En este tramo final de la entrevista de una hora con Andrew Craighan, guitarrista original de My Dying Bride, y tras haber charlado sobre el último disco, sus influencias, los cambios en el grupo y qué es el Doom Metal (ver primera parte), abordamos la situación de la banda en la pandemia, la conflictividad global y la filosofía del género musical.

– ¿Cuáles son sus planes y cómo se ven afectados por la pandemia de Covid? 

AC: Como la mayoría de los grupos, teníamos la idea de salir a tocar en vivo el disco nuevo. Encima Aaron estaba listo, todos estábamos preparados para ensayar y salir de gira. Comenzó la pandemia y aniquiló todos esos planes. Lo que no resultó perjudicado fue lo planificado en cuanto al lanzamiento del disco y la realización de los videos. El EP también va a salir, así que el perjuicio fue en cuanto a la posibilidad de tocar en vivo, para nosotros, como para el resto de las bandas y para el mundo de las artes en general, desde el teatro hasta el ballet. Así que nos vimos limitados en nuestras posibilidades. Ojalá el año que viene se puedan reactivar esos planes y volvamos a ser libres, no podemos seguir por siempre así, no es natural.

– Entonces no hubo alteraciones en cuanto a lo que tenían pautado en términos de lanzamientos.  

AC: No, todo se dio como estaba planeado. En realidad, “The Ghost of Orion” se pospuso tantas veces por otros motivos, que hasta sentimos la necesidad de disculparnos, aunque todo el mundo fue muy comprensivo. En el sello nos dijeron que no nos preocupáramos, que el disco saldría cuando estuviera listo, y así fue. La realización del EP y de los videos se dio como estaba prevista, pues pudimos aprovechar los momentos indicados para hacerlos antes de las restricciones.

– ¿Qué nos podés comentar acerca del EP próximo a salir? 

AC: Saldrá el 20 de noviembre. El arte visual también es fantástico, pero esta vez lo hizo un italiano llamado Roberto, de Bunker Artworks, y es muy diferente a lo que hizo Eliran, lo cual nos gusta; nos gustan las diferencias. En este caso, su obra está llena de detalles que remiten a cada canción del EP y encaja perfectamente con la música.

– ¿Cuántos tracks va a incluir el EP? 

AC: Oficialmente va a tener tres, pero entre nosotros -extraoficialmente- te voy a decir que habrá un track oculto, un instrumental de violonchelo, que estará solamente en la edición en CD, o sea que quienes adquieran la edición física en CD van a tener un tema más. Espero no haber hablado de más, jaja.

– Bueno, en cualquier caso, lo apreciamos mucho, de seguro a la gente le interesará el dato. Hace un momento, dijiste que la situación que estamos afrontando debido a la pandemia no podía durar mucho más. Como artista, pero también como persona, ¿considerás que hay algo que aprender de esta crisis mundial? 

AC: Sí: todos los gobiernos del mundo mienten deliberadamente.

– ¿Todos? 

AC: Todos. Suena duro, pero si investigás un poco, no tardás en llegar a esa conclusión.

– Cuando decís que mienten, ¿te referís a que exageran o minimizan las cosas? 

AC: Minimizan la verdad y exageran el escenario.

– En ese contexto, ¿cuándo creés que regresarán los conciertos de Metal? Me refiero tanto a los que se hacen en locales pequeños, como a los grandes festivales, que, de hecho, varios ya publicaron protocolos que incluyen el distanciamiento social y el uso de máscaras.  

AC: Honestamente no veo cómo eso podría funcionar. Vamos a suponer que hay un show al que van dos mil personas, como pasaba antes, y a partir de ahora esa cantidad se tiene que reducir drásticamente. ¿Cuánto tienen que costar las entradas para hacer que el show sea viable? Si la audiencia tiene que ser de la mitad, cada ticket debería costar el doble. Eso, solamente, ya reduce muchísimo la posibilidad de que la gente vaya. Si, encima, tiene que estar usando máscaras y manteniendo distancia, no va a ir nadie. Son medidas que destruirían la escena. Yo no iría a un show así. Hubo un concierto bastante experimental, creo que en el norte de Inglaterra, donde la gente estaba como enjaulada. No sé cómo será en Argentina, pero acá, estar en una jaula significa estar preso. Ese no es un futuro viable. Yo no iría como público, ni tocaría como músico de esa manera.  Mirá, si no me equivoco, hasta que llegue el momento en que todas las personas sean vacunadas al menos tres veces al año, no vamos a poder salir como antes. Así que, lamentablemente, creo que esto se va a poner peor antes de mejorar. Me parece que no habrá shows por mucho tiempo, sobre todo, considerando que no somos una prioridad para ningún gobierno, y en esto puedo sonar como un “teórico conspirativo”.

– Lo que decís suena totalmente racional, no estás hablando de que no hay que vacunarse o de que el virus no existe. Mencionaste un show “experimental”, esa banda de Black Metal que te nombré antes, Gaerea, hizo un recital en un lugar donde la gente se sentaba alrededor de mesas distantes entre sí.  

AC: ¿Cómo en un concierto de Jazz? Jaja.

– Aparentemente salió bien. No tengo idea de los precios de los tickets, pero bueno, creo que las bandas están tratando de encontrar formas de poder tocar, aunque no parezcan viables en el largo plazo. 

AC: Bueno, yo valoro esa intención. Muchas bandas están probando diferentes alternativas y lo comprendo absolutamente. Sin embargo, mi cuestionamiento sería, ¿realmente hace una diferencia, en cuanto a la contagiosidad del virus, si de todos modos hay mucha gente dentro de un mismo espacio cerrado? Si uno entiende de verdad lo que es un virus, el aislamiento tiene sentido, pero ninguna máscara será efectiva. En ese show con la gente sentada alrededor de mesas, si una persona entró a ese espacio cerrado teniendo el virus, se contagiarán todas. Te digo una cosa, yo, como todos en My Dying Bride, nos estamos cuidando, pero, así como te digo eso, debo reconocer que lo hacemos a pesar de no tener casos cercanos, ninguno de nosotros, y empezamos a tener la sensación de que, a esta altura, ya tendríamos que estar todos contagiados. A su vez, se toman medidas que son arbitrarias. Un ejemplo: la actual prohibición de salir después de las diez de la noche acá en Inglaterra. Parecería como si el horario redujera la contagiosidad del virus, no tiene sentido. Otro tema: el testeo. ¿Realmente es necesario en la medida en que se está diciendo? Yo creo que hay muchas falsedades y acá la gente se está cansando. Imagino un escenario de gran conflictividad social en Gran Bretaña si el gobierno intenta endurecer las medidas para la Navidad. La gente se puede poner violenta. No tendría que hablar tanto de esto porque no se relaciona directamente con My Dying Bride, pero se están arruinando bandas, se están arruinando vidas, se está arruinando una escena: es un crimen, es la única forma que se me ocurre para describirlo.

– ¿Y cuál es tu opinión sobre el live streaming?  

AC: Normalmente me sería indiferente. Comprendo que puede ser útil para alcanzar mayores audiencias, pero en este contexto particular, estoy en contra de ellos. Está bien que lo hagan otras bandas, pero no los va a hacer My Dying Bride. Hacer shows de esa manera es resignarse a algo que refuerza todo lo que los gobiernos están diciendo. Esta es mi opinión personal, lo que digo no representa ni a Nuclear Blast, ni a My Dying Bride como grupo, pero mi propia investigación me dice que hay algo bastante preocupante que desconocemos, algo oscuro, y no tiene que ver con el Doom Metal, ojalá fuera eso. Los shows hechos por live streaming no son sustituto de los verdaderos shows. Pensá que hacés uno y lo puede ver todo el mundo. En cambio, si hacés una gira, son múltiples shows en muchos lugares distintos. No podés hacer varios conciertos por streaming. O sea, tampoco es viable financieramente, desde el punto de vista de ser vivir de la música. Quiero que se entienda: no me parecen una mala idea, pero no la apoyo.

– Considerando la presencia femenina en la historia de My Dying Bride, en el marco de la pandemia, ¿qué opinás sobre la conflictividad social en muchos países desarrollados, ligada a un resurgimiento de valores conservadores como el sexismo o el racismo? 

AC: Suelo evadir las preguntas sobre cuestiones directamente políticas, pero voy a darte una respuesta desde mi propia mirada y la mentalidad que siempre tuve, desde los comienzos de My Dying Bride, es decir, hace más de treinta años. Yo hoy tengo cincuenta, y estuve desarrollando por bastante tiempo un punto de vista propio, siempre tratando de leer entre líneas y ver qué es lo que pasa detrás de escena, por qué el mundo funciona como funciona. Me parece que una posible respuesta a lo que muy sutilmente estás tratando de introducir puede ir por el lado de lo que se llama “The Great Reset” ¿escuchaste hablar de eso?

– La verdad es que no.  

AC: Exacto. Las noticias ahora son todas sobre la pandemia, el rebrote racista en Estados Unidos, el sexismo, pero nadie dice nada sobre “The Great Reset” (Nota del entrevistador: se trata de una iniciativa del Foro Económico Mundial –World Economic Forum- para reorganizar las relaciones financieras globales a partir de la “ventana de oportunidad” que abre la crisis actual). Te aseguro que no es algo que vaya a ser beneficioso para nosotros, la elite más rica está detrás de eso. Entonces, todas estas cuestiones del racismo y el sexismo, por supuesto son malas, pero no es casual que recrudezcan en un contexto en el que se busca dividir; dividir a la gente dentro de cada país: el clásico “divide y reinarás”. Si analizás estadísticas que reportan tendencias en las publicaciones mediáticas, algo que yo hice recientemente, te darás cuenta de que cuestiones como el racismo, que es real, son usadas convenientemente para crear agitación. Justamente, hace poco hablaba con amigos sobre eso. La misma gente que controla los medios en Estados Unidos, los controla acá en Gran Bretaña, y creo que tienen esa estrategia intencional de dividirnos por “razas”, por sexo, por peso, por si comemos o no comemos carne; dividirnos de todas las formas posibles. Y una vez garantizada la imposibilidad de que nos unamos, entonces nos dominan e imponen agendas. O sea, vos no sabías nada de The Great Reset, y está ahí, lo podés leer en internet. Si la gente en Inglaterra, o en cualquier país, estuviera unida, no podrían imponerle nada. Acá en Inglaterra había racismo, pero era algo que ya no estaba en debate. Ciertamente no había un clima de querer derribar monumentos. Ahora con el movimiento “Black Lives Matter”, que nos llega como rebote de lo que pasa en Estados Unidos, el tema está otra vez exacerbado, o sea que, en un punto, todo termina sirviendo, según el momento y el lugar, al mismo fin de dividir y reinar; todo termina siendo aprovechado para eso, por los poderosos que están detrás de escena. Si pienso en tu pregunta, mi idea sería tratar de ver una razón mayor que esté por encima de todo, lo cual es complicado, no lo niego. Yo tengo amigos que están convencidos de que nuestro gobierno nos quiere salvar, y creen que yo estoy equivocado. Yo creo que ellos están equivocados, pero bueno, cada cual puede tener su opinión y podemos disentir.

–  En el marco de todo lo que estás diciendo, que me parece sumamente interesante, ¿vos creés, tanto para el caso particular de My Dying Bride, como para el Doom Metal, en general, que la música tiene que estar acompañada de una filosofía pesimista? 

AC: No. Bueno, el problema con My Dying Bride es que ya el mismo nombre suena pesimista, jaja, de manera que, desde un principio, el panorama no pinta bien, pero no es algo que deba aplicarse a todas las bandas del estilo. Nosotros tenemos canciones que son más bien “esotéricas”, no pesimistas, pero tampoco creo que vayamos a escribir sobre cosas “bonitas” porque no sabríamos como hacerlo en forma de Heavy Metal, no es lo más común. No imagino canciones sobre cachorritos. En My Dying Bride sí hay pesimismo, pero no completamente. Para el Doom Metal como género, incluyendo todos sus subestilos, no me parece que el pesimismo deba ser la regla en absoluto. Para nada.

– Como para ir terminando, ¿hay algo que te gustaría decirle a su audiencia en América Latina y España?  

AC: Les quiero agradecer mucho por su apoyo. Me disculpo por mis digresiones sobre la situación mundial, pero creo que dije lo que pienso, y les diría que presten atención, que traten de ser felices a pesar de todo, para que podamos volver a tener la posibilidad de retornar a recitales en los que la gente pueda estar cerca, sin que tener que acatar restricciones fundadas en cuestiones sanitarias. Les quiero agradecer por su apoyo a lo largo del tiempo.

– Debo decirte que ha sido una entrevista muy interesante. 

AC: Me disculpo nuevamente por mis digresiones.

– No hay por qué, en verdad disfruté mucho de la conversación.  

AC: Yo también, te agradezco mucho.

– ¡Gracias a vos! Y ojalá podamos verlos lo antes posible en Argentina. 

AC: Le rezo a cualquier dios que escuche para poder volver a salir de gira y retornar allí porque la pasamos muy bien cuando fuimos.

– Bueno, gracias, nuevamente.  

AC: Gracias a vos.

En este tramo final de la entrevista de una hora con Andrew Craighan, guitarrista original de My Dying Bride, y tras haber charlado sobre el último disco, sus influencias, los cambios en el grupo y qué es el Doom Metal (ver primera parte), abordamos la situación de la banda en la pandemia, la conflictividad global y la filosofía del género musical.

– ¿Cuáles son sus planes y cómo se ven afectados por la pandemia de Covid? 

AC: Como la mayoría de los grupos, teníamos la idea de salir a tocar en vivo el disco nuevo. Encima Aaron estaba listo, todos estábamos preparados para ensayar y salir de gira. Comenzó la pandemia y aniquiló todos esos planes. Lo que no resultó perjudicado fue lo planificado en cuanto al lanzamiento del disco y la realización de los videos. El EP también va a salir, así que el perjuicio fue en cuanto a la posibilidad de tocar en vivo, para nosotros, como para el resto de las bandas y para el mundo de las artes en general, desde el teatro hasta el ballet. Así que nos vimos limitados en nuestras posibilidades. Ojalá el año que viene se puedan reactivar esos planes y volvamos a ser libres, no podemos seguir por siempre así, no es natural.

– Entonces no hubo alteraciones en cuanto a lo que tenían pautado en términos de lanzamientos.  

AC: No, todo se dio como estaba planeado. En realidad, “The Ghost of Orion” se pospuso tantas veces por otros motivos, que hasta sentimos la necesidad de disculparnos, aunque todo el mundo fue muy comprensivo. En el sello nos dijeron que no nos preocupáramos, que el disco saldría cuando estuviera listo, y así fue. La realización del EP y de los videos se dio como estaba prevista, pues pudimos aprovechar los momentos indicados para hacerlos antes de las restricciones.

– ¿Qué nos podés comentar acerca del EP próximo a salir? 

AC: Saldrá el 20 de noviembre. El arte visual también es fantástico, pero esta vez lo hizo un italiano llamado Roberto, de Bunker Artworks, y es muy diferente a lo que hizo Eliran, lo cual nos gusta; nos gustan las diferencias. En este caso, su obra está llena de detalles que remiten a cada canción del EP y encaja perfectamente con la música.

– ¿Cuántos tracks va a incluir el EP? 

AC: Oficialmente va a tener tres, pero entre nosotros -extraoficialmente- te voy a decir que habrá un track oculto, un instrumental de violonchelo, que estará solamente en la edición en CD, o sea que quienes adquieran la edición física en CD van a tener un tema más. Espero no haber hablado de más, jaja.

– Bueno, en cualquier caso, lo apreciamos mucho, de seguro a la gente le interesará el dato. Hace un momento, dijiste que la situación que estamos afrontando debido a la pandemia no podía durar mucho más. Como artista, pero también como persona, ¿considerás que hay algo que aprender de esta crisis mundial? 

AC: Sí: todos los gobiernos del mundo mienten deliberadamente.

– ¿Todos? 

AC: Todos. Suena duro, pero si investigás un poco, no tardás en llegar a esa conclusión.

– Cuando decís que mienten, ¿te referís a que exageran o minimizan las cosas? 

AC: Minimizan la verdad y exageran el escenario.

– En ese contexto, ¿cuándo creés que regresarán los conciertos de Metal? Me refiero tanto a los que se hacen en locales pequeños, como a los grandes festivales, que, de hecho, varios ya publicaron protocolos que incluyen el distanciamiento social y el uso de máscaras.  

AC: Honestamente no veo cómo eso podría funcionar. Vamos a suponer que hay un show al que van dos mil personas, como pasaba antes, y a partir de ahora esa cantidad se tiene que reducir drásticamente. ¿Cuánto tienen que costar las entradas para hacer que el show sea viable? Si la audiencia tiene que ser de la mitad, cada ticket debería costar el doble. Eso, solamente, ya reduce muchísimo la posibilidad de que la gente vaya. Si, encima, tiene que estar usando máscaras y manteniendo distancia, no va a ir nadie. Son medidas que destruirían la escena. Yo no iría a un show así. Hubo un concierto bastante experimental, creo que en el norte de Inglaterra, donde la gente estaba como enjaulada. No sé cómo será en Argentina, pero acá, estar en una jaula significa estar preso. Ese no es un futuro viable. Yo no iría como público, ni tocaría como músico de esa manera.  Mirá, si no me equivoco, hasta que llegue el momento en que todas las personas sean vacunadas al menos tres veces al año, no vamos a poder salir como antes. Así que, lamentablemente, creo que esto se va a poner peor antes de mejorar. Me parece que no habrá shows por mucho tiempo, sobre todo, considerando que no somos una prioridad para ningún gobierno, y en esto puedo sonar como un “teórico conspirativo”.

– Lo que decís suena totalmente racional, no estás hablando de que no hay que vacunarse o de que el virus no existe. Mencionaste un show “experimental”, esa banda de Black Metal que te nombré antes, Gaerea, hizo un recital en un lugar donde la gente se sentaba alrededor de mesas distantes entre sí.  

AC: ¿Cómo en un concierto de Jazz? Jaja.

– Aparentemente salió bien. No tengo idea de los precios de los tickets, pero bueno, creo que las bandas están tratando de encontrar formas de poder tocar, aunque no parezcan viables en el largo plazo. 

AC: Bueno, yo valoro esa intención. Muchas bandas están probando diferentes alternativas y lo comprendo absolutamente. Sin embargo, mi cuestionamiento sería, ¿realmente hace una diferencia, en cuanto a la contagiosidad del virus, si de todos modos hay mucha gente dentro de un mismo espacio cerrado? Si uno entiende de verdad lo que es un virus, el aislamiento tiene sentido, pero ninguna máscara será efectiva. En ese show con la gente sentada alrededor de mesas, si una persona entró a ese espacio cerrado teniendo el virus, se contagiarán todas. Te digo una cosa, yo, como todos en My Dying Bride, nos estamos cuidando, pero, así como te digo eso, debo reconocer que lo hacemos a pesar de no tener casos cercanos, ninguno de nosotros, y empezamos a tener la sensación de que, a esta altura, ya tendríamos que estar todos contagiados. A su vez, se toman medidas que son arbitrarias. Un ejemplo: la actual prohibición de salir después de las diez de la noche acá en Inglaterra. Parecería como si el horario redujera la contagiosidad del virus, no tiene sentido. Otro tema: el testeo. ¿Realmente es necesario en la medida en que se está diciendo? Yo creo que hay muchas falsedades y acá la gente se está cansando. Imagino un escenario de gran conflictividad social en Gran Bretaña si el gobierno intenta endurecer las medidas para la Navidad. La gente se puede poner violenta. No tendría que hablar tanto de esto porque no se relaciona directamente con My Dying Bride, pero se están arruinando bandas, se están arruinando vidas, se está arruinando una escena: es un crimen, es la única forma que se me ocurre para describirlo.

– ¿Y cuál es tu opinión sobre el live streaming?  

AC: Normalmente me sería indiferente. Comprendo que puede ser útil para alcanzar mayores audiencias, pero en este contexto particular, estoy en contra de ellos. Está bien que lo hagan otras bandas, pero no los va a hacer My Dying Bride. Hacer shows de esa manera es resignarse a algo que refuerza todo lo que los gobiernos están diciendo. Esta es mi opinión personal, lo que digo no representa ni a Nuclear Blast, ni a My Dying Bride como grupo, pero mi propia investigación me dice que hay algo bastante preocupante que desconocemos, algo oscuro, y no tiene que ver con el Doom Metal, ojalá fuera eso. Los shows hechos por live streaming no son sustituto de los verdaderos shows. Pensá que hacés uno y lo puede ver todo el mundo. En cambio, si hacés una gira, son múltiples shows en muchos lugares distintos. No podés hacer varios conciertos por streaming. O sea, tampoco es viable financieramente, desde el punto de vista de ser vivir de la música. Quiero que se entienda: no me parecen una mala idea, pero no la apoyo.

– Considerando la presencia femenina en la historia de My Dying Bride, en el marco de la pandemia, ¿qué opinás sobre la conflictividad social en muchos países desarrollados, ligada a un resurgimiento de valores conservadores como el sexismo o el racismo? 

AC: Suelo evadir las preguntas sobre cuestiones directamente políticas, pero voy a darte una respuesta desde mi propia mirada y la mentalidad que siempre tuve, desde los comienzos de My Dying Bride, es decir, hace más de treinta años. Yo hoy tengo cincuenta, y estuve desarrollando por bastante tiempo un punto de vista propio, siempre tratando de leer entre líneas y ver qué es lo que pasa detrás de escena, por qué el mundo funciona como funciona. Me parece que una posible respuesta a lo que muy sutilmente estás tratando de introducir puede ir por el lado de lo que se llama “The Great Reset” ¿escuchaste hablar de eso?

– La verdad es que no.  

AC: Exacto. Las noticias ahora son todas sobre la pandemia, el rebrote racista en Estados Unidos, el sexismo, pero nadie dice nada sobre “The Great Reset” (Nota del entrevistador: se trata de una iniciativa del Foro Económico Mundial –World Economic Forum- para reorganizar las relaciones financieras globales a partir de la “ventana de oportunidad” que abre la crisis actual). Te aseguro que no es algo que vaya a ser beneficioso para nosotros, la elite más rica está detrás de eso. Entonces, todas estas cuestiones del racismo y el sexismo, por supuesto son malas, pero no es casual que recrudezcan en un contexto en el que se busca dividir; dividir a la gente dentro de cada país: el clásico “divide y reinarás”. Si analizás estadísticas que reportan tendencias en las publicaciones mediáticas, algo que yo hice recientemente, te darás cuenta de que cuestiones como el racismo, que es real, son usadas convenientemente para crear agitación. Justamente, hace poco hablaba con amigos sobre eso. La misma gente que controla los medios en Estados Unidos, los controla acá en Gran Bretaña, y creo que tienen esa estrategia intencional de dividirnos por “razas”, por sexo, por peso, por si comemos o no comemos carne; dividirnos de todas las formas posibles. Y una vez garantizada la imposibilidad de que nos unamos, entonces nos dominan e imponen agendas. O sea, vos no sabías nada de The Great Reset, y está ahí, lo podés leer en internet. Si la gente en Inglaterra, o en cualquier país, estuviera unida, no podrían imponerle nada. Acá en Inglaterra había racismo, pero era algo que ya no estaba en debate. Ciertamente no había un clima de querer derribar monumentos. Ahora con el movimiento “Black Lives Matter”, que nos llega como rebote de lo que pasa en Estados Unidos, el tema está otra vez exacerbado, o sea que, en un punto, todo termina sirviendo, según el momento y el lugar, al mismo fin de dividir y reinar; todo termina siendo aprovechado para eso, por los poderosos que están detrás de escena. Si pienso en tu pregunta, mi idea sería tratar de ver una razón mayor que esté por encima de todo, lo cual es complicado, no lo niego. Yo tengo amigos que están convencidos de que nuestro gobierno nos quiere salvar, y creen que yo estoy equivocado. Yo creo que ellos están equivocados, pero bueno, cada cual puede tener su opinión y podemos disentir.

–  En el marco de todo lo que estás diciendo, que me parece sumamente interesante, ¿vos creés, tanto para el caso particular de My Dying Bride, como para el Doom Metal, en general, que la música tiene que estar acompañada de una filosofía pesimista? 

AC: No. Bueno, el problema con My Dying Bride es que ya el mismo nombre suena pesimista, jaja, de manera que, desde un principio, el panorama no pinta bien, pero no es algo que deba aplicarse a todas las bandas del estilo. Nosotros tenemos canciones que son más bien “esotéricas”, no pesimistas, pero tampoco creo que vayamos a escribir sobre cosas “bonitas” porque no sabríamos como hacerlo en forma de Heavy Metal, no es lo más común. No imagino canciones sobre cachorritos. En My Dying Bride sí hay pesimismo, pero no completamente. Para el Doom Metal como género, incluyendo todos sus subestilos, no me parece que el pesimismo deba ser la regla en absoluto. Para nada.

– Como para ir terminando, ¿hay algo que te gustaría decirle a su audiencia en América Latina y España?  

AC: Les quiero agradecer mucho por su apoyo. Me disculpo por mis digresiones sobre la situación mundial, pero creo que dije lo que pienso, y les diría que presten atención, que traten de ser felices a pesar de todo, para que podamos volver a tener la posibilidad de retornar a recitales en los que la gente pueda estar cerca, sin que tener que acatar restricciones fundadas en cuestiones sanitarias. Les quiero agradecer por su apoyo a lo largo del tiempo.

– Debo decirte que ha sido una entrevista muy interesante. 

AC: Me disculpo nuevamente por mis digresiones.

– No hay por qué, en verdad disfruté mucho de la conversación.  

AC: Yo también, te agradezco mucho.

– ¡Gracias a vos! Y ojalá podamos verlos lo antes posible en Argentina. 

AC: Le rezo a cualquier dios que escuche para poder volver a salir de gira y retornar allí porque la pasamos muy bien cuando fuimos.

– Bueno, gracias, nuevamente.  

AC: Gracias a vos.