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Cryptopsy + Atheist en Buenos Aires: “Destrozando cráneos alrededor del mundo”
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La gira Burnt into Pieces, que juntó a Cryptopsy y Atheist, se detuvo en Buenos Aires, Argentina, el pasado 20 de febrero de este 2025, y los fans del death metal técnico se pellizcaron al conocer la noticia. Por fin podían ver juntas a estas leyendas: no era un sueño, era una realidad.

El lugar elegido para la cita fue El Teatrito, al que, sinceramente, voy contento, ya que queda a escasas cuadras de mi domicilio y es de acceso rápido. Con la amabilidad de siempre de Marcela y todo el equipo de Icarus, ingresé al recinto, y Morferus, la primera banda, literalmente estaba en el escenario con casi nadie en el lugar, algo que lamentablemente se está volviendo muy familiar con las horas de apertura, sobre todo al ser un día de jornada laboral. La performance de la banda, como siempre, fue espectacular, dándolo todo y contando, a través de sus letras, la historia de los reconocidos asesinos seriales del país.

Los siguientes en subir al subir al escenario fueron los muchachos de Lesa Humanidad y, a juzgar por lo que ofrecieron aquella noche, mantienen el nivel en directo a pesar de no tocar de forma continua debido a diferentes cuestiones personales, laborales, etc. El setlist incluyó canciones de sus, hasta el momento, tres discos editados, mientras la fanaticada iba llegando al lugar. Sonido fuerte y claro, buenas ejecuciones fueron parte de su performance, que prendieron a una parte de los espectadores, quienes se animaron a hacer los primeros headbangings y algún que otro intento de pogo. Cerraron su actuación con una intensidad implacable y se retiraron bajo una lluvia de aplausos más que merecidos.

Tercer y último acto correspondiente a una banda soporte nacional. Llegaba el turno de unos viejos conocidos: los death metaleros Dislepsia. He visto a la banda en varias ocasiones y puedo dar fe de que todo lo que hacen lo hacen a pulmón, con entusiasmo, profesionalismo y amor por la música, sobre todo de Ramón quien no está pasando por un buen momento de salud a lo que desde Track To Hell le enviamos todo el apoyo. Primer show del año y, sobre las tablas, desplegaron el poderío habitual, con buena performance grupal, por lo que se ganaron el aplauso generalizado de todos los presentes en el local céntrico.

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Ahora sí, era momento de uno de los platos principales. Era hora de apretar los dientes, levantar los puños y disfrutar del sonido de una de las bandas pilares del death metal técnico. La segunda visita de los norteamericanos Atheist, comandados por el carismático Kelly Shaeffer, inició cerca de las 22 hrs, cuando, en un escenario a oscuras, se escuchaba la encantadora intro de “In the Flesh”, canción de Pink Floyd, que dio paso a “No Truth”, del aclamado debut Piece of Time (1990).

El setlist estuvo basado íntegramente en los tres discos con mayor repercusión de la banda: el “Piece..” antes mencionado, así como Unquestionable Presence y Elements, quedando afuera el Jupiter del 2010. El show, inspirado en los 90, fue técnico y agresivo, y Shaeffer exigía más del público con cada tema que pasaba, quienes obedecían debidamente con un fervor cada vez más entusiasta. Los elementos de jazz que matizan las complejas e intrincadas pistas podrían hacer que todo el espectáculo pareciera un poco desquiciado y caótico para el oído inexperto, pero, de todas maneras, disfrutable.

Entre alguunas de las canciones que sonaron “I Deny”, “Piece of Time”, “Unquestionable Presence”, “Unholy War”, la dupla “Air”/”Fire”, “Mother Man” (muy festejada), “Mineral” y “Water”.

La voz de Shaeffer sigue sonando fantástica (aunque quizás, desde mi ubicación, la mezcla apenas se oía), y los músicos más jóvenes de la banda aportaron energía de alto voltaje durante toda la noche. Alex Hadaad (guitarra), Yoav-Ruiz Feingold (bajo) y Jerry Witunsky (guitarra) se mostraron increíblemente activos en el escenario y no pararon de moverse por todos los rincones. Sobre todo el mexicano, quien, además de cumplir su labor en las cuatro cuerdas en Atheist, forma parte de Overtoun.

Un show memorable otorgado por una banda rejuvenecida, en donde también hubo tiempo para el recuerdo a Roger Patterson (bajista original de la agrupación quien falleció en 1991), a quien el vocalista le dedicó una breve dedicatoria. El desempeño de Kelly fue notable durante la actuación y lo dirigió todo como un director de orquesta. Cada movimiento suyo indicaba un cambio de tempo, riff, solo de bajo, etc. Definitivamente, un gustazo poder estar presente ante semejante calidad de músicos y un pedazo de historia de quienes fueron los pioneros en crear esa fusión de samba, jazz y death metal.

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Tras una demora de escasos minutos con respecto al horario pactado, dimos la bienvenida a los brutales Cryptopsy y, en cuanto los amplificadores entraron en acción, se desató el infierno. El calor que se sintió aquella tarde/noche en Buenos Aires se multiplicó dentro del venue, y sobre todo al momento en que salieron las bandas cabezas de cartel.

Con un arranque fallido, ya que, al terminar la primera canción, “Your Guts Slit”, se presentó un inconveniente en uno de los toms de la batería, lo que obligó a una pausa de aproximadamente cinco minutos en donde Matt McGachy tuvo que improvisar mientras los técnicos ayudaban a Flo Mounier con el kit de la batería.

El show continuó y los muchachos estaban absolutamente en llamas, escupiendo extremidad con precisión y brutalidad. De hecho, el ambiente se caldeó tanto que se formó un pogo de amplias dimensiones casi inmediatamente después de que se retomó el show.

Las voces de McGachy eran siniestras, ejecutadas con precisión y potencia, ferocidad e intensidad multiplicadas por diez. Mientras tanto, los afilados riffs del guitarrista Christian Donaldson y del bajista Olivier Pinard cortaban el aire mientras Cryptopsy llevaba al público en un viaje a través de toda su carrera, mezclando temas nuevos que rompían huesos como “Sire of Sin” con clásicos como “Graves of the Fathers”, “Phobophile”, “Flayed the Swine”, “Serial Messiah” e “In Lascivious Undivine”.

Cada uno de los músicos se puso en modo “destrucción” y destrozaron el lugar con su sonido técnico y brutal para una noche repleta del metal de la muerte.

Para ser sincero, y como impresión final, tal como sucedió el año pasado en el show “despedida” de Sepultura, en donde Dark Angel fue la vedette de la noche, la historia se volvió a repetir. Si bien ambos sets fueron muy buenos y contaron con un excelente sonido, lo de Atheist fue superior en todo: comunicación con el público, potencia y despliegue sobre el escenario. Con esto, no quiero decir que lo de los canadienses haya sido malo, sino que el profesionalismo y tecnicismo hicieron que cada uno cumpliera con su rol hasta el último segundo sobre el escenario.

Fotos de Martin DarkSoul

 

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Cryptopsy + Atheist en Buenos Aires: “Destrozando cráneos alrededor del mundo”
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La gira Burnt into Pieces, que juntó a Cryptopsy y Atheist, se detuvo en Buenos Aires, Argentina, el pasado 20 de febrero de este 2025, y los fans del death metal técnico se pellizcaron al conocer la noticia. Por fin podían ver juntas a estas leyendas: no era un sueño, era una realidad.

El lugar elegido para la cita fue El Teatrito, al que, sinceramente, voy contento, ya que queda a escasas cuadras de mi domicilio y es de acceso rápido. Con la amabilidad de siempre de Marcela y todo el equipo de Icarus, ingresé al recinto, y Morferus, la primera banda, literalmente estaba en el escenario con casi nadie en el lugar, algo que lamentablemente se está volviendo muy familiar con las horas de apertura, sobre todo al ser un día de jornada laboral. La performance de la banda, como siempre, fue espectacular, dándolo todo y contando, a través de sus letras, la historia de los reconocidos asesinos seriales del país.

Los siguientes en subir al subir al escenario fueron los muchachos de Lesa Humanidad y, a juzgar por lo que ofrecieron aquella noche, mantienen el nivel en directo a pesar de no tocar de forma continua debido a diferentes cuestiones personales, laborales, etc. El setlist incluyó canciones de sus, hasta el momento, tres discos editados, mientras la fanaticada iba llegando al lugar. Sonido fuerte y claro, buenas ejecuciones fueron parte de su performance, que prendieron a una parte de los espectadores, quienes se animaron a hacer los primeros headbangings y algún que otro intento de pogo. Cerraron su actuación con una intensidad implacable y se retiraron bajo una lluvia de aplausos más que merecidos.

Tercer y último acto correspondiente a una banda soporte nacional. Llegaba el turno de unos viejos conocidos: los death metaleros Dislepsia. He visto a la banda en varias ocasiones y puedo dar fe de que todo lo que hacen lo hacen a pulmón, con entusiasmo, profesionalismo y amor por la música, sobre todo de Ramón quien no está pasando por un buen momento de salud a lo que desde Track To Hell le enviamos todo el apoyo. Primer show del año y, sobre las tablas, desplegaron el poderío habitual, con buena performance grupal, por lo que se ganaron el aplauso generalizado de todos los presentes en el local céntrico.

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El setlist estuvo basado íntegramente en los tres discos con mayor repercusión de la banda: el “Piece..” antes mencionado, así como Unquestionable Presence y Elements, quedando afuera el Jupiter del 2010. El show, inspirado en los 90, fue técnico y agresivo, y Shaeffer exigía más del público con cada tema que pasaba, quienes obedecían debidamente con un fervor cada vez más entusiasta. Los elementos de jazz que matizan las complejas e intrincadas pistas podrían hacer que todo el espectáculo pareciera un poco desquiciado y caótico para el oído inexperto, pero, de todas maneras, disfrutable.

Entre alguunas de las canciones que sonaron “I Deny”, “Piece of Time”, “Unquestionable Presence”, “Unholy War”, la dupla “Air”/”Fire”, “Mother Man” (muy festejada), “Mineral” y “Water”.

La voz de Shaeffer sigue sonando fantástica (aunque quizás, desde mi ubicación, la mezcla apenas se oía), y los músicos más jóvenes de la banda aportaron energía de alto voltaje durante toda la noche. Alex Hadaad (guitarra), Yoav-Ruiz Feingold (bajo) y Jerry Witunsky (guitarra) se mostraron increíblemente activos en el escenario y no pararon de moverse por todos los rincones. Sobre todo el mexicano, quien, además de cumplir su labor en las cuatro cuerdas en Atheist, forma parte de Overtoun.

Un show memorable otorgado por una banda rejuvenecida, en donde también hubo tiempo para el recuerdo a Roger Patterson (bajista original de la agrupación quien falleció en 1991), a quien el vocalista le dedicó una breve dedicatoria. El desempeño de Kelly fue notable durante la actuación y lo dirigió todo como un director de orquesta. Cada movimiento suyo indicaba un cambio de tempo, riff, solo de bajo, etc. Definitivamente, un gustazo poder estar presente ante semejante calidad de músicos y un pedazo de historia de quienes fueron los pioneros en crear esa fusión de samba, jazz y death metal.

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