

L’Arc~en~Ciel son una de las bandas japonesas de rock más exitosas de la historia, con al menos 30 millones de álbumes vendidos desde que arrancaran en los noventas. Pero como suele pasar con casi todos los artistas grandes de su país, por fuera de su país de origen, la enorme mayoría de sus fans parecen estar concentrados en cualquiera que haya hojeado una revista de animé en los noventas y la década del 2000, porque este cuarteto de la ciudad de Osaka era una figurita repetida en el mundo de los openings y endings de series animadas. Personalmente siempre recordaré “The Fourth Avenue Cafe” como el cuarto ending de Rurouni Kenshin, serie que tuvo la banda sonora más noventas de la historia del animé a pesar de ser una historia de época del siglo XIX, pero todavía más gente los recuerda por “Driver’s High” de Great Teacher Onizuka o por “Ready Steady Go!” de Fullmetal Alchemist.
Una de las características más particulares de L’Arc~en~Ciel, aparte de un nombre que me obliga a copiar y pegar cada vez que los quiero mencionar, es la voz de su cantante Hideto Takarai, mucho mejor conocido por su nombre artístico hyde (todo en minúsculas en este contexto), la cual les ha permitido adaptarse a los nuevos sonidos a lo largo del tiempo, pasando del post punk de sus inicios al power pop que los llevó a la fama. Y hyde está bien enterado de esto, porque con la llegada del nuevo milenio comenzó una carrera solista con la que le ha ido bastante bien bajo el nombre de HYDE (todo en mayúsculas), y ante la falta de nuevo material por parte de L’Arc~en~Ciel… bueno, digamos que buenas son las tortas. Y con el anuncio de que HYDE estaría tocando en Argentina en la gira de presentación de su nuevo álbum HYDE [INSIDE], las alarmas se dispararon entre varios.
La cita era el 7 de septiembre en el Groove del barrio de Palermo en Buenos Aires, en lo que desde el vamos se veía como una fecha bastante diferente a las que estamos acostumbrados acá en Track To Hell, con un ambiente más cercano a una convención de animé con la enorme cantidad de buzos de Jujutsu Kaisen y Fullmetal Alchemist que podían verse dentro del lugar. Sumamos a los palitos y vinchas con luces que mostraban el nombre del cantante, ya puedo escuchar a mis compañeros de página poniendo el grito en el cielo y comparando todo con algo más cercano al k-pop o movidas parecidas.
A las 20:32, pudimos escuchar los primeros sonidos viniendo del escenario, con ya gritando y preparándose para el comienzo de la fiesta. Fue ahí que se abrió el telón y pudimos ver la escenografía puesta en el fondo, con ese cartel de tipografía casi circense que nos daba la bienvenida al espectáculo, y a los músicos que acompañan en esta gira, con esas máscaras y gafas con luces tapando sus rostros. Pero lo que llamaba todavía más la atención era esa esa estructura dispuesta en medio del escenario de Groove, donde arriba de todo se encontraba nada menos que HYDE, quien cantaría toda la primera canción “LET IT OUT” desde las alturas, contorneándose si fuera algún video viejo de Marilyn Manson.
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Si tengo que ser sincero, estos últimos discos solistas de HYDE no han sido muy de mi agrado. Me gusta la idea y aprecio a todo artista veterano que quiera hacer algo nuevo tantos años metido en su carrera, pero no creo que este estilo punk rock / electro / industrial que HYDE está queriendo intentar combine bien con su voz. Pero, ¿saben qué? Resulta que las canciones funcionan mejor en vivo, o menos cuando puedo distinguir quién está tocando qué entre tanto ruido y programación. Así tuvimos la seguidilla de canciones de HYDE [INSIDE] y el anterior ANTI con “LET IT OUT”, “AFTER LIGHT”, “DEFEAT” y “TAKING THEM DOWN”, con su versión de “DEVIL SIDE” de su proyecto aparte VAMPS en el medio como para variar las cosas.
HYDE andaba con su especie de traje militar, entonando estas canciones con todo el manejo experto de un veterano de la música. Y lejos de quedarse en alguna posición de rockstar distante, detrás de toda su escenografía y maquillaje, pudimos escuchar al cantante tratando de comunicarse en una mezcla de inglés y español masticado, incluso gritando un “¡QUILOMBO!” que me sacó una sonrisa inmediatamente. Y el público estaba prendidísimo a cada momento, con unas instancias de pogo en el medio del campo de Groove que estarían a la altura de cualquier concierto de thrash o death que pudiera imaginarme.
las cosas se prendieron todavía más cuando HYDE se sacó de la manga “Tokoshie”, canción que hiciera en colaboración con la banda MY FIRST STORY para el animé Demon Slayer, y que la gente disfrutó de principio a fin. Tuvimos otra curiosidad con su entretenido cover de “Faint” de Linkin Park, y después siguió con otra seguidilla de los dos últimos álbumes con “MAD QUALIA”, “SOCIAL VIRUS”, “MIDNIGHT CELEBRATION II” y ya el final con, obviamente, “LAST SONG”, despidiéndose para cerrar la primera parte de la noche. Para quien no sea nuevo a estas crónicas, quedará claro que la noche no se iba a terminar ahí, y pasaron unos minutos para que tuviéramos al baterista de HYDE vuelta en el escenario, quien nos regaló una sección de solo de batería muy entretenida (tan entretenido como un solo de batería puede ser), y más tarde se sumó el guitarrista, quien entre otras cosas interpretó el himno nacional argentino para deleite de todos. Haciendo énfasis en la mezcla de estilos que sería clave esa noche, la banda de apoyo de HYDE procedió a hacer su versión instrumental del clásico “Raining Blood” de Slayer, que dio lugar a un tremendo pogo en Groove y a la salida de HYDE al final.
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Sin embargo, HYDE no apareció en el escenario, sino en las escaleras del lado izquierdo de Groove, terminando metido entre el público de ese lado rodeado de la gente de seguridad. Desde ahí interpretaría “PANDORA” mientras iba con un arma de juguete y la gente se agolpaba alrededor, pudiendo ver entre el público una bandera grande de Bolivia que marcaba desde dónde podía venir la gente para esta ocasión. Y ya volviendo al escenario, HYDE decidió hacerle un regalo grande a todos e interpretar “Honey”, la única canción de L’Arc~en~Ciel de la noche y un clásico total de la discografía de la banda.
“Mugen” fue la otra canción de su colaboración con Demon Slayer que hizo las delicias de la gente, y “GLAMOROUS SKY” fue otro regalo para los fans del manga y animé de culto Nana. Era todo el fanservice que cabría esperarse para el final, y este justamente llegó con “SEX BLOOD ROCK N’ ROLL”, otra de sus canciones de VAMPS que lo tiene en modo full rockstar. Y la gente correspondió con cantos, aplausos y llantos, cerrando así una noche para el recuerdo de muchos que estuvieron esperando décadas poder ver a esta leyenda del rock japonés en vivo y en directo.
No tenía “ver a HYDE de L’Arc~en~Ciel en vivo” en mi bingo del 2025, pero esas son las maravillas de poder ir a cubrir recitales. Desde ya que me saco el sombrero ante la productora por asumir semejante riesgo con un artista que es grande pero no verdaderamente probado entre el público local, y también por la gran producción que tuvo el evento en cuanto a sonido a presentación. Espero que se haya también saldado como un éxito, y que este gran recital sea el trampolín para que más artistas populares japoneses se animen a presentarse en estas tierras, y que haya gente que decida traerlos.


L’Arc~en~Ciel son una de las bandas japonesas de rock más exitosas de la historia, con al menos 30 millones de álbumes vendidos desde que arrancaran en los noventas. Pero como suele pasar con casi todos los artistas grandes de su país, por fuera de su país de origen, la enorme mayoría de sus fans parecen estar concentrados en cualquiera que haya hojeado una revista de animé en los noventas y la década del 2000, porque este cuarteto de la ciudad de Osaka era una figurita repetida en el mundo de los openings y endings de series animadas. Personalmente siempre recordaré “The Fourth Avenue Cafe” como el cuarto ending de Rurouni Kenshin, serie que tuvo la banda sonora más noventas de la historia del animé a pesar de ser una historia de época del siglo XIX, pero todavía más gente los recuerda por “Driver’s High” de Great Teacher Onizuka o por “Ready Steady Go!” de Fullmetal Alchemist.
Una de las características más particulares de L’Arc~en~Ciel, aparte de un nombre que me obliga a copiar y pegar cada vez que los quiero mencionar, es la voz de su cantante Hideto Takarai, mucho mejor conocido por su nombre artístico hyde (todo en minúsculas en este contexto), la cual les ha permitido adaptarse a los nuevos sonidos a lo largo del tiempo, pasando del post punk de sus inicios al power pop que los llevó a la fama. Y hyde está bien enterado de esto, porque con la llegada del nuevo milenio comenzó una carrera solista con la que le ha ido bastante bien bajo el nombre de HYDE (todo en mayúsculas), y ante la falta de nuevo material por parte de L’Arc~en~Ciel… bueno, digamos que buenas son las tortas. Y con el anuncio de que HYDE estaría tocando en Argentina en la gira de presentación de su nuevo álbum HYDE [INSIDE], las alarmas se dispararon entre varios.
La cita era el 7 de septiembre en el Groove del barrio de Palermo en Buenos Aires, en lo que desde el vamos se veía como una fecha bastante diferente a las que estamos acostumbrados acá en Track To Hell, con un ambiente más cercano a una convención de animé con la enorme cantidad de buzos de Jujutsu Kaisen y Fullmetal Alchemist que podían verse dentro del lugar. Sumamos a los palitos y vinchas con luces que mostraban el nombre del cantante, ya puedo escuchar a mis compañeros de página poniendo el grito en el cielo y comparando todo con algo más cercano al k-pop o movidas parecidas.
A las 20:32, pudimos escuchar los primeros sonidos viniendo del escenario, con ya gritando y preparándose para el comienzo de la fiesta. Fue ahí que se abrió el telón y pudimos ver la escenografía puesta en el fondo, con ese cartel de tipografía casi circense que nos daba la bienvenida al espectáculo, y a los músicos que acompañan en esta gira, con esas máscaras y gafas con luces tapando sus rostros. Pero lo que llamaba todavía más la atención era esa esa estructura dispuesta en medio del escenario de Groove, donde arriba de todo se encontraba nada menos que HYDE, quien cantaría toda la primera canción “LET IT OUT” desde las alturas, contorneándose si fuera algún video viejo de Marilyn Manson.
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HYDE andaba con su especie de traje militar, entonando estas canciones con todo el manejo experto de un veterano de la música. Y lejos de quedarse en alguna posición de rockstar distante, detrás de toda su escenografía y maquillaje, pudimos escuchar al cantante tratando de comunicarse en una mezcla de inglés y español masticado, incluso gritando un “¡QUILOMBO!” que me sacó una sonrisa inmediatamente. Y el público estaba prendidísimo a cada momento, con unas instancias de pogo en el medio del campo de Groove que estarían a la altura de cualquier concierto de thrash o death que pudiera imaginarme.
las cosas se prendieron todavía más cuando HYDE se sacó de la manga “Tokoshie”, canción que hiciera en colaboración con la banda MY FIRST STORY para el animé Demon Slayer, y que la gente disfrutó de principio a fin. Tuvimos otra curiosidad con su entretenido cover de “Faint” de Linkin Park, y después siguió con otra seguidilla de los dos últimos álbumes con “MAD QUALIA”, “SOCIAL VIRUS”, “MIDNIGHT CELEBRATION II” y ya el final con, obviamente, “LAST SONG”, despidiéndose para cerrar la primera parte de la noche. Para quien no sea nuevo a estas crónicas, quedará claro que la noche no se iba a terminar ahí, y pasaron unos minutos para que tuviéramos al baterista de HYDE vuelta en el escenario, quien nos regaló una sección de solo de batería muy entretenida (tan entretenido como un solo de batería puede ser), y más tarde se sumó el guitarrista, quien entre otras cosas interpretó el himno nacional argentino para deleite de todos. Haciendo énfasis en la mezcla de estilos que sería clave esa noche, la banda de apoyo de HYDE procedió a hacer su versión instrumental del clásico “Raining Blood” de Slayer, que dio lugar a un tremendo pogo en Groove y a la salida de HYDE al final.
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Sin embargo, HYDE no apareció en el escenario, sino en las escaleras del lado izquierdo de Groove, terminando metido entre el público de ese lado rodeado de la gente de seguridad. Desde ahí interpretaría “PANDORA” mientras iba con un arma de juguete y la gente se agolpaba alrededor, pudiendo ver entre el público una bandera grande de Bolivia que marcaba desde dónde podía venir la gente para esta ocasión. Y ya volviendo al escenario, HYDE decidió hacerle un regalo grande a todos e interpretar “Honey”, la única canción de L’Arc~en~Ciel de la noche y un clásico total de la discografía de la banda.
“Mugen” fue la otra canción de su colaboración con Demon Slayer que hizo las delicias de la gente, y “GLAMOROUS SKY” fue otro regalo para los fans del manga y animé de culto Nana. Era todo el fanservice que cabría esperarse para el final, y este justamente llegó con “SEX BLOOD ROCK N’ ROLL”, otra de sus canciones de VAMPS que lo tiene en modo full rockstar. Y la gente correspondió con cantos, aplausos y llantos, cerrando así una noche para el recuerdo de muchos que estuvieron esperando décadas poder ver a esta leyenda del rock japonés en vivo y en directo.
No tenía “ver a HYDE de L’Arc~en~Ciel en vivo” en mi bingo del 2025, pero esas son las maravillas de poder ir a cubrir recitales. Desde ya que me saco el sombrero ante la productora por asumir semejante riesgo con un artista que es grande pero no verdaderamente probado entre el público local, y también por la gran producción que tuvo el evento en cuanto a sonido a presentación. Espero que se haya también saldado como un éxito, y que este gran recital sea el trampolín para que más artistas populares japoneses se animen a presentarse en estas tierras, y que haya gente que decida traerlos.