Insurmountable es otra gran entrega por parte de Primitive Man, este trío estadounidense de death / sludge metal liderado por Ethan McCarthy, tras el abrasivo Immersion de 2020. La banda sigue forzando los límites de lo pesado, desde el aspecto sonoro hasta conceptual, haciendo una música ominosa a más no poder. En esta oportunidad, la edición en formato físico está a cargo de Closed Casket Activities. La mezcla y masterización fue realizada por Arthur Rizk, y a este respecto cabe señalar que el sonido en este trabajo resulta mucho más nítido y el bajo está más alto, al punto de sobresalir.

Ya desde la primera canción, “This Life”, resulta evidente que Primitive Man sigue animándose a explorar las insondables profundidades de la angustia existencial con una ejecución instrumental y un canto brutales. Es el track más extenso y dinámico, con un ritmo cambiante, aunque nunca demasiado rápido, guitarras que por momentos cumplen una función casi textural, otorgando al bajo un rol bien definido sobre fondos siniestros, mientras la voz, amenazantemente cavernosa, no deja de intimidar.

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“Boiled” es una pista instrumental pero no al estilo noise que había en el disco anterior, pues carece de esa veta industrial. El single “Cage Intimacy” tuvo su video clip propio, con esa estética asfixiante, viscosa, en blanco y negro, similar a la de los videos de los cortes de difusión del álbum precedente. Al principio parece que se trataría de la canción más densa, con un riff sencillamente aplastante, cual golpe de maza, pero de repente, todo se acelera alcanzando la máxima velocidad entre todos los tracks. Cuando vuelve a enlentecer, unas líneas etéreas de guitarra otorgan un tinte tenebroso, pero de una manera más sutil, para que, despacio, todo se vaya disolviendo en una espesura corrosiva.

La sorpresa en esta ocasión es “Quiet”, un cover de Smashing Pumpkins perteneciente al disco Siamese Dream (1993) del grupo de Billy Corgan. Es una versión de esas en las que una banda hace que el tema de otra suene como propio. La letra es bastante afín a la propuesta del trío de Denver. Las voces de Corgan y McCarthy están en extremos opuestos. Algo parecido sucede con el tempo y la afinación. Si se escucha la canción original, la esencia sigue ahí, pero reducida a su mínima expresión, a la vez que se amplifica la crueldad característica de Primitive Man que, con cada nuevo lanzamiento, demuestra que su potencia no decae.