Otra vez una banda de Black Metal polaca indica un camino a la vanguardia y otra vez lo hace Odraza, con un EP titulado “Acedia”, lanzado a fines del mes pasado. Este proyecto que, como sus propios integrantes afirman, nace “de la miseria de los sótanos y las cortes de Cracovia”, está conformado por Stawrogin (voz, guitarra y bajo) y Priest (batería y sintetizadores), y cuentan en esta ocasión con la colaboración de Wiktor Sendorek como vocalista invitado. La grabación, mezcla y masterización se realizó en el Impressive-Art Studio y Kanały, y el arte de tapa, de estilo Synthwave/Darkwave, estuvo a cargo de Sars. 

El EP, que dura poco más de veinte minutos (salvo la edición en CD o vinilo que trae un bonus track: Acedia II), fue una colaboración con el Museo de Cracovia y fue la banda sonora, por así llamarlo, de una muestra denominada “Coexistence”, enfocada en abordar las consecuencias sociales de la pandemia de COVID-19. En este sentido, recuerda al último disco de Furia “w Śnialni” (2021), grabado en el taller de los pintores Urszula Broll y Andrzej Urbanowicz en la ciudad polaca de Katowice y con la participación de artistas de The National Old Theatre de Cracovia, uno de los teatros más antiguos del país.

Ya desde el principio se desarrolla un clima opresivo, con gran peso de los sintetizadores, punteos de guitarra, y una admonitoria voz infantil. Las cuerdas persisten en sostener el clima sofocante, enfatizado por la percusión que irrumpe y varía al momento en que una voz siniestra empieza un recitado dramático, bien al estilo polaco.  

Luego las teclas adquieren una sonoridad claramente Synthwave, previo al despliegue de unos riffs acompañados de una percusión que vuelve a ser atípica. Todo se torna más agresivo para retornar a una senda nuevamente synth, noise, y hasta en cierto modo industrial, pero de la vieja escuela, casi recuerda a Throbbing Gristle. Recién después de quince minutos emerge el entramado más propiamente Black Metal en todo el EP y se erige sublime, para luego hundirse en un lapso de silencio que se acaba con los sintetizadores dando final a la obra. 

Se reitera la invitación a toda persona interesada en escuchar un Black Metal, de vuelta proveniente de Polonia, que está vivo y movilizado por fuerzas que lo vuelven esquivo ante cada lugar común que haya llegado a fosilizarse dentro del género musical en cuestión.