

Foto de Portada: Leyla Tunali
Tras una primera jornada llena de épica y lluvia, nos dirigimos al segundo día. Esta vez con un clima más agradable, que acompañó hasta el fin del festival.
La banda encargada de abrir la fecha fue Trold, grupo danés de folk metal. Vestidos y maquillados como si fueran fantásticos trolls de las cavernas, pusieron a bailar a los concurrentes.
Musicalmente proponen un folk en su costado más extremo, con roces con el black metal, pero sin descuidar la parte bailable y festiva. Esta misma se ve reforzada por instrumentos folclóricos, como el acordeón, el laúd y hasta una flauta.
Desafortunadamente, el sonido les jugó una mala pasada, sobre todo en el laúd, que no se escuchó en todo el concierto. También por momentos las guitarras estaban muy fuertes.
Dejando de lado esto, la gente disfrutó del concierto y estaba muy contenta. Se notó que tenían varios fans entre el público que conocían las canciones, cosa que no es de extrañar, ya que su trabajo editado este año I skovens rige recibió muy buenas críticas.
Desde Francia llegó Destinity, banda que pasó por muchos estilos en su carrera. Pero hoy ejecutan un death metal melódico estilo clásico, con mucha influencia de la escuela de Gotemburgo. Por lo que su setlist se basó en canciones de sus últimos cuatro discos de estudio.
Con un sonido correcto desplegaron sus canciones que por momentos engancharon al público cercano al escenario, pero otros optaron por no prestarles mucha atención. Esto creo que se debe al horario en el que tocaron y a que su show fue simplemente correcto. Las ejecuciones fueron buenas, pero las canciones se resolvían de manera muy simple. Por otra parte, se notó que les falta oficio a la hora de rellenar baches en las pausas y en los intercambios de instrumentos.
Se está notando mucho el interés del público joven por el death metal, ya que estamos viendo muchas bandas del estilo conformadas por adolescentes. En este caso nos topamos con otro de esos casos: los locales Afdød.
Una propuesta que se encasilla dentro de los clásicos del género, con momentos más brutales y la dosis justa de técnica.
El concierto fue brutal, con la banda ejecutando las canciones con mucha precisión. Esto acompañado de un sonido grave y contundente, por lo que la suma de dichos factores dio un gran resultado.
Los muchachos se encuentran presentando su primer EP Grotesque Preservation, editado el pasado 5 de junio de manera independiente.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: Næstved Metal Fest Dia 1: “Cuando el metal venció a la tormenta”
Dinamarca es un país que, si bien no tuvo escenas tan fuertes como el resto de los países nórdicos, siempre contó con bandas de peso dentro de ciertas corrientes. Tal es el caso de Saturnus, en el death/doom o gothic metal más clásico y pesado.
Si bien el contexto de una tarde soleada les jugaba en contra, pudieron transformarla en una melancólica y oscura noche.
Esto lo lograron gracias a los factores que componen su sonido: guitarras melancólicas y melódicas, aunque agresivas cuando lo merece la ocasión. Estas ejecutan riffs largos y lentos, que se van transformando en melodías con el correr de los segundos.
Los teclados también tienen su rol protagónico en las melodías o adornando los pasajes en los que los demás instrumentos se toman una pausa, aparte de aportar colchones de apoyo a las bases.
Por supuesto, en una banda de este estilo los bajos y las baterías son necesarias, ya que aportan pesadez y ciertos matices para que las canciones no se vuelvan tediosas. Y esto es logrado a la perfección, con una base rítmica sólida y contundente.
Por último, el vocalista y miembro fundador Thomas Akim Grønbæk Jensen, centra sus vocales en guturales graves y profundos, alternados con segmentos narrados de forma limpia. Si bien tiene recursos limitados, los usa y aprovecha muy bien.
La lista de canciones contó con temas de todos sus trabajos, sobre todo del último editado en 2023, The Storm Within. Llamó poderosamente la atención que solo tocaran una de Paradise Belongs to You, el álbum que los puso en el mapa en los 90. La canción elegida de ese disco fue la última de su show, hablo del clásico “Christ Goodbye”. Tras una presentación de una hora, los locales se fueron muy ovacionados tras un gran concierto.
Otro de los números internacionales del festival fueron los alemanes Grave Digger, grupo clásico que reivindica el heavy metal en su estado más puro. En este momento se encuentran celebrando sus años de trayectoria, sin duda todo un logro para una banda que, si bien tiene respeto y una base sólida de fanáticos, nunca jugó en las grandes ligas.
Desde el primer momento marcaron su intención de hacer agitar los brazos y cabezas de los presentes con canciones pesadas y épicas como “Twilight of the Gods”, “Kingdom of Skulls” y “Valhalla”, con una mención a Blind Guardian, que la noche anterior tocó su canción del mismo nombre.
El sonido fue correcto; si bien se escucharon bien los instrumentos, por momentos daba la sensación de falta de potencia o de nitidez. Pero esto no opacó un concierto lleno de energía.
Esta energía no solo se basó en la lista llena de hits y clásicos del grupo, sino también en la interacción de la banda con el público. Especialmente del vocalista Chris Boltendahl, quien buscaba cualquier cosa para bromear con los asistentes y alentarlos a cantar los estribillos gloriosos de las canciones.
Un claro ejemplo de esto fue una broma que surgió en base a una costumbre danesa. Los daneses acostumbran a beber shots que son servidos en tubos alargados de plástico, y suelen hacer una torre con los mismos. Aquí el vocalista preguntó qué era eso y mencionó que para él era una espada mágica, lo que dio pie al clásico “Excalibur”, donde las pilas de tubos se alzaron a lo alto.
El show terminó con otros puntos altísimos: “Back to the Roots” y “Heavy Metal Breakdown“, canciones que enaltecen la música que nos gusta y que tuvieron una gran recepción por parte de los presentes.
Ya que estamos hablando sobre la hermandad metalera y el sentimiento por este estilo musical, me gustaría describir una tierna y hermosa situación que ocurrió en la zona de descanso. Dicha zona contaba con varias mesas y asientos, todos ocupados por gente bebiendo cerveza. Una pequeña niña, hija de algún metalero presente, se ponía a gritar “SKÅL” –saludo para brindar– y todos los metaleros respondían cada vez que la nena gritaba. Un momento muy bonito, que refleja que el metal es para toda la familia.
A las 20:30, y con el sol escondiéndose, los británicos Napalm Death subieron al escenario. Se acomodaron en posición mientras, entre acoples y gritos, tocaron la introducción de “Multinational Corporations, Part II”, para seguir a pura agresión con “Silence is Deafening” y “Lowpoint”.
Ya se sabe que esta banda en vivo es pura precisión. Tocan a una velocidad alocada, moviéndose para todos lados, pero no se van de tiempo ni fallan en ningún momento. Teniendo en cuenta que sus canciones tienen muchos cambios de ritmo y diferentes partes, este es un detalle a destacar.
La figura del show fue el vocalista Barney Greenway, quien se la pasa corriendo como un loco mientras grita esas letras llenas de furia contra el sistema. También es el encargado de dar discursos, interesantes por cierto, sobre las religiones organizadas, el odio como sentimiento humano y entidades políticas, complementando así el mensaje musical de la banda. Estos monólogos sirven de pausa para los músicos y también para el público.
El público enloqueció desde el primer minuto, armando el hasta ahora circle pit más grande y agresivo del festival. Una locura total desataron los ingleses.
Con un sonido perfecto fueron sonando clásicos de casi todos los discos de la banda, que sabemos que son muchos. Los momentos más destacados fueron “Suffer the Children”, con ese arranque bien death metalero, “Scum”, clásico que da nombre a su primer disco, y la parodiada “You Suffer”, interpretada dos veces.
El final de la presentación fue a pura violencia con “Nazi Punks Fuck Off”, cover de Dead Kennedys, y “Unchallenged Hate”, del mítico From Enslavement to Obliteration. Un final perfecto para esta cátedra de violencia.
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En esta edición del festival no hubo mucho black metal en el line-up, pero Strychnos representó bien este género. Aunque, si nos ponemos técnicos, no es black puro, ya que lo mezclan con death metal.
El concierto fue una experiencia ideal para el que disfruta de los géneros oscuros. Iluminación justa y necesaria, un sonido potente y músicos comprometidos en su rol de parecer demonios del inframundo. Era bastante intimidante verlos cubiertos de sangre, tocar esos riffs y gritar esas frases llenas de odio.
Si bien todos tocaron de manera brillante, el baterista se llevó los laureles. Era increíble ver cómo pasaba de ritmos cercanos al death a otros más cercanos al black con total soltura, a la vez que adornaba con fills y golpes de platillos cada momento posible.
Esta banda está dando mucho que hablar en la escena local, por lo que contaron con mucho público e incluso varios fanáticos que desataron un pequeño pogo.
Una agrupación a la que hay que prestarle atención, ya que aparte están sacando mucho material y de buena calidad. Claro ejemplo es el disco editado el año pasado, Armageddon Patronage.
El final de esta segunda fecha fue a pura fiesta de la mano de Red Warszawa, banda danesa de punk formada en 1987. La característica principal es su sentido del humor y sus letras ridículas que invitan a reírse.
Con un telón lleno de dibujos bizarros de fondo, los músicos vestidos de manera extravagante y un vocalista disfrazado de superhéroe, con capa y una máscara roja, desplegaron toda su gracia en un set de una hora.
El espíritu punk y rebelde se contagió en el público, que no paró de cantar y hacer pogo durante todo el show. Inclusive se vio la primera gran ola de crowd surfers del festival.
La banda sonó clara y ajustada como un reloj, como este género necesita. Las leves desprolijidades fueron causadas por el vocalista, pero estas fueron en pos de algún chiste o momento gracioso.
Los momentos más destacables del set fueron “Technoparty”, clásico total en el ámbito rockero danés, y “Børn er dumme og grimme“, canción que habla sobre detestar a los niños. Detalle no menor fue que una nena subió entre risas a cantar el estribillo.
Tras muchos hits y celebración, la banda dejó el escenario con los puños en alto y cerró el día dos del pequeño festival con un concierto genial.
Así fue el segundo día del Næstved Metalfest. Queda un día más, así que los invitamos a seguir leyendo nuestra cobertura del festival.
Etiquetas: Blackened Death Metal, Death Metal, Destinity, doom metal, Grave Digger, Grindcore, Heavy Metal, Melodic Death Metal, Napalm Death, Næstved Metalfest, red warszawa, Saturnus, Strychnos, Trold

Foto de Portada: Leyla Tunali
Tras una primera jornada llena de épica y lluvia, nos dirigimos al segundo día. Esta vez con un clima más agradable, que acompañó hasta el fin del festival.
La banda encargada de abrir la fecha fue Trold, grupo danés de folk metal. Vestidos y maquillados como si fueran fantásticos trolls de las cavernas, pusieron a bailar a los concurrentes.
Musicalmente proponen un folk en su costado más extremo, con roces con el black metal, pero sin descuidar la parte bailable y festiva. Esta misma se ve reforzada por instrumentos folclóricos, como el acordeón, el laúd y hasta una flauta.
Desafortunadamente, el sonido les jugó una mala pasada, sobre todo en el laúd, que no se escuchó en todo el concierto. También por momentos las guitarras estaban muy fuertes.
Dejando de lado esto, la gente disfrutó del concierto y estaba muy contenta. Se notó que tenían varios fans entre el público que conocían las canciones, cosa que no es de extrañar, ya que su trabajo editado este año I skovens rige recibió muy buenas críticas.
Desde Francia llegó Destinity, banda que pasó por muchos estilos en su carrera. Pero hoy ejecutan un death metal melódico estilo clásico, con mucha influencia de la escuela de Gotemburgo. Por lo que su setlist se basó en canciones de sus últimos cuatro discos de estudio.
Con un sonido correcto desplegaron sus canciones que por momentos engancharon al público cercano al escenario, pero otros optaron por no prestarles mucha atención. Esto creo que se debe al horario en el que tocaron y a que su show fue simplemente correcto. Las ejecuciones fueron buenas, pero las canciones se resolvían de manera muy simple. Por otra parte, se notó que les falta oficio a la hora de rellenar baches en las pausas y en los intercambios de instrumentos.
Se está notando mucho el interés del público joven por el death metal, ya que estamos viendo muchas bandas del estilo conformadas por adolescentes. En este caso nos topamos con otro de esos casos: los locales Afdød.
Una propuesta que se encasilla dentro de los clásicos del género, con momentos más brutales y la dosis justa de técnica.
El concierto fue brutal, con la banda ejecutando las canciones con mucha precisión. Esto acompañado de un sonido grave y contundente, por lo que la suma de dichos factores dio un gran resultado.
Los muchachos se encuentran presentando su primer EP Grotesque Preservation, editado el pasado 5 de junio de manera independiente.
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Dinamarca es un país que, si bien no tuvo escenas tan fuertes como el resto de los países nórdicos, siempre contó con bandas de peso dentro de ciertas corrientes. Tal es el caso de Saturnus, en el death/doom o gothic metal más clásico y pesado.
Si bien el contexto de una tarde soleada les jugaba en contra, pudieron transformarla en una melancólica y oscura noche.
Esto lo lograron gracias a los factores que componen su sonido: guitarras melancólicas y melódicas, aunque agresivas cuando lo merece la ocasión. Estas ejecutan riffs largos y lentos, que se van transformando en melodías con el correr de los segundos.
Los teclados también tienen su rol protagónico en las melodías o adornando los pasajes en los que los demás instrumentos se toman una pausa, aparte de aportar colchones de apoyo a las bases.
Por supuesto, en una banda de este estilo los bajos y las baterías son necesarias, ya que aportan pesadez y ciertos matices para que las canciones no se vuelvan tediosas. Y esto es logrado a la perfección, con una base rítmica sólida y contundente.
Por último, el vocalista y miembro fundador Thomas Akim Grønbæk Jensen, centra sus vocales en guturales graves y profundos, alternados con segmentos narrados de forma limpia. Si bien tiene recursos limitados, los usa y aprovecha muy bien.
La lista de canciones contó con temas de todos sus trabajos, sobre todo del último editado en 2023, The Storm Within. Llamó poderosamente la atención que solo tocaran una de Paradise Belongs to You, el álbum que los puso en el mapa en los 90. La canción elegida de ese disco fue la última de su show, hablo del clásico “Christ Goodbye”. Tras una presentación de una hora, los locales se fueron muy ovacionados tras un gran concierto.
Otro de los números internacionales del festival fueron los alemanes Grave Digger, grupo clásico que reivindica el heavy metal en su estado más puro. En este momento se encuentran celebrando sus años de trayectoria, sin duda todo un logro para una banda que, si bien tiene respeto y una base sólida de fanáticos, nunca jugó en las grandes ligas.
Desde el primer momento marcaron su intención de hacer agitar los brazos y cabezas de los presentes con canciones pesadas y épicas como “Twilight of the Gods”, “Kingdom of Skulls” y “Valhalla”, con una mención a Blind Guardian, que la noche anterior tocó su canción del mismo nombre.
El sonido fue correcto; si bien se escucharon bien los instrumentos, por momentos daba la sensación de falta de potencia o de nitidez. Pero esto no opacó un concierto lleno de energía.
Esta energía no solo se basó en la lista llena de hits y clásicos del grupo, sino también en la interacción de la banda con el público. Especialmente del vocalista Chris Boltendahl, quien buscaba cualquier cosa para bromear con los asistentes y alentarlos a cantar los estribillos gloriosos de las canciones.
Un claro ejemplo de esto fue una broma que surgió en base a una costumbre danesa. Los daneses acostumbran a beber shots que son servidos en tubos alargados de plástico, y suelen hacer una torre con los mismos. Aquí el vocalista preguntó qué era eso y mencionó que para él era una espada mágica, lo que dio pie al clásico “Excalibur”, donde las pilas de tubos se alzaron a lo alto.
El show terminó con otros puntos altísimos: “Back to the Roots” y “Heavy Metal Breakdown“, canciones que enaltecen la música que nos gusta y que tuvieron una gran recepción por parte de los presentes.
Ya que estamos hablando sobre la hermandad metalera y el sentimiento por este estilo musical, me gustaría describir una tierna y hermosa situación que ocurrió en la zona de descanso. Dicha zona contaba con varias mesas y asientos, todos ocupados por gente bebiendo cerveza. Una pequeña niña, hija de algún metalero presente, se ponía a gritar “SKÅL” –saludo para brindar– y todos los metaleros respondían cada vez que la nena gritaba. Un momento muy bonito, que refleja que el metal es para toda la familia.
A las 20:30, y con el sol escondiéndose, los británicos Napalm Death subieron al escenario. Se acomodaron en posición mientras, entre acoples y gritos, tocaron la introducción de “Multinational Corporations, Part II”, para seguir a pura agresión con “Silence is Deafening” y “Lowpoint”.
Ya se sabe que esta banda en vivo es pura precisión. Tocan a una velocidad alocada, moviéndose para todos lados, pero no se van de tiempo ni fallan en ningún momento. Teniendo en cuenta que sus canciones tienen muchos cambios de ritmo y diferentes partes, este es un detalle a destacar.
La figura del show fue el vocalista Barney Greenway, quien se la pasa corriendo como un loco mientras grita esas letras llenas de furia contra el sistema. También es el encargado de dar discursos, interesantes por cierto, sobre las religiones organizadas, el odio como sentimiento humano y entidades políticas, complementando así el mensaje musical de la banda. Estos monólogos sirven de pausa para los músicos y también para el público.
El público enloqueció desde el primer minuto, armando el hasta ahora circle pit más grande y agresivo del festival. Una locura total desataron los ingleses.
Con un sonido perfecto fueron sonando clásicos de casi todos los discos de la banda, que sabemos que son muchos. Los momentos más destacados fueron “Suffer the Children”, con ese arranque bien death metalero, “Scum”, clásico que da nombre a su primer disco, y la parodiada “You Suffer”, interpretada dos veces.
El final de la presentación fue a pura violencia con “Nazi Punks Fuck Off”, cover de Dead Kennedys, y “Unchallenged Hate”, del mítico From Enslavement to Obliteration. Un final perfecto para esta cátedra de violencia.
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En esta edición del festival no hubo mucho black metal en el line-up, pero Strychnos representó bien este género. Aunque, si nos ponemos técnicos, no es black puro, ya que lo mezclan con death metal.
El concierto fue una experiencia ideal para el que disfruta de los géneros oscuros. Iluminación justa y necesaria, un sonido potente y músicos comprometidos en su rol de parecer demonios del inframundo. Era bastante intimidante verlos cubiertos de sangre, tocar esos riffs y gritar esas frases llenas de odio.
Si bien todos tocaron de manera brillante, el baterista se llevó los laureles. Era increíble ver cómo pasaba de ritmos cercanos al death a otros más cercanos al black con total soltura, a la vez que adornaba con fills y golpes de platillos cada momento posible.
Esta banda está dando mucho que hablar en la escena local, por lo que contaron con mucho público e incluso varios fanáticos que desataron un pequeño pogo.
Una agrupación a la que hay que prestarle atención, ya que aparte están sacando mucho material y de buena calidad. Claro ejemplo es el disco editado el año pasado, Armageddon Patronage.
El final de esta segunda fecha fue a pura fiesta de la mano de Red Warszawa, banda danesa de punk formada en 1987. La característica principal es su sentido del humor y sus letras ridículas que invitan a reírse.
Con un telón lleno de dibujos bizarros de fondo, los músicos vestidos de manera extravagante y un vocalista disfrazado de superhéroe, con capa y una máscara roja, desplegaron toda su gracia en un set de una hora.
El espíritu punk y rebelde se contagió en el público, que no paró de cantar y hacer pogo durante todo el show. Inclusive se vio la primera gran ola de crowd surfers del festival.
La banda sonó clara y ajustada como un reloj, como este género necesita. Las leves desprolijidades fueron causadas por el vocalista, pero estas fueron en pos de algún chiste o momento gracioso.
Los momentos más destacables del set fueron “Technoparty”, clásico total en el ámbito rockero danés, y “Børn er dumme og grimme“, canción que habla sobre detestar a los niños. Detalle no menor fue que una nena subió entre risas a cantar el estribillo.
Tras muchos hits y celebración, la banda dejó el escenario con los puños en alto y cerró el día dos del pequeño festival con un concierto genial.
Así fue el segundo día del Næstved Metalfest. Queda un día más, así que los invitamos a seguir leyendo nuestra cobertura del festival.
Etiquetas: Blackened Death Metal, Death Metal, Destinity, doom metal, Grave Digger, Grindcore, Heavy Metal, Melodic Death Metal, Napalm Death, Næstved Metalfest, red warszawa, Saturnus, Strychnos, Trold