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Groza en Madrid: “Capuchas y velas”

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Crónica y fotos: Juli G. López La noche negra del domingo 16 de febrero seria de los alemanes GROZA, acompañados por los locales ERZSÉBET en sala SILIKONA, MADRID. A pesar […]

Groza en Barcelona: “Oscuro y frío”

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DeWolff en Madrid: “Puro Rock”

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La noche del pasado jueves 13 estuvo marcada por una gran expectación. Desde temprano, los fans de DeWolff comenzaron a hacer cola para asegurarse un buen lugar en la sala. […]

Opeth en Copenhague: “Intensidad y maestría en cada nota”

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DeWolff en Barcelona: “El viejo y querido rock”

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Foto de portada: Miguel Capelli “¡Tengo fe en las futuras generaciones!”, fue lo primero que pensé cuando escuché a los neerlandeses de DeWolff en la sala Apolo (la 2) el […]

Tribulation en Copenhague: “Una Noche de Oscura Elegancia”

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Airbourne en Málaga: “A Piñón Fijo… Pero Demoledores”

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Los hard rockeros australianos Airbourne volvieron a demostrar anoche en Málaga, porque son una de las mejores bandas de rock ‘n’ roll dentro de la escena y como con su […]

Destroy Boys en Barcelona: “El Mar Buscando sus Montañas”

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Obscura en Barcelona: “Una caja de sorpresas”

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Tras unos seis meses de ausencia, al fin estoy presente en la ciudad condal. Esta vez, no fue para menos; Obscura llegaba un día después del lanzamiento oficial de su […]

Lisabö en Barcelona: “Una forma de vida”

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Más que una banda, Lisabö es una forma de vida. Su música encarna la ética y la estética más radicales de la independencia. Les avalan más de dos décadas de […]


Dead Boys en Barcelona: “La Sombra de los Muertos”
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Dead Boys, la banda pionera del punk norteamericano, aterrizó por fin en Catalunya, para iniciar un extenso peregrinaje por diez ciudades del Estado, cincuenta años después de su formación en Cleveland, Ohio. A pesar de hacerlo, con tan solo uno de sus miembros fundadores, el guitarrista Cheetah Chrome, que ya nos había visitado en 2015 y 2019, en solitario, acompañado por los vascos Señor No.

La primera sorpresa es la renovada alineación que conforma la banda liderada por Gene O’Connor a.k.a. Cheetah Chrome, a punto de cumplir los setenta añitos, con el joven bajista Slam Hariss, el batería de sesión, Scott Churilla (Supersuckers, Reverend Horton Heat), el propio tour manager, diseñador, y guitarrista Tony Garza, sustituyendo a Monk Burris, baja por motivos familiares, y finalmente, en la plaza de vocalista, en lugar de Jake Hout, nos encontramos al británico Mark Thorn, ex Neon Animal. El cual se presentó disculpándose por no hablar catalán, pero chapurreando algo de castellano, explicando, ya en inglés, que este era su primer bolo con los chicos, y que justo habían hecho tan solo un ensayo previo.

La mítica banda estadounidense utilizó como intro el pasodoble de La Virgen de La Macarena, que da pie a una de sus más emblemáticas composiciones, “Sonic Reducer” desde su primer álbum Young, Loud and Snotty (1977), y en el que basaron gran parte del repertorio eyaculado durante la noche del miércoles en la sala Upload de Barcelona, junto a su otro álbum We Have Come for the Children (1978), y es que si amigos, aunque parezca increíble, tan solo poseen estos dos discos en su haber, regrabaciones, recopilaciones, y directos aparte, en cincuenta años de historia, aunque reales, y activos sería de tan solo unos trece.

Siguieron el orden de ese disco debut con la melodramática “All This and More” durante la cual, Mark terminó por arrodillarse ante las primeras filas, y levantándose sobre sus botas blancas de plataforma, su camiseta corta de leopardo y unos ceñidos jeans con los que se contonea y mueve como el mismísimo Mick Jagger, pero con un look muy David Johansen. Seguida lógicamente por la perturbadora “What Love Is”, con Mark cantando incomprensiblemente las primeras frases de “Down in Flames”. No entiendo como no tenía un setlist con el que guiarse siendo su primer show, posteriormente sí le vimos consultando en su teléfono móvil no sabemos qué.

Siguieron con “Caught With the Meat in Your Mouth”, y tras presentar Gene a Mark Thorn a los allí presentes, unos doscientos, redoble de timbales para “Flame Thrower Love”, y “Don’t Look Back”. Mark anuncia ahora un tema nuevo, aunque CC riendo, dice que sí, pero que tiene como cuarenta y cinco años, y será la primera vez que la toca aquí, un animado medio tiempo titulado “So Sad”, se supone que ha de formar parte de ese tercer disco que tienen pendiente hace ya unos lustros.

Con “Not Anymore” continua esa misma tonalidad medio relajada, y tras unos acoples, Mark pregunta si tenemos hambre, y en castellano aclara que no se refiere a la comida, antes de interpretar “I Need Lunch” con un preciosista solo de guitarra a cargo de O’Connor, que apenas se puede apreciar, dado su bajo volumen, una tónica a lo largo de la noche.

Tras los tambores de guerra de “High Tension Wire”, la inmortalidad de “Son of Sam”, ese ritmo controlado se transformó súbitamente con “Down in Flames”, lejos de la versión original con el histriónico Stiv Bators al frente, fallecido en 1990 en accidente de moto al ser envestido por un automóvil en Paris.

Slam, el más activo sobre las tablas, junto al vocalista, es el encargado de despertar a un aletargado personal presentando al veterano guitarrista como Cheetah fuckin’ Chrome antes de atacar con “Ain’t Nothin’ to Do”.

Parece preceptivo un pequeño parón durante el cual CC saborea un whisky, o bourbon, antes de entrar en los bises con algún que otro problema con Scott para empezar “Calling You”, mientras Gene empieza a mosquearse, es Hariss quien le dice que la obertura es con el bombo, etcétera, finalmente a la tercera va la vencida, y acaban el tema sin más percances. A pesar de que Mark también mostró sus dudas, mirando a izquierda y a derecha durante “Detention Home”, una composición que inicia su disco en directo en el CBGB de Nueva York en 1979, Night of the Living Dead Boys .

Pero, el pequeño conflicto estaba por llegar, cuando a mitad del “Ain’t Fun”, Cheetah le hace señas al batería de parar, ya que no estaba haciendo bien los cambios, y bien enojado agarró el micro para cantar el mismo, pero viendo que era peor el remedio que la enfermedad, se descolgó la guitarra y se marchó enfurecido hacia los camerinos, tras lo cual Mark puso cara de circunstancias, con el batería perdido, y Slam yendo a buscar al “irlandés” para calmar las aguas, y poder terminar el concierto.

Momentos de incertidumbre al abandonar toda la banda el escenario del crimen, afortunadamente, un par de minutos después volvieron al tajo, pero no para retomar ese coitus interruptus con el que nos dejaron, y que Guns n’Roses incluyeron en su disco de covers, The Spaghetti Incident? en 1993, sino para acometer “Tell Me”, la versión de los Stones que encontramos en su segundo trabajo, y con la que pondrían punto final a una horita repleta de piezas arqueológicas del punk más primitivo americano, con notables influencias stonianas, e Iggy and The Stooges.

Pues la verdad es que el concierto fue bien correcto hasta llegar a los bises en los que se descontrolo un poco todo, pero tampoco podemos decir que fue demasiado excitante en su ejecución, bastante menos de lo esperado, ya que se apreciaba la falta de conjunción, cierta desconfianza, e inseguridad que solo la práctica, y las horas de ensayo pueden solucionar, a excepción de Slam que lleva ya unos seis años con un Cheetah Chrome, que no lo hizo nada mal para su edad, pero a un volumen mortecino, y qué decir de su espantada en medio de una canción, aunque al final el hombre recuperaría la sonrisa para echar unas fotos con los más atrevidos.

En cuanto al repertorio de tan solo una hora, nos dejaron con hambre, y podría haber caído alguno clásico más, caso de “3rd Generation Nation”, o “I Don’t Wanna be No Catholic Boy”, pero este es básicamente el habitual, el mismo que hicieron durante el pasado año, tanto en su última gira europea, o americana con la anterior alineación. En fin, cosas de la edad, y la salud.

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Dead Boys en Barcelona: “La Sombra de los Muertos”
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Dead Boys, la banda pionera del punk norteamericano, aterrizó por fin en Catalunya, para iniciar un extenso peregrinaje por diez ciudades del Estado, cincuenta años después de su formación en Cleveland, Ohio. A pesar de hacerlo, con tan solo uno de sus miembros fundadores, el guitarrista Cheetah Chrome, que ya nos había visitado en 2015 y 2019, en solitario, acompañado por los vascos Señor No.

La primera sorpresa es la renovada alineación que conforma la banda liderada por Gene O’Connor a.k.a. Cheetah Chrome, a punto de cumplir los setenta añitos, con el joven bajista Slam Hariss, el batería de sesión, Scott Churilla (Supersuckers, Reverend Horton Heat), el propio tour manager, diseñador, y guitarrista Tony Garza, sustituyendo a Monk Burris, baja por motivos familiares, y finalmente, en la plaza de vocalista, en lugar de Jake Hout, nos encontramos al británico Mark Thorn, ex Neon Animal. El cual se presentó disculpándose por no hablar catalán, pero chapurreando algo de castellano, explicando, ya en inglés, que este era su primer bolo con los chicos, y que justo habían hecho tan solo un ensayo previo.

La mítica banda estadounidense utilizó como intro el pasodoble de La Virgen de La Macarena, que da pie a una de sus más emblemáticas composiciones, “Sonic Reducer” desde su primer álbum Young, Loud and Snotty (1977), y en el que basaron gran parte del repertorio eyaculado durante la noche del miércoles en la sala Upload de Barcelona, junto a su otro álbum We Have Come for the Children (1978), y es que si amigos, aunque parezca increíble, tan solo poseen estos dos discos en su haber, regrabaciones, recopilaciones, y directos aparte, en cincuenta años de historia, aunque reales, y activos sería de tan solo unos trece.

Siguieron el orden de ese disco debut con la melodramática “All This and More” durante la cual, Mark terminó por arrodillarse ante las primeras filas, y levantándose sobre sus botas blancas de plataforma, su camiseta corta de leopardo y unos ceñidos jeans con los que se contonea y mueve como el mismísimo Mick Jagger, pero con un look muy David Johansen. Seguida lógicamente por la perturbadora “What Love Is”, con Mark cantando incomprensiblemente las primeras frases de “Down in Flames”. No entiendo como no tenía un setlist con el que guiarse siendo su primer show, posteriormente sí le vimos consultando en su teléfono móvil no sabemos qué.

Siguieron con “Caught With the Meat in Your Mouth”, y tras presentar Gene a Mark Thorn a los allí presentes, unos doscientos, redoble de timbales para “Flame Thrower Love”, y “Don’t Look Back”. Mark anuncia ahora un tema nuevo, aunque CC riendo, dice que sí, pero que tiene como cuarenta y cinco años, y será la primera vez que la toca aquí, un animado medio tiempo titulado “So Sad”, se supone que ha de formar parte de ese tercer disco que tienen pendiente hace ya unos lustros.

Con “Not Anymore” continua esa misma tonalidad medio relajada, y tras unos acoples, Mark pregunta si tenemos hambre, y en castellano aclara que no se refiere a la comida, antes de interpretar “I Need Lunch” con un preciosista solo de guitarra a cargo de O’Connor, que apenas se puede apreciar, dado su bajo volumen, una tónica a lo largo de la noche.

Tras los tambores de guerra de “High Tension Wire”, la inmortalidad de “Son of Sam”, ese ritmo controlado se transformó súbitamente con “Down in Flames”, lejos de la versión original con el histriónico Stiv Bators al frente, fallecido en 1990 en accidente de moto al ser envestido por un automóvil en Paris.

Slam, el más activo sobre las tablas, junto al vocalista, es el encargado de despertar a un aletargado personal presentando al veterano guitarrista como Cheetah fuckin’ Chrome antes de atacar con “Ain’t Nothin’ to Do”.

Parece preceptivo un pequeño parón durante el cual CC saborea un whisky, o bourbon, antes de entrar en los bises con algún que otro problema con Scott para empezar “Calling You”, mientras Gene empieza a mosquearse, es Hariss quien le dice que la obertura es con el bombo, etcétera, finalmente a la tercera va la vencida, y acaban el tema sin más percances. A pesar de que Mark también mostró sus dudas, mirando a izquierda y a derecha durante “Detention Home”, una composición que inicia su disco en directo en el CBGB de Nueva York en 1979, Night of the Living Dead Boys .

Pero, el pequeño conflicto estaba por llegar, cuando a mitad del “Ain’t Fun”, Cheetah le hace señas al batería de parar, ya que no estaba haciendo bien los cambios, y bien enojado agarró el micro para cantar el mismo, pero viendo que era peor el remedio que la enfermedad, se descolgó la guitarra y se marchó enfurecido hacia los camerinos, tras lo cual Mark puso cara de circunstancias, con el batería perdido, y Slam yendo a buscar al “irlandés” para calmar las aguas, y poder terminar el concierto.

Momentos de incertidumbre al abandonar toda la banda el escenario del crimen, afortunadamente, un par de minutos después volvieron al tajo, pero no para retomar ese coitus interruptus con el que nos dejaron, y que Guns n’Roses incluyeron en su disco de covers, The Spaghetti Incident? en 1993, sino para acometer “Tell Me”, la versión de los Stones que encontramos en su segundo trabajo, y con la que pondrían punto final a una horita repleta de piezas arqueológicas del punk más primitivo americano, con notables influencias stonianas, e Iggy and The Stooges.

Pues la verdad es que el concierto fue bien correcto hasta llegar a los bises en los que se descontrolo un poco todo, pero tampoco podemos decir que fue demasiado excitante en su ejecución, bastante menos de lo esperado, ya que se apreciaba la falta de conjunción, cierta desconfianza, e inseguridad que solo la práctica, y las horas de ensayo pueden solucionar, a excepción de Slam que lleva ya unos seis años con un Cheetah Chrome, que no lo hizo nada mal para su edad, pero a un volumen mortecino, y qué decir de su espantada en medio de una canción, aunque al final el hombre recuperaría la sonrisa para echar unas fotos con los más atrevidos.

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