En esta ocasión escuchamos el nuevo disco de los rusos Wardra, una agrupación que viene batallando en la oscuridad desde el año 2016 con su propuesta de black metal con tintes atmosféricos y algo de doom metal.

Tras la edición en cassette de su primer material, titulado “Copper-colored Sky” en 2017, un EP al que llamaron “Ancestor of the New World” (2018) y un split junto a Logos (no confundir con la banda argentina de heavy metal) al que llamaron “Aberration of the Abyss” (2020), podemos encontrar un buen álbum lleno de oscuridad, maldad y algo de melodía.

La banda en cuestión nos presenta su segundo larga duración titulado “Warden of the Stellar Crypts” bajo el sello Satanath Records, a editarse el 17 de abril del presente año 2024 en donde los comandados por Vladimir Snegotsky (alias “W”), quien oficia de líder y se desempeña en la guitarra junto a “B” en el bajo, K” en las voces sumando como invitado a Dmitry Fiskin en la batería, nos demuestran la evolución en esta nueva entrega.

Durante poco más de 43 minutos, podemos encontrar en los 8 tracks que componen el material, una buena dosis de black metal, voces de ultratumba que se mezclan entre partes a medio ritmo, otras a pura velocida y un tanto de ritmos atmosféricos que amalgaman la calma entre tanta tormenta sonora. Las canciones que integran el álbum rondan en promedio los 6 minutos y tienen gran calidad.

Es de destacar el trabajo en la guitarra y el bajo marcando el ritmo de la batería. Como puntos altos se pueden destacar los tracks “Star Crypt”, “Essence of the Void” y “Silent Witness“.

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La producción suena cruda pero a su vez con buenos arreglos que hacen disfrutable el material. Las voces son claras, los solos de guitarra adentran al escucha en el disfrute de cada nota.

Como información adicional, podemos comentar que el álbum fue grabado en 2023: la batería y percusión en Mindcrusher Labs Studio, las voces en Rofocale Rec, lo instrumental en CDM Records, en tanto que la mezcla y masterización estuvieron a cargo de Sergey Lazar.

El arte de tapa fue obra de los artistas Elena y Vladimir del estudio Rotten Fantom.

En definitiva, un muy buen álbum hecho para fans del más crudo black metal, de bandas como Darvaza, y para quienes también admiran los sonidos calmos que el doom puede otorgar, haciendo que la conjunción funcione a la perfección.