


El Rock the Sun Festival de Barcelona fue mucho más que un evento: un auténtico viaje a la época dorada del hard rock. Durante dos días, la carpa del Poble Espanyol se transformó en el epicentro de riffs afilados, voces poderosas y melodías inolvidables que hicieron vibrar a la Ciudad Condal.
El sábado mantuvo la energía en lo más alto con la actuación de los murcianos Hard Love. Liderados por el carismático Pedro Oliva a la voz y con el virtuosismo de Charly García y J. J. Parron a las guitarras, la banda confirmó por qué es una de las formaciones más aclamadas del rock melódico nacional. Abrieron con la contundente “Cazador” y la épica “Arena”, preparando al público para una velada cargada de intensidad. Con la fuerza de “Noches de Invierno” y la emotividad de “Princesa de Hielo”, mostraron una química impecable. El momento álgido llegó con “Siempre a tu Lado”, coreada a pleno pulmón, seguida de “Ladrón de Sueños” y “Pasión de Vivir”. El broche final fue “Libre”, una declaración de principios que encapsuló el espíritu de la banda: pasión, melodía y compromiso absoluto con el hard rock.
Los madrileños Strangers tomaron el relevo con un show impecable que confirmó su estatus como una de las promesas más sólidas de la escena. La voz de Celia Barloz brilló con fuerza, acompañada por el virtuosismo de Miguel Martín en la guitarra y el respaldo de una banda entregada. El setlist desplegó toda su versatilidad: desde el contagioso single “With You” hasta la energía de “Flames” y “Into the Night”. También hubo espacio para la intimidad con “My Dream”, en un formato más emotivo que dejó relucir la calidez vocal de Barloz. Fue un concierto equilibrado entre potencia y sensibilidad, que consolidó a Strangers como un nombre imprescindible del rock melódico nacional.
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El gran momento de la tarde llegó con 91 Suite, quienes sustituyeron a los británicos Raven y ofrecieron una auténtica lección de AOR. Jesús a la voz y las guitarras de Paco e Iván encendieron el escenario desde el inicio con “Seal It with a Kiss” y “Times They Change”. El público respondió con entusiasmo a clásicos como “Give Me the Night” y “Starting All Over”. La intensidad se mantuvo con “All for Love” y “Give Me Your Heart”, mientras que temas como “Hard Rain” y “Perfect Rhyme” mostraron la versatilidad de la banda. El clímax llegó con “Wings of Fire” y el poderoso cierre “See the Light”, que dejaron claro que la música de 91 Suite sigue tan viva y relevante como en sus mejores tiempos.
La jornada alcanzó su momento legendario con la llegada de Robin McAuley, quien, en plena forma vocal, transportó al público a la época dorada del McAuley–Schenker Group. Acompañado por los músicos italianos Andrea Seveso, Alessandro Mammola y Alfonso Mocerino, McAuley desplegó un repertorio que repasó su extensa carrera. El inicio con “Bad Boys” encendió la noche, mientras que canciones de su aclamado álbum en solitario Soulbound como “Standing on the Edge”, “Say Goodbye” y la poderosa “Soulbound” confirmaron que su voz sigue siendo una de las más carismáticas del hard rock. No faltaron clásicos inmortales como “Gimme Your Love”, “This Is My Heart”, “Anytime” y “Love Is Not a Game”, que hicieron vibrar al público y devolvieron la magia de discos míticos como Perfect Timing, Save Yourself y MSG. Una actuación impecable que cerró la jornada con un aura de leyenda.



El Rock the Sun Festival de Barcelona fue mucho más que un evento: un auténtico viaje a la época dorada del hard rock. Durante dos días, la carpa del Poble Espanyol se transformó en el epicentro de riffs afilados, voces poderosas y melodías inolvidables que hicieron vibrar a la Ciudad Condal.
El sábado mantuvo la energía en lo más alto con la actuación de los murcianos Hard Love. Liderados por el carismático Pedro Oliva a la voz y con el virtuosismo de Charly García y J. J. Parron a las guitarras, la banda confirmó por qué es una de las formaciones más aclamadas del rock melódico nacional. Abrieron con la contundente “Cazador” y la épica “Arena”, preparando al público para una velada cargada de intensidad. Con la fuerza de “Noches de Invierno” y la emotividad de “Princesa de Hielo”, mostraron una química impecable. El momento álgido llegó con “Siempre a tu Lado”, coreada a pleno pulmón, seguida de “Ladrón de Sueños” y “Pasión de Vivir”. El broche final fue “Libre”, una declaración de principios que encapsuló el espíritu de la banda: pasión, melodía y compromiso absoluto con el hard rock.
Los madrileños Strangers tomaron el relevo con un show impecable que confirmó su estatus como una de las promesas más sólidas de la escena. La voz de Celia Barloz brilló con fuerza, acompañada por el virtuosismo de Miguel Martín en la guitarra y el respaldo de una banda entregada. El setlist desplegó toda su versatilidad: desde el contagioso single “With You” hasta la energía de “Flames” y “Into the Night”. También hubo espacio para la intimidad con “My Dream”, en un formato más emotivo que dejó relucir la calidez vocal de Barloz. Fue un concierto equilibrado entre potencia y sensibilidad, que consolidó a Strangers como un nombre imprescindible del rock melódico nacional.
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La jornada alcanzó su momento legendario con la llegada de Robin McAuley, quien, en plena forma vocal, transportó al público a la época dorada del McAuley–Schenker Group. Acompañado por los músicos italianos Andrea Seveso, Alessandro Mammola y Alfonso Mocerino, McAuley desplegó un repertorio que repasó su extensa carrera. El inicio con “Bad Boys” encendió la noche, mientras que canciones de su aclamado álbum en solitario Soulbound como “Standing on the Edge”, “Say Goodbye” y la poderosa “Soulbound” confirmaron que su voz sigue siendo una de las más carismáticas del hard rock. No faltaron clásicos inmortales como “Gimme Your Love”, “This Is My Heart”, “Anytime” y “Love Is Not a Game”, que hicieron vibrar al público y devolvieron la magia de discos míticos como Perfect Timing, Save Yourself y MSG. Una actuación impecable que cerró la jornada con un aura de leyenda.