Despair Distiller (2021)
Navaja Music
1. Tumbas del Olvido
2. Self Hatred Maze
3. Noise and Bile
4. Dismal Blasphemies
Integrado en el presente por músicos colombianos radicados en puntos opuestos del planeta y con una carrera de momento corta pero muy fructífera, el trío Sol de Sangre parece haberse propuesto como objetivo rendir tributo al death metal de los noventas en cada uno de sus lanzamientos, sobre todo en lo que refiere a la escena pesada sueca de esa época. Aunque tomar inspiración de esos sonidos no es algo para nada nuevo, algo que el mismo grupo admite sin problemas, es para destacar que la experiencia pasada de los músicos se remonta a más de dos décadas y media atrás, así que de cierta manera tienen bastante más conocimiento de causa detrás del estilo que la mayoría de las bandas del “revival” del estilo de los últimos años.
Luego de editar su álbum debut autotitulado en 2018, participar de el split La Senda de la Muerte con los españoles Pánico Al Miedo en 2019 e incluso ser parte de la iniciativa internacional Metal Against Coronavirus, Sol de Sangre decidieron prepararse para el 2021 con otro álbum más de puro death metal vieja escuela. Como previa, el trío antioqueño lanzó el EP Despair Distiller de manera independiente, con tres canciones (y una intro) que sirven como adelanto de su segundo álbum.
Si uno escuchó el debut de Sol de Sangre, entonces sabrá que este EP trae un puñado de canciones de death metal furioso y agresivo, pero que al mismo tiempo prefiere los ritmos rápidos del thrash, donde se destaca el baterista Chalo Restrepo, y de vez en cuando hace uso de los blastbeats. Luego de una intro acústica con aires desérticos titulada “Tumbas del Olvido”, “Self Hatred Maze” deja claro que estos colombianos no salen a tomar prisioneros al momento de crear sus riffs, a cargo del guitarrista Jerónimo Álvarez Burgos. No son particularmente originales, pero el grupo entiende qué es lo que hace a este tipo de riffs tan adictivos, armándolos con el buen gusto que merecen.
Esto mismo se ve en “Noise and Bile”, que tiene como invitado al guitarrista Juancho Gómez, de las leyendas colombianas Masacre, y que tiene un gran solo de guitarra en medio de la distorsión de los riffs podridos. Pero en materia de solos, la final “Dismal Blasphemies” se lleva el premio no sólo en ese aspecto, sino también en lo que se refiere a calidad en general, con un ritmo furioso que deriva en un solo extremadamente melódico, algo que me gustaría ver más entre tantas bandas de death metal que parecen querer basar su propuesta sólo en la brutalidad por la brutalidad misma.
A primera escucha, e incluso a primera vista, estas tres canciones plantean un par de giros pequeños pero evidentes en la propuesta de Sol de Sangre, siendo la más obvia el cambio del español al inglés en las letras. No soy ningún fundamentalista de los idiomas, pero creo que las letras en español callejero del primer álbum le daban más personalidad a las canciones de la banda. Lo más seguro es que el grupo haya llegado a la conclusión de que esa personalidad iba en detrimento de poder llegarle a un público más internacional para el que el inglés es el idioma por defecto, pero habrá que ver si el resto del álbum seguirá esa tendencia lingüística.
Las otras se revelan al escuchar el álbum. Entre ellas está el estilo de las voces: en el álbum debut, el cantante Kike Valderrama tenía un estilo de voces podridas que lindaba con el grito thrashero, que recordaba bastante a lo hecho por Max Cavalera en Sepultura, mientras que en Despair Distiller, el cantante adopta un estilo mucho más gutural, más tradicionalmente deathmetalero. Por el lado de la producción, sigue siendo bien distorsionada y apta para el estilo, pero se aleja claramente del sonido embarrado del debut, dejando que la atmósfera oscura se exprese más a través de la música y dándole espacio a la batería y el bajo para que brillen.
Como bien dice la gente de Sol de Sangre, ellos no vienen a reinventar la rueda, sino a tocar música bien extrema. Y si eso es lo que el oyente busca, es lo que va a tener: death metal que se inspira en el pasado, pero que busca usarlo como una base sobre la que elevarse y no como una piedra que le pese y le impida avanzar. Estas tres canciones dejan un buen sabor de boca, y provocan curiosidad por los futuros trabajos de estos colombianos.
Despair Distiller (2021)
Navaja Music
1. Tumbas del Olvido
2. Self Hatred Maze
3. Noise and Bile
4. Dismal Blasphemies
Integrado en el presente por músicos colombianos radicados en puntos opuestos del planeta y con una carrera de momento corta pero muy fructífera, el trío Sol de Sangre parece haberse propuesto como objetivo rendir tributo al death metal de los noventas en cada uno de sus lanzamientos, sobre todo en lo que refiere a la escena pesada sueca de esa época. Aunque tomar inspiración de esos sonidos no es algo para nada nuevo, algo que el mismo grupo admite sin problemas, es para destacar que la experiencia pasada de los músicos se remonta a más de dos décadas y media atrás, así que de cierta manera tienen bastante más conocimiento de causa detrás del estilo que la mayoría de las bandas del “revival” del estilo de los últimos años.
Luego de editar su álbum debut autotitulado en 2018, participar de el split La Senda de la Muerte con los españoles Pánico Al Miedo en 2019 e incluso ser parte de la iniciativa internacional Metal Against Coronavirus, Sol de Sangre decidieron prepararse para el 2021 con otro álbum más de puro death metal vieja escuela. Como previa, el trío antioqueño lanzó el EP Despair Distiller de manera independiente, con tres canciones (y una intro) que sirven como adelanto de su segundo álbum.
Si uno escuchó el debut de Sol de Sangre, entonces sabrá que este EP trae un puñado de canciones de death metal furioso y agresivo, pero que al mismo tiempo prefiere los ritmos rápidos del thrash, donde se destaca el baterista Chalo Restrepo, y de vez en cuando hace uso de los blastbeats. Luego de una intro acústica con aires desérticos titulada “Tumbas del Olvido”, “Self Hatred Maze” deja claro que estos colombianos no salen a tomar prisioneros al momento de crear sus riffs, a cargo del guitarrista Jerónimo Álvarez Burgos. No son particularmente originales, pero el grupo entiende qué es lo que hace a este tipo de riffs tan adictivos, armándolos con el buen gusto que merecen.
Esto mismo se ve en “Noise and Bile”, que tiene como invitado al guitarrista Juancho Gómez, de las leyendas colombianas Masacre, y que tiene un gran solo de guitarra en medio de la distorsión de los riffs podridos. Pero en materia de solos, la final “Dismal Blasphemies” se lleva el premio no sólo en ese aspecto, sino también en lo que se refiere a calidad en general, con un ritmo furioso que deriva en un solo extremadamente melódico, algo que me gustaría ver más entre tantas bandas de death metal que parecen querer basar su propuesta sólo en la brutalidad por la brutalidad misma.
A primera escucha, e incluso a primera vista, estas tres canciones plantean un par de giros pequeños pero evidentes en la propuesta de Sol de Sangre, siendo la más obvia el cambio del español al inglés en las letras. No soy ningún fundamentalista de los idiomas, pero creo que las letras en español callejero del primer álbum le daban más personalidad a las canciones de la banda. Lo más seguro es que el grupo haya llegado a la conclusión de que esa personalidad iba en detrimento de poder llegarle a un público más internacional para el que el inglés es el idioma por defecto, pero habrá que ver si el resto del álbum seguirá esa tendencia lingüística.
Las otras se revelan al escuchar el álbum. Entre ellas está el estilo de las voces: en el álbum debut, el cantante Kike Valderrama tenía un estilo de voces podridas que lindaba con el grito thrashero, que recordaba bastante a lo hecho por Max Cavalera en Sepultura, mientras que en Despair Distiller, el cantante adopta un estilo mucho más gutural, más tradicionalmente deathmetalero. Por el lado de la producción, sigue siendo bien distorsionada y apta para el estilo, pero se aleja claramente del sonido embarrado del debut, dejando que la atmósfera oscura se exprese más a través de la música y dándole espacio a la batería y el bajo para que brillen.
Como bien dice la gente de Sol de Sangre, ellos no vienen a reinventar la rueda, sino a tocar música bien extrema. Y si eso es lo que el oyente busca, es lo que va a tener: death metal que se inspira en el pasado, pero que busca usarlo como una base sobre la que elevarse y no como una piedra que le pese y le impida avanzar. Estas tres canciones dejan un buen sabor de boca, y provocan curiosidad por los futuros trabajos de estos colombianos.