

Aún recuerdo el primer contacto visual que tuve con Slipknot. Fue a través de la extinta revista de rock argentino “La García” en la cual, en un ejemplar que compré en un kiosco de mi barrio, venía un artículo sobre “La nueva sensación del metal norteamericano”. Y evidentemente se referían a Slipknot, quienes en 1999 y bajo el ala de Roadrunner Records (Machine Head, Life Of Agony, Sepultura) dinamitarían para siempre la escena metalera mundial gracias a uno de los debuts más impactantes y redondos de todos los tiempos: su inigualable álbum homónimo.
Si bien en aquel momento sólo los vi por foto, la imagen de la banda ya impactaba con una estética más cercana a una película de terror que a la imagen alternativa y con toques hip hop de bandas como KoRn, Deftones, Limp Bizkit o Soulfly, las cuales ya conocía por aquel entonces… Y entonces llegó la primera canción de Slipknot que escuché en mi vida y fue gracias a Much Music, que en un programa de rock y metal pasaron el videoclip de “Wait And Bleed”. Simplemente mi cabeza explotó, no sabía lo que acababa de ver pero si que mi vida acababa de sufrir un terremoto del cual ya nunca volvió a ser igual.
De los nueve enmascarados mi favorito siempre fue Joey Jordison, aquel pequeño pero matón que tras los parches era casi tan imprescindible en la banda como Corey Taylor, a pesar de las diferentes posiciones musicales de ambos.
Tanto el primer disco como su demencial y sublime continuación en 2001 Iowa son dos de los mejores y más influyentes discos de metal de los últimos 25 años, le pese a quien le pese, y en ellos Joey tuvo mucho que ver con su impresionante forma de tocar la batería, tanto en canciones algo más ligeras aunque brutales como “Wait And Bleed” o “Left Behind” o en las más retorcidas como pueden ser “(Sic)” , “New Abortion” o “The Heretic Anthem”, todas consideradas clásicos del metal contemporáneo sin debate ni discusión alguna.
Pero quizás aún más impactante era ver a Joey tocar en vivo: en la primera época de la banda llevaba un kit cuya plataforma era giratoria y en el momento de realizar su solo de batería , la plataforma giraba del todo hasta hacerlo tocar boca abajo dejando atónitos a los fanáticos de la banda de Iowa. He de decir que pude comprobar esto en tres ocasiones, y en las tres no podía creer la destreza de este tipo para poder tocar de esta manera con lo delicada de la maniobra que hacía la plataforma.
Esto se puede ser documentado en el histórico dvd Disasterpieces, grabado en dos noches a lleno completo en el mítico Astoria de Londres, en donde incluso sentado desde casa puedes admirar el virtuosismo, originalidad y riesgo que tenía Joey para con su instrumento.
Pero Jordison siempre fue músico antes que baterista, así que en a mediados de 2002 sorprendió a propios y extraños con el lanzamiento de su proyecto paralelo junto a Wednesday 13 llamado Murderdolls, el cual era bastante opuesto a Slipknot: estaba más orientado al horror punk y tenía influencias tanto del cine de serie b y de terror como de bandas con un estilo que mezclaba el punk, el glam y el rock como podían ser Kiss, Alice Cooper, Motorhead, The Misfits, e incluso Mötley Crüe.
Con esta banda estuvo bastante tiempo en activo y sacó dos discos muy interesantes, que lo llevaron a recorrer buena parte del planeta pero esta vez con la guitarra bajo el brazo.
Para el recuerdo español quedan sus shows en Madrid y Barcelona, abriendo la gira de los míticos Iron Maiden en 2003, que quizás no era el mejor escaparate para la banda pero que al menos nos sirvió a algunos privilegiados de poder verle con esta banda ya que no llegó a girar por nuestro país como cabeza de cartel.
Otras curiosidades a destacar son su aparición en el famosísimo videoclip de Marilyn Manson (“Tainted Love”) en donde compartía plano con él y sorprendió de forma muy grata a los fanáticos de ambas bandas, Así como el día en el que tuvo que reemplazar a Lars Ulrich en Metallica durante el marco del Download Festival 2004 en Donington Park, en donde tanto Metallica como Slipknot eran parte del festival, siendo los primeros cabezas de cartel y donde también estaban presentes bandas como Slayer.
La agotadora gira de Metallica aquel año, sumada a que eran cabezas de cartel en todos los festivales veraniegos acabaron pasando factura a Lars Ulrich, y el 6 de junio su físico y su cabeza en cierto modo dijeron basta. Metallica se veían en la encrucijada de cancelar su presentación o salir a tocar igualmente, ¿pero que bateristas había disponibles y que estuviesen a la altura de semejante banda? Fácil: el señor Dave Lombardo, por entonces baterista de Slayer, y evidentemente Joey Jordison, quién salió a tocar tras Lombardo y ni más ni menos que himnos generacionales del metal como “For Whom The Bell Tolls” , “Creeping Death”, en la cual se puede ver completo y observar la perfección con la que toca esta joya extraída de Ride The Lightning, la escalofriante “Fade To Black”, e incluso himnos como “Nothing Else Matters” y “Enter Sandman”, dejando para el recuerdo un momento único e irrepetible en la historia del metal contemporáneo.
Otra fecha que en España se recuerda con nostalgia fue aquel conciertazo en La Romareda de Zaragoza, en la que Slipknot visitaban por primera vez la ciudad maña en el St. Anger Tour que les hacía unir fuerzas con Metallica y… upps… Lostprophets, cuando se podía ser fan de esta banda.
Argentina también tiene quizás una de las anécdotas más increíbles y que nos muestra el lado más humano y humilde de Joey. En 2017, coincidiendo con la visita de Vimic (otro de sus proyectos tras salir de Slipknot) a Buenos Aires, él bajó a la puerta del hotel donde se hospedaba, y con toda la naturalidad del mundo aparte de firmar y sacarse fotos con todos los chicos y chicas que le esperaban, se sentó con ellos y con una guitarra se marcó un mini set de dos temas clásicos de Slipknot (“(Sic)”) y Murderdolls (“Slit My Wrist”) ante la mirada emocionada y casi sin poder creerlo de todos los presentes.
Hoy nos toca despedirnos de Joey Jordison, pero quería dejar este artículo como recuerdo de uno de los mejores y más humildes músicos que he tenido la oportunidad de ver y escuchar, es una pena enorme que ya no esté con nosotros pero sus canciones y sus discos seguirán manteniendo su recuerdo allá donde esté.
RIP JOEY JORDISON, THANK YOU SO MUCH FOR THE MEMORIES & YOUR LEGACY WILL ALWAYS BE ALIVE IN OUR HEARTS.


Aún recuerdo el primer contacto visual que tuve con Slipknot. Fue a través de la extinta revista de rock argentino “La García” en la cual, en un ejemplar que compré en un kiosco de mi barrio, venía un artículo sobre “La nueva sensación del metal norteamericano”. Y evidentemente se referían a Slipknot, quienes en 1999 y bajo el ala de Roadrunner Records (Machine Head, Life Of Agony, Sepultura) dinamitarían para siempre la escena metalera mundial gracias a uno de los debuts más impactantes y redondos de todos los tiempos: su inigualable álbum homónimo.
Si bien en aquel momento sólo los vi por foto, la imagen de la banda ya impactaba con una estética más cercana a una película de terror que a la imagen alternativa y con toques hip hop de bandas como KoRn, Deftones, Limp Bizkit o Soulfly, las cuales ya conocía por aquel entonces… Y entonces llegó la primera canción de Slipknot que escuché en mi vida y fue gracias a Much Music, que en un programa de rock y metal pasaron el videoclip de “Wait And Bleed”. Simplemente mi cabeza explotó, no sabía lo que acababa de ver pero si que mi vida acababa de sufrir un terremoto del cual ya nunca volvió a ser igual.
De los nueve enmascarados mi favorito siempre fue Joey Jordison, aquel pequeño pero matón que tras los parches era casi tan imprescindible en la banda como Corey Taylor, a pesar de las diferentes posiciones musicales de ambos.
Tanto el primer disco como su demencial y sublime continuación en 2001 Iowa son dos de los mejores y más influyentes discos de metal de los últimos 25 años, le pese a quien le pese, y en ellos Joey tuvo mucho que ver con su impresionante forma de tocar la batería, tanto en canciones algo más ligeras aunque brutales como “Wait And Bleed” o “Left Behind” o en las más retorcidas como pueden ser “(Sic)” , “New Abortion” o “The Heretic Anthem”, todas consideradas clásicos del metal contemporáneo sin debate ni discusión alguna.
Pero quizás aún más impactante era ver a Joey tocar en vivo: en la primera época de la banda llevaba un kit cuya plataforma era giratoria y en el momento de realizar su solo de batería , la plataforma giraba del todo hasta hacerlo tocar boca abajo dejando atónitos a los fanáticos de la banda de Iowa. He de decir que pude comprobar esto en tres ocasiones, y en las tres no podía creer la destreza de este tipo para poder tocar de esta manera con lo delicada de la maniobra que hacía la plataforma.
Esto se puede ser documentado en el histórico dvd Disasterpieces, grabado en dos noches a lleno completo en el mítico Astoria de Londres, en donde incluso sentado desde casa puedes admirar el virtuosismo, originalidad y riesgo que tenía Joey para con su instrumento.
Pero Jordison siempre fue músico antes que baterista, así que en a mediados de 2002 sorprendió a propios y extraños con el lanzamiento de su proyecto paralelo junto a Wednesday 13 llamado Murderdolls, el cual era bastante opuesto a Slipknot: estaba más orientado al horror punk y tenía influencias tanto del cine de serie b y de terror como de bandas con un estilo que mezclaba el punk, el glam y el rock como podían ser Kiss, Alice Cooper, Motorhead, The Misfits, e incluso Mötley Crüe.
Con esta banda estuvo bastante tiempo en activo y sacó dos discos muy interesantes, que lo llevaron a recorrer buena parte del planeta pero esta vez con la guitarra bajo el brazo.
Para el recuerdo español quedan sus shows en Madrid y Barcelona, abriendo la gira de los míticos Iron Maiden en 2003, que quizás no era el mejor escaparate para la banda pero que al menos nos sirvió a algunos privilegiados de poder verle con esta banda ya que no llegó a girar por nuestro país como cabeza de cartel.
Otras curiosidades a destacar son su aparición en el famosísimo videoclip de Marilyn Manson (“Tainted Love”) en donde compartía plano con él y sorprendió de forma muy grata a los fanáticos de ambas bandas, Así como el día en el que tuvo que reemplazar a Lars Ulrich en Metallica durante el marco del Download Festival 2004 en Donington Park, en donde tanto Metallica como Slipknot eran parte del festival, siendo los primeros cabezas de cartel y donde también estaban presentes bandas como Slayer.
La agotadora gira de Metallica aquel año, sumada a que eran cabezas de cartel en todos los festivales veraniegos acabaron pasando factura a Lars Ulrich, y el 6 de junio su físico y su cabeza en cierto modo dijeron basta. Metallica se veían en la encrucijada de cancelar su presentación o salir a tocar igualmente, ¿pero que bateristas había disponibles y que estuviesen a la altura de semejante banda? Fácil: el señor Dave Lombardo, por entonces baterista de Slayer, y evidentemente Joey Jordison, quién salió a tocar tras Lombardo y ni más ni menos que himnos generacionales del metal como “For Whom The Bell Tolls” , “Creeping Death”, en la cual se puede ver completo y observar la perfección con la que toca esta joya extraída de Ride The Lightning, la escalofriante “Fade To Black”, e incluso himnos como “Nothing Else Matters” y “Enter Sandman”, dejando para el recuerdo un momento único e irrepetible en la historia del metal contemporáneo.
Otra fecha que en España se recuerda con nostalgia fue aquel conciertazo en La Romareda de Zaragoza, en la que Slipknot visitaban por primera vez la ciudad maña en el St. Anger Tour que les hacía unir fuerzas con Metallica y… upps… Lostprophets, cuando se podía ser fan de esta banda.
Argentina también tiene quizás una de las anécdotas más increíbles y que nos muestra el lado más humano y humilde de Joey. En 2017, coincidiendo con la visita de Vimic (otro de sus proyectos tras salir de Slipknot) a Buenos Aires, él bajó a la puerta del hotel donde se hospedaba, y con toda la naturalidad del mundo aparte de firmar y sacarse fotos con todos los chicos y chicas que le esperaban, se sentó con ellos y con una guitarra se marcó un mini set de dos temas clásicos de Slipknot (“(Sic)”) y Murderdolls (“Slit My Wrist”) ante la mirada emocionada y casi sin poder creerlo de todos los presentes.
Hoy nos toca despedirnos de Joey Jordison, pero quería dejar este artículo como recuerdo de uno de los mejores y más humildes músicos que he tenido la oportunidad de ver y escuchar, es una pena enorme que ya no esté con nosotros pero sus canciones y sus discos seguirán manteniendo su recuerdo allá donde esté.
RIP JOEY JORDISON, THANK YOU SO MUCH FOR THE MEMORIES & YOUR LEGACY WILL ALWAYS BE ALIVE IN OUR HEARTS.