Men guðs hond er sterk (2024)
Metal Blade
1. Ábær
2. Rikin
3. Marrusorg
4. Glæman
5. Í hamferð
6. Fendreygar
7. Hvølja
8. Men Guðs hond er sterk
Las historias de encuentros con espíritus sobrenaturales son algo que se puede encontrar en casi todas las culturas humanas, casi siempre reflejando el ambiente donde estas se desarrollaron. En el folclore de las islas Feroe tenemos al “hamferð”, que es una aparición fantasmal: a veces es el fantasma de un alguien cercano a la persona a la que se le aparece para darle un presagio, otras veces es el fantasma de un marinero muerto en el mar. Y cuando la banda feroesa Hamferð decidió adoptar ese término como su nombre, parecen haberlo hecho por dos razones: mostrar el orgullo por sus orígenes isleños, y describir perfectamente lo que se siente encontrarse con la atmósfera fantasmagórica generada por sus canciones.
Desde que ganaran el Wacken Metal Battle en 2012, este sexteto ha ido en alza tanto en estatus como en popularidad, y nos ha dado la oportunidad a mucha gente de poder hablar de una banda de las islas Feroe que no sea Týr. Tomándose su tiempo con cada nuevo lanzamiento, en este 2024 Hamferð nos traen su tercer álbum de estudio Men Guðs hond er sterk, editado por Metal Blade.
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El sonido de Hamferð es una mezcla a la manera de Novembers Doom y, sobre todo, Swallow The Sun: doom metal de marcha lenta pero constante y con una mezcla de voces limpias y guturales, a la que se le agrega una fuerte carga melódica y extra melancolía en los riffs. El cantante Jón Aldará tiene un manejo excelente de las voces podridas y limpias, pudiendo sonar como un monstruo salido de los más profundo de los mares y poco después como un cantor tradicional lamentando las miserias de su pueblo. Junto con el uso del idioma feroés, su estilo de voces limpias también es un elemento clave, elevándose entre los riffs de Theodor Kapnas y Eyðun í Geil Hvannastein con un tinte épico que fácilmente recuerda al doom épico de los suecos Candlemass.
Todos estos son ingredientes muy loables, mas no sirven si las canciones no están a la altura. Pero Hamferð tienen el aspecto compositivo agarrado de los cuernos, porque las ocho canciones de Men Guðs hond er sterk nos sumergen de lleno en ambientes ancestrales, con las costas bañadas por el Atlántico y días siempre nublados. “Ábær” ya marca eso con esos riffs que pasan sin problema del machaque a la atmósfera distorsionada, con los colchones de teclados de Esmar Joensen aportando un elemento invalorable.
En su mayor parte el álbum se mantiene en ese estilo pero jamás aburre, en parte porque las canciones tienen duraciones dentro de todo normales pero también porque todo se mantiene en movimiento, como un reloj suizo que simplemente va muy lento. Pero hay tres canciones que muestran a Hamferð en sus momentos más extremos.
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Una es “Glæman”, una composición delicada y minimalista, con acompañamiento de piano y algunos punteos de guitarra, donde la voz limpia de Aldará se destaca, que por momentos recuerda a alguna de esas bandas de post metal, pero con Hamferð manteniendo ese estilo épico. En el otro extremo, “Hvølja” muestra a los feroeses en su versión más pesada y oscura, con las guitarras y el bajo de Jenus Í Trøðini por momentos apenas sonando como instrumentos y más como máquinas de distorsión. Y, por último, no todo es lentitud en Hamferð, porque “Rikin” combina sus elementos tradicionales con una sección directamente blackmetalera, donde la batería de Remi Johannesen hace estragos con sus blast beats. No queda para nada fuera de lugar, porque considerando lo densa que es la canción no sorprende que en algún momento explote de furia.
La final “Men Guðs hond er sterk” es una composición muy melancólica únicamente para la guitarra, que se ve acompañada apenas por un sample de una grabación de un pescador feroés de la década de 1950. Es un final perfecto para el álbum, con el relato del pescador en su idioma natal con el sonido de las olas sonando de fondo.
Men Guðs hond er sterk es simplemente un álbum hermoso, con canciones llenas de emoción (positivas o negativas, júzguelo usted) y llenas de dinámica tanto entre cada track como dentro de ellos, atrapando a cada moment. Sin haber tenido experiencia previa con el grupo, creo que este es uno de los mejores lanzamientos del año, y uno que va a dar pelea para mantener ese puesto.
Men guðs hond er sterk (2024)
Metal Blade
1. Ábær
2. Rikin
3. Marrusorg
4. Glæman
5. Í hamferð
6. Fendreygar
7. Hvølja
8. Men Guðs hond er sterk
Las historias de encuentros con espíritus sobrenaturales son algo que se puede encontrar en casi todas las culturas humanas, casi siempre reflejando el ambiente donde estas se desarrollaron. En el folclore de las islas Feroe tenemos al “hamferð”, que es una aparición fantasmal: a veces es el fantasma de un alguien cercano a la persona a la que se le aparece para darle un presagio, otras veces es el fantasma de un marinero muerto en el mar. Y cuando la banda feroesa Hamferð decidió adoptar ese término como su nombre, parecen haberlo hecho por dos razones: mostrar el orgullo por sus orígenes isleños, y describir perfectamente lo que se siente encontrarse con la atmósfera fantasmagórica generada por sus canciones.
Desde que ganaran el Wacken Metal Battle en 2012, este sexteto ha ido en alza tanto en estatus como en popularidad, y nos ha dado la oportunidad a mucha gente de poder hablar de una banda de las islas Feroe que no sea Týr. Tomándose su tiempo con cada nuevo lanzamiento, en este 2024 Hamferð nos traen su tercer álbum de estudio Men Guðs hond er sterk, editado por Metal Blade.
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El sonido de Hamferð es una mezcla a la manera de Novembers Doom y, sobre todo, Swallow The Sun: doom metal de marcha lenta pero constante y con una mezcla de voces limpias y guturales, a la que se le agrega una fuerte carga melódica y extra melancolía en los riffs. El cantante Jón Aldará tiene un manejo excelente de las voces podridas y limpias, pudiendo sonar como un monstruo salido de los más profundo de los mares y poco después como un cantor tradicional lamentando las miserias de su pueblo. Junto con el uso del idioma feroés, su estilo de voces limpias también es un elemento clave, elevándose entre los riffs de Theodor Kapnas y Eyðun í Geil Hvannastein con un tinte épico que fácilmente recuerda al doom épico de los suecos Candlemass.
Todos estos son ingredientes muy loables, mas no sirven si las canciones no están a la altura. Pero Hamferð tienen el aspecto compositivo agarrado de los cuernos, porque las ocho canciones de Men Guðs hond er sterk nos sumergen de lleno en ambientes ancestrales, con las costas bañadas por el Atlántico y días siempre nublados. “Ábær” ya marca eso con esos riffs que pasan sin problema del machaque a la atmósfera distorsionada, con los colchones de teclados de Esmar Joensen aportando un elemento invalorable.
En su mayor parte el álbum se mantiene en ese estilo pero jamás aburre, en parte porque las canciones tienen duraciones dentro de todo normales pero también porque todo se mantiene en movimiento, como un reloj suizo que simplemente va muy lento. Pero hay tres canciones que muestran a Hamferð en sus momentos más extremos.
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Una es “Glæman”, una composición delicada y minimalista, con acompañamiento de piano y algunos punteos de guitarra, donde la voz limpia de Aldará se destaca, que por momentos recuerda a alguna de esas bandas de post metal, pero con Hamferð manteniendo ese estilo épico. En el otro extremo, “Hvølja” muestra a los feroeses en su versión más pesada y oscura, con las guitarras y el bajo de Jenus Í Trøðini por momentos apenas sonando como instrumentos y más como máquinas de distorsión. Y, por último, no todo es lentitud en Hamferð, porque “Rikin” combina sus elementos tradicionales con una sección directamente blackmetalera, donde la batería de Remi Johannesen hace estragos con sus blast beats. No queda para nada fuera de lugar, porque considerando lo densa que es la canción no sorprende que en algún momento explote de furia.
La final “Men Guðs hond er sterk” es una composición muy melancólica únicamente para la guitarra, que se ve acompañada apenas por un sample de una grabación de un pescador feroés de la década de 1950. Es un final perfecto para el álbum, con el relato del pescador en su idioma natal con el sonido de las olas sonando de fondo.
Men Guðs hond er sterk es simplemente un álbum hermoso, con canciones llenas de emoción (positivas o negativas, júzguelo usted) y llenas de dinámica tanto entre cada track como dentro de ellos, atrapando a cada moment. Sin haber tenido experiencia previa con el grupo, creo que este es uno de los mejores lanzamientos del año, y uno que va a dar pelea para mantener ese puesto.