

Si hablamos de la nueva generación, indiscutiblemente no podemos dejar por fuera a los californianos de Scowl, un grupo que ha demostrado versatilidad, puesta en escena, actitud y una habilidad artística notable, cosa que los hace bastante interesantes porque pueden incursionar cómodamente en cualquier género musical y transformarlo en un sonido autentico.
Es cierto que mis expectativas no eran muy altas en esta ocasión, ya que tuve el placer de verlos en el Primavera Sound el año pasado y su sonido era más hardcore/ punk/ metal. En esa oportunidad tocaron temas de sus discos Reality After Reality, Psychic Dance Routine y How Flowers Grow y la voz de Kat era todo lo que estaba bien: growls increíbles, actitud agresiva, estruendosa, poderosa, combativa, intensa y con una buena dosis de energía. Además el sonido de la banda era letal, sólido y contundente, una dosis perfecta de ritmos rápidos, guitarra con mucha distorsión y el típico doble pedal en la batería que generaba euforia entre los fans.
No es un secreto para nadie que los californianos ya venían dando pinceladas de sonidos alternativos noventeros y aunque el disco nuevo Are We All Angels producido por el experimentado Will Yip (quien también produce a los de Turnstile) no es de mis favoritos, debo admitir que me ha gustado el hecho de salir de la zona de confort y experimentar sonidos distintos que los alejan de la identidad que los ha llevado al punto donde se encuentran ahora (referentes del hardcore de la nueva escuela). Valoro la adaptación al cambio, porque a veces es necesario para expandir el espectro creativo y regresar al punto de partida con ideas renovadas y más frescas. ¡Esperemos que así sea!
El cartel esta vez estuvo conformado por los originarios de Santa Cruz, Scowl, quienes regresan a España de gira para presentar su más reciente producción discográfica titulada Are We All Angels, junto a los locales de Boneflower y Modern Color quienes también son de California, en la (2) de Apolo el pasado miércoles 21 de mayo.
Los madrileños de Boneflower (y menos conocidos por la audiencia) aperturaron la noche con una propuesta bastante interesante, muy post hardcore, interpretando temas de sus discos “Dolor”, “Empty Rooms, Full Bodies” y “Amour” y aunque era la primera vez que los veía, debo admitir que me han gustado muchísimo y no era la única que tenía la misma percepción de la banda, ya que la mayoría de los que estaban allí (que no éramos muchos) opinaban lo mismo que yo.
Los Boneflower están activos desde el 2015 y han venido trabajando duro desde entonces, han hecho varias giras en España y Europa en varias oportunidades, pero por alguna extraña razón no había tenido la oportunidad de verlos en directo. Su puesta en escena nos dejó cautivados. Los exhale scream y death growl de Eric Montejo fueron lo suficientemente sólidos como para que el público presente se haya visto envuelto en un clima denso y existencial, cosa que ya supuse que podía pasar en el momento que vi que el bajista Ruben Desan tenía una camiseta de Mazzy Star.
Los blast beats de black metal, junto a los solos abrasivos y la voz desgarradora, visceral e intensa de Eric eran los ingredientes perfectos de un sonido único que generaba tensión y descarga indiscutible.
Algunas de las canciones que conformaron su setlist fueron: “El hospital”, “Saltpeter”, “Vestiges”, “Unfading”, “Sal en mis pestañas”, “Starless” y “El escondite”, un recorrido justo y preciso por sus discos y EPs, donde también aprovecharon la oportunidad de darnos un adelanto de lo que será su nuevo disco que en breve ya podremos disfrutar en todas las plataformas digitales. Sin duda, los de Boneflower nos han cautivado con un directo que estuvo acompañado de melodías experimentales muy características del screamo, demostrando habilidad y destreza musical con proyección internacional que es digna de destacar.
Por su parte, la banda estadounidense de rock post-hardcore y noise rock originaria de California Modern Color, conformada por Chad Leaf, Chris Martinez, Vince Nguyen y Fleming Valenzuela, debo admitir que no me impresionaron tanto como esperaba (sobre todo por ser la banda que acompañaba a Scowl en la gira europea este año).
La propuesta de la banda se caracteriza por un sonido etéreo y envolvente, marcado por la distorsión, los efectos de guitarra, la retroalimentación y la alta intensidad vocal (death growl), pero sin ningún rasgo distinto que los identifique, ya que me sonaban a cualquier banda del mismo género.
Algunos de los temas que conformaron el setlist fueron: “It Was”, “Dancing Waters Club”, “Empty Rooms”, “Fortress”, “Wool”, “Jacaranda”, “On & Off”, “Star 9200”, “Alone” y “Pale”.
Cabe destacar que los de Modern Color eran más conocidos que los locales de Madrid, de hecho, hubo varios fans que solo fueron a verlos a ellos, por lo que muchos de los asistentes coreaban sus canciones y conectaron con la banda, aunque su puesta en escena no era tan desafiante como la de Boneflowers, quienes nos deleitaron con jammings increíbles después de cada tema.
A eso de las nueve de la noche, y con mucho mas público que las bandas anteriores, era el turno de los de Scowl, que venían a presentarnos esta nueva faceta de la banda que cuenta con sonidos más melódicos y alternativos, cosa que le ha permitido abarcar un público mucho más amplio.
Admito que el sonido de la sala y la iluminación eran bastante mejorables, pero eso no impidió que los fans cantaran sus canciones a todo pulmón y disfrutaron del corto pero sustancioso directo de los californianos.
Desde el primer minuto la actitud arrolladora, implacable y agresiva de Kat al interpretar el temazo “Opening Night” con el que inauguraron la velada, escupiendo el escenario con carita de niña buena, indomable hasta la medula y con ganas de romper todo (siempre me recuerda a Courtney Love y su actitud ¡FUCK EVERYONE!), era justo lo que estábamos esperando de Scowl, a quienes nos genera cierto placer el hecho de que la vocalista de la banda sea una mujer con semejante ímpetu. Sin duda, este tema fue una introducción magistral (a pesar de los inconvenientes técnicos de la sala) para el inicio de una descarga de adrenalina y euforia sin precedentes.
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El quinteto de Scowl está conformado por Kat Moss (Voz), Malachi Greene (Guitarra), Bailey Lupo (Bajo), Mikey Bifolco (Guitarra) quien se unio a la banda a partir del 2023 y a pesar de la ausencia del segundo guitarrista de la banda Malachi Greene, es importante señalar que Mickey Bifolco puso su máximo empeño por solapar la falta de su compañero, sobretodo en la presentación de este nuevo álbum donde están apostando por sonidos distintos a los que estabamos acostumbrados a escuchar.
Evidentemente todos los ojos estaban puestos en Kat, y no es para menos, su actitud delicada pero rebelde y actitud de diva absoluta nos traslada a los 90s, conectándonos significativamente con bandas que nos han influenciado como L7, Babes in Toyland, Veruca Salt, 7 Year Bitch, Bikini Kill, Hole, The Distillers, etc. Es una Riot Grrl de la nueva escuela,
Otros de los temazos que tocaron fue “Shot Down” con el que los fans que no estaban del todo convencidos con la metamorfosis de su último disco, se motivaron a hacer el primer mosh pit de la noche; una forma muy sutil por parte de los californianos de integrar a todos los escépticos de esta nueva propuesta, llevándolos a su terreno para seguir interpretando temas del “Are We All Angels”.
También tocaron “Blodhound” de su disco “How Flowers Grow”, una canción muy esperada por todos y los fans sumergidos en la euforia que transmitía Kat (quien llevaba unas Dr. Martens con calcetines de volantes) no dudaron en subir al escenario y saltar al público de manera recurrente.
Indudablemente el disco nuevo de los californianos es una combinación perfecta de elementos del hardcore con influencias bastante predecibles del
post-punk en uno que otro tema, inclusive en ocasiones del heatwave. Las guitarras distorsionadas y vigorosas en conjunto con melodías más suaves y la propuesta vocal mucho más sutil por parte de Kat, aportan una base rítmica variada acercándose a un sonido más complejo y matizado.
En líneas generales la versión inicial de Scowl me gustaba mucho más, pero objetivamente debo admitir que esta faceta de la banda es bastante buena ya que me parece interesante que tengan la capacidad creativa de experimentar otros estilos musicales y sobretodo integrar a diferentes generaciones, ¡Sí!, porque inclusive un niño subió al escenario a petición de Kat y el pequeño venía acompañado de sus padres quienes también son seguidores de la banda (de hecho la madre tenía el pelo verde como Kat), así que es admirable el hecho de poder conectar a todo tipo de público a través de la música.
Otras canciones que conformaron el setlist fueron: “B.A.B.E.”, “PDR”, “Suffer The Fool”, “Cellophane”, “Let you Down”, “FAFO”, “Fantasy”, “Tonight”, “Not Hell Not Heaven Man”, “Fleshed Out”, “Are We All Angels”, y “Special” tema con el que cerraron el directo que duro menos de una hora pero desde luego fue muy emotivo para todos los fans.
Esperemos tenerlos de vuelta en la ciudad porque nos encanta Scowl y lo multifacéticos que pueden llegar a ser.



Si hablamos de la nueva generación, indiscutiblemente no podemos dejar por fuera a los californianos de Scowl, un grupo que ha demostrado versatilidad, puesta en escena, actitud y una habilidad artística notable, cosa que los hace bastante interesantes porque pueden incursionar cómodamente en cualquier género musical y transformarlo en un sonido autentico.
Es cierto que mis expectativas no eran muy altas en esta ocasión, ya que tuve el placer de verlos en el Primavera Sound el año pasado y su sonido era más hardcore/ punk/ metal. En esa oportunidad tocaron temas de sus discos Reality After Reality, Psychic Dance Routine y How Flowers Grow y la voz de Kat era todo lo que estaba bien: growls increíbles, actitud agresiva, estruendosa, poderosa, combativa, intensa y con una buena dosis de energía. Además el sonido de la banda era letal, sólido y contundente, una dosis perfecta de ritmos rápidos, guitarra con mucha distorsión y el típico doble pedal en la batería que generaba euforia entre los fans.
No es un secreto para nadie que los californianos ya venían dando pinceladas de sonidos alternativos noventeros y aunque el disco nuevo Are We All Angels producido por el experimentado Will Yip (quien también produce a los de Turnstile) no es de mis favoritos, debo admitir que me ha gustado el hecho de salir de la zona de confort y experimentar sonidos distintos que los alejan de la identidad que los ha llevado al punto donde se encuentran ahora (referentes del hardcore de la nueva escuela). Valoro la adaptación al cambio, porque a veces es necesario para expandir el espectro creativo y regresar al punto de partida con ideas renovadas y más frescas. ¡Esperemos que así sea!
El cartel esta vez estuvo conformado por los originarios de Santa Cruz, Scowl, quienes regresan a España de gira para presentar su más reciente producción discográfica titulada Are We All Angels, junto a los locales de Boneflower y Modern Color quienes también son de California, en la (2) de Apolo el pasado miércoles 21 de mayo.
Los madrileños de Boneflower (y menos conocidos por la audiencia) aperturaron la noche con una propuesta bastante interesante, muy post hardcore, interpretando temas de sus discos “Dolor”, “Empty Rooms, Full Bodies” y “Amour” y aunque era la primera vez que los veía, debo admitir que me han gustado muchísimo y no era la única que tenía la misma percepción de la banda, ya que la mayoría de los que estaban allí (que no éramos muchos) opinaban lo mismo que yo.
Los Boneflower están activos desde el 2015 y han venido trabajando duro desde entonces, han hecho varias giras en España y Europa en varias oportunidades, pero por alguna extraña razón no había tenido la oportunidad de verlos en directo. Su puesta en escena nos dejó cautivados. Los exhale scream y death growl de Eric Montejo fueron lo suficientemente sólidos como para que el público presente se haya visto envuelto en un clima denso y existencial, cosa que ya supuse que podía pasar en el momento que vi que el bajista Ruben Desan tenía una camiseta de Mazzy Star.
Los blast beats de black metal, junto a los solos abrasivos y la voz desgarradora, visceral e intensa de Eric eran los ingredientes perfectos de un sonido único que generaba tensión y descarga indiscutible.
Algunas de las canciones que conformaron su setlist fueron: “El hospital”, “Saltpeter”, “Vestiges”, “Unfading”, “Sal en mis pestañas”, “Starless” y “El escondite”, un recorrido justo y preciso por sus discos y EPs, donde también aprovecharon la oportunidad de darnos un adelanto de lo que será su nuevo disco que en breve ya podremos disfrutar en todas las plataformas digitales. Sin duda, los de Boneflower nos han cautivado con un directo que estuvo acompañado de melodías experimentales muy características del screamo, demostrando habilidad y destreza musical con proyección internacional que es digna de destacar.
Por su parte, la banda estadounidense de rock post-hardcore y noise rock originaria de California Modern Color, conformada por Chad Leaf, Chris Martinez, Vince Nguyen y Fleming Valenzuela, debo admitir que no me impresionaron tanto como esperaba (sobre todo por ser la banda que acompañaba a Scowl en la gira europea este año).
La propuesta de la banda se caracteriza por un sonido etéreo y envolvente, marcado por la distorsión, los efectos de guitarra, la retroalimentación y la alta intensidad vocal (death growl), pero sin ningún rasgo distinto que los identifique, ya que me sonaban a cualquier banda del mismo género.
Algunos de los temas que conformaron el setlist fueron: “It Was”, “Dancing Waters Club”, “Empty Rooms”, “Fortress”, “Wool”, “Jacaranda”, “On & Off”, “Star 9200”, “Alone” y “Pale”.
Cabe destacar que los de Modern Color eran más conocidos que los locales de Madrid, de hecho, hubo varios fans que solo fueron a verlos a ellos, por lo que muchos de los asistentes coreaban sus canciones y conectaron con la banda, aunque su puesta en escena no era tan desafiante como la de Boneflowers, quienes nos deleitaron con jammings increíbles después de cada tema.
A eso de las nueve de la noche, y con mucho mas público que las bandas anteriores, era el turno de los de Scowl, que venían a presentarnos esta nueva faceta de la banda que cuenta con sonidos más melódicos y alternativos, cosa que le ha permitido abarcar un público mucho más amplio.
Admito que el sonido de la sala y la iluminación eran bastante mejorables, pero eso no impidió que los fans cantaran sus canciones a todo pulmón y disfrutaron del corto pero sustancioso directo de los californianos.
Desde el primer minuto la actitud arrolladora, implacable y agresiva de Kat al interpretar el temazo “Opening Night” con el que inauguraron la velada, escupiendo el escenario con carita de niña buena, indomable hasta la medula y con ganas de romper todo (siempre me recuerda a Courtney Love y su actitud ¡FUCK EVERYONE!), era justo lo que estábamos esperando de Scowl, a quienes nos genera cierto placer el hecho de que la vocalista de la banda sea una mujer con semejante ímpetu. Sin duda, este tema fue una introducción magistral (a pesar de los inconvenientes técnicos de la sala) para el inicio de una descarga de adrenalina y euforia sin precedentes.
TAMBIEN TE PUEDE INTERESAR: Reconstruction Tour en Barcelona: “Sonidos comprimidos entre almas libres y rebeldes”
El quinteto de Scowl está conformado por Kat Moss (Voz), Malachi Greene (Guitarra), Bailey Lupo (Bajo), Mikey Bifolco (Guitarra) quien se unio a la banda a partir del 2023 y a pesar de la ausencia del segundo guitarrista de la banda Malachi Greene, es importante señalar que Mickey Bifolco puso su máximo empeño por solapar la falta de su compañero, sobretodo en la presentación de este nuevo álbum donde están apostando por sonidos distintos a los que estabamos acostumbrados a escuchar.
Evidentemente todos los ojos estaban puestos en Kat, y no es para menos, su actitud delicada pero rebelde y actitud de diva absoluta nos traslada a los 90s, conectándonos significativamente con bandas que nos han influenciado como L7, Babes in Toyland, Veruca Salt, 7 Year Bitch, Bikini Kill, Hole, The Distillers, etc. Es una Riot Grrl de la nueva escuela,
Otros de los temazos que tocaron fue “Shot Down” con el que los fans que no estaban del todo convencidos con la metamorfosis de su último disco, se motivaron a hacer el primer mosh pit de la noche; una forma muy sutil por parte de los californianos de integrar a todos los escépticos de esta nueva propuesta, llevándolos a su terreno para seguir interpretando temas del “Are We All Angels”.
También tocaron “Blodhound” de su disco “How Flowers Grow”, una canción muy esperada por todos y los fans sumergidos en la euforia que transmitía Kat (quien llevaba unas Dr. Martens con calcetines de volantes) no dudaron en subir al escenario y saltar al público de manera recurrente.
Indudablemente el disco nuevo de los californianos es una combinación perfecta de elementos del hardcore con influencias bastante predecibles del
post-punk en uno que otro tema, inclusive en ocasiones del heatwave. Las guitarras distorsionadas y vigorosas en conjunto con melodías más suaves y la propuesta vocal mucho más sutil por parte de Kat, aportan una base rítmica variada acercándose a un sonido más complejo y matizado.
En líneas generales la versión inicial de Scowl me gustaba mucho más, pero objetivamente debo admitir que esta faceta de la banda es bastante buena ya que me parece interesante que tengan la capacidad creativa de experimentar otros estilos musicales y sobretodo integrar a diferentes generaciones, ¡Sí!, porque inclusive un niño subió al escenario a petición de Kat y el pequeño venía acompañado de sus padres quienes también son seguidores de la banda (de hecho la madre tenía el pelo verde como Kat), así que es admirable el hecho de poder conectar a todo tipo de público a través de la música.
Otras canciones que conformaron el setlist fueron: “B.A.B.E.”, “PDR”, “Suffer The Fool”, “Cellophane”, “Let you Down”, “FAFO”, “Fantasy”, “Tonight”, “Not Hell Not Heaven Man”, “Fleshed Out”, “Are We All Angels”, y “Special” tema con el que cerraron el directo que duro menos de una hora pero desde luego fue muy emotivo para todos los fans.
Esperemos tenerlos de vuelta en la ciudad porque nos encanta Scowl y lo multifacéticos que pueden llegar a ser.
