
Cult Burial (2020)
Independiente
Tracklist:
01. Dethroner
02. Moribund
03. Chaos
04. Abyss
05. Plague
06. Kill
07. End
08. Forever
09. Sorrow
Cult Burial es una nueva banda inglesa que acaba de lanzar su primer álbum en plataformas digitales de manera independiente. En esencia se trata de un dúo formado por César Moreira (voz) y Simon Langford (guitarra, bajo y batería), con la participación de dos invitados: Gavin Brooks tocando el bajo y Felipe Grüber, la guitarra, en algunas partes. Su música es una mezcla increíblemente lograda de Death, Black, Doom y Post Metal con actitud vanguardista, pero no pretenciosa. Considerando la calidad de lo que hacen, resulta llamativo que aún no cuenten con un sello discográfico que los edite; y no se trata solo de lo musical, sino también de los videos que lanzaron para dos de sus canciones y del arte de tapa a cargo de Legerdemain.
“Dethroner”, tema que tuvo su propio videoclip como corte de difusión, empieza con toda la brutalidad. Voces furiosas, una batería implacable, un bajo contundente y guitarras de trémolos siniestros, pero capaces de hacer emerger solos poco frecuentes dentro de la música extrema, además de arpegios muy bien colocados. Le sigue “Moribund”, donde el grave machaque de las guitarras y el canto más gutural remiten a un Death Metal despiadado, hasta que el sonido vuelve a adquirir tintes melódicos de reminiscencias no solo características del Black Metal, sino hasta del Heavy Metal más clásico.
El orden de los factores se invierte en “Chaos”, que comienza más melódico, hasta que todo se derrumba sobre la audiencia. La labor de las guitarras es destacable, y la potencia de las bases rítmicas, incuestionable. Lo mismo puede decirse de la ferocidad de las voces. El tema adquiere momentos de pesadez y voracidad inconmensurables, siempre con el vuelo rapaz de agudos fraseos ejecutados con precisión forense.
“Abyss” continúa en plan destructor y reconstructor de las expectativas que tienen las hordas puristas de cualquier estilo determinado. La ingeniería sonora llevada a cabo es de tenor “genético”, hace emerger una criatura de reiteradas metamorfosis amenazantes, sin dejar de mantener rasgos que la hacen inconfundible en su naturaleza fundamental. Este monstruo ataca con riffs devastadores y cambiantes. Hasta cierto punto, su fortaleza es la sorpresa.
Todo se vuelve más calmo al inicio de “Plague”, donde el bajo aparece más al frente, las guitarras seducen perversamente y la batería cautiva con una rítmica de silencios agresivos. A esta altura ya se puede notar una característica que se mantiene como hilo conductor: la apuesta a hacer flotar etéreas melodías de guitarra sobre bases de machaques tan pesados que parecen breakdowns permanentes. La música no deja de impactar, sacudir, empujar a quienes la escuchen. Poner el álbum de Cult Burial a todo volumen es como vivir un mosh pit pre-pandémico.
“Kill” vuelve a proponer un inicio tan sigiloso como perturbador, porque no hace más que generar ansiedad anticipatoria. Ya sabemos que la tormenta se avecina y no perdonará. Nuevamente las guitarras sobresalen al proyectarse en solos. Trémolos, arpegios, machaques, riffs de calidad, solos “rockeros”: las guitarras en Cult Burial no dejan ningún recurso de lado.
¿Qué decir de “End”? ¿La cosa se pone Grindcore? Las voces se tornan más rabiosas, casi al borde del pig squeal. Y esos machaques de las cuerdas son grandiosos. Ni hablar de los blast beats de batería: todo es de una artesanía magistral. Siguen captando la atención esos fraseos de guitarra, siempre dando pinceladas de color a la espesa masa sonora. “Forever” nos deleita con riffs de un groove exquisito, aunque no por ello menos poderosos. El trabajo rítmico es siempre sólido, y sí, por enésima vez, la fórmula desarrollada para las guitarras es brillante.
Todo termina con “Sorrow”, canción que tuvo un muy buen videoclip cuando fuera lanzado como parte de un EP, y despliega una melancolía atroz. Ya llegando al final, hay que decir que la percusión también abunda en recursos, y el bajo tiene una presencia abrumadora. El riff es conmovedor en su síntesis perfecta entre lo triste y lo siniestro. Cult Burial es una expresión sublime de cómo unificar lo diverso puede tener un potencial incalculable.
Nueve tracks, todos con títulos de una única palabra y letras de corte existencialista, en el impresionante disco debut de esta banda que resulta muy promisoria, y se distingue tanto que, lamentablemente, pasa desapercibida para la gente más propensa a ofertas genéricas tradicionales.

Cult Burial (2020)
Independiente
Tracklist:
01. Dethroner
02. Moribund
03. Chaos
04. Abyss
05. Plague
06. Kill
07. End
08. Forever
09. Sorrow
Cult Burial es una nueva banda inglesa que acaba de lanzar su primer álbum en plataformas digitales de manera independiente. En esencia se trata de un dúo formado por César Moreira (voz) y Simon Langford (guitarra, bajo y batería), con la participación de dos invitados: Gavin Brooks tocando el bajo y Felipe Grüber, la guitarra, en algunas partes. Su música es una mezcla increíblemente lograda de Death, Black, Doom y Post Metal con actitud vanguardista, pero no pretenciosa. Considerando la calidad de lo que hacen, resulta llamativo que aún no cuenten con un sello discográfico que los edite; y no se trata solo de lo musical, sino también de los videos que lanzaron para dos de sus canciones y del arte de tapa a cargo de Legerdemain.
“Dethroner”, tema que tuvo su propio videoclip como corte de difusión, empieza con toda la brutalidad. Voces furiosas, una batería implacable, un bajo contundente y guitarras de trémolos siniestros, pero capaces de hacer emerger solos poco frecuentes dentro de la música extrema, además de arpegios muy bien colocados. Le sigue “Moribund”, donde el grave machaque de las guitarras y el canto más gutural remiten a un Death Metal despiadado, hasta que el sonido vuelve a adquirir tintes melódicos de reminiscencias no solo características del Black Metal, sino hasta del Heavy Metal más clásico.
El orden de los factores se invierte en “Chaos”, que comienza más melódico, hasta que todo se derrumba sobre la audiencia. La labor de las guitarras es destacable, y la potencia de las bases rítmicas, incuestionable. Lo mismo puede decirse de la ferocidad de las voces. El tema adquiere momentos de pesadez y voracidad inconmensurables, siempre con el vuelo rapaz de agudos fraseos ejecutados con precisión forense.
“Abyss” continúa en plan destructor y reconstructor de las expectativas que tienen las hordas puristas de cualquier estilo determinado. La ingeniería sonora llevada a cabo es de tenor “genético”, hace emerger una criatura de reiteradas metamorfosis amenazantes, sin dejar de mantener rasgos que la hacen inconfundible en su naturaleza fundamental. Este monstruo ataca con riffs devastadores y cambiantes. Hasta cierto punto, su fortaleza es la sorpresa.
Todo se vuelve más calmo al inicio de “Plague”, donde el bajo aparece más al frente, las guitarras seducen perversamente y la batería cautiva con una rítmica de silencios agresivos. A esta altura ya se puede notar una característica que se mantiene como hilo conductor: la apuesta a hacer flotar etéreas melodías de guitarra sobre bases de machaques tan pesados que parecen breakdowns permanentes. La música no deja de impactar, sacudir, empujar a quienes la escuchen. Poner el álbum de Cult Burial a todo volumen es como vivir un mosh pit pre-pandémico.
“Kill” vuelve a proponer un inicio tan sigiloso como perturbador, porque no hace más que generar ansiedad anticipatoria. Ya sabemos que la tormenta se avecina y no perdonará. Nuevamente las guitarras sobresalen al proyectarse en solos. Trémolos, arpegios, machaques, riffs de calidad, solos “rockeros”: las guitarras en Cult Burial no dejan ningún recurso de lado.
¿Qué decir de “End”? ¿La cosa se pone Grindcore? Las voces se tornan más rabiosas, casi al borde del pig squeal. Y esos machaques de las cuerdas son grandiosos. Ni hablar de los blast beats de batería: todo es de una artesanía magistral. Siguen captando la atención esos fraseos de guitarra, siempre dando pinceladas de color a la espesa masa sonora. “Forever” nos deleita con riffs de un groove exquisito, aunque no por ello menos poderosos. El trabajo rítmico es siempre sólido, y sí, por enésima vez, la fórmula desarrollada para las guitarras es brillante.
Todo termina con “Sorrow”, canción que tuvo un muy buen videoclip cuando fuera lanzado como parte de un EP, y despliega una melancolía atroz. Ya llegando al final, hay que decir que la percusión también abunda en recursos, y el bajo tiene una presencia abrumadora. El riff es conmovedor en su síntesis perfecta entre lo triste y lo siniestro. Cult Burial es una expresión sublime de cómo unificar lo diverso puede tener un potencial incalculable.
Nueve tracks, todos con títulos de una única palabra y letras de corte existencialista, en el impresionante disco debut de esta banda que resulta muy promisoria, y se distingue tanto que, lamentablemente, pasa desapercibida para la gente más propensa a ofertas genéricas tradicionales.