear Me Now” de este disco sin lugar a dudas llegando a emocionar al oyente con solo una escucha.

La contundencia sonora vuelve de la mano de “On The Case”, que sirve como contraste a las tres anteriores y nos muestra a un Daniel explosivo en las partes más agresivas y muy centrado en el estribillo que podría recordar un poquito a bandas como Atreyu o 5FDP y lo que hacen en la actualidad.

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Con la siguiente pieza nos invade un poquito la nostalgia y es que si me dijesen que “If Tomorrow Never Comes” es del 2007 o 2010 me lo creería ya que la pieza transporta a otras épocas y tiene ecos de bandas tan populares por aquellos días como Rev Theory,Three Days Grace o incluso la cara más cañera de Nickelback pero lejos de sonar como algo “pasado de moda” lo cierto es que es una de las canciones más redondas del disco.

Bajamos un poquito las revoluciones con la semi-acústica “Springfield Summer” que nos transporta a una tarde de verano o primavera en cualquier playa o parque contemplando un atardecer que parece no llegar nunca y que seguro más de uno la escuchará cuando llegue la próxima primavera.

Mucho más rockera y potente es “House Of Cards” pero sin perder el toque melódico y la intensidad en ningún momento, podría ser una de las sorpresas del disco ya que es bastante superior a algunas de las primeras canciones del mismo y lo mismo engancha a un fan de Stone Sour que a uno de Shinedown juntando lo mejor del ADN de ambas bandas. Una vez más brillante la labor de Doc a las seis cuerdas que se complementa con la base rítmica y con la voz de Daniel para redondear esta notable pieza de Bad Wolves.

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Cerramos el disco con la intensísima “Classical”, que no se muy bien como no está más arriba en el tracklist final del disco pero que encaja muy bien con el resto de cortes y seguro que provoca más de un pogo gigante a la hora de llevarla al directo, por el contrario la final “In The Middle” con ese inicio a lo Breaking Benjamin o Flyleaf nos trae la paz y las armonías necesarias tras un disco bastante intenso y contundente.

Siendo justos, el disco suena muy bien y el nuevo vocalista cumple bastante bien con su función, ya que domina los registros en los que se maneja de forma más que notable. Quizás el problema esté en que lo que escuchamos aquí no sólo ya lo hemos oído en sus dos discos anteriores sino que hay muchísimos compañeros de profesión haciendo un estilo similar con lo cual no destaca tanto como nos hubiese gustado.

Esto no quita que sea un buen disco de metal/rock alternativo moderno y que esperamos que en su siguiente disco den el golpe definitivo para ponerse a la altura de los grandes nombres del género, de momento la banda ha vuelto con aires renovados y con un muy buen disco, poco más les podemos pedir tras todo el caos interno que han vivido este último año y medio.