


Fotos de Fernando Diaz
Muchas veces el debut de una banda internacional en terreno argentino se suele vivir con mucha expectativa. El entusiasmo se apodera de sus fanáticos y las ansias también. La incertidumbre por saber como va a ser su presentación crece día a día, mientras que la idea de tener frente a frente a aquellos músicos que jamás creyeron poder presenciar en vivo con sus propios ojos se vuelve más latente que nunca.
De una forma similar, vivió el público argentino el debut de Harakiri For The Sky, la aclamada agrupación de Post Black Metal, que tras 15 años de carrera dijo presente por primera vez en la Ciudad de Buenos Aires.
Todo transcurrió en la noche de domingo del 9 de noviembre. La banda se presentó en El Teatrito, en el marco de gira de presentación de su último disco Scorched Earth, editado en febrero del presente año.
Todo salió según lo planeado y estipulado. Desde el sonido de los instrumentos, hasta los tiempos pautados, la banda brindó una sólida presentación que dejó a todo el público del recinto maravillado.
Sin embargo, los austríacos no fueron quienes iniciaron la velada, sino que desde más temprano, Rhaug estuvo a cargo de dibujar los primeros acordes de la noche. Y es que un par de minutos antes de las 20hs (el horario pactado para que arranquen), los argentinos ya estaban sobre el escenario descargando su propuesta de Black Metal progresivo, y de a ratos sinfónico.
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Tapado con capuchas y maquillaje negro en los ojos, la banda se encargó de poner en tono al poco público que había en la sala en aquel entonces, y de lentamente, ir creando una atmosfera más tétrica y oscura propia de un ritual (muy acorde para lo que se avecinaba). Le bastó poco más de media hora para lograrlo. Con un sonido totalmente pulcro y nítido, donde se apreciaba muy bien el bajo y en el que las guitarras se encargaron de crear unos pasajes gélidos y melódicos (en sintonía a los de Uada), la banda consiguió ganarse la atención de los presentes y eso llevó a que al final del show, los aplausos y aprobación del público se hicieran notar.
Para cuando se despidieron, ya se veía una considerable cantidad de más de 100 personas en el lugar, a la espera del acto principal de la noche. Espera que no se hizo desear mucho, porque a las 21hs clavadas, las luces se fueron apagando mientras que una cortina de humo comenzó a inundar lentamente el escenario. No pasó mucho tiempo para que la banda apareciera en escena y sin ningún tipo de saludo ni presentación, diera paso a “Heal Me”, tema que abre su último disco.
Liderados por el guitarrista Matthias Sollak y por su vocalista Michael V. Wahntraum, mejor conocido como J.J, los austríacos irrumpieron con suma contundencia y precisión en el escenario, brindando una ejecución arrolladora pero prolija del tema. A este, le siguieron “Fire, Walk With Me” del Arson (2018) y” With Autumn I’ll Surrender” que sonaron con una nitidez que permitía percibir con claridad cada una de las notas de cada instrumento. En especial de las guitarras, quienes fueron las principales protagonistas de la noche. Y es que la música de Harakiri, se sostiene en gran parte, en la labor técnica y melódica de sus guitarristas. Y en este apartado, supieron cumplir holgadamente con su interpretación.
En ningún momento el sonido se sintió invasivo o como una bola de ruido o en la que los instrumentos se pisen entre ellos. Al contrario, las guitarras sonaban con una sutileza melódica calcada a la de los discos y que se sostuvo durante todo el show.
Ya con “Funeral Dreams” el público se prendió y acompañó a la banda con aplausos y leves cabeceos, en especial de quienes se encontraban delante de todo.
“You Are the Scars”, “Without You I’m Just a Sad Song”, “Sing for the Damage We’ve Done” fueron las siguientes en sonar y tuvo a la banda en la misma sintonía que el principio: no presentar con nombre los temas ni tampoco charlar o soltar unas palabras para el público. Sin embargo, esa distancia se sintió natural, compenetrada con su naturaleza sombría y propuesta mucho más enfocada en lo desgarrador que en hacer buenos amigos en el show.
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En ese sentido, se destacó por completo J.J, que con su particular remera de PJ Harvey, supo estar toda la noche con un aura melancólica, que lo envolvía a su alrededor. Suplicando y desgarrando su garganta, en ningún momento se salió de su rol de ser el portavoz de la angustia y melancolía que transmite la banda. Fue tanta la intensidad que manejo, que mientras tocaban “Homecoming: Denied!” decidió bajarse del escenario y seguir cantando entre el medio de la gente, siendo este uno de los momentos más sorprendentes de la noche.
Luego de esto, los músicos dejaron el escenario haciendo creer al público por unos segundos que el recital ya se había acabado. Afortunadamente, no pasó más de un minuto para que la banda volviera y culminará la noche con “Keep Me Longing” y “Lungs Filled with Water”, dónde J.J volvió a bajar del escenario para terminar cantando nuevamente alrededor del público, que lo despidió entre aplausos y alguna palmadita en la espalda.
Finalizado el tema, la banda se retiró en silencio y sin saludos, manteniéndose fieles a la postura que adoptaron desde que arrancó el show, pero dejando en las 200 personas que asistieron, una sensación mucho más que positiva, tras presenciar un brillante y sólido debut en suelo argentino por parte uno de los mayores referentes del Post Black Metal actual.
No quedan dudas que después de lo que fue la actuación de los austriacos, el público se haya quedado deseando que esta haya sido la primera de varias presentaciones del grupo en el país. Y por el bien del género, que así sea.
Desde Track To Hell agradecemos a la productora Icarus Music por la acreditación y por haber hecho posible el show.
Etiquetas: argentina, el teatrito, Harakiri For The Sky, Post-Black metal, Rhaug



Fotos de Fernando Diaz
Muchas veces el debut de una banda internacional en terreno argentino se suele vivir con mucha expectativa. El entusiasmo se apodera de sus fanáticos y las ansias también. La incertidumbre por saber como va a ser su presentación crece día a día, mientras que la idea de tener frente a frente a aquellos músicos que jamás creyeron poder presenciar en vivo con sus propios ojos se vuelve más latente que nunca.
De una forma similar, vivió el público argentino el debut de Harakiri For The Sky, la aclamada agrupación de Post Black Metal, que tras 15 años de carrera dijo presente por primera vez en la Ciudad de Buenos Aires.
Todo transcurrió en la noche de domingo del 9 de noviembre. La banda se presentó en El Teatrito, en el marco de gira de presentación de su último disco Scorched Earth, editado en febrero del presente año.
Todo salió según lo planeado y estipulado. Desde el sonido de los instrumentos, hasta los tiempos pautados, la banda brindó una sólida presentación que dejó a todo el público del recinto maravillado.
Sin embargo, los austríacos no fueron quienes iniciaron la velada, sino que desde más temprano, Rhaug estuvo a cargo de dibujar los primeros acordes de la noche. Y es que un par de minutos antes de las 20hs (el horario pactado para que arranquen), los argentinos ya estaban sobre el escenario descargando su propuesta de Black Metal progresivo, y de a ratos sinfónico.
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Tapado con capuchas y maquillaje negro en los ojos, la banda se encargó de poner en tono al poco público que había en la sala en aquel entonces, y de lentamente, ir creando una atmosfera más tétrica y oscura propia de un ritual (muy acorde para lo que se avecinaba). Le bastó poco más de media hora para lograrlo. Con un sonido totalmente pulcro y nítido, donde se apreciaba muy bien el bajo y en el que las guitarras se encargaron de crear unos pasajes gélidos y melódicos (en sintonía a los de Uada), la banda consiguió ganarse la atención de los presentes y eso llevó a que al final del show, los aplausos y aprobación del público se hicieran notar.
Para cuando se despidieron, ya se veía una considerable cantidad de más de 100 personas en el lugar, a la espera del acto principal de la noche. Espera que no se hizo desear mucho, porque a las 21hs clavadas, las luces se fueron apagando mientras que una cortina de humo comenzó a inundar lentamente el escenario. No pasó mucho tiempo para que la banda apareciera en escena y sin ningún tipo de saludo ni presentación, diera paso a “Heal Me”, tema que abre su último disco.
Liderados por el guitarrista Matthias Sollak y por su vocalista Michael V. Wahntraum, mejor conocido como J.J, los austríacos irrumpieron con suma contundencia y precisión en el escenario, brindando una ejecución arrolladora pero prolija del tema. A este, le siguieron “Fire, Walk With Me” del Arson (2018) y” With Autumn I’ll Surrender” que sonaron con una nitidez que permitía percibir con claridad cada una de las notas de cada instrumento. En especial de las guitarras, quienes fueron las principales protagonistas de la noche. Y es que la música de Harakiri, se sostiene en gran parte, en la labor técnica y melódica de sus guitarristas. Y en este apartado, supieron cumplir holgadamente con su interpretación.
En ningún momento el sonido se sintió invasivo o como una bola de ruido o en la que los instrumentos se pisen entre ellos. Al contrario, las guitarras sonaban con una sutileza melódica calcada a la de los discos y que se sostuvo durante todo el show.
Ya con “Funeral Dreams” el público se prendió y acompañó a la banda con aplausos y leves cabeceos, en especial de quienes se encontraban delante de todo.
“You Are the Scars”, “Without You I’m Just a Sad Song”, “Sing for the Damage We’ve Done” fueron las siguientes en sonar y tuvo a la banda en la misma sintonía que el principio: no presentar con nombre los temas ni tampoco charlar o soltar unas palabras para el público. Sin embargo, esa distancia se sintió natural, compenetrada con su naturaleza sombría y propuesta mucho más enfocada en lo desgarrador que en hacer buenos amigos en el show.
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En ese sentido, se destacó por completo J.J, que con su particular remera de PJ Harvey, supo estar toda la noche con un aura melancólica, que lo envolvía a su alrededor. Suplicando y desgarrando su garganta, en ningún momento se salió de su rol de ser el portavoz de la angustia y melancolía que transmite la banda. Fue tanta la intensidad que manejo, que mientras tocaban “Homecoming: Denied!” decidió bajarse del escenario y seguir cantando entre el medio de la gente, siendo este uno de los momentos más sorprendentes de la noche.
Luego de esto, los músicos dejaron el escenario haciendo creer al público por unos segundos que el recital ya se había acabado. Afortunadamente, no pasó más de un minuto para que la banda volviera y culminará la noche con “Keep Me Longing” y “Lungs Filled with Water”, dónde J.J volvió a bajar del escenario para terminar cantando nuevamente alrededor del público, que lo despidió entre aplausos y alguna palmadita en la espalda.
Finalizado el tema, la banda se retiró en silencio y sin saludos, manteniéndose fieles a la postura que adoptaron desde que arrancó el show, pero dejando en las 200 personas que asistieron, una sensación mucho más que positiva, tras presenciar un brillante y sólido debut en suelo argentino por parte uno de los mayores referentes del Post Black Metal actual.
No quedan dudas que después de lo que fue la actuación de los austriacos, el público se haya quedado deseando que esta haya sido la primera de varias presentaciones del grupo en el país. Y por el bien del género, que así sea.
Desde Track To Hell agradecemos a la productora Icarus Music por la acreditación y por haber hecho posible el show.
Etiquetas: argentina, el teatrito, Harakiri For The Sky, Post-Black metal, Rhaug










