Gathering of Kings (GOK) es una suerte de Dream Team del Hard Rock Melódico que reúne a numerosos artistas del género para entregarnos un puñado de esas canciones que son de fácil asimilación y agradables al oído a con tan sólo una escucha. Su primera incursión discográfica fue el álbum “First Mission” de 2019 y la repercusión fue tan positiva que esta reunión de reyes no tardó en embarcarse en su segunda misión, la cual llevaría por título “Discovery”. 

Si bien aquél disco revistió un carácter de previsibilidad, no por ello el resultado fue menos satisfactorio. Vamos, es imposible que un disco salga fallido si entre los protagonistas se encuentran nombres como los de Rick Altzi  (Masterplan), Apollo Papathanasio (Spiritual Beggars, Firewind), Björn Strid (Soilwork, The Night Flight Orchestra, aunque ausente en esta oportunidad) o Tobias Jansson (Saffire), para hacerse cargo de las voces. 

Y con el elenco casi calcado de su primer trabajo es imposible sospechar que este “Discovery” no siguiera por los mismos caminos transitados que su antecesor. Aunque es justo decir que para esta oportunidad el elemento “hard” fue más dejado de lado y los reyes se vieron más tentados a incursionar más (aún) en los terrenos glamorosos y en los del AOR. Se puede percibir claramente como en “Discovery” los teclados le disputan el protagonismo a las guitarras, ambos instrumentos a cargo mayoritariamente por Victor Olsson. Para reforzar esta idea podemos decir que tecladistas como Erik Wiss o Joel Selsfors fueron invitados para meter sus solos en temas como “Lorelei” y “Final Hour” (mi favorita) respectivamente. También temas como “Highway to paradise” parecieran rendir más homenaje a clásicos del pop de los 80’s como “Self Control” de Laura Branigan que al Bon Jovi más rockero, aunque – por otro lado – es imposible no confundir el arranque de “From a Whisper to a Scream” con “Runaway”. 

Aún cuando el disco peque de volverse un poco monótono de a ratos, GOK caen bien parados a la hora de ofrecer una obra muy entretenida. Canciones como “December” o “Kiss From Above” son dueñas de esos estribillos que dan ganas de cantarlos una y otra vez, o de ponerlas de fondo mientras hacemos más llevadera nuestra rutina. 

Los reyes han vuelto a dar cátedra de Hard Rock y buen gusto, quizás con un impacto menor si lo comparamos con su disco debut, pero no por eso menos eficiente. Tener a mano una propuesta musical que invite a divertirnos y a sacarnos una sonrisa en estos tiempos aciagos e inciertos, no es poca cosa.