Crónica por: Estela Paz Rodríguez López
En una noche donde las estrellas parecían alinearse, el jueves 11 de julio, los antiguos ecos del rock resonaron en la ciudad de Valencia. Multitudes vestidas con camisetas negras adornadas con los emblemas de Scorpions y otros grupos legendarios se congregaron desde horas tempranas, deseosos de capturar un momento en la historia de la música. La espera culminó a las 19:30, cuando las puertas se abrieron y los casi 13.000 asistentes ocuparon sus lugares con una anticipación palpable en el aire cálido de la noche valenciana.
Como heraldos de un tiempo antiguo, Phil Campbell y sus Bastard Sons ascendieron al escenario a las 20:30, iniciando la ceremonia con “We’re Bastards”. Acompañados por la voz de Joel Peters, su único integrante ajeno a la dinastía Campbell, las melodías de “Strike the Match” y “Schizophrenia” prendieron fuego a la atmósfera. El clímax llegó con las versiones de Motörhead, “Born to Raise Hell” y “Ace of Spades”, que encendieron el fervor del público, preparando el terreno para la épica que estaba por venir.
Finalmente, cuando el crepúsculo cedió paso a la noche, Klaus Meine y sus compañeros de Scorpions surgieron con la energía inquebrantable de guerreros veteranos. Abrieron con “Coming Home”, un canto que transportó a todos al umbral de un viaje sonoro inolvidable. La energía de “Gas in the Tank” recordó a todos que aunque la banda ha recorrido un largo camino, su espíritu sigue siendo indomable.
Los recuerdos del pasado resurgieron con “Make It Real” de 1980, donde las icónicas figuras de Rudolf Schenker y Matthias Jabs dominaron el escenario, sus sombras proyectándose como titanes del rock. La bandera española ondeó en las pantallas, y el saludo de Klaus a “La terreta” fue recibido con un rugido ensordecedor.
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“The Zoo” permitió a Meine recuperar el aliento mientras la banda continuaba su despliegue de poderío con “Coast to Coast”. Los clásicos de “Love at First Sting” como “I’m Leaving You” y “Bad Boys Running Wild” deleitaron a los presentes, con Mikkey Dee brillando en la batería como un titán forjado en el fuego del heavy metal.
El clímax emocional llegó con las baladas “Send Me an Angel” y una versión emotiva de “Wind of Change”, susurrando un mensaje de paz en medio de tiempos turbulentos. El retorno a la potencia del heavy metal fue marcado por “Tease Me, Please Me” y “The Same Thrill”, culminando en la frenética “Blackout” y la vibrante “Big City Nights”.
Con el final aparente, una breve pausa permitió a todos recuperar el aliento, sólo para ser llevados de nuevo al éxtasis con los bises. “Still Loving You” transformó la noche en un mar de luces, con móviles brillando como estrellas, mientras 13.000 voces se unieron en un coro de anhelo.
Finalmente, “Rock You Like a Hurricane” cerró el capítulo de una noche épica, dejando a todos los presentes con el alma llena de la magia inmortal de Scorpions. Así terminó una velada donde el rock, eterno y poderoso, demostró que sigue corriendo por las venas de estos héroes legendarios.
Crónica por: Estela Paz Rodríguez López
En una noche donde las estrellas parecían alinearse, el jueves 11 de julio, los antiguos ecos del rock resonaron en la ciudad de Valencia. Multitudes vestidas con camisetas negras adornadas con los emblemas de Scorpions y otros grupos legendarios se congregaron desde horas tempranas, deseosos de capturar un momento en la historia de la música. La espera culminó a las 19:30, cuando las puertas se abrieron y los casi 13.000 asistentes ocuparon sus lugares con una anticipación palpable en el aire cálido de la noche valenciana.
Como heraldos de un tiempo antiguo, Phil Campbell y sus Bastard Sons ascendieron al escenario a las 20:30, iniciando la ceremonia con “We’re Bastards”. Acompañados por la voz de Joel Peters, su único integrante ajeno a la dinastía Campbell, las melodías de “Strike the Match” y “Schizophrenia” prendieron fuego a la atmósfera. El clímax llegó con las versiones de Motörhead, “Born to Raise Hell” y “Ace of Spades”, que encendieron el fervor del público, preparando el terreno para la épica que estaba por venir.
Finalmente, cuando el crepúsculo cedió paso a la noche, Klaus Meine y sus compañeros de Scorpions surgieron con la energía inquebrantable de guerreros veteranos. Abrieron con “Coming Home”, un canto que transportó a todos al umbral de un viaje sonoro inolvidable. La energía de “Gas in the Tank” recordó a todos que aunque la banda ha recorrido un largo camino, su espíritu sigue siendo indomable.
Los recuerdos del pasado resurgieron con “Make It Real” de 1980, donde las icónicas figuras de Rudolf Schenker y Matthias Jabs dominaron el escenario, sus sombras proyectándose como titanes del rock. La bandera española ondeó en las pantallas, y el saludo de Klaus a “La terreta” fue recibido con un rugido ensordecedor.
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“The Zoo” permitió a Meine recuperar el aliento mientras la banda continuaba su despliegue de poderío con “Coast to Coast”. Los clásicos de “Love at First Sting” como “I’m Leaving You” y “Bad Boys Running Wild” deleitaron a los presentes, con Mikkey Dee brillando en la batería como un titán forjado en el fuego del heavy metal.
El clímax emocional llegó con las baladas “Send Me an Angel” y una versión emotiva de “Wind of Change”, susurrando un mensaje de paz en medio de tiempos turbulentos. El retorno a la potencia del heavy metal fue marcado por “Tease Me, Please Me” y “The Same Thrill”, culminando en la frenética “Blackout” y la vibrante “Big City Nights”.
Con el final aparente, una breve pausa permitió a todos recuperar el aliento, sólo para ser llevados de nuevo al éxtasis con los bises. “Still Loving You” transformó la noche en un mar de luces, con móviles brillando como estrellas, mientras 13.000 voces se unieron en un coro de anhelo.
Finalmente, “Rock You Like a Hurricane” cerró el capítulo de una noche épica, dejando a todos los presentes con el alma llena de la magia inmortal de Scorpions. Así terminó una velada donde el rock, eterno y poderoso, demostró que sigue corriendo por las venas de estos héroes legendarios.