

Los británicos regresaban a la ciudad condal después de mucho tiempo sin pisarla y les recibió un Razzmatazz 1 preparado para una noche cargada de energía. Desde muy temprano se respiraba ese ambiente de expectación que solo se da cuando una banda con tanto recorrido vuelve a Barcelona. El público, diverso pero unido por la misma pasión, aguardaba con ganas el inicio de una velada que prometía ser una descarga eléctrica de principio a fin.
La encargada de abrir la noche fue DeathbyRomy, una de las voces más interesantes del dark-pop y el rock alternativo actual. La artista estadounidense ofreció un set breve pero intenso, con canciones como “See u on the other side”, “Burn This City” y “Pray to Me”. Su mezcla de dulzura y agresividad, unida a una estética entre lo gótico y lo futurista, encajó perfectamente con la atmósfera del evento. Con su carisma, su potente voz y mensajes cargados de actitud, Romy demostró que no es solo una promesa, sino una artista con una identidad muy clara y un futuro brillante.
TAMBIEN TE PUEDE INTERESAR: Annisokay en Barcelona: “Del breakdown al sentimiento”
A las 20:45, las luces se apagaron y el rugido del público marcó la llegada de Enter Shikari al escenario. Con más de dos décadas de trayectoria, los británicos volvieron a demostrar por qué son una de las bandas más singulares del panorama alternativo. Abrieron con “Bloodshot” y desde ese momento el Razzmatazz se convirtió en una olla a presión. La energía de la banda era contagiosa, combinando post-hardcore, drum ‘n’ bass y rock electrónico sin perder su sello único.
El repertorio fue un auténtico viaje por su discografía. No faltaron clásicos como “Sorry You’re Not a Winner” —en su versión remix—, “The Great Unknown” o “SSSnakepit”, que hicieron saltar a los fans más veteranos. También hubo espacio para su etapa más reciente con temas de A Kiss for the Whole World, además de “Rabble Rouser” y otras joyas modernas. Cada canción fue acompañada por un impresionante despliegue visual de luces, pantallas y efectos, que sumó una dimensión casi cinematográfica al concierto.
Uno de los momentos más memorables fue cuando Rou Reynolds, con su habitual cercanía y desparpajo, bajó del escenario y se colgó de una columna mientras seguía cantando y animando al público. Esa conexión entre banda y asistentes es algo que Enter Shikari siempre ha sabido cultivar, y en Barcelona volvió a quedar claro. El concierto cerró con una sensación compartida: la de haber vivido una noche intensa, honesta y poderosa. Pese a sus 22 años de carrera, queda claro que hay Enter Shikari para rato.


Los británicos regresaban a la ciudad condal después de mucho tiempo sin pisarla y les recibió un Razzmatazz 1 preparado para una noche cargada de energía. Desde muy temprano se respiraba ese ambiente de expectación que solo se da cuando una banda con tanto recorrido vuelve a Barcelona. El público, diverso pero unido por la misma pasión, aguardaba con ganas el inicio de una velada que prometía ser una descarga eléctrica de principio a fin.
La encargada de abrir la noche fue DeathbyRomy, una de las voces más interesantes del dark-pop y el rock alternativo actual. La artista estadounidense ofreció un set breve pero intenso, con canciones como “See u on the other side”, “Burn This City” y “Pray to Me”. Su mezcla de dulzura y agresividad, unida a una estética entre lo gótico y lo futurista, encajó perfectamente con la atmósfera del evento. Con su carisma, su potente voz y mensajes cargados de actitud, Romy demostró que no es solo una promesa, sino una artista con una identidad muy clara y un futuro brillante.
TAMBIEN TE PUEDE INTERESAR: Annisokay en Barcelona: “Del breakdown al sentimiento”
A las 20:45, las luces se apagaron y el rugido del público marcó la llegada de Enter Shikari al escenario. Con más de dos décadas de trayectoria, los británicos volvieron a demostrar por qué son una de las bandas más singulares del panorama alternativo. Abrieron con “Bloodshot” y desde ese momento el Razzmatazz se convirtió en una olla a presión. La energía de la banda era contagiosa, combinando post-hardcore, drum ‘n’ bass y rock electrónico sin perder su sello único.
El repertorio fue un auténtico viaje por su discografía. No faltaron clásicos como “Sorry You’re Not a Winner” —en su versión remix—, “The Great Unknown” o “SSSnakepit”, que hicieron saltar a los fans más veteranos. También hubo espacio para su etapa más reciente con temas de A Kiss for the Whole World, además de “Rabble Rouser” y otras joyas modernas. Cada canción fue acompañada por un impresionante despliegue visual de luces, pantallas y efectos, que sumó una dimensión casi cinematográfica al concierto.
Uno de los momentos más memorables fue cuando Rou Reynolds, con su habitual cercanía y desparpajo, bajó del escenario y se colgó de una columna mientras seguía cantando y animando al público. Esa conexión entre banda y asistentes es algo que Enter Shikari siempre ha sabido cultivar, y en Barcelona volvió a quedar claro. El concierto cerró con una sensación compartida: la de haber vivido una noche intensa, honesta y poderosa. Pese a sus 22 años de carrera, queda claro que hay Enter Shikari para rato.












