Celestial Devastation (2024)
Human Worth
Tracklist:
1. We Need to Have the Talk
2. Summoner
3. Hard-Coded in the Souls of Men
4. Buffeted by Solar Winds
5. Deathless & Free
6. False Flag
7. Aging Stallions
8. Celestial Devastation
9. Bury Me in the Lawless Lands of the West
¿Se acuerdan de aquella época cuando los discos -si no se tenía ninguna referencia de la banda- se elegían por la impresión que nos causaban sus tapas? Si íbamos a alguna tienda amiga, quizás teníamos la posibilidad de escucharlo un poco, antes de comprarlo, pero de lo contrario, era un salto al vacío, tan solo a partir de la gráfica. Muchas veces eso funcionaba como la puerta de entrada a un mundo maravilloso. En otras ocasiones, afrontábamos una gran decepción… Pero había -y sigue habiendo- una tercera opción: que la música nos sorprenda gratamente, porque parece no tener nada que ver con el arte visual de la portada, pero aún así nos encanta. Ese es el caso de este nuevo álbum de Cower. Lo más probable es que sea algo deliberado: el logo parece lo más típico de un grupo de black metal, o quizás, de death, y la ilustración parece de un trabajo de death metal técnico, o tal vez, de doom metal. El título “Celestial Devastation” suena brutal. Como sea: nos inspira algo bastante pesado, por no decir extremo. Pero no.
Cower es un trío londinense de “gothic noise”, una categoría que deben haber inventado para evitar tener que usar un montón de otras distintas que servirían para describir la multiplicidad y diversidad de estilos que combinan en su música. El grupo está integrado por Gareth Thomas, Wayne Adams y Thomas Lacey y han creado un disco que, para mis oídos, resulta alucinante. Felicitaciones al sello Human Worth por editarlo.
TE PUEDE INTERESAR, RESEÑA: Chelsea Wolfe – She Reaches Out To She Reaches Out To She (2024)
“We Need to Have the Talk” es una canción calma, romántica, basada en el piano, con reminiscencias de Nick Cave & The Bad Seeds, y una voz similar a la de Martin Gore: nada que ver con la expectativa inicial que teníamos. Luego “Summoner” es como una trompada en medio de la cara para despertarnos del letargo en que nos sumergió el primer track. Un bajo aplastante es lo que más sobresale, junto con una batería agresiva. El canto es siempre limpio. Acá parecemos encontrarnos ante una versión más pesada de The Birthday Party y llega “Hard-Coded in the Souls of Men” y reina la confusión. Cower es un poco de todo y todo hecho con maestría. En momentos como este, suena a Depeche Mode. La voz sobre la base electrónica es increíblemente seductora. Entonces, ubicamos a Cower dentro del actual post-punk revival: Have A Nice Life, Planning For Burial, Daughters y Alexis Marshall, Giles Corey, Rope Sect y más recientemente, Crippling Alcoholism, Sprain y Roscian. Todo eso que el trío de Londres quiere resumir bajo el nombre “gothic noise” sería una mezcla de elementos darkwave, gothic rock, post-rock y noise con unas pizcas de metal.
Perdón por el exabrupto, pero el comienzo de “Buffeted by Solar Winds” es orgásmico para amantes del movimiento dark. Una delicia sonora, con una voz preciosa y un bajo que vuelve a resaltar, sobre una percusión efectiva, guitarras más potentes, una línea melódica de teclado que se convierte en un gusano cerebral y un estribillo brillante. A esta altura creo que Cower merece todos los elogios que puedan venirme a la mente. “Deathless & Free” sigue confirmando la maestría de estos músicos para ejecutar un rock gótico al límite del pop. Esos teclados en el estribillo son fantásticos y el solo de guitarra es de una sutileza destacable. La batería es tremendamente discursiva, muy lejos de lo que podría ser cualquier ritmo programado. No voy a esconder mi entusiasmo: ¡qué hermoso es escuchar un muy buen disco!
TE PUEDE INTERESAR, RESEÑA: Roscian – The First Disgrace (2024)
“False Flag”: otro ataque punk directo a la mandíbula. Curiosamente, estos momentos de violencia sirven para apreciar mucho más la gran calidad de la mezcla en este álbum. El aporte de cada instrumento se percibe con absoluta calidad. La batería en este track se acerca, por breves tramos, a la más propia del metal extremo. Y para seguir descolocando a la audiencia, irrumpe un saxo que, en lo personal, me parece bastante prescindible, pero suma a la intencionalidad disruptiva global. “Aging Stallions” es otra canción increíble en la que aparece un machaque de guitarra metalero. Esto es una maravilla. Honestamente, no tiene sentido que intente elegir mis favoritas porque abarcarían la mayor parte del disco y, en verdad, me gustan todos y cada uno de los tracks. Lo digo en serio: estamos ante uno de esos trabajos que, si lo escuchamos tres veces seguidas, va a dejar sonando en nuestras cabezas varias de sus canciones.
El track homónimo al álbum toma una veta casi drum ‘n’ bass, y de golpe, cuando menos se la espera, emerge una guitarra rockera que es exquisita. Solamente estoy mencionando novedades a lo largo de un viaje que ha sido, desde el primer segundo, absolutamente fantástico. Y para terminar “Bury Me in the Lawless Lands of the West” es una oda a la decadencia más bailable, casi una recreación del espíritu más puro de “Transmission” de Joy Division. Gente, “Celestial Devastation” de Cower es una obra magnífica. Si la escuchan después de leer esta reseña y no están de acuerdo, me escriben y me lo dicen.
Celestial Devastation (2024)
Human Worth
Tracklist:
1. We Need to Have the Talk
2. Summoner
3. Hard-Coded in the Souls of Men
4. Buffeted by Solar Winds
5. Deathless & Free
6. False Flag
7. Aging Stallions
8. Celestial Devastation
9. Bury Me in the Lawless Lands of the West
¿Se acuerdan de aquella época cuando los discos -si no se tenía ninguna referencia de la banda- se elegían por la impresión que nos causaban sus tapas? Si íbamos a alguna tienda amiga, quizás teníamos la posibilidad de escucharlo un poco, antes de comprarlo, pero de lo contrario, era un salto al vacío, tan solo a partir de la gráfica. Muchas veces eso funcionaba como la puerta de entrada a un mundo maravilloso. En otras ocasiones, afrontábamos una gran decepción… Pero había -y sigue habiendo- una tercera opción: que la música nos sorprenda gratamente, porque parece no tener nada que ver con el arte visual de la portada, pero aún así nos encanta. Ese es el caso de este nuevo álbum de Cower. Lo más probable es que sea algo deliberado: el logo parece lo más típico de un grupo de black metal, o quizás, de death, y la ilustración parece de un trabajo de death metal técnico, o tal vez, de doom metal. El título “Celestial Devastation” suena brutal. Como sea: nos inspira algo bastante pesado, por no decir extremo. Pero no.
Cower es un trío londinense de “gothic noise”, una categoría que deben haber inventado para evitar tener que usar un montón de otras distintas que servirían para describir la multiplicidad y diversidad de estilos que combinan en su música. El grupo está integrado por Gareth Thomas, Wayne Adams y Thomas Lacey y han creado un disco que, para mis oídos, resulta alucinante. Felicitaciones al sello Human Worth por editarlo.
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“We Need to Have the Talk” es una canción calma, romántica, basada en el piano, con reminiscencias de Nick Cave & The Bad Seeds, y una voz similar a la de Martin Gore: nada que ver con la expectativa inicial que teníamos. Luego “Summoner” es como una trompada en medio de la cara para despertarnos del letargo en que nos sumergió el primer track. Un bajo aplastante es lo que más sobresale, junto con una batería agresiva. El canto es siempre limpio. Acá parecemos encontrarnos ante una versión más pesada de The Birthday Party y llega “Hard-Coded in the Souls of Men” y reina la confusión. Cower es un poco de todo y todo hecho con maestría. En momentos como este, suena a Depeche Mode. La voz sobre la base electrónica es increíblemente seductora. Entonces, ubicamos a Cower dentro del actual post-punk revival: Have A Nice Life, Planning For Burial, Daughters y Alexis Marshall, Giles Corey, Rope Sect y más recientemente, Crippling Alcoholism, Sprain y Roscian. Todo eso que el trío de Londres quiere resumir bajo el nombre “gothic noise” sería una mezcla de elementos darkwave, gothic rock, post-rock y noise con unas pizcas de metal.
Perdón por el exabrupto, pero el comienzo de “Buffeted by Solar Winds” es orgásmico para amantes del movimiento dark. Una delicia sonora, con una voz preciosa y un bajo que vuelve a resaltar, sobre una percusión efectiva, guitarras más potentes, una línea melódica de teclado que se convierte en un gusano cerebral y un estribillo brillante. A esta altura creo que Cower merece todos los elogios que puedan venirme a la mente. “Deathless & Free” sigue confirmando la maestría de estos músicos para ejecutar un rock gótico al límite del pop. Esos teclados en el estribillo son fantásticos y el solo de guitarra es de una sutileza destacable. La batería es tremendamente discursiva, muy lejos de lo que podría ser cualquier ritmo programado. No voy a esconder mi entusiasmo: ¡qué hermoso es escuchar un muy buen disco!
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“False Flag”: otro ataque punk directo a la mandíbula. Curiosamente, estos momentos de violencia sirven para apreciar mucho más la gran calidad de la mezcla en este álbum. El aporte de cada instrumento se percibe con absoluta calidad. La batería en este track se acerca, por breves tramos, a la más propia del metal extremo. Y para seguir descolocando a la audiencia, irrumpe un saxo que, en lo personal, me parece bastante prescindible, pero suma a la intencionalidad disruptiva global. “Aging Stallions” es otra canción increíble en la que aparece un machaque de guitarra metalero. Esto es una maravilla. Honestamente, no tiene sentido que intente elegir mis favoritas porque abarcarían la mayor parte del disco y, en verdad, me gustan todos y cada uno de los tracks. Lo digo en serio: estamos ante uno de esos trabajos que, si lo escuchamos tres veces seguidas, va a dejar sonando en nuestras cabezas varias de sus canciones.
El track homónimo al álbum toma una veta casi drum ‘n’ bass, y de golpe, cuando menos se la espera, emerge una guitarra rockera que es exquisita. Solamente estoy mencionando novedades a lo largo de un viaje que ha sido, desde el primer segundo, absolutamente fantástico. Y para terminar “Bury Me in the Lawless Lands of the West” es una oda a la decadencia más bailable, casi una recreación del espíritu más puro de “Transmission” de Joy Division. Gente, “Celestial Devastation” de Cower es una obra magnífica. Si la escuchan después de leer esta reseña y no están de acuerdo, me escriben y me lo dicen.