
"Ordinary Man" (2020)
Epic Records
Tracklist:
01. Straight to Hell
02. All my Life
03. Goodbye
04. Ordinary Man
05. Under the Graveyard
06. Eat Me
07. Today Is my End
08. Scary Little Green Men
09. Holy for Tonight
10. It’s a Raid
11. Take What You Want

Lo primero que hay que decir es que es un trabajo con muchos invitados (Elton John, Post Malone, Slash y Travis Scott) y músicos de renombre en la formación de la banda: Chad Smith en batería (Red Hot Chilli Peppers), Duff McKagan en bajo (Guns N’ Roses, Velver Revolver) y Andrew Watt en guitarras (Post Malone), si bien hay otros músicos no tan célebres según el tema del que se trate.
A lo largo de los tracks se pueden escuchar buenos riffs, pero también teclados, pianos, armónicas y coros femeninos. Lo más “disruptivo”, y tal vez lo más significativo del álbum está en las colaboraciones. La participación del cantante y rapero Post Malone en dos temas (It’s a Raid y Take What You Want), de seguro sigue haciendo ruido al metalero ortodoxo, aunque haya pasado el auge del “New Metal”, al que, de hecho, Ozzy promovió bastante desde el Ozzfest. Pero sin dudas, el punto más alto de este trabajo está en el tema que da nombre al disco, “Ordinary Man”, con la participación de Elton John en voz y piano. Se trata de una emotiva canción que condensa la esencia reflexiva que hoy en día tiene la música Ozzy, pero, además, justamente cuenta con la colaboración de otro músico brillante, que, no seamos ingenuos, también es quizás el máximo ícono gay. El principe de las Tinieblas sabe lo que hace, y sería necio pretender ignorar el mensaje implícito contra la homofobia que, todavía en el 2020, sigue abundando en el metal. Nada es suficiente aún: Halford, Gaahl, Reinert, ni los que se “rumorean”, porque el asunto sigue siendo tabú para muchos. Ozzy demuestra que tiene ganas de hacer ruido y un enorme Fuck You! al que le moleste.
Los dos videoclips estrenados hasta el momento, se hicieron con mucha atención al contexto actual, lo cual no sorprende, pues hay mucha gente pensando en el negocio que se mueve alrededor de Ozzy. “Under the Graveyard”, parece una pequeña biopic, donde se ve el descontrol que fue la vida del músico y cómo fue “rescatado” por su mujer. Lo interesante es que el actor que encarna a Ozzy es Jack Kilmer, el mismo que representó a Dead (primer cantante de Mayhem) en la controversial película Lords of Chaos, y el director del videoclip es el mismo que el de la película, Jonas Akerlund (primer baterista de Bathory). A su vez, el videoclip de “Straight to Hell”, tiene mucho del clima y la estética de la película Joker: recuerda mucho a la escena en la que se lo llevan en el patrullero, mientras observa por la ventanilla los disturbios de una ciudad en decadencia. Aquí puede haber cierto guiño político. Estos detalles no son menores, dadas las mentes obrando por y para Ozzy, o por y para lo que Ozzy implica en la industria.
A los seguidores de este prócer del Heavy Metal, cada tema del álbum va a sonarle a alguna otra canción de su discografía, esto hay que decirlo. Eso no quita que tengan su “gancho” y puedan disfrutarse. Es que es un buen disco… ¿quizás el último? Casi todas las letras tienen algo de despedida, eso es lo que vibra en todo el conjunto. Veremos qué le depara el destino a este artista que ya no tiene nada que demostrarle a nadie.

"Ordinary Man" (2020)
Epic Records
Tracklist:
01. Straight to Hell
02. All my Life
03. Goodbye
04. Ordinary Man
05. Under the Graveyard
06. Eat Me
07. Today Is my End
08. Scary Little Green Men
09. Holy for Tonight
10. It’s a Raid
11. Take What You Want

Lo primero que hay que decir es que es un trabajo con muchos invitados (Elton John, Post Malone, Slash y Travis Scott) y músicos de renombre en la formación de la banda: Chad Smith en batería (Red Hot Chilli Peppers), Duff McKagan en bajo (Guns N’ Roses, Velver Revolver) y Andrew Watt en guitarras (Post Malone), si bien hay otros músicos no tan célebres según el tema del que se trate.
A lo largo de los tracks se pueden escuchar buenos riffs, pero también teclados, pianos, armónicas y coros femeninos. Lo más “disruptivo”, y tal vez lo más significativo del álbum está en las colaboraciones. La participación del cantante y rapero Post Malone en dos temas (It’s a Raid y Take What You Want), de seguro sigue haciendo ruido al metalero ortodoxo, aunque haya pasado el auge del “New Metal”, al que, de hecho, Ozzy promovió bastante desde el Ozzfest. Pero sin dudas, el punto más alto de este trabajo está en el tema que da nombre al disco, “Ordinary Man”, con la participación de Elton John en voz y piano. Se trata de una emotiva canción que condensa la esencia reflexiva que hoy en día tiene la música Ozzy, pero, además, justamente cuenta con la colaboración de otro músico brillante, que, no seamos ingenuos, también es quizás el máximo ícono gay. El principe de las Tinieblas sabe lo que hace, y sería necio pretender ignorar el mensaje implícito contra la homofobia que, todavía en el 2020, sigue abundando en el metal. Nada es suficiente aún: Halford, Gaahl, Reinert, ni los que se “rumorean”, porque el asunto sigue siendo tabú para muchos. Ozzy demuestra que tiene ganas de hacer ruido y un enorme Fuck You! al que le moleste.
Los dos videoclips estrenados hasta el momento, se hicieron con mucha atención al contexto actual, lo cual no sorprende, pues hay mucha gente pensando en el negocio que se mueve alrededor de Ozzy. “Under the Graveyard”, parece una pequeña biopic, donde se ve el descontrol que fue la vida del músico y cómo fue “rescatado” por su mujer. Lo interesante es que el actor que encarna a Ozzy es Jack Kilmer, el mismo que representó a Dead (primer cantante de Mayhem) en la controversial película Lords of Chaos, y el director del videoclip es el mismo que el de la película, Jonas Akerlund (primer baterista de Bathory). A su vez, el videoclip de “Straight to Hell”, tiene mucho del clima y la estética de la película Joker: recuerda mucho a la escena en la que se lo llevan en el patrullero, mientras observa por la ventanilla los disturbios de una ciudad en decadencia. Aquí puede haber cierto guiño político. Estos detalles no son menores, dadas las mentes obrando por y para Ozzy, o por y para lo que Ozzy implica en la industria.
A los seguidores de este prócer del Heavy Metal, cada tema del álbum va a sonarle a alguna otra canción de su discografía, esto hay que decirlo. Eso no quita que tengan su “gancho” y puedan disfrutarse. Es que es un buen disco… ¿quizás el último? Casi todas las letras tienen algo de despedida, eso es lo que vibra en todo el conjunto. Veremos qué le depara el destino a este artista que ya no tiene nada que demostrarle a nadie.