Los finlandeses Reckless Love regresan este 2022 con su quinto álbum de estudio, el primero en 6 años para seguir demostrando que su combinación de glam metal, hard rock y algo de sleazy sigue teniendo vigencia en una era bastante alejada de estos sonidos más propios de los ochentas.

Ya desde el comienzo, la banda deja clara cuáles son sus intenciones y es la de entretener al público tal y como hicieran Mötley, Ratt, Def Leppard o Van Halen hace más de 3 décadas.

El comienzo es simplemente espectacular, con el corte que da título al disco, y es que “Turborider” tiene unos teclados super pegadizos, una melodía que brilla más que las luces del Whisky A Go Go y un estribillo escrito en oro que hará las delicias de quienes disfruten de este estilo, por no hablar de la guitarra de Pepe Reckless, que echa humo a lo largo de todo el tema.

La voz de Olli Herman sigue sonando a gloria y quizás me atrevería a decir que un poquito mejor que en su anterior disco InVader, en donde bajaron un pelín el nivel respecto a los tres primeros discos.

“Eyes Of A Maniac” es otra delicia quizás más coqueta que su predecesora y con un toque medio pop que, lejos de pecar de excesivo, convierte a la canción en un pelotazo digno de compañeros suyos como podrían ser H.E.A.T y seguro que suena aún mejor en directo.

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Que Bon Jovi es una de las máximas influencias de la banda finlandesa, no es ningún secreto si les conoces más o menos bien y esto se pone de manifiesto en la rockera “Outrun”, un corte que ya quisiera para sí misma la archi conocida banda de Nueva Jersey, en lugar de ofrecer la mediocridad que venían dando estos últimos años a nivel de estudio.

¿Existe algo más ochentero que la maquinita de juegos arcade? Pues si, hacer un tema que se llame “Kids Of Arcade” y que te transporta con una sonrisa a aquella época, de nuevo Reckless vuelven  a dar en el clavo con las melodías tanto a nivel vocal como de guitarras y lejos de caer en la parodia, la banda suena de muerte y rinde un gran tributo a aquella era dorada para el hard rock y demás estilos.

Pepe Reckless, vuelve a lucirse con un sólo de esos que apenas si se escuchan en esta era tan digital y que de haber salido en 1987, lo colocarían como un “Guitar Hero” de aquella época.

Para el ecuador del disco, la banda sorprende (ya que generalmente, los covers quedan para el final o como bonus track) con una feroz versión del clásico “Bark At The Moon” que, para los despistados, popularizó el señor Ozzy Osbourne allá por 1983 y que Reckless han clavado nota por nota.

Sorprende como Olli ha respetado las líneas vocales del corte, sin cambiar absolutamente nada pero con un resultado más que notable.

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Tras un interludio (“Prelude Of The Cobra”), en donde Pepe sigue dando muestras de su virtuosismo a las seis cuerdas, llega “Like A Cobra”, que sigue el trazado musical de las canciones anteriores, pero creo que ese puntito rockero y ese sólo maravilloso de guitarra, la convierten en una de las piezas más destacadas del álbum.

Por supuesto no puede faltar el toque más pop y electrónico, este llega de la mano de “For The Love Of Good Times”, un corte que básicamente es de pop/rock electrónico y que puede abrirles puertas a un público quizás no tan familiarizado con el rock o el hard rock, pero que con su estribillo azucarado puede convertirse en el placer culposo de más de uno y una en este 2022.

Lo mismo ocurre con la simpática y bailable “89 Sparkle”, un corte que invita a bailar en la pista con una copa en la mano y olvidarte de todo lo malo que hay alrededor. Creo que en estos tiempos, canciones de fácil digestión con guitarras se agradecen y mucho.

Quizás en este disco, lo que sorprende un poquito más es la inclusión o el mayor protagonismo de la electrónica en ciertas canciones del disco, dejando de lado el sonido más glam del primer disco o incluso del segundo.

Pero claro, llega un pelotazo como “Future Lover Boy”, digno de bandas como Blessed By A Broken Heart (pero sin la parte gutural evidentemente) y es imposible permanecer estático ante semejante vendaval sonoro que estoy convencido, debería sonar de miedo en su próxima gira, que esperemos acaben confirmando las fechas españolas que se quedaron pendientes.

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El disco se cierra con “Prodigal Sons”, que cumple un poco con todo lo expuesto por la banda en los 10 cortes anteriores y que pone punto y final a 36 minutos de sonidos electrónicos combinados con ese glam que tan bien ejecutan Reckless Love y que quizás se ha echado un poquito en falta durante este nuevo disco, pero lejos de ser algo negativo, nos da un soplo de aire fresco y supera sin duda a su disco anterior, lo cual siempre es positivo.

Reckless Love jamás han inventado nada nuevo ni lo han pretendido, así que como ejercicio de nostalgia llevado al 2022 este es un muy buen trabajo, y seguro que los seguidores de los estilos mencionados aquí, lo sabrán apreciar y muy bien. Para el resto, si queréis un disco que te levante el ánimo y te invite a soltarte la melena, sin duda esta es una opción bien disfrutable.