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Linkin Park
From Zero (2024)
Warner Music Group

TRACKLIST
1. From Zero (Intro)
2. The Emptiness Machine
3. Cut the Bridge
4. Heavy Is the Crown
5. Over Each Other
6. Casualty
7. Overflow
8. Two Faced
9. Stained
10. IGYEIH
11. Good Things Go

Si hay un lanzamiento este año que ha generado debate desde el minuto cero, ese es sin duda From Zero, el octavo álbum de los californianos Linkin Park y el primero con la señorita Emily Armstrong al frente con todo lo bueno y fresco que ella trae…pero también con ciertos contratiempos que se han visto acentuados por las redes sociales y en cierto modo por el hermetismo y la ignorancia de cierta parte de sus seguidores.

Tras muchas escuchas detenidas y a conciencia, para no caer en la euforia inicial que nos genera escuchar un disco nuevo, tengo que decir que, si esto sigue sonando a Linkin Park por los cuatro costados, el ADN de la banda está intacto, así como pequeñas fisuras en su sonido pero que se ven maquilladas por muchas capas de producción y una cantante que, no, jamás sustituirá a Chester Bennington, algo que por otra parte no iba a lograr nadie, pero que sin embargo, le ha puesto unos ovarios impresionantes para subirse a un tren en marcha y que no exista riesgo de descarrilarlo.

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Linkin Park estrenan el videoclip oficial de “Two Faced” y anuncian su nueva gira mundial

Entonces From Zero ¿Está a la altura de lo que significa un grupo como Linkin Park?, pues yo diría que si, ya que escuchando singles como “The Emptiness Machine” o la más alternativa “Over Each Other”, lo cierto es que pocas quejas podemos ponerles ya que son temas que encajarían perfectamente en discos como Minutes to Midnight o The Hunting Party y a nadie le sorprendería.

Ahora bien, si pretendéis que os diga que todo aquí son luces, pues me temo que ahora viene la parte donde empieza el debate ya que hay algunos pasajes que no terminan de cerrar y si bien no dejan al disco al borde del naufragio como si ocurrió en su día con Living Things, podrían haberse resuelto de otra manera.

Por un lado hay absolutos temazos como “Two Faced”, de lo mejorcito del disco y que contentará a los fans de la primera época, siendo uno de los cortes que seguramente suene como un cañón en vivo o “Cut The Bridge”, con ese sonido medio alternativo de la etapa intermedia de la banda son puntos altos en el disco, sin embargo cortes como “Overflow” (tema que podría haber sido firmado por I Prevail, de ahí la importancia de LP en las bandas nuevas) o la melancólica “Good Things” no suman mucho al resultado final y creo que podrían haber sido resueltos de otra manera.

En cuanto al trabajo vocal de Emily, creo que es impecable demostrando que no han fichado a cualquiera y que ha sabido adaptar su estilo al sonido que ya es marca registrada (y mil veces imitada, aunque jamás igualada, todo sea dicho) de LP, ella no pretende ser lo que no es, pero si tener el carácter de darle a las canciones nuevas el tratamiento que se merecen y lo cierto es que el resultado es más que respetable e interesante.

Si alguien aún espera un Hybrid Theory 2.0, ya puede salir por donde vaya venido a escuchar este disco, porque no lo va a encontrar, ahora bien si te gusta como la banda ha ido moldeando su sonido a lo largo de los años, quizás encuentres en From Zero una digna continuación de todo lo anterior… ¿Pero es suficiente o les debemos pedir un poquito más? solo el tiempo, un próximo disco y las sucesivas escuchas que le des a From Zero lo dirá…

No voy a profundizar ni entrar en la polémica de si Linkin Park debería haberse quedado en el baúl de los recuerdos en lugar de volver a la actividad después de la muerte de Chester hace ya 7 años. Únicamente voy a centrarme en la crítica del nuevo álbum, que sorprendió a todos tras la designación de Emily Armstrong como vocalista sustituta de una de las voces más reconocidas del género.

La escena nu metal que los vio nacer ha estado disfrutando de un resurgimiento del género, además de una oleada de nostalgia de principios de los años 2000, la incorporación de Armstrong en las filas de Linkin Park aporta un sonido contemporáneo. Hay momentos en From Zero en los que, si lo escucharas sin conocer al artista, podrías pensar que es el lanzamiento de un nuevo artista pop vanguardista que incluye a Linkin Park entre sus influencias, y lo creerías sin objeciones.

Linkin Park se mueve en la línea entre hacer algo nuevo y mantener los vínculos con su pasado, algo que probablemente la mayoría de la gente en su posición intentaría hacer. Las melodías son contundentes, el sonido es dinámico. En este nuevo disco, las guitarras se inclinan un poco más hacia la distorsión en comparación con discos como One More Light o Minutes to Midnight.

Es de destacar que la voz de Emily Armstrong se adapta a la banda sin imitar directamente el estilo de Chester, aunque muestra los mismos niveles de potencia y versatilidad que lo hicieron destacar. Mike Shinoda, por su parte, vuelve al rap fácil de escuchar que lo hizo famoso, aunque también canta cuando el momento lo requiere. En las ocasiones en que sus voces se mezclan, logran armonías más que aceptables.

Se percibe que no tenían nada que perder, y esto ha dado como resultado una gran variedad de sonidos y estructuras. Aunque pretender revivir un nuevo Hybrid Theory/Meteora es imposible, dada la magnitud que esos discos tuvieron al momento de su lanzamiento, este nuevo material de LP es aceptable, pero, en mi opinión, no supera los 7 puntos. El disco “se pincha” después de la mitad; esto no significa que sean canciones mal ejecutadas, sino que, tal vez, la ubicación de los tracks no está bien balanceada.

Las canciones que se alejan del nu metal coquetean con el pop rock moderno, lo cual puede no ser del agrado de los antiguos fans de la banda pero mantienen el sonido característico de LP y se incluyen elementos que amplían el catálogo musical de la agrupación.

Las piezas que más se destacan, tras haber realizado varias escuchas del disco antes de su lanzamiento, son “Casualty”, “The Emptiness Machine” y “Cut the Bridge”.

El excelente grito rasgado de Emily al minuto 1:47 en “Heavy is the Crown”, con un ritmo constante acompañado de furiosos riffs hace de unos de las mejores participaciones de la vocalista.

Después de Overflow, el disco pierde el rumbo. Esta canción, una especie de electro-pop muy al estilo de One More Light, da paso a “Two Faced”, que reclama su lugar como el mejor riff de la banda desde “One Step Closer”, con un gran trabajo de ambos cantantes.

“Stained” suena como una pista de Demi Lovato o alguna artista pop internacional que incorpora una base distorsionada de fondo. Para mi, es una de las menos logradas.

Las dos canciones finales, tanto “IGYEI” como “Good Things Go”, no son malas: tienen experimentación y armonías vocales, pero no alcanzan el nivel del comienzo de este nuevo trabajo.

Treinta y dos minutos de duración para un trabajo que muchos no esperábamos, pero que ha revolucionado a los fans, quienes, como viene sucediendo, llenarán estadios que colgarán el cartel de “Sold Out” para estar presenten en el resurgir de una banda, desde cero.

Nunca fui fan de Linkin Park. Tengo muchos amigos que son seguidores desde la época en la que Hybrid Theory y Meteora estaban vendiendo millones de copias, pero en mi época de adolescente angustiado era más de escuchar Lacrimosa, Slayer y Pig Destroyer: demasiado “trve” y snob como para prestarle atención a una banda que la relacionaba más con AMVs de Dragon Ball y Naruto o con sonar en los créditos de la horrible Transformers 2. Pero incluso alguien como yo sintió el golpe el 20 de julio de 2017, cuando nos enteramos de que habían encontrado muerto a Chester Bennington, aparentemente luego de haberse suicidado.

A pesar de lo que dije al principio, por aquella época yo tenía a Linkin Park bastante presente. Dos meses antes la banda había editado su álbum One More Light y yo lo había estado escuchando bastante seguido para poder escribir una reseña. Pasaron siete años desde su salida y todavía sostengo que es un disco espantoso: era Linkin Park metiéndose de lleno en la electrónica y dejando de sonar no sólo como una banda de rock, sino directamente como una banda. Y no estoy solo en ello, porque ni la muerte de Chester hizo que aquel álbum dejara de ser visto como el peor lanzamiento de la discografía de Linkin Park, y uno que encima envejeció muy mal al sonar tanto como las tendencias de la época, de la misma manera que algo como Path of Totality de sus compañeros de género Korn.

Pero la muerte de Chester provocó una reevaluación de la obra de Linkin Park. El nu metal ya tenía como un par de bandas “respetadas” como Deftones, System Of A Down y, hasta cierto punto, Korn, pero Linkin Park no solían estar vistos de esa manera. ¿Por qué? Deftones siempre fueron más experimentales en su propuesta, lo mismo con SOAD a lo que se agregaba todo el contenido político, y Korn tenían el beneficio de haber sido de los primeros de la movida, pero Linkin Park no tenían nada de eso, y el hecho de que se mostraran tan melodramáticamente angustiados no ayudaba. Pero ahora muchos ven la discografía de Linkin Park, sobre todo esos dos primeros álbumes, con otros ojos: los pedidos de ayuda y el sentimiento de alienación ya no parecen una manera de surfear la ola del nu metal, que ya para ese punto había adoptado la angustia y rabia adolescente como poco menos que un disfraz al nivel del maquillaje de KISS, sino algo mucho más sincero. 

Y metiéndonos en la música, escuchando tanto Hybrid Theory como Meteora quedan bastante claras las virtudes de una banda como Linkin Park: un grupo bien versado en la manera de mezclar rock con hip hop y electrónica sin dejar de sonar como un grupo, hábiles al momento de crear estribillos para gritar llorando y, como nota aparte, mostrándose como una de las pocas bandas de nu metal capaces de crear un disco sin que este dure 75 minutos, algo que sería casi constante durante los siguientes años.

Mencionamos al nu metal, pero al momento de poner en contexto a Linkin Park creo que tiene más sentido ponerlos no con gente como Limp Bizkit, Disturbed o Papa Roach sino con Gorillaz y Eminem, pudiendo agradar al público que viniera del rock, del pop o del hip hop que no se sintiera identificado con las tendencias mayores que se estaban dando en esos mundos respectivos. Es muy obvio cómo es que Linkin Park fueron los que vendieron decenas de millones de copias de sus discos y no, por ejemplo, Saliva o Adema: Linkin Park ya sonaban como un grupo plenamente de la década de los 2000, una era que terminarían influenciando de muchas maneras. Al día de hoy sostengo que la mezcla de voces melódicas y gritadas fue influencia en muchas bandas de metalcore y djent a la par de Dark Tranquillity, Fear Factory o Amorphis.

En abril de 2024 se supo que Linkin Park habían acordado un par de recitales este mismo año, y se reveló que habían elegido una cantante femenina para ocupar el puesto. A mí me pareció una idea muy inteligente, como para hacer mucho más fácil separar ambas etapas y evitar tantas comparaciones entre Chester y su reemplazante. Pero, ¿quién sería esta cantante? En septiembre se anunció que era Emily Armstrong, integrante de la banda de rock alternativo Dead Sara. Nunca había escuchado hablar de ella o de su banda y mucha gente criticó la primera presentación de ella junto a Linkin Park, pero yo me esperaba que no fuera perfecto: si somos francos, hubiera sido mucho más extraño que en ese primer recital saliera todo bien considerando que es un puesto demandante, hay muchos nervios y encima hay que estar complaciendo a millones de fans. Lo más seguro es que mejorara con el paso de las presentaciones.

Lo que no me esperaba era la controversia que se generaría a partir de esto, no porque existiera sino por el lugar de donde vino. Estamos en una época donde todos tenemos la posibilidad de quejarnos en la red y mucha gente a laque se le va toda la sangre a los ojos lo aprovecha para decir estupideces cada vez que ve una mujer en lo que antes era un club de chicos, pero en el caso de Armstrong las quejas vinieron por su asociación con Danny Masterson. Masterson era un actor, conocido por la serie That 70s Show, que fue condenado a 30 años de prisión en 2023 por abuso sexual: al parecer, el actor había usado sus contactos en la Iglesia de la Cienciología, una secta a la que pertenecen muchos actores prominentes, para ocultar sus actos, y resultó que Armstrong no sólo estaba relacionada con la Cienciología sino también había estado presente en una parte del juicio. 

Muchos consideraron que era de un mal gusto extremo que la persona encargada del puesto de Chester Bennington, quien había sido víctima de abuso infantil y siempre había mostrado un gran apoyo a los grupos que lo combatían, fuera alguien con una relación cercana a un violador serial en una posición de poder. Hablando en términos de internet, Emily Armstrong fue “funada” en tiempo récord. 

Después las cosas se aclararon… hasta cierto punto. Armstrong dio una declaración diciendo que sí estuvo en el juicio pero no por Masterson específicamente, y al parecer la cantante ya no estaba en contacto con la Cienciología desde hacía tiempo, con algunos analistas interpretando varias canciones de Dead Sara como una crítica a la secta. La idea de que “Linkin Park reemplazó a Chester con una ciencióloga” seguirá persistiendo en muchos círculos, pero parece que las cosas se calmaron últimamente. Al menos, hasta nuevo aviso.

Ah sí, es verdad que Linkin Park también anunciaron un nuevo disco, y que tenía que hablar sobre un disco. Perdonen, es que tenía que sacarme muchas cosas de adentro antes de arrancar a hablar sobre este From Zero, editado el 15 de noviembre. Como creo que habrán señalado mis compañeros antes, el título de este nuevo disco tiene múltiples significados: es un nuevo comienzo para la banda teniendo ahora a Armstrong en las voces, y también referencia a Xero, el nombre de la banda antes de la llegada de Chester al grupo, como diciendo que puede haber vida para Linkin Park después de su muerte porque hubo vida también antes de Chester. Como nota aparte, otro reemplazo fue el del baterista Rob Bourdon, que decidió bajarse de la reunión, con Colin Brittain pasando a estar detrás de los platillos.

Otro significado más es que From Zero sea de cierta manera un retorno a las raíces de Linkin Park, con un sonido que en líneas generales parece tomar inspiración de aquellos dos primeros álbumes de la banda. Del tercer álbum Minutes To Midnight en adelante, los californianos fueron cambiando su propuesta en cada álbum, a veces más electrónica, otras más rockera y culminando con el muy criticado One More Light. En ese contexto, From Zero es el primer álbum regresivo del grupo, volviendo a un sonido viejo.

Las canciones de From Zero se pueden dividir en dos grupos. El primero está compuesto por las canciones que claramente buscan volver a ese sonido de Hybrid Theory / Meteora: tras la intro “From Zero”, que deja más todavía en claro la idea detrás del título en caso de que no se hayan ya dado cuenta, tenemos la seguidilla “The Emptiness Machine” (la cual también fue el primer single lanzado), “Cut The Bridge” y “Heavy Is The Crown”, más tarde sumando “Two Faced” y “IGYEIH”, todas estas canciones donde tenemos bien al frente las guitarras, los rapeos de Shinoda y la mezcla de voces limpias y melódicas por parte de Armstrong. “Heavy Is The Crown” es la que más énfasis hace en eso, con los samples mezclados con las guitarras distorsionadas, al igual que la pesada “Two Faced” y los sonidos de scratches de DJ.

Las otras son las más “experimentales”, casi todas con muchos más elementos pop y de electrónica. La primera de estas es la lenta “Over Each Other”, que mantiene las guitarras pero claramente es más “accesible”, usando sólo voces limpias y teniendo algunos coros en el estribillo, además de un puente de piano. “Overflow” es de las más pop, con más voces limpias, la batería golpeteando junto a los teclados y las guitarras guardándose hasta el puente. “Stained” es una canción rara, con esos sonidos electrónicos al principio y el énfasis puesto en el rap de Shinoda mientras Armstrong se encarga del estribillo. Hay algo en la base que no me convence y que me hace sentir a esta como la peor canción del álbum.

“Casualty” también suena más experimental, pero no en el mismo sentido que sus compañeras en la bolsa. Es la canción más corta del disco y la más tradicionalmente pesada, donde Linkin Park podrían confundirse con alguna banda de hardcore punk. ¿Sonaré muy cuadrado si digo que es mi favorita de las canciones “raras” del disco? Bueno, de cualquier manera una reseña es una cosa subjetiva.

El álbum cierra tras apenas 32 minutos, con la canción final siendo “Good Things Go”. Es otra canción más melódica y con muchas voces limpias por parte de Armstrong junto con la de Shinoda, al punto de sonar por momentos como algo que podría haber estado en One More Light si no fuera por las guitarras. Es un clásico de Linkin Park en la manera en la que habla de una relación con sentimientos encontrados, y también es claro que es una despedida a Chester, no sólo por varias frases que se puede encontrar a lo largo de la canción sino también por estar al final de From Zero, en un nuevo comienzo para Linkin Park.

Quería dedicar una sección aparte para hablar de Emily Armstrong. La nueva cantante está… bien: competente, buen timbre de voz, no será Chester en lo suyo pero está claro que nadie en la banda quería buscar a un clon sino a alguien que pudiera sostenerse en solitario. Y Armstrong hace bien lo suyo, cumpliendo su trabajo de hacer de contrapeso a las secciones de rap de Shinoda, haciendo que no suenen demasiado empalagosas, con ese flow muy vieja escuela que funciona mucho mejor en un contexto más rockero que en uno de hip hop puro.

Y “bien” es la manera en la que también puedo describir a From Zero: está bien. No me voló la cabeza y no creo que los de Linkin Park estén de verdad listos para hacer borrón y cuenta nueva, además de que se me hizo excesivamente corto incluso para los estándares del grupo. Pero es un disco con un balance positivo, sobre todo en las canciones más clásicas como “Heavy Is The Crown” y “The Emptiness Machine”, y a veces sólo necesitás eso cuando se dan este tipo de cambios en la carrera de un grupo: no hace falta que el disco con el nuevo cantante sea un Back In Black o un The Number Of The Beast, sino un disco de 6,5 o 7 puntos que demuestre que todo está en orden y que hay potencial para más.

Sin embargo, creo que el problema con From Zero es que se sienta poco cohesivo: incluso con su corta duración, muchas veces parece que Linkin Park están tirando un montón de cosas a la pared para ver qué se queda pegado. Es menos un álbum hecho y derecho y más como un rejunte de canciones, y créanme que ambas cosas no son lo mismo.

Así que, ¿Qué nos queda de todo esto? Más que nada, que Linkin Park habrán recurrido a su pasado por primera vez en su discografía, pero claramente tienen la vista clavada en su futuro. Es un disco para fans, pero también un mensaje de que está todo bien. A no darse por vencidos.

 

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From Zero (2024)
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1. From Zero (Intro)
2. The Emptiness Machine
3. Cut the Bridge
4. Heavy Is the Crown
5. Over Each Other
6. Casualty
7. Overflow
8. Two Faced
9. Stained
10. IGYEIH
11. Good Things Go




Si hay un lanzamiento este año que ha generado debate desde el minuto cero, ese es sin duda From Zero, el octavo álbum de los californianos Linkin Park y el primero con la señorita Emily Armstrong al frente con todo lo bueno y fresco que ella trae…pero también con ciertos contratiempos que se han visto acentuados por las redes sociales y en cierto modo por el hermetismo y la ignorancia de cierta parte de sus seguidores.

Tras muchas escuchas detenidas y a conciencia, para no caer en la euforia inicial que nos genera escuchar un disco nuevo, tengo que decir que, si esto sigue sonando a Linkin Park por los cuatro costados, el ADN de la banda está intacto, así como pequeñas fisuras en su sonido pero que se ven maquilladas por muchas capas de producción y una cantante que, no, jamás sustituirá a Chester Bennington, algo que por otra parte no iba a lograr nadie, pero que sin embargo, le ha puesto unos ovarios impresionantes para subirse a un tren en marcha y que no exista riesgo de descarrilarlo.

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Entonces From Zero ¿Está a la altura de lo que significa un grupo como Linkin Park?, pues yo diría que si, ya que escuchando singles como “The Emptiness Machine” o la más alternativa “Over Each Other”, lo cierto es que pocas quejas podemos ponerles ya que son temas que encajarían perfectamente en discos como Minutes to Midnight o The Hunting Party y a nadie le sorprendería.

Ahora bien, si pretendéis que os diga que todo aquí son luces, pues me temo que ahora viene la parte donde empieza el debate ya que hay algunos pasajes que no terminan de cerrar y si bien no dejan al disco al borde del naufragio como si ocurrió en su día con Living Things, podrían haberse resuelto de otra manera.

Por un lado hay absolutos temazos como “Two Faced”, de lo mejorcito del disco y que contentará a los fans de la primera época, siendo uno de los cortes que seguramente suene como un cañón en vivo o “Cut The Bridge”, con ese sonido medio alternativo de la etapa intermedia de la banda son puntos altos en el disco, sin embargo cortes como “Overflow” (tema que podría haber sido firmado por I Prevail, de ahí la importancia de LP en las bandas nuevas) o la melancólica “Good Things” no suman mucho al resultado final y creo que podrían haber sido resueltos de otra manera.

En cuanto al trabajo vocal de Emily, creo que es impecable demostrando que no han fichado a cualquiera y que ha sabido adaptar su estilo al sonido que ya es marca registrada (y mil veces imitada, aunque jamás igualada, todo sea dicho) de LP, ella no pretende ser lo que no es, pero si tener el carácter de darle a las canciones nuevas el tratamiento que se merecen y lo cierto es que el resultado es más que respetable e interesante.

Si alguien aún espera un Hybrid Theory 2.0, ya puede salir por donde vaya venido a escuchar este disco, porque no lo va a encontrar, ahora bien si te gusta como la banda ha ido moldeando su sonido a lo largo de los años, quizás encuentres en From Zero una digna continuación de todo lo anterior… ¿Pero es suficiente o les debemos pedir un poquito más? solo el tiempo, un próximo disco y las sucesivas escuchas que le des a From Zero lo dirá…

No voy a profundizar ni entrar en la polémica de si Linkin Park debería haberse quedado en el baúl de los recuerdos en lugar de volver a la actividad después de la muerte de Chester hace ya 7 años. Únicamente voy a centrarme en la crítica del nuevo álbum, que sorprendió a todos tras la designación de Emily Armstrong como vocalista sustituta de una de las voces más reconocidas del género.

La escena nu metal que los vio nacer ha estado disfrutando de un resurgimiento del género, además de una oleada de nostalgia de principios de los años 2000, la incorporación de Armstrong en las filas de Linkin Park aporta un sonido contemporáneo. Hay momentos en From Zero en los que, si lo escucharas sin conocer al artista, podrías pensar que es el lanzamiento de un nuevo artista pop vanguardista que incluye a Linkin Park entre sus influencias, y lo creerías sin objeciones.

Linkin Park se mueve en la línea entre hacer algo nuevo y mantener los vínculos con su pasado, algo que probablemente la mayoría de la gente en su posición intentaría hacer. Las melodías son contundentes, el sonido es dinámico. En este nuevo disco, las guitarras se inclinan un poco más hacia la distorsión en comparación con discos como One More Light o Minutes to Midnight.

Es de destacar que la voz de Emily Armstrong se adapta a la banda sin imitar directamente el estilo de Chester, aunque muestra los mismos niveles de potencia y versatilidad que lo hicieron destacar. Mike Shinoda, por su parte, vuelve al rap fácil de escuchar que lo hizo famoso, aunque también canta cuando el momento lo requiere. En las ocasiones en que sus voces se mezclan, logran armonías más que aceptables.

Se percibe que no tenían nada que perder, y esto ha dado como resultado una gran variedad de sonidos y estructuras. Aunque pretender revivir un nuevo Hybrid Theory/Meteora es imposible, dada la magnitud que esos discos tuvieron al momento de su lanzamiento, este nuevo material de LP es aceptable, pero, en mi opinión, no supera los 7 puntos. El disco “se pincha” después de la mitad; esto no significa que sean canciones mal ejecutadas, sino que, tal vez, la ubicación de los tracks no está bien balanceada.

Las canciones que se alejan del nu metal coquetean con el pop rock moderno, lo cual puede no ser del agrado de los antiguos fans de la banda pero mantienen el sonido característico de LP y se incluyen elementos que amplían el catálogo musical de la agrupación.

Las piezas que más se destacan, tras haber realizado varias escuchas del disco antes de su lanzamiento, son “Casualty”, “The Emptiness Machine” y “Cut the Bridge”.

El excelente grito rasgado de Emily al minuto 1:47 en “Heavy is the Crown”, con un ritmo constante acompañado de furiosos riffs hace de unos de las mejores participaciones de la vocalista.

Después de Overflow, el disco pierde el rumbo. Esta canción, una especie de electro-pop muy al estilo de One More Light, da paso a “Two Faced”, que reclama su lugar como el mejor riff de la banda desde “One Step Closer”, con un gran trabajo de ambos cantantes.

“Stained” suena como una pista de Demi Lovato o alguna artista pop internacional que incorpora una base distorsionada de fondo. Para mi, es una de las menos logradas.

Las dos canciones finales, tanto “IGYEI” como “Good Things Go”, no son malas: tienen experimentación y armonías vocales, pero no alcanzan el nivel del comienzo de este nuevo trabajo.

Treinta y dos minutos de duración para un trabajo que muchos no esperábamos, pero que ha revolucionado a los fans, quienes, como viene sucediendo, llenarán estadios que colgarán el cartel de “Sold Out” para estar presenten en el resurgir de una banda, desde cero.

Nunca fui fan de Linkin Park. Tengo muchos amigos que son seguidores desde la época en la que Hybrid Theory y Meteora estaban vendiendo millones de copias, pero en mi época de adolescente angustiado era más de escuchar Lacrimosa, Slayer y Pig Destroyer: demasiado “trve” y snob como para prestarle atención a una banda que la relacionaba más con AMVs de Dragon Ball y Naruto o con sonar en los créditos de la horrible Transformers 2. Pero incluso alguien como yo sintió el golpe el 20 de julio de 2017, cuando nos enteramos de que habían encontrado muerto a Chester Bennington, aparentemente luego de haberse suicidado.

A pesar de lo que dije al principio, por aquella época yo tenía a Linkin Park bastante presente. Dos meses antes la banda había editado su álbum One More Light y yo lo había estado escuchando bastante seguido para poder escribir una reseña. Pasaron siete años desde su salida y todavía sostengo que es un disco espantoso: era Linkin Park metiéndose de lleno en la electrónica y dejando de sonar no sólo como una banda de rock, sino directamente como una banda. Y no estoy solo en ello, porque ni la muerte de Chester hizo que aquel álbum dejara de ser visto como el peor lanzamiento de la discografía de Linkin Park, y uno que encima envejeció muy mal al sonar tanto como las tendencias de la época, de la misma manera que algo como Path of Totality de sus compañeros de género Korn.

Pero la muerte de Chester provocó una reevaluación de la obra de Linkin Park. El nu metal ya tenía como un par de bandas “respetadas” como Deftones, System Of A Down y, hasta cierto punto, Korn, pero Linkin Park no solían estar vistos de esa manera. ¿Por qué? Deftones siempre fueron más experimentales en su propuesta, lo mismo con SOAD a lo que se agregaba todo el contenido político, y Korn tenían el beneficio de haber sido de los primeros de la movida, pero Linkin Park no tenían nada de eso, y el hecho de que se mostraran tan melodramáticamente angustiados no ayudaba. Pero ahora muchos ven la discografía de Linkin Park, sobre todo esos dos primeros álbumes, con otros ojos: los pedidos de ayuda y el sentimiento de alienación ya no parecen una manera de surfear la ola del nu metal, que ya para ese punto había adoptado la angustia y rabia adolescente como poco menos que un disfraz al nivel del maquillaje de KISS, sino algo mucho más sincero. 

Y metiéndonos en la música, escuchando tanto Hybrid Theory como Meteora quedan bastante claras las virtudes de una banda como Linkin Park: un grupo bien versado en la manera de mezclar rock con hip hop y electrónica sin dejar de sonar como un grupo, hábiles al momento de crear estribillos para gritar llorando y, como nota aparte, mostrándose como una de las pocas bandas de nu metal capaces de crear un disco sin que este dure 75 minutos, algo que sería casi constante durante los siguientes años.

Mencionamos al nu metal, pero al momento de poner en contexto a Linkin Park creo que tiene más sentido ponerlos no con gente como Limp Bizkit, Disturbed o Papa Roach sino con Gorillaz y Eminem, pudiendo agradar al público que viniera del rock, del pop o del hip hop que no se sintiera identificado con las tendencias mayores que se estaban dando en esos mundos respectivos. Es muy obvio cómo es que Linkin Park fueron los que vendieron decenas de millones de copias de sus discos y no, por ejemplo, Saliva o Adema: Linkin Park ya sonaban como un grupo plenamente de la década de los 2000, una era que terminarían influenciando de muchas maneras. Al día de hoy sostengo que la mezcla de voces melódicas y gritadas fue influencia en muchas bandas de metalcore y djent a la par de Dark Tranquillity, Fear Factory o Amorphis.

En abril de 2024 se supo que Linkin Park habían acordado un par de recitales este mismo año, y se reveló que habían elegido una cantante femenina para ocupar el puesto. A mí me pareció una idea muy inteligente, como para hacer mucho más fácil separar ambas etapas y evitar tantas comparaciones entre Chester y su reemplazante. Pero, ¿quién sería esta cantante? En septiembre se anunció que era Emily Armstrong, integrante de la banda de rock alternativo Dead Sara. Nunca había escuchado hablar de ella o de su banda y mucha gente criticó la primera presentación de ella junto a Linkin Park, pero yo me esperaba que no fuera perfecto: si somos francos, hubiera sido mucho más extraño que en ese primer recital saliera todo bien considerando que es un puesto demandante, hay muchos nervios y encima hay que estar complaciendo a millones de fans. Lo más seguro es que mejorara con el paso de las presentaciones.

Lo que no me esperaba era la controversia que se generaría a partir de esto, no porque existiera sino por el lugar de donde vino. Estamos en una época donde todos tenemos la posibilidad de quejarnos en la red y mucha gente a laque se le va toda la sangre a los ojos lo aprovecha para decir estupideces cada vez que ve una mujer en lo que antes era un club de chicos, pero en el caso de Armstrong las quejas vinieron por su asociación con Danny Masterson. Masterson era un actor, conocido por la serie That 70s Show, que fue condenado a 30 años de prisión en 2023 por abuso sexual: al parecer, el actor había usado sus contactos en la Iglesia de la Cienciología, una secta a la que pertenecen muchos actores prominentes, para ocultar sus actos, y resultó que Armstrong no sólo estaba relacionada con la Cienciología sino también había estado presente en una parte del juicio. 

Muchos consideraron que era de un mal gusto extremo que la persona encargada del puesto de Chester Bennington, quien había sido víctima de abuso infantil y siempre había mostrado un gran apoyo a los grupos que lo combatían, fuera alguien con una relación cercana a un violador serial en una posición de poder. Hablando en términos de internet, Emily Armstrong fue “funada” en tiempo récord. 

Después las cosas se aclararon… hasta cierto punto. Armstrong dio una declaración diciendo que sí estuvo en el juicio pero no por Masterson específicamente, y al parecer la cantante ya no estaba en contacto con la Cienciología desde hacía tiempo, con algunos analistas interpretando varias canciones de Dead Sara como una crítica a la secta. La idea de que “Linkin Park reemplazó a Chester con una ciencióloga” seguirá persistiendo en muchos círculos, pero parece que las cosas se calmaron últimamente. Al menos, hasta nuevo aviso.

Ah sí, es verdad que Linkin Park también anunciaron un nuevo disco, y que tenía que hablar sobre un disco. Perdonen, es que tenía que sacarme muchas cosas de adentro antes de arrancar a hablar sobre este From Zero, editado el 15 de noviembre. Como creo que habrán señalado mis compañeros antes, el título de este nuevo disco tiene múltiples significados: es un nuevo comienzo para la banda teniendo ahora a Armstrong en las voces, y también referencia a Xero, el nombre de la banda antes de la llegada de Chester al grupo, como diciendo que puede haber vida para Linkin Park después de su muerte porque hubo vida también antes de Chester. Como nota aparte, otro reemplazo fue el del baterista Rob Bourdon, que decidió bajarse de la reunión, con Colin Brittain pasando a estar detrás de los platillos.

Otro significado más es que From Zero sea de cierta manera un retorno a las raíces de Linkin Park, con un sonido que en líneas generales parece tomar inspiración de aquellos dos primeros álbumes de la banda. Del tercer álbum Minutes To Midnight en adelante, los californianos fueron cambiando su propuesta en cada álbum, a veces más electrónica, otras más rockera y culminando con el muy criticado One More Light. En ese contexto, From Zero es el primer álbum regresivo del grupo, volviendo a un sonido viejo.

Las canciones de From Zero se pueden dividir en dos grupos. El primero está compuesto por las canciones que claramente buscan volver a ese sonido de Hybrid Theory / Meteora: tras la intro “From Zero”, que deja más todavía en claro la idea detrás del título en caso de que no se hayan ya dado cuenta, tenemos la seguidilla “The Emptiness Machine” (la cual también fue el primer single lanzado), “Cut The Bridge” y “Heavy Is The Crown”, más tarde sumando “Two Faced” y “IGYEIH”, todas estas canciones donde tenemos bien al frente las guitarras, los rapeos de Shinoda y la mezcla de voces limpias y melódicas por parte de Armstrong. “Heavy Is The Crown” es la que más énfasis hace en eso, con los samples mezclados con las guitarras distorsionadas, al igual que la pesada “Two Faced” y los sonidos de scratches de DJ.

Las otras son las más “experimentales”, casi todas con muchos más elementos pop y de electrónica. La primera de estas es la lenta “Over Each Other”, que mantiene las guitarras pero claramente es más “accesible”, usando sólo voces limpias y teniendo algunos coros en el estribillo, además de un puente de piano. “Overflow” es de las más pop, con más voces limpias, la batería golpeteando junto a los teclados y las guitarras guardándose hasta el puente. “Stained” es una canción rara, con esos sonidos electrónicos al principio y el énfasis puesto en el rap de Shinoda mientras Armstrong se encarga del estribillo. Hay algo en la base que no me convence y que me hace sentir a esta como la peor canción del álbum.

“Casualty” también suena más experimental, pero no en el mismo sentido que sus compañeras en la bolsa. Es la canción más corta del disco y la más tradicionalmente pesada, donde Linkin Park podrían confundirse con alguna banda de hardcore punk. ¿Sonaré muy cuadrado si digo que es mi favorita de las canciones “raras” del disco? Bueno, de cualquier manera una reseña es una cosa subjetiva.

El álbum cierra tras apenas 32 minutos, con la canción final siendo “Good Things Go”. Es otra canción más melódica y con muchas voces limpias por parte de Armstrong junto con la de Shinoda, al punto de sonar por momentos como algo que podría haber estado en One More Light si no fuera por las guitarras. Es un clásico de Linkin Park en la manera en la que habla de una relación con sentimientos encontrados, y también es claro que es una despedida a Chester, no sólo por varias frases que se puede encontrar a lo largo de la canción sino también por estar al final de From Zero, en un nuevo comienzo para Linkin Park.

Quería dedicar una sección aparte para hablar de Emily Armstrong. La nueva cantante está… bien: competente, buen timbre de voz, no será Chester en lo suyo pero está claro que nadie en la banda quería buscar a un clon sino a alguien que pudiera sostenerse en solitario. Y Armstrong hace bien lo suyo, cumpliendo su trabajo de hacer de contrapeso a las secciones de rap de Shinoda, haciendo que no suenen demasiado empalagosas, con ese flow muy vieja escuela que funciona mucho mejor en un contexto más rockero que en uno de hip hop puro.

Y “bien” es la manera en la que también puedo describir a From Zero: está bien. No me voló la cabeza y no creo que los de Linkin Park estén de verdad listos para hacer borrón y cuenta nueva, además de que se me hizo excesivamente corto incluso para los estándares del grupo. Pero es un disco con un balance positivo, sobre todo en las canciones más clásicas como “Heavy Is The Crown” y “The Emptiness Machine”, y a veces sólo necesitás eso cuando se dan este tipo de cambios en la carrera de un grupo: no hace falta que el disco con el nuevo cantante sea un Back In Black o un The Number Of The Beast, sino un disco de 6,5 o 7 puntos que demuestre que todo está en orden y que hay potencial para más.

Sin embargo, creo que el problema con From Zero es que se sienta poco cohesivo: incluso con su corta duración, muchas veces parece que Linkin Park están tirando un montón de cosas a la pared para ver qué se queda pegado. Es menos un álbum hecho y derecho y más como un rejunte de canciones, y créanme que ambas cosas no son lo mismo.

Así que, ¿Qué nos queda de todo esto? Más que nada, que Linkin Park habrán recurrido a su pasado por primera vez en su discografía, pero claramente tienen la vista clavada en su futuro. Es un disco para fans, pero también un mensaje de que está todo bien. A no darse por vencidos.

 

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