As Spoken (2024)
Independiente
Tracklist:
01. As Spoken
02. Offering
03. Wept Fountain
04. Revile of Light
05. Mereward
06. Guardian Bind
07. Unto Viewing
08. Portrait
09. Utterance
10. Fettered Oath
11. Shall It Be
“As Spoken” es el tercer disco de Knoll, esta banda de “funeral grindcore” oriunda de Tennessee. Este joven quinteto tiene una notable actitud vanguardista que lo aleja de todo abuso del género que ejecutan, a diferencia de cada vez más grupos que se colocan al borde de la excusa para producir ruidos carentes de sentido más allá de sus ingenuas intenciones. La música de Knoll incorpora influencias del black metal, el noise-rock y, ocasionalmente, una instrumentación ampliada, incorporando, por ejemplo, la trompeta. El hecho de que hayan sido convocados para tocar en el Roadburn Festival de 2021 es un claro indicador de que no son, simplemente, una banda de grindcore más. Algunas comparaciones que pueden servir de referencias son Fawn Limbs y Theories.
El primer track, homónimo al disco, empieza sin rodeos, con un golpe frontal y directo. Sobra decir que la batería es brutal, acribillando a puro blast beat, La voz suena siempre rabiosa, un poco más aguda que lo habitual dentro del estilo en cuestión. Las guitarras oscilan entre los machaques despiadados y el trémolo riffing más ominoso, pasando por esas secuencias frenéticas que suben y bajan por el diapasón como si la mano fuera una rata atrapada en una jaula.
“Offering” ralentiza el ritmo y le permite al bajo adquirir mayor notoriedad. Las regulares aceleraciones y desaceleraciones son la norma para Knoll: su grindcore no es para nada una mera sucesión de breves ráfagas compiladas en un álbum de quince minutos, los cambios dentro de cada canción dan la pauta de una búsqueda compositiva distinta. El mismo deseo de tener una posición disidente se revela en la gráfica que nada tiene que ver con lo “gore” o la violencia, sino con una imaginería ambigua, referente al Southern Gothic propio de la cultura de su zona de origen, todo en blanco y negro. “Wept Offering” se presenta con tramos prácticamente sludge. “Revile of Light” es el track más extenso, superando los seis minutos, por lo que era esperable un despliegue de recursos prominente, ingresando la trompeta y diversos momentos muy diferenciables entre sí. La viscosa oscuridad reinante permite sobresalir a la implacable percusión y al trabajo vocal completamente desquiciado. Hasta podría decirse que existen lapsos atmosféricos, en particular hacia el final.
El riff inicial de “Mereward” tiene bastante groove, intercalado con compases de esa ya mencionada exploración climática, que puedan alcanzar los puros acoples saturados de reverberación. A continuación, “Guardian Bind” avanza en la senda ya trazada con énfasis y lleva hacia “Unto Viewing”, donde encontramos líneas de guitarra que incrementan la heterogeneidad demostrada hasta este punto. Que no se pretendan paisajes emocionales: todo lo que ofrece Knoll es furia y desesperación vertiginosa. “Portrait” tiene un comienzo especialmente siniestro, denso y lento. Si bien todo se agita en determinados segmentos, la pieza es, en general, de una maldad sigilosa.
“Utterance” vuelve a exhibir la inclinación hacia una construcción sonora empujando los límites de la musicalidad, con un enfoque minimalista y tensamente calmo, totalmente ajeno al metal, que nos transporta, fugazmente, a otro espacio. “Fettered Oath” marca el retorno del cruel frenesí que culmina con “Shall It Be”, incluyendo un tremendo breakdown; una conclusión digna de un excelente álbum para cualquier amante de la música más extrema.
As Spoken (2024)
Independiente
Tracklist:
01. As Spoken
02. Offering
03. Wept Fountain
04. Revile of Light
05. Mereward
06. Guardian Bind
07. Unto Viewing
08. Portrait
09. Utterance
10. Fettered Oath
11. Shall It Be
“As Spoken” es el tercer disco de Knoll, esta banda de “funeral grindcore” oriunda de Tennessee. Este joven quinteto tiene una notable actitud vanguardista que lo aleja de todo abuso del género que ejecutan, a diferencia de cada vez más grupos que se colocan al borde de la excusa para producir ruidos carentes de sentido más allá de sus ingenuas intenciones. La música de Knoll incorpora influencias del black metal, el noise-rock y, ocasionalmente, una instrumentación ampliada, incorporando, por ejemplo, la trompeta. El hecho de que hayan sido convocados para tocar en el Roadburn Festival de 2021 es un claro indicador de que no son, simplemente, una banda de grindcore más. Algunas comparaciones que pueden servir de referencias son Fawn Limbs y Theories.
El primer track, homónimo al disco, empieza sin rodeos, con un golpe frontal y directo. Sobra decir que la batería es brutal, acribillando a puro blast beat, La voz suena siempre rabiosa, un poco más aguda que lo habitual dentro del estilo en cuestión. Las guitarras oscilan entre los machaques despiadados y el trémolo riffing más ominoso, pasando por esas secuencias frenéticas que suben y bajan por el diapasón como si la mano fuera una rata atrapada en una jaula.
“Offering” ralentiza el ritmo y le permite al bajo adquirir mayor notoriedad. Las regulares aceleraciones y desaceleraciones son la norma para Knoll: su grindcore no es para nada una mera sucesión de breves ráfagas compiladas en un álbum de quince minutos, los cambios dentro de cada canción dan la pauta de una búsqueda compositiva distinta. El mismo deseo de tener una posición disidente se revela en la gráfica que nada tiene que ver con lo “gore” o la violencia, sino con una imaginería ambigua, referente al Southern Gothic propio de la cultura de su zona de origen, todo en blanco y negro. “Wept Offering” se presenta con tramos prácticamente sludge. “Revile of Light” es el track más extenso, superando los seis minutos, por lo que era esperable un despliegue de recursos prominente, ingresando la trompeta y diversos momentos muy diferenciables entre sí. La viscosa oscuridad reinante permite sobresalir a la implacable percusión y al trabajo vocal completamente desquiciado. Hasta podría decirse que existen lapsos atmosféricos, en particular hacia el final.
El riff inicial de “Mereward” tiene bastante groove, intercalado con compases de esa ya mencionada exploración climática, que puedan alcanzar los puros acoples saturados de reverberación. A continuación, “Guardian Bind” avanza en la senda ya trazada con énfasis y lleva hacia “Unto Viewing”, donde encontramos líneas de guitarra que incrementan la heterogeneidad demostrada hasta este punto. Que no se pretendan paisajes emocionales: todo lo que ofrece Knoll es furia y desesperación vertiginosa. “Portrait” tiene un comienzo especialmente siniestro, denso y lento. Si bien todo se agita en determinados segmentos, la pieza es, en general, de una maldad sigilosa.
“Utterance” vuelve a exhibir la inclinación hacia una construcción sonora empujando los límites de la musicalidad, con un enfoque minimalista y tensamente calmo, totalmente ajeno al metal, que nos transporta, fugazmente, a otro espacio. “Fettered Oath” marca el retorno del cruel frenesí que culmina con “Shall It Be”, incluyendo un tremendo breakdown; una conclusión digna de un excelente álbum para cualquier amante de la música más extrema.