


El sábado 27 de septiembre, el Poble Espanyol volvió a convertirse en el epicentro del rock y el metal progresivo con la segunda jornada del Be Prog! My Friend. Tras un viernes vibrante, la expectación estaba en lo más alto, y el público llegó preparado para un día en el que la variedad de estilos, desde lo más agresivo hasta lo más íntimo, demostraría la riqueza del género.
La jornada se abrió con Moonloop, una de las bandas más destacadas de la escena nacional. Con más de dos décadas de trayectoria, el grupo barcelonés llegaba con su tercer disco, Fate in Motion (2024), bajo el brazo, y ofreció un show en el que combinaron potencia y atmósfera. “Cosmic Matter” y “MEGALODON” fueron los primeros golpes de efecto, mostrando su habilidad para unir riffs demoledores con melodías elaboradas.
La segunda parte del concierto ahondó en su lado más introspectivo. Con “Mask” y “Arrival”, la banda logró un ambiente de reflexión, demostrando que su música no solo es técnica, sino también profundamente emocional. El cierre con “Strombus” fue un recordatorio de la madurez alcanzada por Moonloop, consolidándose como un nombre clave del progresivo español con proyección internacional.
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El relevo lo tomó Cheeto’s Magazine, responsables de una de las actuaciones más frescas y originales del festival. Con su particular forma de entender el prog, lograron llenar el escenario de color y buen humor. “Chili Guillermo” y “Ready to Rumble” marcaron un arranque explosivo que rápidamente puso al público a bailar y a sonreír, en un contraste evidente con la solemnidad habitual del género.
La banda no dejó de sorprender con su peculiar universo creativo, destacando un cover inesperado de Dream Theater que fue recibido con ovaciones. Temas como “Clinc Nutella” y “Outflow” confirmaron su capacidad para alternar diversión con pasajes de gran complejidad musical. El clímax llegó con “Big Boy (Final)”, una conclusión épica que reafirmó su posición como una de las propuestas más refrescantes de la escena actual.
Los siguientes en subir al escenario fueron los Von Hertzen Brothers, quienes trajeron desde Finlandia un espectáculo vibrante y enérgico. Desde el inicio con “War Is Over”, el trío formado por los hermanos Mikko, Jonne y Kie desplegó un repertorio lleno de fuerza y frescura. La combinación de guitarras sólidas y armonías vocales elevó la intensidad, mientras “Kiss a Wish” y “All of a Sudden, You’re Gone” mostraron la amplitud de su propuesta.
La conclusión del set alcanzó un nivel aún más alto. “Jerusalem” y “The Relapse” fueron recibidas con entusiasmo por un público entregado, mientras que “Prospect for Escape” dejó claro que la banda es capaz de construir paisajes sonoros complejos sin perder pegada rockera. El cierre con “Let Thy Will Be Done” y “Peace Patrol” fue un estallido colectivo de energía y emoción que los convirtió en una de las grandes sorpresas de la jornada.
La recta final del festival estuvo marcada por la sensibilidad de Weather Systems, el nuevo proyecto de Daniel Cavanagh. Acompañado por Daniel Cardoso, el ex-Anathema ofreció un concierto íntimo y profundamente conmovedor. Con un arranque que incluyó “Closer” y piezas nuevas como “Still Lake”, Cavanagh invitó al público a un viaje emocional que capturó el espíritu de introspección que siempre lo ha caracterizado.
La actuación avanzó hacia momentos de gran carga emotiva con “Do Angels Sing Like Rain?” y la reinterpretación de clásicos como “Springfield”. La trilogía de “Untouchable” fue uno de los puntos culminantes de la noche, uniendo belleza y melancolía en una secuencia inolvidable. El final con “Fragile Dreams” desató una comunión entre banda y público, reafirmando a Cavanagh como un referente indiscutible del prog emocional.
El cierre del festival estuvo en manos de The Pineapple Thief, quienes subieron al escenario con el virtuosismo de Gavin Harrison en la batería como aliciente adicional. La banda británica desplegó un repertorio equilibrado entre sus nuevos trabajos y sus clásicos, iniciando con “The Frost” y “In Exile”. La precisión instrumental y la atmósfera melódica capturaron desde el primer momento la atención de la audiencia.
La intensidad fue creciendo con “Our Mire”, “Versions of the Truth” y “White Mist”, mientras el carisma de Harrison aportaba un nivel extra de sofisticación rítmica. El clímax llegó con “It Leads to This”, un tema que reafirma su estatus dentro del prog contemporáneo. El cierre con “The Final Thing on My Mind” y “Alone at Sea” fue un desenlace majestuoso para el festival, aunque quedó marcado por la polémica decisión de restringir el acceso de los fotógrafos al foso, un gesto que contrastó con la cercanía mostrada por el resto de las bandas.
Así concluyó el Be Prog! My Friend 2025: dos jornadas intensas y variadas que ofrecieron un mosaico de lo mejor del progresivo actual. Un festival exclusivo, sin aglomeraciones, que volvió a cumplir con su misión de poner la música en el centro de todo, dejando a los asistentes con la certeza de haber vivido un fin de semana irrepetible.



El sábado 27 de septiembre, el Poble Espanyol volvió a convertirse en el epicentro del rock y el metal progresivo con la segunda jornada del Be Prog! My Friend. Tras un viernes vibrante, la expectación estaba en lo más alto, y el público llegó preparado para un día en el que la variedad de estilos, desde lo más agresivo hasta lo más íntimo, demostraría la riqueza del género.
La jornada se abrió con Moonloop, una de las bandas más destacadas de la escena nacional. Con más de dos décadas de trayectoria, el grupo barcelonés llegaba con su tercer disco, Fate in Motion (2024), bajo el brazo, y ofreció un show en el que combinaron potencia y atmósfera. “Cosmic Matter” y “MEGALODON” fueron los primeros golpes de efecto, mostrando su habilidad para unir riffs demoledores con melodías elaboradas.
La segunda parte del concierto ahondó en su lado más introspectivo. Con “Mask” y “Arrival”, la banda logró un ambiente de reflexión, demostrando que su música no solo es técnica, sino también profundamente emocional. El cierre con “Strombus” fue un recordatorio de la madurez alcanzada por Moonloop, consolidándose como un nombre clave del progresivo español con proyección internacional.
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El relevo lo tomó Cheeto’s Magazine, responsables de una de las actuaciones más frescas y originales del festival. Con su particular forma de entender el prog, lograron llenar el escenario de color y buen humor. “Chili Guillermo” y “Ready to Rumble” marcaron un arranque explosivo que rápidamente puso al público a bailar y a sonreír, en un contraste evidente con la solemnidad habitual del género.
La banda no dejó de sorprender con su peculiar universo creativo, destacando un cover inesperado de Dream Theater que fue recibido con ovaciones. Temas como “Clinc Nutella” y “Outflow” confirmaron su capacidad para alternar diversión con pasajes de gran complejidad musical. El clímax llegó con “Big Boy (Final)”, una conclusión épica que reafirmó su posición como una de las propuestas más refrescantes de la escena actual.
Los siguientes en subir al escenario fueron los Von Hertzen Brothers, quienes trajeron desde Finlandia un espectáculo vibrante y enérgico. Desde el inicio con “War Is Over”, el trío formado por los hermanos Mikko, Jonne y Kie desplegó un repertorio lleno de fuerza y frescura. La combinación de guitarras sólidas y armonías vocales elevó la intensidad, mientras “Kiss a Wish” y “All of a Sudden, You’re Gone” mostraron la amplitud de su propuesta.
La conclusión del set alcanzó un nivel aún más alto. “Jerusalem” y “The Relapse” fueron recibidas con entusiasmo por un público entregado, mientras que “Prospect for Escape” dejó claro que la banda es capaz de construir paisajes sonoros complejos sin perder pegada rockera. El cierre con “Let Thy Will Be Done” y “Peace Patrol” fue un estallido colectivo de energía y emoción que los convirtió en una de las grandes sorpresas de la jornada.
La recta final del festival estuvo marcada por la sensibilidad de Weather Systems, el nuevo proyecto de Daniel Cavanagh. Acompañado por Daniel Cardoso, el ex-Anathema ofreció un concierto íntimo y profundamente conmovedor. Con un arranque que incluyó “Closer” y piezas nuevas como “Still Lake”, Cavanagh invitó al público a un viaje emocional que capturó el espíritu de introspección que siempre lo ha caracterizado.
La actuación avanzó hacia momentos de gran carga emotiva con “Do Angels Sing Like Rain?” y la reinterpretación de clásicos como “Springfield”. La trilogía de “Untouchable” fue uno de los puntos culminantes de la noche, uniendo belleza y melancolía en una secuencia inolvidable. El final con “Fragile Dreams” desató una comunión entre banda y público, reafirmando a Cavanagh como un referente indiscutible del prog emocional.
El cierre del festival estuvo en manos de The Pineapple Thief, quienes subieron al escenario con el virtuosismo de Gavin Harrison en la batería como aliciente adicional. La banda británica desplegó un repertorio equilibrado entre sus nuevos trabajos y sus clásicos, iniciando con “The Frost” y “In Exile”. La precisión instrumental y la atmósfera melódica capturaron desde el primer momento la atención de la audiencia.
La intensidad fue creciendo con “Our Mire”, “Versions of the Truth” y “White Mist”, mientras el carisma de Harrison aportaba un nivel extra de sofisticación rítmica. El clímax llegó con “It Leads to This”, un tema que reafirma su estatus dentro del prog contemporáneo. El cierre con “The Final Thing on My Mind” y “Alone at Sea” fue un desenlace majestuoso para el festival, aunque quedó marcado por la polémica decisión de restringir el acceso de los fotógrafos al foso, un gesto que contrastó con la cercanía mostrada por el resto de las bandas.
Así concluyó el Be Prog! My Friend 2025: dos jornadas intensas y variadas que ofrecieron un mosaico de lo mejor del progresivo actual. Un festival exclusivo, sin aglomeraciones, que volvió a cumplir con su misión de poner la música en el centro de todo, dejando a los asistentes con la certeza de haber vivido un fin de semana irrepetible.