

Pocas bandas pueden presumir de una trayectoria tan sólida y respetada como Hamlet. Con casi cuatro décadas en la escena del metal español, el grupo madrileño sigue demostrando que su música es más que un legado: es una fuerza imparable.
Fundada en 1987 en Madrid, la banda ha sabido evolucionar sin perder su identidad. Desde su debut con Peligroso en 1992, Hamlet ha cimentado un sonido contundente, combinando hardcore, metal alternativo y una carga emocional que conecta con su público. Ahora, con su nueva gira Inmortal 2025, la banda sigue reafirmando su vigencia en un panorama musical en constante cambio.
La sala Apolo 2 se convirtió en el epicentro de una descarga de energía pura. Aunque no alcanzó el aforo completo, el público que acudió lo hizo con la entrega de siempre, dispuesto a vivir una noche intensa. A diferencia de grandes recintos, este espacio ofreció una atmósfera más íntima, permitiendo una conexión especial entre la banda y los asistentes.
Desde los primeros acordes de “Limítate”, el público entró en trance, entregándose por completo a la fuerza del directo de Hamlet. El setlist combinó con maestría temas de su nuevo álbum con clásicos infaltables. Canciones como “Queda mucho por hacer” y “Acto de fe” desataron la euforia entre los asistentes, confirmando que las nuevas composiciones ya forman parte del ADN de sus seguidores.
Uno de los momentos más intensos de la noche llegó con “Estigmatizado”, donde la conexión entre la banda y el público alcanzó su punto álgido. Molly, un frontman de gran presencia escénica, no dejó de interactuar con los fans, logrando que cada persona en la sala se sintiera parte del espectáculo. Su actitud, cercana pero enérgica, hizo que el ambiente se mantuviera en constante ebullición con un sonido demoledor y una entrega absoluta.
Hamlet en directo es sinónimo de potencia. La combinación de riffs demoledores, una base rítmica compacta y la inconfundible voz de Molly crearon una atmósfera arrolladora. La interpretación de recordó a todos la capacidad de la banda para reinventarse sin perder su esencia. Vivo en él y En mi nombre
La sección rítmica, a cargo de Álvaro Tenorio en el bajo y Paco Sánchez en la batería, mantuvo un pulso firme durante toda la noche, mientras que Luis Tárraga y Ken HC en las guitarras aportaron la dosis perfecta de agresividad y melodía.
El público respondió con la misma intensidad. Entre pogos y circle pits, la sala vibraba con cada canción. Momentos como “El mejor amigo de nadie” , “Denuncio a dios” y “En mi piel” pusieron de manifiesto la capacidad de Hamlet para alternar entre la agresividad más cruda y pasajes más melódicos sin perder contundencia.
Un cierre épico fue el tramo final del concierto, “Egoísmo” un despliegue de adrenalina. más dos bombazos más, “Tu medicina” y “J.F.” claras las intenciones antifascistas que dejaron al público extenuado, pero con ganas de más. Y, como no podía ser de otra manera, los bises fueron el broche de oro: “Imagíname”, “Qué voy a hacer” e “Irracional” pusieron el punto final a una noche inolvidable.
A pesar de no haber alcanzado el sold out, Hamlet demostró que su conexión con el público sigue intacta. Sin bandas invitadas y confiando únicamente en su propuesta, se lanzaron al escenario sin red, algo que pocas bandas nacionales se atreven a hacer hoy en día.
La gira Inmortal no solo es una celebración de su trayectoria, sino una prueba de que Hamlet sigue más vivo que nunca. Su presencia en el escenario es un recordatorio de que el metal nacional tiene en ellos a uno de sus mayores exponentes.


Pocas bandas pueden presumir de una trayectoria tan sólida y respetada como Hamlet. Con casi cuatro décadas en la escena del metal español, el grupo madrileño sigue demostrando que su música es más que un legado: es una fuerza imparable.
Fundada en 1987 en Madrid, la banda ha sabido evolucionar sin perder su identidad. Desde su debut con Peligroso en 1992, Hamlet ha cimentado un sonido contundente, combinando hardcore, metal alternativo y una carga emocional que conecta con su público. Ahora, con su nueva gira Inmortal 2025, la banda sigue reafirmando su vigencia en un panorama musical en constante cambio.
La sala Apolo 2 se convirtió en el epicentro de una descarga de energía pura. Aunque no alcanzó el aforo completo, el público que acudió lo hizo con la entrega de siempre, dispuesto a vivir una noche intensa. A diferencia de grandes recintos, este espacio ofreció una atmósfera más íntima, permitiendo una conexión especial entre la banda y los asistentes.
Desde los primeros acordes de “Limítate”, el público entró en trance, entregándose por completo a la fuerza del directo de Hamlet. El setlist combinó con maestría temas de su nuevo álbum con clásicos infaltables. Canciones como “Queda mucho por hacer” y “Acto de fe” desataron la euforia entre los asistentes, confirmando que las nuevas composiciones ya forman parte del ADN de sus seguidores.
Uno de los momentos más intensos de la noche llegó con “Estigmatizado”, donde la conexión entre la banda y el público alcanzó su punto álgido. Molly, un frontman de gran presencia escénica, no dejó de interactuar con los fans, logrando que cada persona en la sala se sintiera parte del espectáculo. Su actitud, cercana pero enérgica, hizo que el ambiente se mantuviera en constante ebullición con un sonido demoledor y una entrega absoluta.
Hamlet en directo es sinónimo de potencia. La combinación de riffs demoledores, una base rítmica compacta y la inconfundible voz de Molly crearon una atmósfera arrolladora. La interpretación de recordó a todos la capacidad de la banda para reinventarse sin perder su esencia. Vivo en él y En mi nombre
La sección rítmica, a cargo de Álvaro Tenorio en el bajo y Paco Sánchez en la batería, mantuvo un pulso firme durante toda la noche, mientras que Luis Tárraga y Ken HC en las guitarras aportaron la dosis perfecta de agresividad y melodía.
El público respondió con la misma intensidad. Entre pogos y circle pits, la sala vibraba con cada canción. Momentos como “El mejor amigo de nadie” , “Denuncio a dios” y “En mi piel” pusieron de manifiesto la capacidad de Hamlet para alternar entre la agresividad más cruda y pasajes más melódicos sin perder contundencia.
Un cierre épico fue el tramo final del concierto, “Egoísmo” un despliegue de adrenalina. más dos bombazos más, “Tu medicina” y “J.F.” claras las intenciones antifascistas que dejaron al público extenuado, pero con ganas de más. Y, como no podía ser de otra manera, los bises fueron el broche de oro: “Imagíname”, “Qué voy a hacer” e “Irracional” pusieron el punto final a una noche inolvidable.
A pesar de no haber alcanzado el sold out, Hamlet demostró que su conexión con el público sigue intacta. Sin bandas invitadas y confiando únicamente en su propuesta, se lanzaron al escenario sin red, algo que pocas bandas nacionales se atreven a hacer hoy en día.
La gira Inmortal no solo es una celebración de su trayectoria, sino una prueba de que Hamlet sigue más vivo que nunca. Su presencia en el escenario es un recordatorio de que el metal nacional tiene en ellos a uno de sus mayores exponentes.