Y como todo lo bueno, en algún momento se tenía que acabar… Llegaba la última jornada de Copenhell con unas cuantas sorpresas, un clima que dejó que todo transcurriera sin lamentar pérdidas materiales, y por supuesto, toneladas y toneladas de diferentes tipos de metales.

Los canadienses Spectral Wound se presentaron en el escenario Gehenna, repasando sus dos larga duración plagados de un death metal ambiental con mucha violencia y sentimiento. Visualmente, la banda se presentaba pintada como si recién estuvieran salidos de la tumba, lo que se reflejaba p erfectamente en su música. También presentaron una nueva canción, que formará parte de su tercer disco, que se encuentra en plena grabación.

Tan solo 15 minutos después, otro de los actos locales pisaba el escenario secundario, o eso parecía. Los daneses Livløs tuvieron que esperar hasta que el mecanismo que sostenía la escenografía de la banda funcionara para poder dar comienzo al espectáculo, ¡y vaya que valió la pena esperar! Luego de una breve introducción acústica con la canción “Kistefjael”, estalló la distorsión de las filosas guitarras y la velocidad de la batería con “Drenched in Turmoil”, que forman parte de su primer trabajo discográfico y que también están pegadas una detrás de la otra. Una excelente performance, dueña de un sonido y una presencia imponentes en el escenario.

La primer visita del día al escenario Pandemonium, se dió gracias a Forever Still y su emocional e introspectivo metal alternativo local. Liderados por la vocalista Maja Shining y el multi-instrumentista Mikkel Haastrup, también repasaron sus dos discos de 2018 y 2021. Forever Still tiene una buena conexión con su audiencia y busca involucrar al público durante el concierto. Maja Shining interactúa con los asistentes, los anima a cantar en los momentos clave de las canciones, generando una experiencia participativa.

Otro de los que no sabe decir “suficiente”, es el casi octogenario ex-ZZ Top, Billy F. Gibbons. Probablemente el momento más cringe de todo el festival (superando hasta la carpa de karaoke metalero), fue haber visto tablas de skate detrás del viejo Billy… ¿O lo más cringe era que estaban pintadas con el logo de Playboy? ¿O, tal vez, ha sido el hecho de escuchar la misma canción una y otra y otra y otra y otra vez hasta que perdiese el sentido? Lo cierto, es que la presentación del barbas ha sido de lo más aburrido (y hasta patético) del festival. Esperamos que para la próxima edición, el amable caballero encuentre la comodidad en el sofá de su mansión costera. Pueden escuchar más de Billy F. Gibbons a través del siguiente… No, mejor no. Prefiero que sigan leyendo sin dormirse.

Y como todo lo que baja, tiene que subir, Angus McSix tenía la enorme responsabilidad de volver a despertar al público, y para eso, el ex-Gloryhammer es un natural. Con la estética de su álbum debut Angus McSix and the Sword of Power la banda irrumpió con una sonrisa en la cara (excepto Archdemon Seebulon que no puede sonreír) y con la fantasiosa vestimenta de sus vídeos. Tocando canciones de su único álbum, y la vara no paraba de subir canción tras canción con una claridad en el sonido, como en el concepto exagerado de la banda. Muy recomendable para quienes vivieron la época de oro del metal épico. Cabe recordar que el álbum también está editado con una versión deluxe que incluye las canciones del disco, pero en versiones orquestales.

Hay bandas que podrían tocar en cualquier festival, sea del estilo de música que sea y una de ellas es nuestro próximo acto: Fishbone. Los siempre divertidos americanos fueron los responsables de poner a bailar a toda la audiencia con su mezcla de estilos musicales que viajan desde el reggae, el ska, R&B, punk y hasta heavy metal. Si bien la audiencia se notó un poco escéptica al inicio del concierto, con el pasar de las canciones, fue demostrando un poco más de compromiso y apoyo a la banda.

No estábamos del todo preparados para lo que iba a llegar. Al menos yo no lo estaba. Después de haberlos visto en 2016 en un show bastante decepcionante, iba a ser mi segunda vez presenciando a los Ghost en directo. Con una audiencia igualmente ansiosa, los liderados por Tobias Forge subieron a un hermoso escenario decorado como una iglesia con vitrales para llevar su Re-Imperator Tour a las tierras danesas. Sin dudas el mejor concierto de todo el festival, tanto por el sonido, como por la ejecución musical y ni hablar de la pomposa puesta en escena a la que nos tiene acostumbrados la banda sueca. Como no puedo destacar ningún punto negativo del concierto (por más esfuerzo que le ponga), me lo voy a inventar: no tocaron la canción “Miasma”. No podemos esperar a ver de nuevo a Ghost en directo, pero por el momento, los seguiremos escuchando a través del siguiente enlace de Spotify.

Todo lo animado que se puede estar después de haber caminado 20 kilómetros por día durante los últimos cuatro días, nos encontrábamos con Spiritbox. Los canadienses sacaron a dar un paseo a las canciones de su primer y único álbum de 2021 Eternal Blue. Liderados por Courtney LaPlante, la joven banda presenta una energía infinita en directo, mezclando la pesadez del metalcore con la emotividad del metal moderno. Acto muy recomendado si la banda llega a visitar la ciudad en la que se encuentren.

Y para seguir con la temática enmascarada del día, los portugueses Gaerea nos traerían un show brutal en el escenario pequeño del recinto, y el único que a partir de ahora visitaríamos con el equipo de Track to Hell. Con su death metal esotérico, ocultista y ambiental, los encapuchados nos llevaron por el viaje oscuro que representa su discografía, y sobre todo el álbum Mirage del año pasado. Pocas bandas transmitieron tanta conexión como Gaerea, ya sea a través de los dramáticos movimientos de su vocalista o de los riffs graves y pesados de sus guitarras.

Otra de las grandes cabezas de cartel se preparaba para salir al escenario, los americanos Guns N’ Roses… Pero como no estaba permitido el personal de prensa por pedido de la banda, nos dedicamos a despedirnos de ese cerdo que tantas alegrías nos dió. Y me estoy refiriendo al que servían en el puesto de comidas de Copenhell, no al pelirrojo californiano ni a ningún miembro (o ex miembro) de la banda. Lo cierto es que ha sido un placer comer y beber sin hacer fila mientras de fondo sonaba “Sweet Child O’ Mine”.

La última banda del festival, la encargada de cerrar, sería la que más me daba ganas de ver en directo por primera vez, y que descubrí gracias a la organización de este festival: los locales Afsky, que figura en la lista de 10 bandas a descubrir en Copenhell, siendo mi favorita de la lista. Pocas veces escuché algo tan emotivo y pesado al mismo tiempo, y pocas veces una banda me hace trasladar directamente a otro sitio, solamente con su música. Este es el caso de la banda danesa. Con un show oscurísimo, muy ambiental y con el uso de luces láser, presentaron su último disco de Marzo de este año Om hundrede år. Excelente decisión de haber elegido a Afsky para cerrar este festival que acabaría hasta el año que viene y que un servidor espera traerles en tanto detalle (si no más) como esta vez.

Copenhell se ha reafirmado una vez más como uno de los mejores festivales europeos de metal, con una organización perfecta, una disposición muy cómoda y con muy fácil acceso para todo el mundo, los actos secundarios (como monólogos o bandas emergentes en el Beergarden), los puestos de comida, de bebida, una convención de cómics y artículos de colección… Incluso había un jacuzzi y un sauna “anti resaca” en el sitio. El único punto a mejorar tal vez sea el merch de las bandas, que estuvo bastante austero este año, y con diseños poco atractivos.

Hasta el año que viene, Copenhell!!! Te vamos a extrañar mucho.

Y como todo lo bueno, en algún momento se tenía que acabar… Llegaba la última jornada de Copenhell con unas cuantas sorpresas, un clima que dejó que todo transcurriera sin lamentar pérdidas materiales, y por supuesto, toneladas y toneladas de diferentes tipos de metales.

Los canadienses Spectral Wound se presentaron en el escenario Gehenna, repasando sus dos larga duración plagados de un death metal ambiental con mucha violencia y sentimiento. Visualmente, la banda se presentaba pintada como si recién estuvieran salidos de la tumba, lo que se reflejaba p erfectamente en su música. También presentaron una nueva canción, que formará parte de su tercer disco, que se encuentra en plena grabación.

Tan solo 15 minutos después, otro de los actos locales pisaba el escenario secundario, o eso parecía. Los daneses Livløs tuvieron que esperar hasta que el mecanismo que sostenía la escenografía de la banda funcionara para poder dar comienzo al espectáculo, ¡y vaya que valió la pena esperar! Luego de una breve introducción acústica con la canción “Kistefjael”, estalló la distorsión de las filosas guitarras y la velocidad de la batería con “Drenched in Turmoil”, que forman parte de su primer trabajo discográfico y que también están pegadas una detrás de la otra. Una excelente performance, dueña de un sonido y una presencia imponentes en el escenario.

La primer visita del día al escenario Pandemonium, se dió gracias a Forever Still y su emocional e introspectivo metal alternativo local. Liderados por la vocalista Maja Shining y el multi-instrumentista Mikkel Haastrup, también repasaron sus dos discos de 2018 y 2021. Forever Still tiene una buena conexión con su audiencia y busca involucrar al público durante el concierto. Maja Shining interactúa con los asistentes, los anima a cantar en los momentos clave de las canciones, generando una experiencia participativa.

Otro de los que no sabe decir “suficiente”, es el casi octogenario ex-ZZ Top, Billy F. Gibbons. Probablemente el momento más cringe de todo el festival (superando hasta la carpa de karaoke metalero), fue haber visto tablas de skate detrás del viejo Billy… ¿O lo más cringe era que estaban pintadas con el logo de Playboy? ¿O, tal vez, ha sido el hecho de escuchar la misma canción una y otra y otra y otra y otra vez hasta que perdiese el sentido? Lo cierto, es que la presentación del barbas ha sido de lo más aburrido (y hasta patético) del festival. Esperamos que para la próxima edición, el amable caballero encuentre la comodidad en el sofá de su mansión costera. Pueden escuchar más de Billy F. Gibbons a través del siguiente… No, mejor no. Prefiero que sigan leyendo sin dormirse.

Y como todo lo que baja, tiene que subir, Angus McSix tenía la enorme responsabilidad de volver a despertar al público, y para eso, el ex-Gloryhammer es un natural. Con la estética de su álbum debut Angus McSix and the Sword of Power la banda irrumpió con una sonrisa en la cara (excepto Archdemon Seebulon que no puede sonreír) y con la fantasiosa vestimenta de sus vídeos. Tocando canciones de su único álbum, y la vara no paraba de subir canción tras canción con una claridad en el sonido, como en el concepto exagerado de la banda. Muy recomendable para quienes vivieron la época de oro del metal épico. Cabe recordar que el álbum también está editado con una versión deluxe que incluye las canciones del disco, pero en versiones orquestales.

Hay bandas que podrían tocar en cualquier festival, sea del estilo de música que sea y una de ellas es nuestro próximo acto: Fishbone. Los siempre divertidos americanos fueron los responsables de poner a bailar a toda la audiencia con su mezcla de estilos musicales que viajan desde el reggae, el ska, R&B, punk y hasta heavy metal. Si bien la audiencia se notó un poco escéptica al inicio del concierto, con el pasar de las canciones, fue demostrando un poco más de compromiso y apoyo a la banda.

No estábamos del todo preparados para lo que iba a llegar. Al menos yo no lo estaba. Después de haberlos visto en 2016 en un show bastante decepcionante, iba a ser mi segunda vez presenciando a los Ghost en directo. Con una audiencia igualmente ansiosa, los liderados por Tobias Forge subieron a un hermoso escenario decorado como una iglesia con vitrales para llevar su Re-Imperator Tour a las tierras danesas. Sin dudas el mejor concierto de todo el festival, tanto por el sonido, como por la ejecución musical y ni hablar de la pomposa puesta en escena a la que nos tiene acostumbrados la banda sueca. Como no puedo destacar ningún punto negativo del concierto (por más esfuerzo que le ponga), me lo voy a inventar: no tocaron la canción “Miasma”. No podemos esperar a ver de nuevo a Ghost en directo, pero por el momento, los seguiremos escuchando a través del siguiente enlace de Spotify.

Todo lo animado que se puede estar después de haber caminado 20 kilómetros por día durante los últimos cuatro días, nos encontrábamos con Spiritbox. Los canadienses sacaron a dar un paseo a las canciones de su primer y único álbum de 2021 Eternal Blue. Liderados por Courtney LaPlante, la joven banda presenta una energía infinita en directo, mezclando la pesadez del metalcore con la emotividad del metal moderno. Acto muy recomendado si la banda llega a visitar la ciudad en la que se encuentren.

Y para seguir con la temática enmascarada del día, los portugueses Gaerea nos traerían un show brutal en el escenario pequeño del recinto, y el único que a partir de ahora visitaríamos con el equipo de Track to Hell. Con su death metal esotérico, ocultista y ambiental, los encapuchados nos llevaron por el viaje oscuro que representa su discografía, y sobre todo el álbum Mirage del año pasado. Pocas bandas transmitieron tanta conexión como Gaerea, ya sea a través de los dramáticos movimientos de su vocalista o de los riffs graves y pesados de sus guitarras.

Otra de las grandes cabezas de cartel se preparaba para salir al escenario, los americanos Guns N’ Roses… Pero como no estaba permitido el personal de prensa por pedido de la banda, nos dedicamos a despedirnos de ese cerdo que tantas alegrías nos dió. Y me estoy refiriendo al que servían en el puesto de comidas de Copenhell, no al pelirrojo californiano ni a ningún miembro (o ex miembro) de la banda. Lo cierto es que ha sido un placer comer y beber sin hacer fila mientras de fondo sonaba “Sweet Child O’ Mine”.

La última banda del festival, la encargada de cerrar, sería la que más me daba ganas de ver en directo por primera vez, y que descubrí gracias a la organización de este festival: los locales Afsky, que figura en la lista de 10 bandas a descubrir en Copenhell, siendo mi favorita de la lista. Pocas veces escuché algo tan emotivo y pesado al mismo tiempo, y pocas veces una banda me hace trasladar directamente a otro sitio, solamente con su música. Este es el caso de la banda danesa. Con un show oscurísimo, muy ambiental y con el uso de luces láser, presentaron su último disco de Marzo de este año Om hundrede år. Excelente decisión de haber elegido a Afsky para cerrar este festival que acabaría hasta el año que viene y que un servidor espera traerles en tanto detalle (si no más) como esta vez.

Copenhell se ha reafirmado una vez más como uno de los mejores festivales europeos de metal, con una organización perfecta, una disposición muy cómoda y con muy fácil acceso para todo el mundo, los actos secundarios (como monólogos o bandas emergentes en el Beergarden), los puestos de comida, de bebida, una convención de cómics y artículos de colección… Incluso había un jacuzzi y un sauna “anti resaca” en el sitio. El único punto a mejorar tal vez sea el merch de las bandas, que estuvo bastante austero este año, y con diseños poco atractivos.

Hasta el año que viene, Copenhell!!! Te vamos a extrañar mucho.