Gancho, melodía, estribillos memorables, solos de guitarra muy virtuosos, todo en su dosis justa; eso es lo que nos ofrece el nuevo disco de los italianos DGM. Y el crédito hay que dárselo sin duda alguna al guitarrista Simone Mularoni quien en estos últimos años ha tenido participaciones en discos que han sido de lo más destacable. Ya en 2017 hizo una gran labor al unir a sus compatriotas; los vocalistas Fabio Lione (Rhapsody, Angra, ex Vision Divine) y Alessandro Conti, y junto a ellos despacharon un interesantísimo disco de Power Metal. Algo parecido ocurrió el año pasado, pero en un terreno más cercano al Hard Rock Progresivo, con su proyecto Sweet Oblivion. Allí Mularoni hizo que el vocalista Geoff Tate grabara lo más interesante desde sus primeros años en Queensrÿche.

Y volviendo a este, su proyecto principal, el cual tiene muchos años de vida pero que fue a partir del ingreso del cantante Marco Basile en 2007 con el que DGM comenzó a despegar en serio, Mularoni nos vuelve a entregar un disco de Metal Melódico y Progresivo (con varios guiños a Symphony X) cargado de buen gusto. 

Sin grandes innovaciones pero con una precisión exquisita a la hora de componer, “Tragic Separation” es una invitación al disfrute con canciones que se adhieren al cerebro con sorprendente facilidad. Basile es el responsable de hacer que cada estribillo se nos quede rebotando adentro de la cabeza sin pedir permiso alguno, mientras que Mularoni es de esos guitarristas que saben exactamente cuándo es el momento apropiado para derrochar virtuosismo con sus enérgicos solos y cuando es el momento de dejar que la melodía principal de cada canción sea la encargada de seducir al oyente. 

Es muy difícil elegir tracks como ejemplo de lo antedicho cuando el nivel de toda la placa es sumamente parejo. Todas los temas oscilan los cinco minutos de duración lo cual es algo que denota que, más allá de carácter indudablemente progresivo que tiene la banda, DGM busca captar la atención de la audiencia de manera directa y lo logra de manera muy eficiente. “Surrender”, “Fate”, “Silence”, o mismo bien la encargada de darle nombre al presente LP; cualquiera que sea la elegida podrá dejar en evidencia los alegatos aquí introducidos. Quizás el único punto en contra de este disco sea, justamente, que todas las canciones siguen un mismo patrón y eso lo hace sonar medio repetitivo. Pero el nivel que ostenta este “Tragic Separation” es tan superlativo que, allí donde eso podría generar una tragedia en cualquier otra banda, para DGM es un mero detalle.