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Al Extremo: El Black Metal Polaco a la vanguardia
Hay quienes hablan de “Black Metal Eslavo”, pero lo cierto es que, si bien hay bandas en países como Ucrania, Eslovenia, Bulgaria, Rusia –pues en todo lugar las hay- en honor a la verdad, es Polonia el sitio que se ha constituido en un verdadero centro del que emergen proyectos cada vez más interesantes. Por supuesto, los nombres más sobresalientes son Behemoth, en primer lugar, seguido por Mgła y Batushka. Más allá de la lucha de Nergal de Behemoth por la separación entre la Iglesia Católica y el Estado, así como por los derechos civiles de las minorías en Polonia, y el ritualismo ambiguo que rodea al proyecto Batushka (iniciado por Krzysztof Drabikowski y luego duplicado por Bartłomiej Krysiuk), merece una mención particular Mgła, por dos motivos: sus propuestas asociadas y el hecho de que se ha establecido como el modelo a seguir por grupos en todo el mundo, desde Estados Unidos hasta Argentina, pasando por Alemania.
En cuanto a los proyectos paralelos a Mgła, están KriegsmaschineyMedico Peste. El primero formado por los mismos integrantes de Mgła (M y Darkside); el segundo por los músicos que se suman a dicho dúo para tocar en vivo. Mientras Kriegsmaschine no se aleja demasiado de lo que más está sonando dentro del género hoy día, tal como puede escucharse en su último álbum “Apocalypticists” (2018), Medico Peste se arrima más a cierto diferencial, sobre todo en su último disco “The Black Bile” (2020).Escribir sobre los nombres ya conocidos, no aportaría nada significativo. Resulta mucho más interesante la búsqueda de los artistas que se mantienen en un nivel más bajo de exposición, pero continúan tensando los atributos del Black Metal como género musical. Cabe proponer, no obstante, un esquema de los rasgos de la escena polaca.
En principio, está el conflicto constante con el ultracatolicismo más rancio, que se manifiesta en expresiones “satánicas” (como en el caso de Behemoth) o más ambivalentes y litúrgicas (como en Batushka). Luego aparece la tendencia más “nihilista” o “nietzscheana” (en una interpretación superficial de lo “nietzscheano”) de Mgła y sus discípulos internacionales. Más novedoso, es el movimiento conformado por las bandas que comentaremos de aquí en adelante, que aparte de hacer una música más “arriesgada”, adoptan un contenido más urbano, bastante despojado del romanticismo ligado a la naturaleza y el paganismo, más comprometido con los conflictos humanos propios de la vida en la sociedad actual y con una mirada crítica que no cae en el nihilismo tipo crisis adolescente. Con respecto al idioma, salvo casos como Behemoth, Mgła, Kriegsmaschiney Medico Peste, la mayoría opta por variaciones de la lengua vernácula y siempre encontraremos mucho histrionismo o dramatismo en las voces. A su vez, hay que señalar la primacía de los sellos polacosPagan RecordsyGodz ov War Productions.
La bandaFuria, y en particular su disco editado este año “w Śnialni” es un ejemplo brillante de la escena polaca. Por haber sido grabado en el taller de un pintor, con la participación de actores invitados en las voces –no necesariamente cantando-, un arte de tapa que elude los clichés de lo considerado “trve”, y una música con tanta diversidad, que es agresiva para el oído conservador. Una verdadera obra de arte. Por otro lado, Furia posee una actitud “jazzera”, si se quiere, muy notable, por ejemplo, en su disco “Księżyc milczy luty” (2016), y esto no tiene nada que ver con incorporar un saxo (algo que no hacen), proponer una “fusión” o disminuir la potencia, sino, justamente, con una cuestión actitudinal. Se trata de una mayor libertad para la indagación rítmica y armónica, y otro ánimo para el desarrollo de las posibilidades vocales e instrumentales.
Zmoraes un grupo con un enfoque más típico en todo sentido, pero no por eso, menos meritorio –si cabe el término- en cuanto a la creación de un sonido propio, que, de hecho, parece más “escandinavo”. “Czarne Otchłanie i Martwe Cienie” (2017) es un disco que vale la pena escuchar, y enfatizar que, al contrario de lo que sucede con incontables bandas alrededor del globo, los grupos polacos no ceden a la tentación de hacer algo similar aMgła, agregando ecos de alguna referencia más, para superar la categoría de “casi tributo”.
Odrazaes otra banda bastante rupturista. Su primer álbum “Esperalem tkane” (2014) nos advierte de un enfoque especial, ya desde la tapa misma, y nos brinda una música un tanto más “punk” y ganchera, en la que sí encontraremos momentos distintivos, propios de esta “actitud polaca” de forzar los límites y evitar las fórmulas populares, tal como el resto de los de los grupos a los que dedicamos este especial. “Rzeczom” (2020) es su último álbum, y siguen un camino similar al del anterior, aunque quizás menos atrevido.
Kły, con dos discos editados, es un grupo que resulta mucho más experimental, tal vez no tanto como Furia, pero despliegan cualidades muy cautivantes a lo largo de sus trabajos, demostrando que no carecen de ímpetu desafiante. Su última obra, “Wyrzyny” (2020) es excelente, tanto como su álbum anterior, “Szczerzenie” (2018).
Biesyes otro proyecto muy interesante, que ya sobresale desde la estética visual, evitando las fórmulas más trilladas. Su álbum “Transsatanizm” (2020) marcó un salto muy notable en comparación con el anterior, por mutaciones a todo nivel: elementos industriales, noise, distintas voces, etc. Ni hablar de comparar el arte en las portadas. El precedente “Noc Lekkich Obyczajów” (2017) es un disco brutal, pero no tan sorprendente en cuanto a lo creativo.
Goryczes una banda con un estilo más “Post Black Metal” o “Blackened Sludge”. Su disco “Piach” (2018) es impactante y sigue la línea del “existencialismo cívico” de la mayoría de estos proyectos musicales. No esta demás volver a destacar esta “urbanidad” y la reflexión corrosiva ante la realidad, que lejos de la “misantropía” o la pedantería filosófica, tiene los pies en la tierra y no exhibe una pretensión de nada.
Totenmesse, con “To” (2018) también se aproxima a una propuesta más típica dentro de lo que se estila en el Black Metal (al punto de que encontraremos reminiscencias del Mayhem de los tiempos de “Chimera”, por ejemplo, o incluso de Behemoth), aunque más en lo sonoro, no tanto en lo visual. Sin embargo, versionan un tema de King Crimson (“21st Century Schizoid Man”).
Algo parecido puede decirse deGruzja, que en su disco “Jeszcze Nie Mamy Na Was Pomysłu” (2019) también da cuenta de un Black Metal más variopinto que el que abunda hoy, pero bastante anclado en características ya conocidas. Se diferencian más marcadamente por las alternativas en cuanto a la gráfica de los discos. Es que, el fundamentalismo del maquillaje blanco y negro, la “mística” de los bosques, las portadas con rostros desesperados o amenazantes y el apego a la tradición “norsecore” o, más recientemente, al modelo Mgła (capuchas y caras cubiertas incluidas) ya se han convertido en lugares comunes. En contraste, Polonia se erige altiva en un paisaje cada vez más monótono, y lo hace con un espíritu rebelde, volátil, de metamorfosis impredecibles, carente de interés por las preferencias del mercado.
Hay quienes hablan de “Black Metal Eslavo”, pero lo cierto es que, si bien hay bandas en países como Ucrania, Eslovenia, Bulgaria, Rusia –pues en todo lugar las hay- en honor a la verdad, es Polonia el sitio que se ha constituido en un verdadero centro del que emergen proyectos cada vez más interesantes. Por supuesto, los nombres más sobresalientes son Behemoth, en primer lugar, seguido por Mgła y Batushka. Más allá de la lucha de Nergal de Behemoth por la separación entre la Iglesia Católica y el Estado, así como por los derechos civiles de las minorías en Polonia, y el ritualismo ambiguo que rodea al proyecto Batushka (iniciado por Krzysztof Drabikowski y luego duplicado por Bartłomiej Krysiuk), merece una mención particular Mgła, por dos motivos: sus propuestas asociadas y el hecho de que se ha establecido como el modelo a seguir por grupos en todo el mundo, desde Estados Unidos hasta Argentina, pasando por Alemania.
En cuanto a los proyectos paralelos a Mgła, están KriegsmaschineyMedico Peste. El primero formado por los mismos integrantes de Mgła (M y Darkside); el segundo por los músicos que se suman a dicho dúo para tocar en vivo. Mientras Kriegsmaschine no se aleja demasiado de lo que más está sonando dentro del género hoy día, tal como puede escucharse en su último álbum “Apocalypticists” (2018), Medico Peste se arrima más a cierto diferencial, sobre todo en su último disco “The Black Bile” (2020).Escribir sobre los nombres ya conocidos, no aportaría nada significativo. Resulta mucho más interesante la búsqueda de los artistas que se mantienen en un nivel más bajo de exposición, pero continúan tensando los atributos del Black Metal como género musical. Cabe proponer, no obstante, un esquema de los rasgos de la escena polaca.
En principio, está el conflicto constante con el ultracatolicismo más rancio, que se manifiesta en expresiones “satánicas” (como en el caso de Behemoth) o más ambivalentes y litúrgicas (como en Batushka). Luego aparece la tendencia más “nihilista” o “nietzscheana” (en una interpretación superficial de lo “nietzscheano”) de Mgła y sus discípulos internacionales. Más novedoso, es el movimiento conformado por las bandas que comentaremos de aquí en adelante, que aparte de hacer una música más “arriesgada”, adoptan un contenido más urbano, bastante despojado del romanticismo ligado a la naturaleza y el paganismo, más comprometido con los conflictos humanos propios de la vida en la sociedad actual y con una mirada crítica que no cae en el nihilismo tipo crisis adolescente. Con respecto al idioma, salvo casos como Behemoth, Mgła, Kriegsmaschiney Medico Peste, la mayoría opta por variaciones de la lengua vernácula y siempre encontraremos mucho histrionismo o dramatismo en las voces. A su vez, hay que señalar la primacía de los sellos polacosPagan RecordsyGodz ov War Productions.
La bandaFuria, y en particular su disco editado este año “w Śnialni” es un ejemplo brillante de la escena polaca. Por haber sido grabado en el taller de un pintor, con la participación de actores invitados en las voces –no necesariamente cantando-, un arte de tapa que elude los clichés de lo considerado “trve”, y una música con tanta diversidad, que es agresiva para el oído conservador. Una verdadera obra de arte. Por otro lado, Furia posee una actitud “jazzera”, si se quiere, muy notable, por ejemplo, en su disco “Księżyc milczy luty” (2016), y esto no tiene nada que ver con incorporar un saxo (algo que no hacen), proponer una “fusión” o disminuir la potencia, sino, justamente, con una cuestión actitudinal. Se trata de una mayor libertad para la indagación rítmica y armónica, y otro ánimo para el desarrollo de las posibilidades vocales e instrumentales.
Zmoraes un grupo con un enfoque más típico en todo sentido, pero no por eso, menos meritorio –si cabe el término- en cuanto a la creación de un sonido propio, que, de hecho, parece más “escandinavo”. “Czarne Otchłanie i Martwe Cienie” (2017) es un disco que vale la pena escuchar, y enfatizar que, al contrario de lo que sucede con incontables bandas alrededor del globo, los grupos polacos no ceden a la tentación de hacer algo similar aMgła, agregando ecos de alguna referencia más, para superar la categoría de “casi tributo”.
Odrazaes otra banda bastante rupturista. Su primer álbum “Esperalem tkane” (2014) nos advierte de un enfoque especial, ya desde la tapa misma, y nos brinda una música un tanto más “punk” y ganchera, en la que sí encontraremos momentos distintivos, propios de esta “actitud polaca” de forzar los límites y evitar las fórmulas populares, tal como el resto de los de los grupos a los que dedicamos este especial. “Rzeczom” (2020) es su último álbum, y siguen un camino similar al del anterior, aunque quizás menos atrevido.
Kły, con dos discos editados, es un grupo que resulta mucho más experimental, tal vez no tanto como Furia, pero despliegan cualidades muy cautivantes a lo largo de sus trabajos, demostrando que no carecen de ímpetu desafiante. Su última obra, “Wyrzyny” (2020) es excelente, tanto como su álbum anterior, “Szczerzenie” (2018).
Biesyes otro proyecto muy interesante, que ya sobresale desde la estética visual, evitando las fórmulas más trilladas. Su álbum “Transsatanizm” (2020) marcó un salto muy notable en comparación con el anterior, por mutaciones a todo nivel: elementos industriales, noise, distintas voces, etc. Ni hablar de comparar el arte en las portadas. El precedente “Noc Lekkich Obyczajów” (2017) es un disco brutal, pero no tan sorprendente en cuanto a lo creativo.
Goryczes una banda con un estilo más “Post Black Metal” o “Blackened Sludge”. Su disco “Piach” (2018) es impactante y sigue la línea del “existencialismo cívico” de la mayoría de estos proyectos musicales. No esta demás volver a destacar esta “urbanidad” y la reflexión corrosiva ante la realidad, que lejos de la “misantropía” o la pedantería filosófica, tiene los pies en la tierra y no exhibe una pretensión de nada.
Totenmesse, con “To” (2018) también se aproxima a una propuesta más típica dentro de lo que se estila en el Black Metal (al punto de que encontraremos reminiscencias del Mayhem de los tiempos de “Chimera”, por ejemplo, o incluso de Behemoth), aunque más en lo sonoro, no tanto en lo visual. Sin embargo, versionan un tema de King Crimson (“21st Century Schizoid Man”).
Algo parecido puede decirse deGruzja, que en su disco “Jeszcze Nie Mamy Na Was Pomysłu” (2019) también da cuenta de un Black Metal más variopinto que el que abunda hoy, pero bastante anclado en características ya conocidas. Se diferencian más marcadamente por las alternativas en cuanto a la gráfica de los discos. Es que, el fundamentalismo del maquillaje blanco y negro, la “mística” de los bosques, las portadas con rostros desesperados o amenazantes y el apego a la tradición “norsecore” o, más recientemente, al modelo Mgła (capuchas y caras cubiertas incluidas) ya se han convertido en lugares comunes. En contraste, Polonia se erige altiva en un paisaje cada vez más monótono, y lo hace con un espíritu rebelde, volátil, de metamorfosis impredecibles, carente de interés por las preferencias del mercado.
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