

El 8 de diciembre de 2013, Metallica hizo historia al convertirse en la primera banda en tocar en los siete continentes, con un show único en el rincón más remoto del planeta. El evento, bautizado como Freeze ‘Em All, combinó música, ciencia, conservación ambiental y una logística cinematográfica digna de documental.
Los cuatro jinetes entraron al récord Guinness nada menos que ese mismo año. Además, son el único grupo de rock en haber viajado a la Antártida, con una única excepción: Nunatak, una banda de rock indie formada por científicos británicos especializados en el clima, que en 2007 ofreció un concierto con entradas “agotadas” ante 17 personas en la estación de investigación Rothera, donde trabajaban.
Solo 120 personas tuvieron la fortuna de presenciar el show, entre científicos, técnicos y fans seleccionados en un sorteo organizado por Coca-Cola Zero, en coordinación con el Instituto Antártico Argentino. Para evitar impacto ecológico, el recital se realizó en un domo transparente, sin amplificadores ni luces invasivas, y el sonido fue transmitido por auriculares inalámbricos, en formato “silent show”. El público fue muy particular: científicos de Uruguay, Chile, Polonia, Corea del Sur, Rusia, Brasil y Alemania, técnicos de la producción y 19 fans latinoamericanos.
La banda tocó con ropa térmica y equipamiento adaptado al clima extremo. La preparación demandó más de un año y el transporte de 25 toneladas de equipos. La estructura geodésica, de 15 metros de diámetro y 6,6 de altura, fue diseñada para soportar vientos y nieve, y se trasladó en partes desde Ushuaia en aviones militares.
Además, el evento fue alimentado por energía renovable, con paneles solares y biocombustibles de segunda generación, respetando los protocolos medioambientales del Tratado Antártico y supervisados por la Dirección Nacional del Antártico (DNA) dado que en esa época del año, diciembre, hay alrededor de 16 horas de sol, lo que facilitó el uso exclusivo de energía limpia.
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A pesar de las limitaciones técnicas y el frío, Metallica ofreció un show poderoso que duró cerca de una hora, combinando clásicos inoxidables con una ejecución precisa y un entorno surreal. El recital fue transmitido por streaming en HD, con un sistema de 16 cámaras que capturó tanto el show como el detrás de escena del operativo.
El setlist incluyó himnos como “Enter Sandman”, “Master of Puppets” y “One”, recorriendo la historia de la banda desde sus inicios en San Francisco, allá por 1986. Antes de cerrar con el mega clásico “Seek & Destroy”, Hetfield exclamó “Gracias por compartir con nosotros este gran momento. ¡Ahora podrán contarles a sus nietos que este fue el concierto más memorable de sus vidas!”. ¿Quién más se quedó con las ganas de escuchar “Trapped Under Ice”?
James Hetfield destacó a su regreso a EE.UU.: “Fuimos con bellas y significativas canciones para concientizar a la gente, porque es algo que debe preservarse y no comercializarse”. Kirk Hammett afirmó: “Ha sido una experiencia única. La he disfrutado muchísimo”. Lars Ulrich, por su parte, resumió la experiencia con una frase que quedó grabada en la memoria de todos: “Fue tan extraño como inolvidable. Un momento fuera del tiempo” mientras que una fan colombiana que asistió exclamó: “Después de esto, solo falta ver a Metallica en la Luna”.
Por su carácter inédito, el show es considerado por muchos fans como uno de los momentos más épicos en la historia del metal moderno. No hubo pogos ni walls of death. Solo riffs congelados en el silencio blanco de la Antártida. Más allá del récord, Metallica demostró que aún podía reinventarse y sorprender al mundo y todo quedó registrado en el DVD Freeze ‘Em All y durará toda la eternidad.
Agradecemos las fotos de Iván Vega


El 8 de diciembre de 2013, Metallica hizo historia al convertirse en la primera banda en tocar en los siete continentes, con un show único en el rincón más remoto del planeta. El evento, bautizado como Freeze ‘Em All, combinó música, ciencia, conservación ambiental y una logística cinematográfica digna de documental.
Los cuatro jinetes entraron al récord Guinness nada menos que ese mismo año. Además, son el único grupo de rock en haber viajado a la Antártida, con una única excepción: Nunatak, una banda de rock indie formada por científicos británicos especializados en el clima, que en 2007 ofreció un concierto con entradas “agotadas” ante 17 personas en la estación de investigación Rothera, donde trabajaban.
Solo 120 personas tuvieron la fortuna de presenciar el show, entre científicos, técnicos y fans seleccionados en un sorteo organizado por Coca-Cola Zero, en coordinación con el Instituto Antártico Argentino. Para evitar impacto ecológico, el recital se realizó en un domo transparente, sin amplificadores ni luces invasivas, y el sonido fue transmitido por auriculares inalámbricos, en formato “silent show”. El público fue muy particular: científicos de Uruguay, Chile, Polonia, Corea del Sur, Rusia, Brasil y Alemania, técnicos de la producción y 19 fans latinoamericanos.
La banda tocó con ropa térmica y equipamiento adaptado al clima extremo. La preparación demandó más de un año y el transporte de 25 toneladas de equipos. La estructura geodésica, de 15 metros de diámetro y 6,6 de altura, fue diseñada para soportar vientos y nieve, y se trasladó en partes desde Ushuaia en aviones militares.
Además, el evento fue alimentado por energía renovable, con paneles solares y biocombustibles de segunda generación, respetando los protocolos medioambientales del Tratado Antártico y supervisados por la Dirección Nacional del Antártico (DNA) dado que en esa época del año, diciembre, hay alrededor de 16 horas de sol, lo que facilitó el uso exclusivo de energía limpia.
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A pesar de las limitaciones técnicas y el frío, Metallica ofreció un show poderoso que duró cerca de una hora, combinando clásicos inoxidables con una ejecución precisa y un entorno surreal. El recital fue transmitido por streaming en HD, con un sistema de 16 cámaras que capturó tanto el show como el detrás de escena del operativo.
El setlist incluyó himnos como “Enter Sandman”, “Master of Puppets” y “One”, recorriendo la historia de la banda desde sus inicios en San Francisco, allá por 1986. Antes de cerrar con el mega clásico “Seek & Destroy”, Hetfield exclamó “Gracias por compartir con nosotros este gran momento. ¡Ahora podrán contarles a sus nietos que este fue el concierto más memorable de sus vidas!”. ¿Quién más se quedó con las ganas de escuchar “Trapped Under Ice”?
James Hetfield destacó a su regreso a EE.UU.: “Fuimos con bellas y significativas canciones para concientizar a la gente, porque es algo que debe preservarse y no comercializarse”. Kirk Hammett afirmó: “Ha sido una experiencia única. La he disfrutado muchísimo”. Lars Ulrich, por su parte, resumió la experiencia con una frase que quedó grabada en la memoria de todos: “Fue tan extraño como inolvidable. Un momento fuera del tiempo” mientras que una fan colombiana que asistió exclamó: “Después de esto, solo falta ver a Metallica en la Luna”.
Por su carácter inédito, el show es considerado por muchos fans como uno de los momentos más épicos en la historia del metal moderno. No hubo pogos ni walls of death. Solo riffs congelados en el silencio blanco de la Antártida. Más allá del récord, Metallica demostró que aún podía reinventarse y sorprender al mundo y todo quedó registrado en el DVD Freeze ‘Em All y durará toda la eternidad.
Agradecemos las fotos de Iván Vega