
Procession (2025)
Consouling Sounds
Tracklist:
1. Another Nail
2. Purple Poison
3. The Shadow of Your Side
4. Damnation
5. Décharné
6. Things That Breathe Are Death
7. Burial
8. Farmadihana
9. Hunters
10. Tarantism
11. The Last Chamber

Hay discos que no se escuchan, sino que se experimentan. Procession, el nuevo trabajo de los belgas Wolvennest, pertenece a esa categoría donde la música trasciende el formato canción y se transforma en un ritual. Un viaje oscuro, hipnótico y ceremonial, en el que cada tema fluye hacia el siguiente con naturalidad, como si todo el álbum fuera una única invocación dividida en distintos pasajes.
Desde el primer compás, el grupo reafirma su identidad: un sonido denso, envolvente y espiritual, donde confluyen el doom, el black metal atmosférico y la psicodelia ritual. El tempo medio, casi meditativo, domina gran parte del álbum, generando una sensación de trance que se refuerza con la repetición hipnótica de riffs y mantras sonoros. Cada pieza está cuidadosamente construida para sumergir al oyente en un estado contemplativo, donde los matices emergen lentamente, como ecos desde una caverna.
Uno de los grandes aciertos del disco es el trabajo de guitarras. Wolvennest mantiene su característica formación con tres guitarristas, lo que permite una profundidad armónica poco común dentro del género. Lejos de saturar, las seis cuerdas dialogan entre sí con una precisión casi ritual: una base sólida sostiene el pulso principal, mientras que la guitarra solista aporta colores, texturas y solos etéreos que abren espacios dentro de la densidad. Es un equilibrio delicado entre oscuridad y belleza, entre caos y contemplación.
La presencia de Shazzula es otro punto alto. Su voz es más que un instrumento: es una entidad. Sus interpretaciones combinan lo místico y lo terrenal, lo femenino y lo ancestral. A veces recita con un tono hipnótico y ceremonial; otras, se eleva con un lamento melódico que corta la niebla instrumental. Su participación no se limita a liderar las melodías, sino que se integra al tejido sonoro, potenciando la atmósfera de misterio que recorre todo el álbum. En algunos pasajes, aparecen voces guturales o coros rituales que refuerzan el carácter espiritual del conjunto, aportando contraste sin romper la cohesión general.
TAMBIEN TE PUEDE INTERESAR: Wolvennest en Copenhague: “Ceremonia sonora bajo el signo del ocultismo”
Cada canción dentro de Procession conserva una identidad propia, aunque todas forman parte de un mismo flujo. Algunas se orientan más hacia el black metal, con riffs punzantes y percusiones más marcadas, mientras que otras se adentran en terrenos más psicodélicos o ambientales, donde los sintetizadores y drones adquieren protagonismo. Este juego entre texturas es fundamental para mantener la atención del oyente: detrás de cada compás hay un detalle que revela una intención, una variación mínima que hace avanzar el viaje.
En cuanto a las letras, el grupo vuelve a sumergirse en su universo esotérico y filosófico. Los textos exploran la idea del viaje interior, la muerte simbólica y la purificación espiritual. Se percibe una conexión con lo oculto, con las fuerzas invisibles que rigen el cosmos y con el eterno ciclo de destrucción y renacimiento. Procession no habla de oscuridad desde el nihilismo, sino desde la búsqueda de sentido: el descenso a las sombras como parte necesaria del proceso de iluminación.
La producción es impecable, densa pero clara, permitiendo que cada instrumento conserve su espacio. Las guitarras forman una muralla sonora sin perder definición; el bajo sostiene el pulso con un tono profundo y cálido; la batería actúa más como guía rítmica que como protagonista, manteniendo un tempo pausado pero firme que refuerza la sensación de trance. Todo suena orgánico, natural, como si el disco hubiera sido grabado en un templo subterráneo, bajo el resplandor de antorchas.
Procession es, en definitiva, una obra que no busca complacer, sino invocar. Wolvennest entrega un álbum que funciona como una ceremonia sonora, donde cada elemento tiene su propósito y cada silencio su peso. Escucharlo es formar parte de ese ritual, avanzar lentamente por un sendero de humo y fuego hacia un estado de comunión entre lo humano y lo divino. Un disco que exige entrega, pero recompensa con una experiencia única, profunda y transformadora.

Procession (2025)
Consouling Sounds
Tracklist:
1. Another Nail
2. Purple Poison
3. The Shadow of Your Side
4. Damnation
5. Décharné
6. Things That Breathe Are Death
7. Burial
8. Farmadihana
9. Hunters
10. Tarantism
11. The Last Chamber

Hay discos que no se escuchan, sino que se experimentan. Procession, el nuevo trabajo de los belgas Wolvennest, pertenece a esa categoría donde la música trasciende el formato canción y se transforma en un ritual. Un viaje oscuro, hipnótico y ceremonial, en el que cada tema fluye hacia el siguiente con naturalidad, como si todo el álbum fuera una única invocación dividida en distintos pasajes.
Desde el primer compás, el grupo reafirma su identidad: un sonido denso, envolvente y espiritual, donde confluyen el doom, el black metal atmosférico y la psicodelia ritual. El tempo medio, casi meditativo, domina gran parte del álbum, generando una sensación de trance que se refuerza con la repetición hipnótica de riffs y mantras sonoros. Cada pieza está cuidadosamente construida para sumergir al oyente en un estado contemplativo, donde los matices emergen lentamente, como ecos desde una caverna.
Uno de los grandes aciertos del disco es el trabajo de guitarras. Wolvennest mantiene su característica formación con tres guitarristas, lo que permite una profundidad armónica poco común dentro del género. Lejos de saturar, las seis cuerdas dialogan entre sí con una precisión casi ritual: una base sólida sostiene el pulso principal, mientras que la guitarra solista aporta colores, texturas y solos etéreos que abren espacios dentro de la densidad. Es un equilibrio delicado entre oscuridad y belleza, entre caos y contemplación.
La presencia de Shazzula es otro punto alto. Su voz es más que un instrumento: es una entidad. Sus interpretaciones combinan lo místico y lo terrenal, lo femenino y lo ancestral. A veces recita con un tono hipnótico y ceremonial; otras, se eleva con un lamento melódico que corta la niebla instrumental. Su participación no se limita a liderar las melodías, sino que se integra al tejido sonoro, potenciando la atmósfera de misterio que recorre todo el álbum. En algunos pasajes, aparecen voces guturales o coros rituales que refuerzan el carácter espiritual del conjunto, aportando contraste sin romper la cohesión general.
TAMBIEN TE PUEDE INTERESAR: Wolvennest en Copenhague: “Ceremonia sonora bajo el signo del ocultismo”
Cada canción dentro de Procession conserva una identidad propia, aunque todas forman parte de un mismo flujo. Algunas se orientan más hacia el black metal, con riffs punzantes y percusiones más marcadas, mientras que otras se adentran en terrenos más psicodélicos o ambientales, donde los sintetizadores y drones adquieren protagonismo. Este juego entre texturas es fundamental para mantener la atención del oyente: detrás de cada compás hay un detalle que revela una intención, una variación mínima que hace avanzar el viaje.
En cuanto a las letras, el grupo vuelve a sumergirse en su universo esotérico y filosófico. Los textos exploran la idea del viaje interior, la muerte simbólica y la purificación espiritual. Se percibe una conexión con lo oculto, con las fuerzas invisibles que rigen el cosmos y con el eterno ciclo de destrucción y renacimiento. Procession no habla de oscuridad desde el nihilismo, sino desde la búsqueda de sentido: el descenso a las sombras como parte necesaria del proceso de iluminación.
La producción es impecable, densa pero clara, permitiendo que cada instrumento conserve su espacio. Las guitarras forman una muralla sonora sin perder definición; el bajo sostiene el pulso con un tono profundo y cálido; la batería actúa más como guía rítmica que como protagonista, manteniendo un tempo pausado pero firme que refuerza la sensación de trance. Todo suena orgánico, natural, como si el disco hubiera sido grabado en un templo subterráneo, bajo el resplandor de antorchas.
Procession es, en definitiva, una obra que no busca complacer, sino invocar. Wolvennest entrega un álbum que funciona como una ceremonia sonora, donde cada elemento tiene su propósito y cada silencio su peso. Escucharlo es formar parte de ese ritual, avanzar lentamente por un sendero de humo y fuego hacia un estado de comunión entre lo humano y lo divino. Un disco que exige entrega, pero recompensa con una experiencia única, profunda y transformadora.
Etiquetas: Black Metal, Consouling Sounds, doom metal, Post Metal, Procession, Rock Psicodélico, Wolvennest




