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Uada
Djinn (2020)
Eisenwald

Tracklist:

1. Djinn
2. The Great Mirage
3. No Place Here
4. In The Absence of Matter
5. Forestless
6. Between Two Worlds

Salió el tercer disco de Uada, la ya célebre banda estadounidense de Black Metal con tan solo seis años de existencia, formada por Jake Superchi (voz y guitarra), James Sloan (guitarra), Nate Verschoor (bajo) y Elijah Losch (batería). Editado en todos los formatos físicos por el sello alemán Eisenwald.

“Djinn” es un álbum que viene a consolidar la propuesta musical de este cuarteto de encapuchados que integra una nueva camada de grupos energizantes de un género que estaba en riesgo de fosilizarse. Podemos nombrar a Mgla, Wiegedood, Mispyrming, Audn, y Mourir, entre tantos otros. Seis temas, que se desarrollan a lo largo de poco más de 46 minutos, son más que suficientes para introducir el dinamismo del que hablamos.

El primer tema es homónimo al disco y fue también el primer corte de difusión. Comienza con toda la potencia, envolviendo al oyente con riffs y melodías absolutamente acertados, en cuanto a lo que implica componer lo que en la jerga llamamos “hits”. Hablar de hits cuando se trata de Black Metal no es poca cosa. Allí reside la virtud de estos artistas y la polémica que generan entre las facciones más conservadoras y “elitistas” de la audiencia. La batería es demoledora, junto con un bajo ajustado y una voz que oscila entre la rabia y la desesperación, la angustia y el clamor. El solo de guitarra es espectacular, no le cabe otra descripción.

“The Great Mirage” nos pone ante la innegable realidad de estar escuchando la obra de una banda donde el protagonismo de las guitarras, generando melodías y riffs de una artesanía magistral, es una virtud que sobresale en el contexto actual de la escena de la música pesada, dentro y fuera del Black Metal. En cada canción de Uada van a destacarse los solos de guitarra, y esta no es la excepción: es brillante.

Un comienzo aplastante nos sorprende en “No Place Here”, segundo corte de difusión con un lyric video donde puede verse a la banda en un paisaje como el de la portada. Prosigue la contundencia de la base rítmica, y las guitarras vuelven a cautivar con sus méritos hipnóticos, en fraseos de dimensiones voluptuosas. Este tema nos ofrecerá cambios interesantes y momentos calmos, una ejecución más expuesta del bajo en varios pasajes y coros ominosos. La letra es destacable, ya que la banda se despacha con una crítica social pertinente a la época que estamos viviendo y eso es algo digno de mención en un proyecto de un estilo más propenso a la evasión. La manipulación de las masas por parte de la clase política usando el miedo a enemigos imaginarios, la injusticia en la distribución de la riqueza, las ilusiones supremacistas, la regresión a valores anacrónicos, el infantilismo de la propaganda, la ubicuidad de la corrupción, la ignorancia y la hipocresía, son algunos de los tópicos. A casi tres décadas de las famosas actitudes radicales de los jóvenes noruegos pioneros del estilo, seguir insistiendo en ciertas formas elementales de nihilismo y misantropía huele a espíritu adolescente. El tramo final del tema consiste en un recitado que abunda en el tipo de denuncias mencionadas.

“In the Absence of Matter” sorprende con una sonoridad casi al estilo Iron Maiden, lo que confirma la esencia “guitarrera” de Uada. En este punto, promediando el disco, y a pesar de que el trayecto hasta el momento haya producido goce, puede que empiece a percibirse una falta de diversidad en los climas evocados. Este sea quizás, el único aspecto que uno podría desear que hubiese sido distinto.

Este anhelo de una atmósfera diferente amaga con ser satisfecho al empezar “Forestless”, pero de vuelta nos vemos atrapados en el encanto tóxico del discurso de las finas cuerdas, y continuamos siendo sacudidos por el vértigo imparable de esta música. Aceptamos que la obra completa sea así.

Todo termina con “Between Two Worlds”, y confirmamos que el clima no cambiará, aunque hacia el final todo empiece a sonar más pesado, denso y bestial. Otra vez, bases sólidas para enaltecer el sonido de las guitarras y una voz más gutural que nunca. El disco termina con un solo de guitarra glorioso, de guiños ochenteros y luego los gritos de una criatura monstruosa.

Se agradece la ausencia de sintetizadores, instrumentos exóticos o voces femeninas; solamente por no caer en los “nuevos lugares comunes” en pos de la “innovación”. Llegamos a un punto en el que para innovar hay que pensar en otros recursos, o diferentes expresiones de los habituales. Por dar un ejemplo, Uada hace un Black Metal para el pogo: fuck el “no mosh” y ni hablar del “no fun”.

Hay que hacer mención aparte a la excelente calidad de la mezcla realizada por Jake Superchi: cada componente se oye prístino en una combinación perfecta. Otra mención especial merece el artwork, a cargo de Kris Verwimp, que nos presenta figuras míticas en un nocturno paisaje desértico. Un Djinn, de hecho, es un “genio”, un ser ancestral de las tradiciones islámica y hebrea, con libre albedrío y grandes poderes para el hacer el bien o el mal; habitante de ruinas y parajes desolados. Una metáfora, quizás, de lo que llegamos a ser los seres humanos, o de las decisiones que tendremos por delante en un futuro inminente.

En conclusión, un álbum excelente, que establece a Uada como una banda de Black Metal de primer nivel, elevada en el panorama actual y que se anima a dar algunos valiosos pasos, en las letras y en la desihibición de una búsqueda de musicalidad libre de poses amenazantes o de un puberal oposicionismo desafiante que ya no tiene sentido. El sucesor de “Devoid of Light” (2016) y “Cult of a Dying Sun” (2018) es un avance en un proceso de desarrollo artístico ascendente.

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Uada
Djinn (2020)
Eisenwald

Tracklist:

1. Djinn
2. The Great Mirage
3. No Place Here
4. In The Absence of Matter
5. Forestless
6. Between Two Worlds




Salió el tercer disco de Uada, la ya célebre banda estadounidense de Black Metal con tan solo seis años de existencia, formada por Jake Superchi (voz y guitarra), James Sloan (guitarra), Nate Verschoor (bajo) y Elijah Losch (batería). Editado en todos los formatos físicos por el sello alemán Eisenwald.

“Djinn” es un álbum que viene a consolidar la propuesta musical de este cuarteto de encapuchados que integra una nueva camada de grupos energizantes de un género que estaba en riesgo de fosilizarse. Podemos nombrar a Mgla, Wiegedood, Mispyrming, Audn, y Mourir, entre tantos otros. Seis temas, que se desarrollan a lo largo de poco más de 46 minutos, son más que suficientes para introducir el dinamismo del que hablamos.

El primer tema es homónimo al disco y fue también el primer corte de difusión. Comienza con toda la potencia, envolviendo al oyente con riffs y melodías absolutamente acertados, en cuanto a lo que implica componer lo que en la jerga llamamos “hits”. Hablar de hits cuando se trata de Black Metal no es poca cosa. Allí reside la virtud de estos artistas y la polémica que generan entre las facciones más conservadoras y “elitistas” de la audiencia. La batería es demoledora, junto con un bajo ajustado y una voz que oscila entre la rabia y la desesperación, la angustia y el clamor. El solo de guitarra es espectacular, no le cabe otra descripción.

“The Great Mirage” nos pone ante la innegable realidad de estar escuchando la obra de una banda donde el protagonismo de las guitarras, generando melodías y riffs de una artesanía magistral, es una virtud que sobresale en el contexto actual de la escena de la música pesada, dentro y fuera del Black Metal. En cada canción de Uada van a destacarse los solos de guitarra, y esta no es la excepción: es brillante.

Un comienzo aplastante nos sorprende en “No Place Here”, segundo corte de difusión con un lyric video donde puede verse a la banda en un paisaje como el de la portada. Prosigue la contundencia de la base rítmica, y las guitarras vuelven a cautivar con sus méritos hipnóticos, en fraseos de dimensiones voluptuosas. Este tema nos ofrecerá cambios interesantes y momentos calmos, una ejecución más expuesta del bajo en varios pasajes y coros ominosos. La letra es destacable, ya que la banda se despacha con una crítica social pertinente a la época que estamos viviendo y eso es algo digno de mención en un proyecto de un estilo más propenso a la evasión. La manipulación de las masas por parte de la clase política usando el miedo a enemigos imaginarios, la injusticia en la distribución de la riqueza, las ilusiones supremacistas, la regresión a valores anacrónicos, el infantilismo de la propaganda, la ubicuidad de la corrupción, la ignorancia y la hipocresía, son algunos de los tópicos. A casi tres décadas de las famosas actitudes radicales de los jóvenes noruegos pioneros del estilo, seguir insistiendo en ciertas formas elementales de nihilismo y misantropía huele a espíritu adolescente. El tramo final del tema consiste en un recitado que abunda en el tipo de denuncias mencionadas.

“In the Absence of Matter” sorprende con una sonoridad casi al estilo Iron Maiden, lo que confirma la esencia “guitarrera” de Uada. En este punto, promediando el disco, y a pesar de que el trayecto hasta el momento haya producido goce, puede que empiece a percibirse una falta de diversidad en los climas evocados. Este sea quizás, el único aspecto que uno podría desear que hubiese sido distinto.

Este anhelo de una atmósfera diferente amaga con ser satisfecho al empezar “Forestless”, pero de vuelta nos vemos atrapados en el encanto tóxico del discurso de las finas cuerdas, y continuamos siendo sacudidos por el vértigo imparable de esta música. Aceptamos que la obra completa sea así.

Todo termina con “Between Two Worlds”, y confirmamos que el clima no cambiará, aunque hacia el final todo empiece a sonar más pesado, denso y bestial. Otra vez, bases sólidas para enaltecer el sonido de las guitarras y una voz más gutural que nunca. El disco termina con un solo de guitarra glorioso, de guiños ochenteros y luego los gritos de una criatura monstruosa.

Se agradece la ausencia de sintetizadores, instrumentos exóticos o voces femeninas; solamente por no caer en los “nuevos lugares comunes” en pos de la “innovación”. Llegamos a un punto en el que para innovar hay que pensar en otros recursos, o diferentes expresiones de los habituales. Por dar un ejemplo, Uada hace un Black Metal para el pogo: fuck el “no mosh” y ni hablar del “no fun”.

Hay que hacer mención aparte a la excelente calidad de la mezcla realizada por Jake Superchi: cada componente se oye prístino en una combinación perfecta. Otra mención especial merece el artwork, a cargo de Kris Verwimp, que nos presenta figuras míticas en un nocturno paisaje desértico. Un Djinn, de hecho, es un “genio”, un ser ancestral de las tradiciones islámica y hebrea, con libre albedrío y grandes poderes para el hacer el bien o el mal; habitante de ruinas y parajes desolados. Una metáfora, quizás, de lo que llegamos a ser los seres humanos, o de las decisiones que tendremos por delante en un futuro inminente.

En conclusión, un álbum excelente, que establece a Uada como una banda de Black Metal de primer nivel, elevada en el panorama actual y que se anima a dar algunos valiosos pasos, en las letras y en la desihibición de una búsqueda de musicalidad libre de poses amenazantes o de un puberal oposicionismo desafiante que ya no tiene sentido. El sucesor de “Devoid of Light” (2016) y “Cult of a Dying Sun” (2018) es un avance en un proceso de desarrollo artístico ascendente.

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