

El pasado viernes 28 al Pumpehuset, sala muy usada para conciertos en Copenhague, llego uno de los tours más brutales de lo que va del año, Suffocation, con Angelmaker como invitado especial y como bandas de apertura Mélancolia, Carcosa y Fuming Mouth. Un combo cargado de agresión que brindó una noche poderosa que pasare a detallar.
Los encargados en inaugurar el escenario fueron los australianos de Mélancolia, con un deathcore poderoso pero con la falla que no cuentan con un bajista en sus filas, por lo cual la falta de graves en algunos momentos le resto la densidad y peso que ese género requiere.
Quien se llevó todas las miradas fue su vocalista Alex Hill, a causa de su maquillaje, vestuario e histrionismo. Aunque causó varios momentos incómodos como el de escupir en las manos y mostrarlas sucias a los asistentes.
Los segundos fueron los estadounidenses de Carcosa, que tuvieron el mismo problema que la banda anterior, la falta del bajo. Sin embargo dieron una presentación muy sólida y bien recibida. Su sonido se podría definir como un deathcore más orientado a la parte metalera que a la hardcore, aunque los breakdowns brutales no faltaron.
Llegó el turno de Fuming Mouth, quienes cuentan con una propuesta más afín al de la banda principal, esto fue respondido con pogos y los primeros crowd surfers de la noche. Desafortunadamente tuvieron un inconveniente con el bajo y debieron parar el show varios minutos. Pero este suceso llevó a uno de los momentos más divertidos de la noche, donde el vocalista Mark Whelan desplegó todo su carisma y recursos para que el show no se vaya a pique. Consiguió que todo el recinto gritara como loco y haga dos wall of death, sin música. Muy destacable su profesionalismo. Pasado esto y varias canciones más el concierto terminó y se retiraron muy aplaudidos.
El turno de los invitados especiales llegó, AngelMaker con una propuesta grandilocuente, contando con 3 guitarras y 2 vocalistas salieron a demostrar porque merecían ser los anteriores al plato principal.
Contaron también con un gran puñado de fans entre el público, así que les fue sencillo conseguir que se armen rondas de baile y hasta los primeros que se animaron a subirse al escenario y tirarse del mismo.
La propuesta musical es bastante simple, un deathcore técnico basado en breakdowns, pero al haber tantos músicos, cada uno aporta un guiño en particular que le da frescura a la propuesta. Los vocalistas también aportan lo suyo, repartiéndose los growls y gritos hardcore por un lado y los scream agudos por el otro. Esto no solo aporta dinamismo, sino cuidado a las cuerdas vocales de los cantantes.
El set contó con canciones de sus trabajos anteriores y varias de un disco pronto a editarse y se despidieron con una de ellas y un gran wall of death.
Si bien todas las bandas contaron con buen audio, al momento de salir Suffocation la diferencia entre ellos y los soportes fue notoria. Un audio nítido, con alto volumen y una presencia de graves que no mataban las otras secuencias. Un sonido de lujo que permitió apreciar las excelentes ejecuciones que sonaron. Si bien hubo un problema con un equipo en la segunda canción, al cambiarlo el problema se solucionó y el sonido siguió siendo óptimo.
La dinámica de la lista hasta la mitad del concierto fue clásico y luego una canción de su último trabajo ” Hymns From the Apocrypha”. Las más destacadas de la primera parte del setlist fueron la inicial “Thrones of Blood”, la poderosa “Effigy of the Forgotten”, con su característico blast beat inicial y la que le da nombre a su gran último trabajo.
La respuesta de los fanáticos fue tan buena y optimista que el vocalista corrió para atrás su tarima y comunicó a la gente que el escenario era de ellos, por lo cual los stage divers no tardaron en llegar y más de media sala se transformó en un mosh pit enorme.
Si bien hable arriba de la calidad de las ejecuciones, creo que es merecido que se hable de ellas más detenidamente. Las composiciones son muy rápidas, deformes y matemáticas y sin embargo son llevadas al vivo con una prolijidad y calidad altísimas. Es hipnotizante ver lo rápido que se mueven las manos de los guitarristas, lo potente y claros de los golpes del baterista y la velocidad de los dedos del bajista. Sin duda son unos músicos excelentes.
La segunda parte del show estuvo cargadas de momentos especiales, como “Funeral Inception”, con el cantante de Carcosa como invitado, y luego el festejo de cumpleaños de Ricky Meyers, cantante de Suffocation, quien sopló las velitas y agradeció a sus compañeros de tour y a los asistentes.
Pasado este festejo la aclamada “Catatonia” se apoderó de los parlantes y el clima festivo se elevó hasta lo más alto. Dicha energía fue mantenida por joyas como “Clarity Through Depravation”, “Liege of Inveracity” y la final “Infecting The Crypts”, presidida por un discurso del único miembro original vigente Terrance Hobbs, donde declaró que la formación actual es la mejor que tuvo en la historia la banda.
Finalizado el extenso concierto podemos decir que se vivió una noche donde el death metal recorrió toda su historia, desde sus inicios hasta las propuestas actuales y donde la camaradería de las bandas hizo que la gente pase una velada hermosa y brutal.


El pasado viernes 28 al Pumpehuset, sala muy usada para conciertos en Copenhague, llego uno de los tours más brutales de lo que va del año, Suffocation, con Angelmaker como invitado especial y como bandas de apertura Mélancolia, Carcosa y Fuming Mouth. Un combo cargado de agresión que brindó una noche poderosa que pasare a detallar.
Los encargados en inaugurar el escenario fueron los australianos de Mélancolia, con un deathcore poderoso pero con la falla que no cuentan con un bajista en sus filas, por lo cual la falta de graves en algunos momentos le resto la densidad y peso que ese género requiere.
Quien se llevó todas las miradas fue su vocalista Alex Hill, a causa de su maquillaje, vestuario e histrionismo. Aunque causó varios momentos incómodos como el de escupir en las manos y mostrarlas sucias a los asistentes.
Los segundos fueron los estadounidenses de Carcosa, que tuvieron el mismo problema que la banda anterior, la falta del bajo. Sin embargo dieron una presentación muy sólida y bien recibida. Su sonido se podría definir como un deathcore más orientado a la parte metalera que a la hardcore, aunque los breakdowns brutales no faltaron.
Llegó el turno de Fuming Mouth, quienes cuentan con una propuesta más afín al de la banda principal, esto fue respondido con pogos y los primeros crowd surfers de la noche. Desafortunadamente tuvieron un inconveniente con el bajo y debieron parar el show varios minutos. Pero este suceso llevó a uno de los momentos más divertidos de la noche, donde el vocalista Mark Whelan desplegó todo su carisma y recursos para que el show no se vaya a pique. Consiguió que todo el recinto gritara como loco y haga dos wall of death, sin música. Muy destacable su profesionalismo. Pasado esto y varias canciones más el concierto terminó y se retiraron muy aplaudidos.
El turno de los invitados especiales llegó, AngelMaker con una propuesta grandilocuente, contando con 3 guitarras y 2 vocalistas salieron a demostrar porque merecían ser los anteriores al plato principal.
Contaron también con un gran puñado de fans entre el público, así que les fue sencillo conseguir que se armen rondas de baile y hasta los primeros que se animaron a subirse al escenario y tirarse del mismo.
La propuesta musical es bastante simple, un deathcore técnico basado en breakdowns, pero al haber tantos músicos, cada uno aporta un guiño en particular que le da frescura a la propuesta. Los vocalistas también aportan lo suyo, repartiéndose los growls y gritos hardcore por un lado y los scream agudos por el otro. Esto no solo aporta dinamismo, sino cuidado a las cuerdas vocales de los cantantes.
El set contó con canciones de sus trabajos anteriores y varias de un disco pronto a editarse y se despidieron con una de ellas y un gran wall of death.
Si bien todas las bandas contaron con buen audio, al momento de salir Suffocation la diferencia entre ellos y los soportes fue notoria. Un audio nítido, con alto volumen y una presencia de graves que no mataban las otras secuencias. Un sonido de lujo que permitió apreciar las excelentes ejecuciones que sonaron. Si bien hubo un problema con un equipo en la segunda canción, al cambiarlo el problema se solucionó y el sonido siguió siendo óptimo.
La dinámica de la lista hasta la mitad del concierto fue clásico y luego una canción de su último trabajo ” Hymns From the Apocrypha”. Las más destacadas de la primera parte del setlist fueron la inicial “Thrones of Blood”, la poderosa “Effigy of the Forgotten”, con su característico blast beat inicial y la que le da nombre a su gran último trabajo.
La respuesta de los fanáticos fue tan buena y optimista que el vocalista corrió para atrás su tarima y comunicó a la gente que el escenario era de ellos, por lo cual los stage divers no tardaron en llegar y más de media sala se transformó en un mosh pit enorme.
Si bien hable arriba de la calidad de las ejecuciones, creo que es merecido que se hable de ellas más detenidamente. Las composiciones son muy rápidas, deformes y matemáticas y sin embargo son llevadas al vivo con una prolijidad y calidad altísimas. Es hipnotizante ver lo rápido que se mueven las manos de los guitarristas, lo potente y claros de los golpes del baterista y la velocidad de los dedos del bajista. Sin duda son unos músicos excelentes.
La segunda parte del show estuvo cargadas de momentos especiales, como “Funeral Inception”, con el cantante de Carcosa como invitado, y luego el festejo de cumpleaños de Ricky Meyers, cantante de Suffocation, quien sopló las velitas y agradeció a sus compañeros de tour y a los asistentes.
Pasado este festejo la aclamada “Catatonia” se apoderó de los parlantes y el clima festivo se elevó hasta lo más alto. Dicha energía fue mantenida por joyas como “Clarity Through Depravation”, “Liege of Inveracity” y la final “Infecting The Crypts”, presidida por un discurso del único miembro original vigente Terrance Hobbs, donde declaró que la formación actual es la mejor que tuvo en la historia la banda.
Finalizado el extenso concierto podemos decir que se vivió una noche donde el death metal recorrió toda su historia, desde sus inicios hasta las propuestas actuales y donde la camaradería de las bandas hizo que la gente pase una velada hermosa y brutal.