


La noche del solsticio de verano de 2025 —la más corta del año, que marca el inicio de la nueva estación, la Sala Upload de Barcelona se convirtió en el epicentro de una explosión de hardcore con el Festival Summer Blast, con un cartel que prometía intensidad y mensajes potentes. A pesar de la pertinaz lluvia que caía sobre la ciudad, el fervor en el interior era palpable, anticipando la descarga de bandas que, cada una a su manera, representan la diversidad y la pasión del género. Encabezando la velada, los icónicos Earth Crisis celebraban su 35.º aniversario como pioneros del hardcore con mensaje straight edge, desatando sus himnos del straight edge y generando una curiosa dicotomía con una audiencia que, como es habitual, disfrutaba de la noche con sus propias bebidas, en contraste con el mensaje central de la banda.
Earth Crisis no es solo una banda: es una declaración de principios. Desde su formación en 1989 en Syracuse, Nueva York, se han erigido como pilares en la evolución del hardcore y el metalcore. Su sonido agresivo y técnico, combinado con su inquebrantable compromiso con el vegan straight edge, los ha convertido en una voz clave. “Earth Crisis somos un grupo vegano straight edge auténtico”, han afirmado, usando su música como altavoz para defender los derechos de los animales, el veganismo y un estilo de vida libre de drogas y alcohol. Aunque su mensaje es claro, también han aclarado: “Hablamos de cosas que nos interesan y cantamos sobre lo que pasa políticamente, pero no somos ni de izquierda ni de derecha”, aunque sus letras apuntan hacia la liberación de la tierra mediante la ecodefensa y una nueva ética contra la “falsedad antropocéntrica”.
La noche arrancó con una buena dosis de hardcore que calentó el ambiente para los cabezas de cartel. L’Irreal Omega, desde la escena catalana, abrió con una propuesta fresca y visceral, conectando rápidamente con el público local a base de riffs contundentes. Luego vino Bajo Control, desde Madrid, con su enfoque de hardcore-punk cargado de crítica social y una energía arrolladora. La intensidad subió con Fleau, que aportó una propuesta más pesada y oscura, rozando el metalcore más crudo con breakdowns demoledores. Finalmente, Restraining Order, con un rollo más melódico y cercano al hardcore old school, desató el caos organizado con canciones pegajosas y una descarga de pura adrenalina.
Los actuales miembros de Earth Crisis, presentes desde su reunión en 2007, demostraron en la Sala Upload por qué siguen siendo guardianes de este legado. La cohesión sobre el escenario es total, y se traduce en una ejecución en directo que hace justicia a la potencia de sus grabaciones. Karl Buechner en la voz es pura entrega: su rugido gutural no solo canta, sino que arenga, domina el escenario con una energía magnética. Scott Crouse, en la guitarra principal, lanza riffs devastadores con técnica impecable. Ian “Bulldog” Edwards en el bajo es la base rítmica que da cuerpo al sonido, y Dennis Merrick en la batería es el motor: preciso e incansable, va de blast beats a ritmos aplastantes sin pestañear. Erick Edwards, en la guitarra rítmica, cierra el muro de sonido con una base agresiva que no deja huecos.
El concierto fue una bomba de energía. Con un sonido potente, compacto y metálico, Earth Crisis no defraudó. El setlist se centró en sus discos más emblemáticos. Abrieron con una explosiva “Forced March”, seguida por “Forged in the Flames” y sus breakdowns demoledores. Clásicos como “Gomorrah’s Season Ends” y “Against the Current” mantuvieron la presión, y “All Out War” se erigió como himno de batalla. En el núcleo del concierto, destacaron “Born From Pain”, “The Wrath of Sanity” y la cambiante “End Begins”. El clímax llegó con “Vegan for the Animals”, que conectó fuerte con el público, y “The Discipline” reforzó el compromiso. “Firestorm” fue pura descarga mosh. Cerraron el set principal con “Counter”, una versión de The Path of Resistance que fue pura agresión y determinación.
El paso de Earth Crisis por Barcelona no solo dejó una descarga de hardcore impecable, sino una reafirmación de principios en tiempos donde la coherencia escasea. En una escena que a menudo fluctúa entre la moda y la nostalgia, ellos siguen siendo una voz firme, incómoda y necesaria. Su directo fue más que una celebración de aniversario: fue un acto de integridad. En cada acorde y en cada proclama, recordaron al público que la música puede ser una trinchera, un refugio y un arma al mismo tiempo. Mientras haya bandas legendarias sobre los escenarios, el hardcore seguirá teniendo algo importante que decir Gracias totales por volver a reagruparse, por mantenerse firmes en sus convicciones y, sobre todo, por seguir dando caña con la misma intensidad de siempre. En tiempos de ruido vacío, ellos siguen demostrando que la música puede —y debe— tener un propósito. Que vengan más noches como esta.




La noche del solsticio de verano de 2025 —la más corta del año, que marca el inicio de la nueva estación, la Sala Upload de Barcelona se convirtió en el epicentro de una explosión de hardcore con el Festival Summer Blast, con un cartel que prometía intensidad y mensajes potentes. A pesar de la pertinaz lluvia que caía sobre la ciudad, el fervor en el interior era palpable, anticipando la descarga de bandas que, cada una a su manera, representan la diversidad y la pasión del género. Encabezando la velada, los icónicos Earth Crisis celebraban su 35.º aniversario como pioneros del hardcore con mensaje straight edge, desatando sus himnos del straight edge y generando una curiosa dicotomía con una audiencia que, como es habitual, disfrutaba de la noche con sus propias bebidas, en contraste con el mensaje central de la banda.
Earth Crisis no es solo una banda: es una declaración de principios. Desde su formación en 1989 en Syracuse, Nueva York, se han erigido como pilares en la evolución del hardcore y el metalcore. Su sonido agresivo y técnico, combinado con su inquebrantable compromiso con el vegan straight edge, los ha convertido en una voz clave. “Earth Crisis somos un grupo vegano straight edge auténtico”, han afirmado, usando su música como altavoz para defender los derechos de los animales, el veganismo y un estilo de vida libre de drogas y alcohol. Aunque su mensaje es claro, también han aclarado: “Hablamos de cosas que nos interesan y cantamos sobre lo que pasa políticamente, pero no somos ni de izquierda ni de derecha”, aunque sus letras apuntan hacia la liberación de la tierra mediante la ecodefensa y una nueva ética contra la “falsedad antropocéntrica”.
La noche arrancó con una buena dosis de hardcore que calentó el ambiente para los cabezas de cartel. L’Irreal Omega, desde la escena catalana, abrió con una propuesta fresca y visceral, conectando rápidamente con el público local a base de riffs contundentes. Luego vino Bajo Control, desde Madrid, con su enfoque de hardcore-punk cargado de crítica social y una energía arrolladora. La intensidad subió con Fleau, que aportó una propuesta más pesada y oscura, rozando el metalcore más crudo con breakdowns demoledores. Finalmente, Restraining Order, con un rollo más melódico y cercano al hardcore old school, desató el caos organizado con canciones pegajosas y una descarga de pura adrenalina.
Los actuales miembros de Earth Crisis, presentes desde su reunión en 2007, demostraron en la Sala Upload por qué siguen siendo guardianes de este legado. La cohesión sobre el escenario es total, y se traduce en una ejecución en directo que hace justicia a la potencia de sus grabaciones. Karl Buechner en la voz es pura entrega: su rugido gutural no solo canta, sino que arenga, domina el escenario con una energía magnética. Scott Crouse, en la guitarra principal, lanza riffs devastadores con técnica impecable. Ian “Bulldog” Edwards en el bajo es la base rítmica que da cuerpo al sonido, y Dennis Merrick en la batería es el motor: preciso e incansable, va de blast beats a ritmos aplastantes sin pestañear. Erick Edwards, en la guitarra rítmica, cierra el muro de sonido con una base agresiva que no deja huecos.
El concierto fue una bomba de energía. Con un sonido potente, compacto y metálico, Earth Crisis no defraudó. El setlist se centró en sus discos más emblemáticos. Abrieron con una explosiva “Forced March”, seguida por “Forged in the Flames” y sus breakdowns demoledores. Clásicos como “Gomorrah’s Season Ends” y “Against the Current” mantuvieron la presión, y “All Out War” se erigió como himno de batalla. En el núcleo del concierto, destacaron “Born From Pain”, “The Wrath of Sanity” y la cambiante “End Begins”. El clímax llegó con “Vegan for the Animals”, que conectó fuerte con el público, y “The Discipline” reforzó el compromiso. “Firestorm” fue pura descarga mosh. Cerraron el set principal con “Counter”, una versión de The Path of Resistance que fue pura agresión y determinación.
El paso de Earth Crisis por Barcelona no solo dejó una descarga de hardcore impecable, sino una reafirmación de principios en tiempos donde la coherencia escasea. En una escena que a menudo fluctúa entre la moda y la nostalgia, ellos siguen siendo una voz firme, incómoda y necesaria. Su directo fue más que una celebración de aniversario: fue un acto de integridad. En cada acorde y en cada proclama, recordaron al público que la música puede ser una trinchera, un refugio y un arma al mismo tiempo. Mientras haya bandas legendarias sobre los escenarios, el hardcore seguirá teniendo algo importante que decir Gracias totales por volver a reagruparse, por mantenerse firmes en sus convicciones y, sobre todo, por seguir dando caña con la misma intensidad de siempre. En tiempos de ruido vacío, ellos siguen demostrando que la música puede —y debe— tener un propósito. Que vengan más noches como esta.
