


En una noche de lluvia primaveral, la Sala Upload acogió la gira Myths of Fate Tour 2025, donde Leaves’ Eyes desplegó su épica nórdica y Erzsébet envolvió al público en un oscuro ritual gótico.
Abrió la velada la banda barcelonesa de black metal sinfónico Erzsébet, que transformó la Sala Upload en un palacio gótico del siglo XVI, evocando con precisión la atmósfera que su nombre sugiere. En el marco de la gira Myths of Fate Tour 2025, donde acompañan a Leaves’ Eyes, ofrecieron un espectáculo cargado de teatralidad y oscuridad, con un setlist centrado en su aclamado álbum Six Hundred and Fifty.
Desde la intro “Redemption of Evil“, marcaron un tono agresivo y ritual. Sin embargo, las primeras canciones se vieron empañadas por un sonido mal ecualizado que ocultaba la voz principal. Afortunadamente, la mezcla mejoró con el avance del show, permitiendo que la desgarradora y versátil voz de su frontwoman emergiera con fuerza, oscilando entre guturales primitivos y melodías sinfónicas cargadas de emoción.
Erzsébet demostró ser una vocalista magnética, capaz de fundirse con el personaje y dominar al público. En temas como “The Chest with the Thousand Spikes“, “The Cage, The Torch & Corpses” o “Spectral Cortege“, se convirtió en guía de una procesión sonora lúgubre, marcada por riffs densos y orquestaciones envolventes.
El momento más impactante llegó con “The Cage, The Torch & Corpses“, inspirada en la leyenda sangrienta de Erzsébet Báthory. En un giro teatral, la vocalista encerró a una fan en una jaula ubicada a un costado del escenario, mientras la banda —con Ngldogma al bajo y Angelvs a la guitarra— tejía un ambiente opresivo y místico.
La atmósfera ritual continuó con “Wraiths Behind the Mirror” y “Lunar Liturgy“, culminando en el tradicional derramamiento de sangre simbólica sobre las primeras filas, un gesto catártico que selló la comunión con el público.
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Con tres cambios de vestuario, un uso inteligente de atrezzo —incluyendo un tocador, un libro antiguo y la célebre jaula—, y una teatralidad electrizante, Erzsébet convirtió su show en una experiencia total. Más allá de la música, su puesta en escena consolidó un relato poderoso, donde el misticismo femenino, la transgresión y el terror gótico convergen en una narrativa que desafía las normas del género.
Desde su debut en 2021 con “The Blasphemous Lady“, Erzsébet ha sabido consolidar un universo propio, influenciado por Cradle of Filth, Dimmu Borgir y Satyricon, pero con identidad única. El cierre de su actuación fue un estallido de energía y oscuridad que dejó huella, posicionándolos como una de las bandas emergentes más sólidas de la escena nacional.
Tras el paso de Erzsébet, fue momento de que Leaves’ Eyes salieran a escena para coronar la noche. La presentación de Leaves’ Eyes estuvo más que nada centrada en su último álbum Myths of Fate.
Elina Siirala, con casi una década al frente de la banda tras la salida de Liv Kristine, emergió con la imponente presencia de una reina vikinga. Su voz, angelical pero poderosa, lideró la tempestad sinfónica iniciada con “Chain of the Golden Horn”. Guitarras afiladas y teclados épicos construyeron una atmósfera de grandiosidad. El público, completamente entregado, alzó los puños al ritmo del estribillo.
La intensidad creció con “Hammer of the Gods”, donde Alexander Krull, con su voz gutural y presencia de dios nórdico, dominó el escenario. La banda desató un asalto sónico que evocaba la furia divina, con tambores que retumbaban como truenos y solos de guitarra como relámpagos.
La atmósfera se tornó más introspectiva con “Across the Sea”, un canto a las travesías marítimas vikingas, con Elina transmitiendo anhelo y aventura. Proyecciones de olas y barcos envolvieron el escenario. En “Serpents and Dragons”, el humo y las luces rojas acompañaron una canción frenética que evocaba luchas míticas, con serpientes y dragones sobrevolando virtualmente al público.
“Edge of Steel” revitalizó la energía con su ritmo implacable y épico. Luego, un respiro emocional llegó con “Who Wants to Live Forever”, una interpretación conmovedora del clásico de Queen que convirtió la sala en un mar de luces.
La épica regresó con “Sign of the Dragonhead”, y se volvió más oscura en “Realm of Dark Waves”, un descenso hacia los abismos marinos, con criaturas proyectadas en el escenario. “My Destiny” reavivó el espíritu heroico, mientras que “Swords in Rock” trajo de vuelta la leyenda con efectos visuales de espadas brillantes.
El clímax de la noche fue “Hell to the Heavens”, donde Krull y Siirala intercambiaron registros extremos en un juego vocal dramático, acompañado de luces rojas y fuego simulado. El tono se tornó nostálgico con “Farewell Proud Men”, una despedida cargada de emoción, y finalmente, con “Forged by Fire”, celebraron la creación de héroes y leyendas. El cierre llegó con “Outro / Galeids of the Væringjar”, un homenaje visual y sonoro a los guardianes varegos.
El público, extasiado, coreó y aplaudió con fervor. Leaves’ Eyes demostró, una vez más, su capacidad para emocionar y fascinar, entre la épica, la melancolía y la fuerza mitológica de su propuesta.



En una noche de lluvia primaveral, la Sala Upload acogió la gira Myths of Fate Tour 2025, donde Leaves’ Eyes desplegó su épica nórdica y Erzsébet envolvió al público en un oscuro ritual gótico.
Abrió la velada la banda barcelonesa de black metal sinfónico Erzsébet, que transformó la Sala Upload en un palacio gótico del siglo XVI, evocando con precisión la atmósfera que su nombre sugiere. En el marco de la gira Myths of Fate Tour 2025, donde acompañan a Leaves’ Eyes, ofrecieron un espectáculo cargado de teatralidad y oscuridad, con un setlist centrado en su aclamado álbum Six Hundred and Fifty.
Desde la intro “Redemption of Evil“, marcaron un tono agresivo y ritual. Sin embargo, las primeras canciones se vieron empañadas por un sonido mal ecualizado que ocultaba la voz principal. Afortunadamente, la mezcla mejoró con el avance del show, permitiendo que la desgarradora y versátil voz de su frontwoman emergiera con fuerza, oscilando entre guturales primitivos y melodías sinfónicas cargadas de emoción.
Erzsébet demostró ser una vocalista magnética, capaz de fundirse con el personaje y dominar al público. En temas como “The Chest with the Thousand Spikes“, “The Cage, The Torch & Corpses” o “Spectral Cortege“, se convirtió en guía de una procesión sonora lúgubre, marcada por riffs densos y orquestaciones envolventes.
El momento más impactante llegó con “The Cage, The Torch & Corpses“, inspirada en la leyenda sangrienta de Erzsébet Báthory. En un giro teatral, la vocalista encerró a una fan en una jaula ubicada a un costado del escenario, mientras la banda —con Ngldogma al bajo y Angelvs a la guitarra— tejía un ambiente opresivo y místico.
La atmósfera ritual continuó con “Wraiths Behind the Mirror” y “Lunar Liturgy“, culminando en el tradicional derramamiento de sangre simbólica sobre las primeras filas, un gesto catártico que selló la comunión con el público.
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Con tres cambios de vestuario, un uso inteligente de atrezzo —incluyendo un tocador, un libro antiguo y la célebre jaula—, y una teatralidad electrizante, Erzsébet convirtió su show en una experiencia total. Más allá de la música, su puesta en escena consolidó un relato poderoso, donde el misticismo femenino, la transgresión y el terror gótico convergen en una narrativa que desafía las normas del género.
Desde su debut en 2021 con “The Blasphemous Lady“, Erzsébet ha sabido consolidar un universo propio, influenciado por Cradle of Filth, Dimmu Borgir y Satyricon, pero con identidad única. El cierre de su actuación fue un estallido de energía y oscuridad que dejó huella, posicionándolos como una de las bandas emergentes más sólidas de la escena nacional.
Tras el paso de Erzsébet, fue momento de que Leaves’ Eyes salieran a escena para coronar la noche. La presentación de Leaves’ Eyes estuvo más que nada centrada en su último álbum Myths of Fate.
Elina Siirala, con casi una década al frente de la banda tras la salida de Liv Kristine, emergió con la imponente presencia de una reina vikinga. Su voz, angelical pero poderosa, lideró la tempestad sinfónica iniciada con “Chain of the Golden Horn”. Guitarras afiladas y teclados épicos construyeron una atmósfera de grandiosidad. El público, completamente entregado, alzó los puños al ritmo del estribillo.
La intensidad creció con “Hammer of the Gods”, donde Alexander Krull, con su voz gutural y presencia de dios nórdico, dominó el escenario. La banda desató un asalto sónico que evocaba la furia divina, con tambores que retumbaban como truenos y solos de guitarra como relámpagos.
La atmósfera se tornó más introspectiva con “Across the Sea”, un canto a las travesías marítimas vikingas, con Elina transmitiendo anhelo y aventura. Proyecciones de olas y barcos envolvieron el escenario. En “Serpents and Dragons”, el humo y las luces rojas acompañaron una canción frenética que evocaba luchas míticas, con serpientes y dragones sobrevolando virtualmente al público.
“Edge of Steel” revitalizó la energía con su ritmo implacable y épico. Luego, un respiro emocional llegó con “Who Wants to Live Forever”, una interpretación conmovedora del clásico de Queen que convirtió la sala en un mar de luces.
La épica regresó con “Sign of the Dragonhead”, y se volvió más oscura en “Realm of Dark Waves”, un descenso hacia los abismos marinos, con criaturas proyectadas en el escenario. “My Destiny” reavivó el espíritu heroico, mientras que “Swords in Rock” trajo de vuelta la leyenda con efectos visuales de espadas brillantes.
El clímax de la noche fue “Hell to the Heavens”, donde Krull y Siirala intercambiaron registros extremos en un juego vocal dramático, acompañado de luces rojas y fuego simulado. El tono se tornó nostálgico con “Farewell Proud Men”, una despedida cargada de emoción, y finalmente, con “Forged by Fire”, celebraron la creación de héroes y leyendas. El cierre llegó con “Outro / Galeids of the Væringjar”, un homenaje visual y sonoro a los guardianes varegos.
El público, extasiado, coreó y aplaudió con fervor. Leaves’ Eyes demostró, una vez más, su capacidad para emocionar y fascinar, entre la épica, la melancolía y la fuerza mitológica de su propuesta.