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El equipo de Track to Hell se aventuró hacia un espectáculo que prometía ser un ritual esotérico del más puro black/death metal atmosférico. ANZV y Gaerea, dos entidades portuguesas, fueron los maestros de ceremonias, con Gaerea, una banda descubierta en el pasado Copenhell, siendo una de las consentidas del equipo.
El escenario de este misterioso rito se ubicó en la sala Estraperlo de Badalona, donde el incienso ya te daba la bienvenida antes de dar el primer paso. Era como un avance de los minutos venideros, un spoiler olfativo de lo que se avecinaba. ANZV, puntual como un reloj suizo, se apoderó del escenario con una estética que evocaba al antiguo Medio Oriente, creando un concierto envuelto en misticismo.
Gallas, su único álbum lanzado en 2022, fue la ofrenda musical. “Leper“, con su manto de misticismo y velocidades thrasheras, inauguró la velada. Entre ambientes introductorios, estallaron los primeros blast-beat de la noche con “Isimud“, la pieza que da inicio al mencionado álbum. “Mist” y “Lethargy” desplegaron la oscuridad, consolidando a ANZV como una promesa fulgurante en la escena del metal portugués.
El plato principal, Gaerea, dejó al respetable boquiabierto. Estos portugueses, siempre efectivos y con al menos un cambio de miembro en la última mitad del año pasado, se centraron principalmente en Mirage, su última creación. Canciones como “Deluge“, “Conspiranoia” y “Salve” se manifestaron de manera emotiva, guiando al público por un viaje sonoro enigmático.
El vocalista, en constante conexión con la audiencia, transformó las primeras filas en cómplices de sus movimientos histriónicos y pasos de baile sensuales y misteriosos. Un placer absoluto de presenciar, donde la sensibilidad se entrelaza con lo extremo, revelando la rara combinación de emotividad y caos que caracteriza a Gaerea. En un escenario desprovisto de parafernalia, la banda promete convertirse en una de las joyas del momento, tanto por la calidad de sus composiciones como por la magnífica ejecución en vivo, dejando la audiencia con la certeza de haber experimentado algo fuera de lo común.
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El equipo de Track to Hell se aventuró hacia un espectáculo que prometía ser un ritual esotérico del más puro black/death metal atmosférico. ANZV y Gaerea, dos entidades portuguesas, fueron los maestros de ceremonias, con Gaerea, una banda descubierta en el pasado Copenhell, siendo una de las consentidas del equipo.
El escenario de este misterioso rito se ubicó en la sala Estraperlo de Badalona, donde el incienso ya te daba la bienvenida antes de dar el primer paso. Era como un avance de los minutos venideros, un spoiler olfativo de lo que se avecinaba. ANZV, puntual como un reloj suizo, se apoderó del escenario con una estética que evocaba al antiguo Medio Oriente, creando un concierto envuelto en misticismo.
Gallas, su único álbum lanzado en 2022, fue la ofrenda musical. “Leper“, con su manto de misticismo y velocidades thrasheras, inauguró la velada. Entre ambientes introductorios, estallaron los primeros blast-beat de la noche con “Isimud“, la pieza que da inicio al mencionado álbum. “Mist” y “Lethargy” desplegaron la oscuridad, consolidando a ANZV como una promesa fulgurante en la escena del metal portugués.
El plato principal, Gaerea, dejó al respetable boquiabierto. Estos portugueses, siempre efectivos y con al menos un cambio de miembro en la última mitad del año pasado, se centraron principalmente en Mirage, su última creación. Canciones como “Deluge“, “Conspiranoia” y “Salve” se manifestaron de manera emotiva, guiando al público por un viaje sonoro enigmático.
El vocalista, en constante conexión con la audiencia, transformó las primeras filas en cómplices de sus movimientos histriónicos y pasos de baile sensuales y misteriosos. Un placer absoluto de presenciar, donde la sensibilidad se entrelaza con lo extremo, revelando la rara combinación de emotividad y caos que caracteriza a Gaerea. En un escenario desprovisto de parafernalia, la banda promete convertirse en una de las joyas del momento, tanto por la calidad de sus composiciones como por la magnífica ejecución en vivo, dejando la audiencia con la certeza de haber experimentado algo fuera de lo común.
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