She Reaches Out To She Reaches Out To She (2024)
Loma Vista Recordings
Tracklist:
1. Whispers in the Echo Chamber
2. House of Self-Undoing
3. Everything Turns Blue
4. Tunnel Lights
5. The Liminal
6. Eyes Like Nightshade
7. Salt
8. Unseen World
9. Place in the Sun
10. Dusk
Imaginemos que la Madonna de la canción “Frozen” (1998) se hubiera disociado de la artista, a modo de un alter ego, para incursionar por sí misma en los caminos más melancólicos y expresar las emociones de su propio viaje mediante la música. Algo así me inspiró Chelsea Wolfe cuando empecé a escucharla hace muchos años. Hoy la llaman la Reina de la Oscuridad (como a Madonna la Reina del Pop), y si bien no me interesa discutir la validez del apodo, no quisiera dejar de recordar figuras legendarias como la de Diamanda Galás, Lydia Lunch y Jarboe, que bien podrían merecer el mismo título. También los momentos más “dark” de Patti Smith, Annie Lennox, PJ Harvey o incluso Tori Amos… Por suerte, las últimas dos décadas se han destacado por la cantidad de mujeres solistas que ganaron terreno en los espacios más lúgubres del sonido, algunas más “pop” como Björk y Lana Del Rey, y otras más “under” como Emma Ruth Rundle, Zola Jesus, Julie Christmas, A,A, Williams, Reverend Kristin Michael Hayter (ex Lingua Ignota), Darkher, Dorthia Cottrell, Uboa y Ethel Cain, solo por mencionar algunas.
En cualquier caso, Chelsea Wolfe se ganó un lugar bien alto y este séptimo álbum (aparte de colaboraciones como “Bloodmoon: I” de 2021, junto con la banda post-hardcore Converge, o su disco en vivo grabado en el Roadburn Festival de 2012) no hace más que confirmarlo muy fuertemente. A lo largo de su carrera, la estadounidense ha ido creando una música que combina momentos pesados de estilo post-metal, electrónica y folk en la veta Gothic Americana y, en ese recorrido, hallaremos rastros de la influencia de muchas de las referencias anteriormente nombradas: es de buena reina saber en quién apoyarse.
Te puede interesar, Reseña: Roscian – The First Disgrace (2024)
“Whispers in the Echo Chamber” fue el primer single. Una canción apesadumbrada, densa y tensa, casi enervante. La base electrónica resulta crucial, con reminiscencias de trip-hop, hasta que, sorprendentemente, irrumpe un riff de guitarra afilado y violento. “House of Self-Undoing” acelera notablemente el ritmo, haciendo de este track el más rápido de todo el disco, y el más “industrial”. Luego, “Everything Turns Blue”, tercer single, resulta mucho más melódico, con un estribillo encantador. La voz es de una tristeza dulce, seductora, que nos transporta a espacios de sueño, bastante alejados del clima del álbum previo, “The Birth of Violence” (2019), que era mucho más acústico y terrenal, hasta podría decirse “rutero”. “Tunnel Lights”, que fue el segundo single, es otra pieza de musicalidad magistral. Incorpora a la perfección un piano jazzero y el canto vuelve a ser sublime.
“The Liminal” sigue dando bastante espacio a las teclas, aunque con un enfoque más etéreo de gran belleza. “Eyes Like Nightshade” es el momento de electrónica más retorcida y “Salt” es una canción bastante minimalista, que sigue ahondando en el lado trip-hop de este disco, con ecos inevitables de Massive Attack, Tricky y Portishead, así como de Björk. Lo mismo puede decirse de “Unseen World”, aunque en esta ocasión la percusión adquiere un carácter casi ritual y hay cierta sonoridad étnica. “A Place in the Sun” es una canción sombría que da protagonismo al piano y donde la voz alcanza los puntos más agudos de su registro. El final llega con “Dusk”, otra obra maestra, memorable, que termina con un solo de guitarra que casi compensa la falta de notoriedad del instrumento en este álbum en comparación con otros. Así culmina un gran trabajo que, sin dudas, sobresaldrá en el paisaje musical de este año.
She Reaches Out To She Reaches Out To She (2024)
Loma Vista Recordings
Tracklist:
1. Whispers in the Echo Chamber
2. House of Self-Undoing
3. Everything Turns Blue
4. Tunnel Lights
5. The Liminal
6. Eyes Like Nightshade
7. Salt
8. Unseen World
9. Place in the Sun
10. Dusk
Imaginemos que la Madonna de la canción “Frozen” (1998) se hubiera disociado de la artista, a modo de un alter ego, para incursionar por sí misma en los caminos más melancólicos y expresar las emociones de su propio viaje mediante la música. Algo así me inspiró Chelsea Wolfe cuando empecé a escucharla hace muchos años. Hoy la llaman la Reina de la Oscuridad (como a Madonna la Reina del Pop), y si bien no me interesa discutir la validez del apodo, no quisiera dejar de recordar figuras legendarias como la de Diamanda Galás, Lydia Lunch y Jarboe, que bien podrían merecer el mismo título. También los momentos más “dark” de Patti Smith, Annie Lennox, PJ Harvey o incluso Tori Amos… Por suerte, las últimas dos décadas se han destacado por la cantidad de mujeres solistas que ganaron terreno en los espacios más lúgubres del sonido, algunas más “pop” como Björk y Lana Del Rey, y otras más “under” como Emma Ruth Rundle, Zola Jesus, Julie Christmas, A,A, Williams, Reverend Kristin Michael Hayter (ex Lingua Ignota), Darkher, Dorthia Cottrell, Uboa y Ethel Cain, solo por mencionar algunas.
En cualquier caso, Chelsea Wolfe se ganó un lugar bien alto y este séptimo álbum (aparte de colaboraciones como “Bloodmoon: I” de 2021, junto con la banda post-hardcore Converge, o su disco en vivo grabado en el Roadburn Festival de 2012) no hace más que confirmarlo muy fuertemente. A lo largo de su carrera, la estadounidense ha ido creando una música que combina momentos pesados de estilo post-metal, electrónica y folk en la veta Gothic Americana y, en ese recorrido, hallaremos rastros de la influencia de muchas de las referencias anteriormente nombradas: es de buena reina saber en quién apoyarse.
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“Whispers in the Echo Chamber” fue el primer single. Una canción apesadumbrada, densa y tensa, casi enervante. La base electrónica resulta crucial, con reminiscencias de trip-hop, hasta que, sorprendentemente, irrumpe un riff de guitarra afilado y violento. “House of Self-Undoing” acelera notablemente el ritmo, haciendo de este track el más rápido de todo el disco, y el más “industrial”. Luego, “Everything Turns Blue”, tercer single, resulta mucho más melódico, con un estribillo encantador. La voz es de una tristeza dulce, seductora, que nos transporta a espacios de sueño, bastante alejados del clima del álbum previo, “The Birth of Violence” (2019), que era mucho más acústico y terrenal, hasta podría decirse “rutero”. “Tunnel Lights”, que fue el segundo single, es otra pieza de musicalidad magistral. Incorpora a la perfección un piano jazzero y el canto vuelve a ser sublime.
“The Liminal” sigue dando bastante espacio a las teclas, aunque con un enfoque más etéreo de gran belleza. “Eyes Like Nightshade” es el momento de electrónica más retorcida y “Salt” es una canción bastante minimalista, que sigue ahondando en el lado trip-hop de este disco, con ecos inevitables de Massive Attack, Tricky y Portishead, así como de Björk. Lo mismo puede decirse de “Unseen World”, aunque en esta ocasión la percusión adquiere un carácter casi ritual y hay cierta sonoridad étnica. “A Place in the Sun” es una canción sombría que da protagonismo al piano y donde la voz alcanza los puntos más agudos de su registro. El final llega con “Dusk”, otra obra maestra, memorable, que termina con un solo de guitarra que casi compensa la falta de notoriedad del instrumento en este álbum en comparación con otros. Así culmina un gran trabajo que, sin dudas, sobresaldrá en el paisaje musical de este año.