

El 13 de junio me acerqué al Sant Jordi Club, atraído por la promesa de una noche extraordinaria en compañía de leyendas del metal. El bullicio de la multitud hacía evidente el fervor por un espectáculo con entradas agotadas. Este concierto marcaba el inicio de la gira española de Judas Priest, que continuaría en Pamplona, Madrid y en el Festival Rock Imperium de Cartagena.
Los veteranos de Uriah Heep abrieron la velada, demostrando por qué llevan 54 años en escena con 25 discos editados. A pesar de un retraso imprevisto, su sonido fue una grata sorpresa. Empezaron con “Save Me Tonight”, desplegando una energía renovada que resonó en “Grazed by Heaven” y “Rainbow Demon”. Temas como “Stealin’” y “July Morning” evocaron la nostalgia de los asistentes, culminando en una vibrante interpretación de “Easy Livin’”, que desató aplausos fervorosos.
Saxon, siempre imponente, continuó con una actuación intensa. Biff Byford mantuvo su voz impecable, mientras Nibbs Carter infundía vida con su bajo y movimientos que encendieron al público. Desde el arrollador comienzo con “Hell, Fire and Damnation”, hasta el poderoso cierre con “Princess of the Night”, el dúo de guitarras desató una tormenta de riffs que sacudieron el escenario. Piezas como “Motorcycle Man” y “Heavy Metal Thunder” dejaron una marca indeleble, reafirmando su estatus como titanes del heavy metal.
El clímax de la noche llegó con Judas Priest. Con un sonido impecable, la banda se lanzó a su set con “Panic Attack”, deleitando con un vigor sorprendente. Rob Halford, a sus 72 años, demostró una potencia vocal que desafía el paso del tiempo. El escenario vibró con la presentación de su nuevo álbum, Invincible Shield, donde “You’ve Got Another Thing Comin’” y “Rapid Fire” destacaron por su fuerza.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Judas Priest – Invincible Shield (2024)
Halford, encarnando la esencia del metal, condujo una Harley-Davidson al escenario para entonar “Hell Bent for Leather”, desatando la euforia del público. Andy Sneap y Richie Faulkner brindaron interpretaciones impecables, mientras Ian Hill, en su estilo reservado, anclaba el ritmo con precisión. Scott Travis, tomando el micrófono antes de “Painkiller”, elevó la anticipación a niveles máximos.
La noche alcanzó su cúspide cuando Halford habló sobre los 50 años de carrera de Judas Priest. Reflexionó sobre los altibajos, el compañerismo con bandas como Black Sabbath, y el inquebrantable apoyo de sus fans, lo cual ha sido crucial para su longevidad. Con “Breaking the Law” y “Living After Midnight”, la banda celebró su legado, reafirmando su lugar en la historia del metal.
La velada en el Sant Jordi Club no fue solo un concierto; fue un viaje a través de la historia del metal, donde cada nota tocada por Judas Priest resonó con una pasión que solo medio siglo de música puede capturar.


El 13 de junio me acerqué al Sant Jordi Club, atraído por la promesa de una noche extraordinaria en compañía de leyendas del metal. El bullicio de la multitud hacía evidente el fervor por un espectáculo con entradas agotadas. Este concierto marcaba el inicio de la gira española de Judas Priest, que continuaría en Pamplona, Madrid y en el Festival Rock Imperium de Cartagena.
Los veteranos de Uriah Heep abrieron la velada, demostrando por qué llevan 54 años en escena con 25 discos editados. A pesar de un retraso imprevisto, su sonido fue una grata sorpresa. Empezaron con “Save Me Tonight”, desplegando una energía renovada que resonó en “Grazed by Heaven” y “Rainbow Demon”. Temas como “Stealin’” y “July Morning” evocaron la nostalgia de los asistentes, culminando en una vibrante interpretación de “Easy Livin’”, que desató aplausos fervorosos.
Saxon, siempre imponente, continuó con una actuación intensa. Biff Byford mantuvo su voz impecable, mientras Nibbs Carter infundía vida con su bajo y movimientos que encendieron al público. Desde el arrollador comienzo con “Hell, Fire and Damnation”, hasta el poderoso cierre con “Princess of the Night”, el dúo de guitarras desató una tormenta de riffs que sacudieron el escenario. Piezas como “Motorcycle Man” y “Heavy Metal Thunder” dejaron una marca indeleble, reafirmando su estatus como titanes del heavy metal.
El clímax de la noche llegó con Judas Priest. Con un sonido impecable, la banda se lanzó a su set con “Panic Attack”, deleitando con un vigor sorprendente. Rob Halford, a sus 72 años, demostró una potencia vocal que desafía el paso del tiempo. El escenario vibró con la presentación de su nuevo álbum, Invincible Shield, donde “You’ve Got Another Thing Comin’” y “Rapid Fire” destacaron por su fuerza.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Judas Priest – Invincible Shield (2024)
Halford, encarnando la esencia del metal, condujo una Harley-Davidson al escenario para entonar “Hell Bent for Leather”, desatando la euforia del público. Andy Sneap y Richie Faulkner brindaron interpretaciones impecables, mientras Ian Hill, en su estilo reservado, anclaba el ritmo con precisión. Scott Travis, tomando el micrófono antes de “Painkiller”, elevó la anticipación a niveles máximos.
La noche alcanzó su cúspide cuando Halford habló sobre los 50 años de carrera de Judas Priest. Reflexionó sobre los altibajos, el compañerismo con bandas como Black Sabbath, y el inquebrantable apoyo de sus fans, lo cual ha sido crucial para su longevidad. Con “Breaking the Law” y “Living After Midnight”, la banda celebró su legado, reafirmando su lugar en la historia del metal.
La velada en el Sant Jordi Club no fue solo un concierto; fue un viaje a través de la historia del metal, donde cada nota tocada por Judas Priest resonó con una pasión que solo medio siglo de música puede capturar.