

Esta no es la historia que pueden encontrar en Wikipedia, ni tampoco una colección de datos como los que brinda The Metal Archives. En esta ocasión, y siguiendo la línea estética que propone la legendaria banda de Death Metal, vamos a trazar una semblanza enfatizando algunas cuestiones estilísticas, pero, sobre todo, aquellos sucesos que nutren los vicios del público.
Lo primero que debemos decir de este grupo estadounidense formado en 1988 es que es el más exitoso dentro de su género. Esto ya es un logro extraordinario, pero no deja de llamar la atención, justamente, que esta popularidad venga asociada a una total falta de corrección política. Tanto los títulos y letras de los discos y temas, como las portadas, son absolutamente explícitas, escatológicas, sexualmente agresivas, física y psicológicamente violentas, al punto de que es todo un ejercicio intelectual comprender lo que es la estética, más allá de las valoraciones morales que puedan hacerse de todas esas cuestiones en el mundo real. No obstante, la trayectoria de Cannibal Corpse está plagada de episodios de censura en varios países del mundo.
En 1994, cuando Chris Barnes todavía era el vocalista, hicieron una aparición en la comedia “Ace Ventura: Detective de Mascotas”, interpretando “Hammer Smashed Face”. Eso habría ocurrido por solicitud del propio Jim Carrey, quien había afirmado ser fanático de la banda. Sin embargo, esto fue puesto en duda más adelante, lo mismo que el afecto del actor por Napalm Death, tras hacer una parodia del cantante, Mark “Barney” Greenway en The Arsenio Hall Show, para la misma época. En cualquier caso, si bien puede ser cierto que Carrey sea metalero, su forma de expresarlo en el marco de la comedia genera cierta ambigüedad. A su vez, si se presta atención al video de dicho show, el actor dice que Napalm Death toca “Thrash Metal” y que esa música le resulta “graciosa”.
1994 fue también el último año de Barnes como cantante del grupo, despedido, aparentemente, porque su rendimiento vocal ya no estaba a la altura de las expectativas. Allí hizo su ingreso George “Corpsegrinder” Fisher, quien sigue siendo el frontman hasta el día de hoy. Jack Owen, que también fuera miembro fundador de la banda, la abandonó en 2004 para tocar en Deicide, cuyo Death Metal tiene un contenido mucho más ligado al anticristianismo que a lo “gore”.
Barnes dejó la banda de mala manera, con un gran resentimiento hacia la misma. Al principio, tras formar Six Feet Under y tener un éxito relativo, su discurso en contra de sus ex compañeros era más virulento, al punto de que se hablaba de una rivalidad entre los dos grupos. Sin embargo, con el tiempo, al mantenerse constante la posición de Cannibal Corpse, y decaer la calidad en la producción de Six Feet Under, la polémica se fue mitigando lentamente.
La página oficial de Cannibal Corpse fue “atacada” por trolls en varias ocasiones, que se burlan de la banda y del Death Metal en general, por considerarlo ridículo (esto puede recordarnos algo de la actitud de Carrey), lo que motivó que colapsara un par de veces.
Retomando la cuestión de la censura, Alemania se encuentra entre los países donde la banda suele encontrar mayores limitaciones. Se trata de una nación sensibilizada por los horrores del Holocausto y el fantasma del Nazismo, por lo que esto no resulta sorprendente. De todas maneras, las restricciones recaen sobre algunas canciones en particular, lo que provoca que siempre falten en los recitales del grupo en dicho país, para descontento de la audiencia.
En 2017 -como era de esperarse- surgió el cuestionamiento acerca del contenido de las letras de Cannibal Corpse en el marco del empoderamiento de las mujeres gracias a los movimientos feministas. Paul Mazurkiewicz, el baterista, respondió al respecto en los medios, afirmando que, en verdad, las mujeres que conocen la banda y escuchan Death Metal comprenden su estética, y saben a qué se atienen, del mismo modo que si fueran a ver una película de terror acerca de algún asesino serial cuyas víctimas son femeninas. A su vez, tampoco es cierto que exista un énfasis en la violencia hacia las mujeres, sino en general, y esto no significa, en absoluto, que se haga una apología al respecto.
La más grande controversia fue, sin lugar a dudas, la que protagonizó el guitarrista Pat O’Brien en diciembre de 2018. Durante un allanamiento en su residencia, fueron halladas más de ochenta armas de fuego, así como tres cráneos humanos. Dicho operativo policial se realizó tras su detención por haber irrumpido en el hogar de una vecina portando un cuchillo, y haberse resistido al arresto (tuvo que recibir un shock con una taser). A todo esto, hay que agregar que algo causó un incendio en la casa del músico, lo que incluyó las lógicas explosiones, si consideramos las municiones que almacenaba. La liberación le costó una fianza de cincuenta mil dólares.
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La portación masiva de armas es parte de la cultura estadounidense, y tener restos óseos humanos es algo común entre científicos y artistas. Esto no quita que las cantidades, en especial de armas, puedan ser un tanto exageradas, en concordancia con el estado mental de O’Brien. El resto de la banda comunicó su preocupación por este asunto, al igual que la familia del guitarrista, que ya venía percibiendo un comportamiento errático que hubiera requerido de una intervención más oportuna para prevenir el episodio psicótico agudo.
Durante el tiempo que O’Brien estuvo fuera de la banda, su reemplazante fue Erik Rutan (ex Morbid Angel, Hate Eternal) quien ahora se convertirá en su sustituto, tal como se anunció en el contexto de la salida del nuevo disco de la banda, “Violence Unimagined”, el decimoquinto en su trayectoria. Rutan grabó en el álbum, pero esto no implica que se haya publicado ningún comunicado oficial acerca de la desvinculación de O’Brien, lo que resulta un tanto confuso. Por lo pronto, esperamos el lanzamiento con ansias.


Esta no es la historia que pueden encontrar en Wikipedia, ni tampoco una colección de datos como los que brinda The Metal Archives. En esta ocasión, y siguiendo la línea estética que propone la legendaria banda de Death Metal, vamos a trazar una semblanza enfatizando algunas cuestiones estilísticas, pero, sobre todo, aquellos sucesos que nutren los vicios del público.
Lo primero que debemos decir de este grupo estadounidense formado en 1988 es que es el más exitoso dentro de su género. Esto ya es un logro extraordinario, pero no deja de llamar la atención, justamente, que esta popularidad venga asociada a una total falta de corrección política. Tanto los títulos y letras de los discos y temas, como las portadas, son absolutamente explícitas, escatológicas, sexualmente agresivas, física y psicológicamente violentas, al punto de que es todo un ejercicio intelectual comprender lo que es la estética, más allá de las valoraciones morales que puedan hacerse de todas esas cuestiones en el mundo real. No obstante, la trayectoria de Cannibal Corpse está plagada de episodios de censura en varios países del mundo.
En 1994, cuando Chris Barnes todavía era el vocalista, hicieron una aparición en la comedia “Ace Ventura: Detective de Mascotas”, interpretando “Hammer Smashed Face”. Eso habría ocurrido por solicitud del propio Jim Carrey, quien había afirmado ser fanático de la banda. Sin embargo, esto fue puesto en duda más adelante, lo mismo que el afecto del actor por Napalm Death, tras hacer una parodia del cantante, Mark “Barney” Greenway en The Arsenio Hall Show, para la misma época. En cualquier caso, si bien puede ser cierto que Carrey sea metalero, su forma de expresarlo en el marco de la comedia genera cierta ambigüedad. A su vez, si se presta atención al video de dicho show, el actor dice que Napalm Death toca “Thrash Metal” y que esa música le resulta “graciosa”.
1994 fue también el último año de Barnes como cantante del grupo, despedido, aparentemente, porque su rendimiento vocal ya no estaba a la altura de las expectativas. Allí hizo su ingreso George “Corpsegrinder” Fisher, quien sigue siendo el frontman hasta el día de hoy. Jack Owen, que también fuera miembro fundador de la banda, la abandonó en 2004 para tocar en Deicide, cuyo Death Metal tiene un contenido mucho más ligado al anticristianismo que a lo “gore”.
Barnes dejó la banda de mala manera, con un gran resentimiento hacia la misma. Al principio, tras formar Six Feet Under y tener un éxito relativo, su discurso en contra de sus ex compañeros era más virulento, al punto de que se hablaba de una rivalidad entre los dos grupos. Sin embargo, con el tiempo, al mantenerse constante la posición de Cannibal Corpse, y decaer la calidad en la producción de Six Feet Under, la polémica se fue mitigando lentamente.
La página oficial de Cannibal Corpse fue “atacada” por trolls en varias ocasiones, que se burlan de la banda y del Death Metal en general, por considerarlo ridículo (esto puede recordarnos algo de la actitud de Carrey), lo que motivó que colapsara un par de veces.
Retomando la cuestión de la censura, Alemania se encuentra entre los países donde la banda suele encontrar mayores limitaciones. Se trata de una nación sensibilizada por los horrores del Holocausto y el fantasma del Nazismo, por lo que esto no resulta sorprendente. De todas maneras, las restricciones recaen sobre algunas canciones en particular, lo que provoca que siempre falten en los recitales del grupo en dicho país, para descontento de la audiencia.
En 2017 -como era de esperarse- surgió el cuestionamiento acerca del contenido de las letras de Cannibal Corpse en el marco del empoderamiento de las mujeres gracias a los movimientos feministas. Paul Mazurkiewicz, el baterista, respondió al respecto en los medios, afirmando que, en verdad, las mujeres que conocen la banda y escuchan Death Metal comprenden su estética, y saben a qué se atienen, del mismo modo que si fueran a ver una película de terror acerca de algún asesino serial cuyas víctimas son femeninas. A su vez, tampoco es cierto que exista un énfasis en la violencia hacia las mujeres, sino en general, y esto no significa, en absoluto, que se haga una apología al respecto.
La más grande controversia fue, sin lugar a dudas, la que protagonizó el guitarrista Pat O’Brien en diciembre de 2018. Durante un allanamiento en su residencia, fueron halladas más de ochenta armas de fuego, así como tres cráneos humanos. Dicho operativo policial se realizó tras su detención por haber irrumpido en el hogar de una vecina portando un cuchillo, y haberse resistido al arresto (tuvo que recibir un shock con una taser). A todo esto, hay que agregar que algo causó un incendio en la casa del músico, lo que incluyó las lógicas explosiones, si consideramos las municiones que almacenaba. La liberación le costó una fianza de cincuenta mil dólares.
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La portación masiva de armas es parte de la cultura estadounidense, y tener restos óseos humanos es algo común entre científicos y artistas. Esto no quita que las cantidades, en especial de armas, puedan ser un tanto exageradas, en concordancia con el estado mental de O’Brien. El resto de la banda comunicó su preocupación por este asunto, al igual que la familia del guitarrista, que ya venía percibiendo un comportamiento errático que hubiera requerido de una intervención más oportuna para prevenir el episodio psicótico agudo.
Durante el tiempo que O’Brien estuvo fuera de la banda, su reemplazante fue Erik Rutan (ex Morbid Angel, Hate Eternal) quien ahora se convertirá en su sustituto, tal como se anunció en el contexto de la salida del nuevo disco de la banda, “Violence Unimagined”, el decimoquinto en su trayectoria. Rutan grabó en el álbum, pero esto no implica que se haya publicado ningún comunicado oficial acerca de la desvinculación de O’Brien, lo que resulta un tanto confuso. Por lo pronto, esperamos el lanzamiento con ansias.